Este documento resume la trama de la novela "Un viejo que leía novelas de amor" a través de varios personajes y lugares clave. Introduce al protagonista Antonio José Bolívar y su esposa Dolores Encarnación, quienes emigran a la aldea de El Idilio en la selva amazónica. Describe a El Idilio como un pequeño pueblo corrupto gobernado por "La Babosa" y donde Antonio conoce a su amigo el dentista Rubicundo Loachamín. También menciona a los gringos que cazan
2. ANTONIO JOSÉ BOLÍVAR PROAÑO
Carmen Hipólito Grau
Así es el apelativo del hazañoso protagonista de esta novela.
Hombre mayor, más bien viejo, que ronda los setenta años de
edad y cuya cónyuge es Dolores Encarnación del Santísimo
Sacramento Estupiñán Otavalo, mujer con la que se casa en su
juventud. Ambos vivieron precariamente en la sierra hasta que
posteriormente se mudaron a la selva de El Idilio, un pueblo remoto en
el Amazonas. Antonio José era muy valiente y no le daba miedo vivir
en la soledad en medio de la sierra o de la selva. A pesar de que a su
mujer sí le daba miedo y que los dos no estaban en completo acuerdo
con esa mudanza, se fueron a vivir allí para tratar de olvidar el
sufrimiento que les causaba el no conseguir tener descendencia.
Dolores Encarnación no sobrevivió a la selva y murió de malaria, lo
cual causó que el viejo se volviera solitario hasta que intimó con una
tribu indígena de la cual fue posteriormente expulsado.
Los Shuar, nombre de la tribu india, ayudaron a Antonio José a
desarrollar nuevas facultades como por ejemplo a cazar y a convivir y
a respetar las leyes de los animales y la naturaleza.
Al ser un hombre mayor y solitario, amaba leer novelas tristes y
de amor y curiosamente sabía leer pero no escribir. Su mayor hobbit
es leer las narraciones hasta aprendérselas de memoria. Esta afición
la descubre cuando el dentista Rubicundo le proporciona novelas de
amorosas. El protagonista también utiliza la lectura como terapia para
evadirse de la soledad,el sentimiento que esta conlleva y se olvida del
frío ambiente de aquel pueblo que atravesaba un hermoso río.
4. El Dentista
Gael Bolaños
El dentista, Rubicundo Loachamín, uno de los primeros personajes
que conocemos en la narración. Su temperamento tan personal hace que
se recuerde a la perfección incluso en las últimas páginas de la novela. Su
función era fundamental, ya que era el único que proveía de libros, más
concretamente de novelas de amor al “viejo”. Llegaba hasta la aldea cuyo
alcalde era “La Babosa” desde El Dorado en barco, para sentar a algunos
habitantes de la aldea en un sillón cercano a las orillas del río para ejercer
su función de dentista y arreglar los difíciles dientes de los campesinos de
la aldea amazónica.
En el relato también llama la atención el cambio que sufre su carácter
al hablar con el indudable protagonista, el “viejo” o también conocido como
Antonio José Bolívar, ya que se entiende que es un amigo suyo, por este
motivo, Bolívar le pedía al dentista que le trajera libros del sitio al que iba
Nangaritza arriba, concretamente novelas de amor, que eran sus preferidas,
las que le hacían llorar a moco tendido.
En el comienzo de su llegada a la aldea podemos ver como despotrica
del gobierno con la mayoría de los ansiosos clientes, por lo tanto, ya
podemos intuir su opinión sobre “La Babosa”. Como odiaba al alcalde
siempre intentaría ponerse en su contra, en este caso apoyaría al viejo, que
desmintió la teoría sobre el “asesinato” propuesta por el alcalde,
reforzando así su amistad.
El dentista siempre viajaba un par de veces al año a El Idilio, siempre
a bordo del Sucre, una embarcación que lo desplazaba por el Nangaritza
que casi siempre iba repleto de cargamento de botellas de Frontera,
aguardiente de la zona. Con él, en el barco siempre llevaba su sillón que en
realidad era de barbero, pero lo utilizaba para acomodar a sus clientes antes
de hacerles sufrir arrancándoles los pocos dientes que les quedaban
mientras escuchaban una retahíla de insultos contra el gobierno.
