La arquitectura barroca en España se divide en tres etapas. La primera etapa se caracteriza por el uso de materiales pobres y elementos herrerianos clásicos. La segunda etapa presenta un recargamiento decorativo con motivos vegetales, volutas, columnas salomónicas y efectos de luz y sombra. La tercera etapa se distingue por la exuberancia decorativa y el uso de torres flanqueando las entradas.