La artista mexicana Teresa Margolles crea instalaciones que buscan visibilizar la violencia sistémica en México a través de materiales que recuerdan la muerte y el dolor ajeno, como agua de lavado de cadáveres. Su trabajo pretende cuestionar la forma en que la sociedad se ha acostumbrado a la violencia sin inmutarse, convirtiendo el sufrimiento humano en un negocio.