5. Emigrantes
Sergio Flores Ramírez
La emigración es natural en los animales como las aves y los peces, es
tan habitual que incluso los humanos lo hacemos en la actualidad, y
no es algo que solo se haga en los países más pobres, sino que ocurre
en todas las partes del mundo, los motivos suelen ser la falta de
recursos económicos, el trabajo, la familia o incluso para dejar atrás
tu antigua vida y empezar de cero con otras oportunidades.
En el libro se da el caso de Antonio José Bolívar Proaño, el
protagonista, que junto a su difunta mujer Dolores Encarnación del
Santísimo Sacramento Estupiñán Otavalo emigraron a la selva del
Amazonas buscando una nueva vida, ellos como muchos otros,
fueron a colonizar tierras vírgenes pertenecientes a los indígenas.
También hay otro caso de emigración en el libro, el de los nativos de
la selva quienes se veían obligados a retirarse a zonas mas profundas
del bosque al igual que muchos otros animales que eran cazados
furtivamente sin ningún tipo de control solo para usar sus pieles y
colmillos para hacer abrigos y joyas.
El libro explica que las colonizaciones al bosque lo destruyen por
culpa de la avaricia humana, y el protagonista es el único de los
colonos que ha aprendido a convivir con el bosque y a protegerlo.
Desgraciadamente la caza furtiva y la destrucción de este tipo de
bosques sigue sucediendo en la actualidad, obviamente en menos
proporción ya que está más controlado, pero es uno de los mas
graves problemas que tenemos en la humanidad y que debe ser
erradicado para evitar perder los hábitats naturales y la extinción de
especies.
6. Frontera
Nicolás Cid Robledo
Este nombre es dado a la bebida con alcohol que toman los
personajes del libro “Un viejo que leía novelas de amor”, al ser un país sin
muchos recursos económicos, se tenían que conformar con simple
aguardiente, por ejemplo:
Hay un capítulo en el cual explica que mientras Antonio José Bolívar
Proaño lee su nueva novela, se echa un par de tragos de aguardiente a la
boca.
Realmente la gran mayoría de personajes que hay en el libro beben
aguardiente, el único que la novela menciona que no lo bebe es el alcalde,
el cual dice que le provoca pesadillas (algo extraño para tratarse de una
bebida alcohólica) y vivía acosado por el fantasma de la locura, por lo cual
este personaje (con sentido ambiguo) solo bebe whisky y una vez se
emborracha, cuentan los locales del país que le pega a su mujer, una
indígena.
Hablando otra vez sobre al alcalde, este hombre regalaba botellas
de frontera a todos los que le votaran, dando a entender que es un
elemento no muy escaso, si no más bien abundante.
Al principio de la historia, mientras el Antonio José Bolívar Proaño
habla con el dentista (un individuo que apenas aparece), estos se cuentan
anécdotas que les hayan ocurrido y en una de ellas, el dentista cuenta que
llegó un buscador de oro a su clínica, rodeado de otros muchos más, y le
propuso que le quitara las muelas a cambio de unas pepitas de oro, por
una apuesta.
En medio de este doloroso proceso, al quitar una de las muelas, la
herida que dejó empezó a sangrar muchísimo, y el buscador de oro se
tomó un trago de el aguardiente Frontera, lo cual nos permite saber que
también cicatriza muy bien las heridas.
El aguardiente se forma destilándolo de zumos u otras bebidas
alcohólicas, tiene una alta graduación alcohólica, normalmente entre 29%
y 60%, más alto que la cerveza, y teniendo en cuenta que allí lo beben
como Coca-cola…
7. Gringos
Miguel Cerezo 4ºC.
Los gringos era como los habitantes de aquella
isla llamaban a los extranjeros que llegaban a su
poblado para cazar pieles de animales exóticos.
La primera mención que se nos hace en el libro
de un gringo es en el primer capítulo, cuando dos
shuar llevan al alcade a un gringo muerto, el alcalde
acusa a los shuar de asesinarlo.
Antonio José Bolívar salvó a los dos shuar
haciendo saber al alcalde que al gringo lo asesinó una
tigrilla con venganza y contó lo que había pasado: “El
gringo hijo de puta mató a los dos cachorros y con
toda seguridad hirió al macho”.
En mi opinión la aparición del gringo muerto es
de gran importancia para el proceso de la historia ya
que al matar él a la tigrilla la historia puede continuar,
con la aventura de Antonio José junto con el alcalde y
dos compañeros en busca de la tigrilla para acabar con
ella y evitar mas muertes.
