Los pronombres personales en español cambian su forma dependiendo de su función gramatical en la oración. Algunos ejemplos son los pronombres sujeto como yo, tú o él; los pronombres de complemento como me, te, le o nos; y los pronombres reflexivos como nos, os o se. También se pueden usar pronombres redundantes cuando el objeto directo o indirecto aparece antes del verbo.