2. ¿Qué es la prostitución?
• La prostitución es toda actividad económica en la que una persona
intercambia servicios sexuales por dinero o cualquier otro bien.1 La
prostitución puede ser ejercida desde todas las orientaciones
sexuales, y generalmente implica relaciones fugaces con un número
elevado de otras personas . El término genérico empleado para
referirse a quien la ejerce es prostituto/a.
3. • Tradicionalmente, la prostitución se ha ejercido en sitios destinados a
este fin, llamados «burdeles» o «prostíbulos». Estos han sido
habitualmente casas regentadas por una persona, en las que hay
mujeres u hombres, según la orientación del lugar, y habitaciones
privadas donde se atiende a los clientes. También se practica en
aceras de calles urbanas y laterales de carreteras industriales, así
como en bares y clubes nocturnos, hoteles y servicio a domicilio
4. La figura de “Prostituta”
• La figura de la prostituta está también ligada a la del proxeneta,
persona que recibe un porcentaje de los beneficios conseguidos por
la misma. En principio el proxeneta recibe ese dinero como pago por
un servicio, habitualmente el de actuar como mediador entre la
prostituta y el cliente, proveer la habitación o lugar donde tiene lugar
el servicio sexual, proveer algún tipo de protección a la trabajadora
sexual, etc.3
5. Puto/a
• El término coloquial más extendido en los países de habla hispana para
referirse a una prostituta es puta, palabra que conlleva una fuerte
connotación despectiva. De hecho, y debido a que suele emplearse como
insulto, su uso ha sobrepasado el de la descripción de una profesión, y en
muchos países se usa para adjetivar de forma grosera otro elemento, al
estilo del término inglés fucking.
• En el latín vulgar “puttus” (muchacha o muchacho), proveniente del latín
clásico “putus” (niña o niño).11 Existe un verso de fines del siglo I a. C. que
usa dicha palabra con una connotación ofensiva, similar a la actual, donde
se refiere a un “amor de calle”.12 Sin embargo, en el portugués europeo,
puto mantiene el significado de ‘muchacho’, sin connotación sexual alguna,
mientras que en varios países de hispanoamérica esta forma masculina se
aplica despectivamente a los varones homosexuales no necesariamente
prostitutos.
6. Tipos de prostitución
• La tesis de que nadie puede elegir voluntariamente intercambiar sus servicios sexuales por dinero ha sido
cuestionada por quienes reclaman el reconocimiento de derechos laborales para los trabajadores sexuales,
dando lugar a una polémica sobre el carácter forzado o voluntario del ejercicio de la prostitución.29 30 31
• La diversidad de la prostitución afecta también a las formas de practicarla: a tiempo parcial o completo,
ocasional o recurrentemente.30 En el caso de las chicas de compañía, por ejemplo, las trabajadoras ofrecen
su compañía en un lugar o evento determinado, aparentando la existencia de una relación sentimental, para
después proporcionar el servicio sexual requerido.32 Por otra parte, están los gigolós, que es como se conoce
a los varones que ofrecen sus servicios sexuales a mujeres usualmente mayores que él. El gigoló
generalmente es de preferencia heterosexual, aunque cabe anotar que la prostitución masculina ha sido
menos estudiada por los investigadores.33
• La citada polémica a derivado en la controversia acerca de lo que debe ser considerado ilegal: la venta de los
servicios o la adquisición de estos. En medio del debate, el Estado sueco ha barajado la posibilidad de
considerar el distinguir entre prostitución forzada y voluntaria como algo irrelevante, ya que se considera
el derecho humano a la dignidad (que está por encima del consentimiento) y el derecho a la
autodeterminación (no se penaliza a alguien por lo que hace con su propio cuerpo) como base de la
legislación.34 La situación jurídica y social es diferente: se persigue la adquisición de servicios sexuales, pero
no la labor de las prostitutas.
7. Prostitución voluntaria
• La tesis de que nadie puede elegir voluntariamente intercambiar sus servicios sexuales por dinero ha sido
cuestionada por quienes reclaman el reconocimiento de derechos laborales para los trabajadores sexuales,
dando lugar a una polémica sobre el carácter forzado o voluntario del ejercicio de la prostitución.29 30 31
• La diversidad de la prostitución afecta también a las formas de practicarla: a tiempo parcial o completo,
ocasional o recurrentemente.30 En el caso de las chicas de compañía, por ejemplo, las trabajadoras ofrecen
su compañía en un lugar o evento determinado, aparentando la existencia de una relación sentimental, para
después proporcionar el servicio sexual requerido.32 Por otra parte, están los gigolós, que es como se conoce
a los varones que ofrecen sus servicios sexuales a mujeres usualmente mayores que él. El gigoló
generalmente es de preferencia heterosexual, aunque cabe anotar que la prostitución masculina ha sido
menos estudiada por los investigadores.33
• La citada polémica a derivado en la controversia acerca de lo que debe ser considerado ilegal: la venta de los
servicios o la adquisición de estos. En medio del debate, el Estado sueco ha barajado la posibilidad de
considerar el distinguir entre prostitución forzada y voluntaria como algo irrelevante, ya que se considera
el derecho humano a la dignidad (que está por encima del consentimiento) y el derecho a la
autodeterminación (no se penaliza a alguien por lo que hace con su propio cuerpo) como base de la
legislación.34 La situación jurídica y social es diferente: se persigue la adquisición de servicios sexuales, pero
no la labor de las prostitutas.
8. Sanidad y riesgos
• Ya que las prostitutas y los prostitutos mantienen habitualmente
relaciones con un elevado número de clientes, la prostitución se
asocia con la dispersión de enfermedades de transmisión sexual.
Entre éstas, el sida es la que actualmente reviste un mayor riesgo.48
Dicha enfermedad está considerablemente más presente entre los
hombres y los transexuales que ejercen la prostitución.49
• En cuanto a la seguridad para quienes ejercen esta actividad, la
prostitución callejera es considerada como una de las modalidades
que conlleva más riesgos para la prostituta, pues se exponen a
ataques violentos, ligados a veces con la cultura de la violación.
9. Religión y prostitución
• Por regla general, las religiones que rechazan el sexo sin intención
reproductiva condenan abiertamente la prostitución, aunque su
actitud hacia las prostitutas puede estar sujeta a cambios a lo largo de
la historia.
• La iglesia católica, después de haber pasado por etapas de
intransigencia total hacia las prostitutas, ahora incluso las considera
sometidas a una forma de esclavitud de la que deben ser liberadas.50
En el libro publicado en 2010, cuyo autor es el periodista alemán
Peter Seewald, titulado La luz del mundo. El Papa, la iglesia y las
señales del tiempo, el Papa Benedicto XVI admite el uso de
preservativos en determinados usos como, por ejemplo, la
prostitución.