Además como al gringo lo encontraron los shuar,
se puede introducir la aventura de el viejo con los
shuar y como estuvo viviendo tanto tiempo en la selva
junto a esta tribu y su compadre Nushiño el cual,
casualidades de la vida, murió a manos de un gringo.
10. Jíbaros
Alejandro Clemente Ruano
Los Jíbaros eran como los colonos llamaban a la tribu que
habitaba los bosques tropicales del Amazonas que también eran
conocidos localmente como los shuar .
Los Jíbaros fueron quienes acogieron a Antonio José Bolivar Proaño,
donde él aprendió diversas tácticas para rastrear en la jungla, lugares
de caza y múltiples anécdotas, entre ellas que los shuar no se besan
o que si te untas el cuerpo con leche de caucho, las pirañas que se
encuentran en las aguas tranquilas huyen apenas sienten el olor.
La tribu solía asentarse en un sitio del bosque durante un mes
aproximadamente excepto en temporada de lluvias que no se
trasladaban hasta que terminara, esto cambio cuando llegaron los
colonos y con ellos los cazadores furtivos, los buscadores de oro o de
piedras preciosas que comenzaron a trasladarse cada semana.
Los shuar terminaron expulsando al protagonista de la tribu, ya que
cuando lo mandaron a matar a un cazador furtivo en vez de matarlo
con su arma habitual que era un cerbatana, acabó con su vida
utilizando como arma la escopeta de el cazador. Los shuar tenían
totalmente prohibido utilizar armas que no hayan sido fabricadas por
ellos.
En mi opinión el autor nos muestra como veian los colonos a los
Jibaros, estos pensaban que eran perosna incultas y agresivas, pero a
la vez Luís Sepulveda nos da una visión totalmente opuesta, como
gente pacífica, inteligentes, respetuosos con el medio en el que viven,
detallando episodios como cuando el acalde mata a un oso mieloso
que son totalmente pacíficos y ellos tienen la crencia que hacerlo trae
mala suerte.
11. Libros
Ramiro Alonso Rebolo
El viejo era un aficionado a los libros, los que leía con su lupa,
uno de sus objetos más preciados, después de su dentadura. Para
leer se ponía en la mesa de su casa, era muy alta, decidió hacerla
con patas largas, porque empezó a sentir dolores en la espalda, por
la edad, por ello se ponía de pie, para sentarse lo menos posible.
El tipo de libros que le gustaban, eran los de amor, no del de
mujeres calentonas, sino de amor del que duele. Años atrás el viejo,
viajó a El Dorado, para leer libros, navegaba en “El Sucre”, en el
también viajaba el dentista, y le habló sobre una profesora de escuela
que le podría dejar libros para leer. Estuvo 5 meses, en los cuales
leyó diferentes libros, de geometría, de historia… pero ninguno le
agradaba, hasta que leyó un libro que le hizo saber su afán por las
novelas amorosas, fue “El Rosario”, de Florence Barclay, un libro que
contenía el amor verdadero, los personajes sufrían por amor, y las
lágrimas se le caían en la lupa de la emoción.
Los libros, se los daba su amigo el dentista, Rubicundo, él le traía
lecturas amorosas cada vez que iba a El Idilio. Los libros que le da,
son los que Josefina, su amante negra, le recomendaba, ya que un
día vio un montón de libros en la cómoda, y le preguntó que si leía,
la mujer, le dijo que sí, leía novelas románticas, y desde ese
momento, cada cierto tiempo, el dentista le preguntaba por los dos
libros que más le hayan conmovido en dicho tiempo, para así dárselo
a Antonio José.
27. Nushiño
José Ángel Herrera Romero
Nushiño es un personaje que aparece brevemente en el capítulo 3,
durante el ‘’flashback’’ de Antonio José Bolívar recordando los
acontecimientos previos a su llegada al Idilio, un punto muy importante en
la historia ya que nos permite conocer más a este personaje.
Se trata de su compadre, un hombre fuerte con una gran habilidad
en el nado y siempre de un excelente humor. Este llega herido de bala al
campamento shuar, donde recibe el mismo tratamiento que el protagonista
anteriormente y es invitado a quedarse.
Juntos iban de caza, formando un gran equipo, donde Nushiño era el
encargado de ahuyentar a las presas hacia el dardo envenenado de la
cerbatana de Antonio José.
La importancia de este personaje aparece al final de dicho capítulo
donde resulta herido de gravedad por unos buscadores de oro. La mayoría
de estos buscadores son presa fácil para los shuar, que toman un atajo y les
reciben con dardos envenenados, sin embargo, el culpable de la herida de
Nushiño consigue escapar.
Dado que ambos conocen las costumbres de los shuar, Antonio José
escucha la última voluntad de su compadre y parte en busca de la cabeza
del buscador de oro para que su espíritu pueda descansar en paz. Durante
el enfrentamiento con el culpable, el viejo se ve obligado a usar una
escopeta para acabar con él, esto provoca que, según la tradición shuar, el
espíritu de Nushiño quede atrapado en el mundo de los vivos.
Tras este suceso el protagonista siente haber decepcionado a su
tribu, a la que consideraba su familia, y haber fallado a su compañero y se
ve obligado a abandonarles, retirándose al Idilio.
En mi opinión, Nushiño sirve como un recordatorio de la idea
principal de este ‘’flashback’’, hacer ver que Antonio José era como uno de
los shuar, pero nunca uno de ellos, como le menciona la propia tribu en
diversas ocasiones, dejando a entender que al final estaba destinado a estar
solo, con la única compañía de sus novelas de amor.
28. Período
Victoria Moreno López
Palabra que empieza por la “P”, espacio de tiempo durante el cual se
realiza una acción o se desarrolla un acontecimiento, bien que, también
puede ser, con respecto a la lengua, conjunto de enunciados, enlazados
entre sí, que tienen un sentido completo. ¿Alguna idea?
Cada mes el deseo de Dolores, mujer del protagonista Antonio, era
frustrado por este, ¿pensaste que sería período de tiempo acaso? Pues va a
ser que no, sin embargo además del chasco que se llevaba la pobre, tenía
que aguantar los ofensivos comentarios de las chinchorreras vecinas acerca
de un tema el cual no les incumbía, ¿qué más les daba?¿y si fuese culpa de
Antonio y no de ella?, aunque es bien, hablar sin saber les gustaba más.
Tras esto ambos toman la decisión de irse a El Idilio, donde al
transcurrir un par de años, las altas fiebres y la malaria acaban con la vida
de esta mujer, que deja a su esposo triste y solo en la selva, pero…¿Qué
hubiese pasado si a Dolores no le hubiera bajado el período en uno de esos
meses que tanto intento engendrar un bebé? Ahora cada persona se podría
imaginar un final distinto donde puede ser que la tigrilla no muera, que
Dolores y Antonio formaran una familia y quien sabe, a lo mejor no
habrían pisado la selva en su vida y estarían ambos vivos en su hogar y con
sus adorables vecinas, ese podría ser un giro que daría la historia, bien que
al igual que pasa eso también Antonio no podría salvar al pueblo de la
amenaza de aquella depredadora o no conocería a los shuar, entre otros,
todo por ese pormenor, un pequeño detalle que le da la vuelta a la historia.
En conclusión, ¿qué habría pasado con “Un viejo que leía novelas de
amor”?, puede que hubiera sido tan aburrido que ni lo hubiésemos leído.
29. Quinto capítulo
Marcos Cabrera Antolín
De este lúgubre apartado, podemos destacar la vida que llevaba el
protagonista de dicha novela y el fallecimiento de un buscador de oro nombrado
Napoleón Salinas.
Antonio José Bolívar Proaño, dedicaba la mayor parte de su tiempo a la
lectura de novelas de amor, solía leer sobre ciudades como París, Londres o
Ginebra. Tenía que realizar un esfuerzo enorme para poder imaginar aquellas
localidades, ya que no había viajado mucho, tan solo había visitado una gran
ciudad, Ibarra, la cual no recordaba con mucha precisión. El tiempo restante de su
vida lo dedicaba a dormir; reposaba unas cinco horas por la noche y dos en la
siesta, también lo empleaba en comer carne de mono. A pesar de que el resto de
habitantes no comprendían como le podía gustar alimentarse de simios.
Durante el resto de su existencia, bajaba al río a pescar peces, que se
escondían entre el fango y las piedras. Un día que bajó a atrapar peces, escuchó
gritos.
-¡Una canoa! ¡Viene una canoa!
Y el viejo agudizó la vista tratando de descubrir la embarcación, pero la
lluvia no le permitía ver nada. El manto de agua caía sin cesar perforando la
superficie del río, con tal intensidad que ni siquiera alcanzaban a formarse
aureolas.
Antonio José se preguntaba quién podría navegar en medio de aquel
aguacero.
Él se acercó al igual que varias personas a ver quién sería; todos se
apartaron al ver llegar al alcalde, el cual iba sin camisa y con un paraguas negro.
30. Este preguntó qué había pasado, las personas que se encontraban allí le
explicaron que observaron cómo se acercaba una canoa y estaban en aquel lugar
para ver qué era.
Era una de aquellas embarcaciones mal construidas por los buscadores de
oro. Llegó medio sumergida, solo flotaba por el hecho de ser de madera. A bordo
mecía el cuerpo de un individuo destrozado por una tigrilla; su garganta se
encontraba despedazada, los brazos desgarrados, tampoco tenía ojos y sus dedos
se encontraban mordisqueados por los peces.
El alcalde ordenó que subieran el cuerpo y al tenerlo encima del muelle,
pudo reconocer por su boca, ya que tenía los dientes barnizados en oro, que era
un buscador de riquezas.
Se trataba de Napoleón Salinas, que era un investigador de oro que había
sido atendido por el dentista la tarde anterior. Él era uno de los pocos individuos
que no se sacaban los dientes podridos.
El experto opina; que salió de aquí tarde, bastante borracho, lo sorprendió
el aguacero y que se arrimó a la orilla para pernoctar. Ahí lo atacó la hembra.
Herido y todo, consiguió llegar a la canoa, pero desafortunadamente se desangró
de forma rápida.
El gordo cogió de su bolsillo veinte pepitas de oro y las repartió entre los
presentes. Este le propinó una patada, empujandolo al río y cayendo de cabeza.
No se le podía ver por la inmensa lluvia y este desapareció.
32. Shuar
Fernando Garduño Medina
He escogido la letra ‘‘S’’ para hacer referencia al pueblo
indígena que habita desde hace cientos de años en pleno Amazonas.
Este poblado, de unos ochenta mil individuos!que conviven día a día
con la fauna y flora del lugar, está repartido por las selvas de Ecuador
y Perú mayoritariamente.
En cuanto a su cultura, destacamos bastantes aspectos
característicos como la lengua, tradiciones y creencias o religión. En
lo referente a su lenguaje sabemos que casi un cincuenta por ciento de
ellos siguen conservando el dialecto tradicional llamado ‘‘shuar-
chicham’’, pero más de la mitad a día de hoy se comunican a través
del español. Sus tradiciones, normalmente ancestrales, se enfocan en
las creencias del pueblo y son muy propias de la tierra pues reflejan
antiguas costumbres muy relacionadas con la religión. Los jíbaros
(sinónimo de shuar empleado por los colonizadores) respetan las
costumbres de sus predecesores y casi todos defienden la misma
religión, el cristianismo.
El papel de esta tribu en la novela es muy importante ya que
toda la trama transcurre en la selva amazónica, hábitat de los ‘‘shuar’’,
en donde el narrador omnisciente relata la historia de Antonio José
Bolivar en el Idilio, un pueblo situado en pleno bosque ecuatoriano.
Allí Antonio José, tras la muerte de su esposa y sabiendo que no podía
regresar al poblado, tuvo que estudiar el idioma shuar, sus costumbres
y participar junto a ellos en las cacerías, aprendiendo a usar
herramientas de caza como la cerbatana y la lanza. A los cinco años
supo que nunca abandonaría aquel lugar y vuelve a instalarse en el
Idilio donde pudo vivir de la caza gracias a los conocimientos que
adquirió con los shuar. Más adelante, tras ser mordido por una
serpiente equis en la selva, consigue llegar hasta un poblado shuar
donde un hechicero logra salvarle la vida. Este suceso, considerado
como una señal sobrenatural de los dioses, hace que le acojan bien por
lo que decide quedarse.
33. Allí conoció al que más tarde sería su mejor amigo, Nushiño,
cuando llegó a la tribu herido de bala. Los dos se hicieron grandes
amigos y vivieron numerosas aventuras cazando. Un día unos colonos
hieren de muerte a Nushiño y cuando estaba agonizando le pide a
Antonio José que se vengue de su asesino para que su alma no vague
errante de por vida. Este consigue matar al colono pero lo hace de una
forma impropia, con la misma escopeta que mató a su compadre. Los
shuar deciden entonces desterrarlo al no tratarse de un acto heroico
por lo que el alma de Nushiño vagará errante para siempre y Antonio
José regresará al Idilio nuevamente.
El relato continúa con la aparición de un personaje que nos
acercará al desenlace; se trata de la tigrilla. Si quieren saber el final de
la novela no duden en continuarla y visitar la exposición que ha
realizado nuestro compañero, usando la letra ‘‘T’’, para enlazar con la
historia de la tigrilla.
34. TIGRILLA
Alejandro Borrajo Cruz
La tigrilla, uno de los personajes más importantes del libro a
mi parecer, el monstruo, así es como lo llaman los shuar, la más
temida debido a su mente privilegiada. Y digo que es un personaje
de los más importantes ya que es el que le da un gran sentido a la
historia y también le da su fin, este monstruo empieza perdiendo
a su macho y sus crías debido a la caza de un humano, tiene sed de
venganza, pero sabe que si se venga asesinando a otro humano
todos se pondrán en contra suya, la historia sigue, la tigrilla
finalmente se venga matando a un colono. Esto deriva a que se la
siga buscando, la tribu de los shuar decidió ir a cazarla junto al
alcalde y Antonio José
El alcalde no era muy habilidoso para estas cosas de cazar y
la selva en general, tras seguir con la búsqueda del monstruo y
tener problemas debidos a la “inutilidad” del alcalde, los shuar y el
mismo decidieron volver al Idilio y quedar a Antonio José solo para
cazar a la tigrilla, si lo hace será recompensado con 5 mil sucres.
El viejo se prepara para poder cazarla, al amanecer tiene
listas todas las cosas para efectuar la muerte del animal, pasadas
unas horas el animal se deja ver y comienza una persecución contra
Antonio José, lo lleva donde está el macho sacrificado pero este
logra escaparse y esconderse debajo de una barca que estaba al
lado del puesto abandonado de los buscadores de oro, allí duerme
y tiene algunas pesadillas, la tigrilla lo despierta con sus pasos y el
viejo espera hasta que logra levantarse y pegarle un disparo en el
pie, el animal herido se abalanza sobre Antonio José y este le
propicia un tiro en el pecho, y así termina la historia, este
MONSTRUO es abatido a pesar de ser muy astuto y hábil, aunque
me da la sensación de que Antonio José lo era aún mas
35. X
Sergio De La Hiz Balsera
Este venenoso reptil, de un metro de largo, que trazaba equis en el
suelo al desplazarse, de ahí su nombre, iba a tener una gran
importancia en la historia debido a su encuentro con Antonio José
Bolívar Proaño.
La serpiente, en un momento de descuido del viejo, atravesó su
mano derecha, el veneno corría por sus venas, una nube de la toxina
tapaba sus ojos, él intentaba cazarla, gracias a las enseñanzas de los
shuar, pero no tenía éxito. Empezó a tambalearse, ya no era capaz de
hablar, todo su cuerpo se encontraba excesivamente hinchado, todo
aparentaba a que iba caer al suelo desvaneciéndose sin haber
arreglado cuentas con aquel animal, sin embargo, en el último
momento, antes de perder el conocimiento, logró alcanzar su cabeza.
Pasaron varios días hasta que Antonio José despertó, no obstante,
seguía temblando e hinchado, aunque, ya no tenía fiebre. Brebajes de
hierbas lo aliviaron del veneno, baños de ceniza fría calmaron las
fiebres y una dura dieta, con la cual, pudo andar a las 3 semanas, un
brujo shuar fue el que le dio al viejo estas indicaciones para curarse de
la mordedura de su última víctima.
La salvación de Antonio José es considerada por la tribu como una
señal sobrenatural y motivo de alegría: ha sido una prueba de los
dioses. En la fiesta iniciática que le organizan prueba por vez primera el
“natema”, droga alucinógena con la que se ve transformado en parte de
la selva: “Fue una señal indescifrable que le ordenó quedarse, y así lo
hizo”. Tras finalizar esta fiesta conoce a Nushiño, su mejor amigo con el
cual pasa muchas aventuras. Con Nushiño lo que más solían hacer era
cazar, normalmente cazaban serpientes les sacaba el veneno y lo
vendía para fabricar medicamentos. Tras muchos días de caza de
reptiles, algunas veces fallaba y le mordían, pero ya no sufría tanto, era
inmune a las serpientes, se había convertido en uno de ello ,pero no se
sentía uno de ellos.
36. Veneno
David Llerena Luis
Nos situamos en el tercer capítulo de la obra, donde ya
fallecida la mujer del protagonista, éste se une a los shuars, de
manera desesperada como aliado, para sobrevivir en aquella
selva.
El viejo aprende con la tribu el saber de la caza, la
selección de frutos, etc., con el que crea a dos Antonio José
Bolivar dentro de su cabeza: el civilizado y el nómada. El
primero lo utiliza para revivir recuerdos o socializar con los
shuars, y el segundo para poner en práctica sus nuevos
conocimientos.
El veneno de la serpiente llamada equis, en mi opinión,
parece un claro desencadenante de la ruptura de la
personalidad del protagonista civilizado, para sólo convivir con
la personalidad más nómada, todo esto al rehabilitarse del
daño mortal del veneno, y así que la tribu lo deje de considerar
aliado y lo reconozcan como hermano.
Una vez considerado como hermano y además de haber
alcanzado el prestigio por aquel logro de evitar la muerte, se le
asignó un compadre: Nushiño, siendo antiguo militar peruano
donde llegó a la tribu con una herida de bala, provocada al
realizar una expedición civilizadora.
Gracias al haber sobrevivido de la picadura de aquella
víbora, se convirtió en un maestro de la caza y de la
recolección de veneno, que se vendía bien a los científicos.
Antonio José Bolivar en su búsqueda de serpientes las
hipnotizaba, repitiendo sus mismos movimientos, que
acababan clavando los colmillos en calabazas huecas
oprimidas por el viejo, para así segregar el veneno.
El inicio de una nueva etapa en su vida la empezaría el
veneno y los desencadenantes que traería. Lo único que
cerraría esta etapa selvática sería la sed de venganza, que
culminaría en un asesinato horrorífico, por un mal aprendizaje
de la forma de asesinar, y con el orgullo que se debe
abandonar este mundo.
37. WHISKY
Alba Fernández Pérez
Whisky: 1- Sust. Agua de la vida.
Definición a corde con el papel de esta bebida en el
libro, de hecho, su trascendencia es tal que la
podríamos considerar como uno de los personajes
secundarios de la obra.
Desde los gringos hasta los jíbaros, todos han
consumido whisky en alguna de sus apariciones, y
siempre con notable descontrol. Sin embargo, en la
historia solamente aquellos que son considerados
desviados o incluso corruptos son los que hacían uso
de esta sustancia, lo que nos da a entender que esta
bebida alcohólica no es tan buena como se percibe en
su definición. En cierto modo, aquella vez que un
buscador de oro perdió su dentadura a cambio de
unas cuantas pepitas de dicho metal, estaba
completamente a manos del alcohol y sin ser
consciente del tan famoso ¿Qué pasará mañana?
Sin necesidad de llevar nuestra mente a lugares tan
remotos como La Amazonia, encontramos casos
similares muy cerca de nosotros. Seguramente, en el
bar que hace esquina en la plaza de tu ciudad, ahora
mismo haya alguien un tanto contentillo, con seis
chupitos de whisky en la sangre y olvidando los
problemas con los que estaba lidiando antes de
cruzar la puerta del local.
38. Nadie nos enseña a beber; nadie nos enseña que por
mucho que intentes olvidar con estas sustancias tus
problemas seguirán ahí tiempo después, y aunque
muchos autores hagan una crítica sobre el alcohol en
sus libros, es usual que no cambie la perspectiva de
las personas.
No es bueno perder el control de lo que haces, al fin y
al cabo, somos lo que hacemos, y a nadie le gustaría
ser recordado como el alcohólico loco que monta
espectáculos en medio de la calle.
39. X
Sergio De La Hiz Balsera
Este venenoso reptil, de un metro de largo, que trazaba equis en el
suelo al desplazarse, de ahí su nombre, iba a tener una gran
importancia en la historia debido a su encuentro con Antonio José
Bolívar Proaño.
La serpiente, en un momento de descuido del viejo, atravesó su
mano derecha, el veneno corría por sus venas, una nube de la toxina
tapaba sus ojos, él intentaba cazarla, gracias a las enseñanzas de los
shuar, pero no tenía éxito. Empezó a tambalearse, ya no era capaz de
hablar, todo su cuerpo se encontraba excesivamente hinchado, todo
aparentaba a que iba caer al suelo desvaneciéndose sin haber
arreglado cuentas con aquel animal, sin embargo, en el último
momento, antes de perder el conocimiento, logró alcanzar su cabeza.
Pasaron varios días hasta que Antonio José despertó, no obstante,
seguía temblando e hinchado, aunque, ya no tenía fiebre. Brebajes de
hierbas lo aliviaron del veneno, baños de ceniza fría calmaron las
fiebres y una dura dieta, con la cual, pudo andar a las 3 semanas, un
brujo shuar fue el que le dio al viejo estas indicaciones para curarse de
la mordedura de su última víctima.
La salvación de Antonio José es considerada por la tribu como una
señal sobrenatural y motivo de alegría: ha sido una prueba de los
dioses. En la fiesta iniciática que le organizan prueba por vez primera el
“natema”, droga alucinógena con la que se ve transformado en parte de
la selva: “Fue una señal indescifrable que le ordenó quedarse, y así lo
hizo”. Tras finalizar esta fiesta conoce a Nushiño, su mejor amigo con el
cual pasa muchas aventuras. Con Nushiño lo que más solían hacer era
cazar, normalmente cazaban serpientes les sacaba el veneno y lo
vendía para fabricar medicamentos. Tras muchos días de caza de
reptiles, algunas veces fallaba y le mordían, pero ya no sufría tanto, era
inmune a las serpientes, se había convertido en uno de ello ,pero no se
sentía uno de ellos.
40. Yerma
Alicia Fajardo
En el diccionario podemos encontrar un par de acepciones de
yerma:
1. adj. Inhabitado.
2. adj. No cultivado.
Pero en este caso se refiere a Dolores Encarnación del Santísimo
Sacramento Estupiñán Otalavo, esposa de Antonio José Bolívar, por lo
que este adjetivo se referiría a una persona estéril o incapaz de tener
descendencia.
En la novela nos cuenta que Antonio José y su mujer vivían en una
pequeña ciudad, en la que no estaban cómodos debido a que mes tras
mes, Dolores, su mujer, intentaba quedarse embarazada sin éxito
alguno. Este suceso provocaba las constantes burlas de sus vecinos,
que decían que había nacido yerma, por lo que buscan ayuda en
diferentes médicos y curanderos, pero ninguno da con la solución. Uno
de ellos le plantea que él pueda ser el causante del problema. Le
proponen una solución, pero él se niega en rotundo.
Antonio José Bolívar le ofrece a su mujer alejarse de la ciudad y de
las burlas e irse a la selva. Allí estaban repoblando una zona, por lo
cual el gobierno les daría un terreno en el que podrían construir una
casa y vivir cómodamente. Un tanto forzada por su marido, emprenden
el viaje hacia la selva, donde ella enfermará de malaria y acabará
falleciendo.
En mi opinión en aquellos momentos había una sociedad muy
machista, que se ve reflejada en la que las mujeres no tenían poder de
decisión alguno y en que no se planteaban que los problemas de
fertilidad también pudieran sufrirlos los hombres.
41. Zamora
Violeta Velasco Moreno
Tanto un hogar para todo aquel que viva en la ciudad, como un
medio de transporte y comunicación para quienes viajan en el río.
Es uno de los pocos ríos que aparece en “Un viejo que leía
novelas de amor”. Afluente del río Nangaritza, llega hasta el puerto
fluvial de “El Dorado”. Se tarda 4 días en recorrer el cauce entero,
como hacen el empleado de correos y el doctor Rubicundo
Loachamín dos veces al año para ir a El Idilio, el pueblo de Antonio
José Bolívar Proaño.
Los habitantes de las orillas del río están agradecidos por el
sillón portátil del doctor Rubicundo Loachamín porque, a pesar de su
mal humor, sus insultos hacia el gobierno y hacia los propios clientes,
el deseo y ansias de todos por quitarse las molestas astillas que
tuvieran entre los dientes era mayor que el miedo que tenían de ir a
la consulta. Como no había anestesia y el doctor no era muy delicado,
de vez en cuando los clientes soltaban gritos de dolor. Los pacientes
que estaban esperando en la fila tenían cara de padecimiento
extremo.
En el viaje de Antonio José Bolívar Proaño y su pareja Dolores
Encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñán Otavalo hacia la
amazonia pasando por “El Dorado”, pasan por algunas ciudades
como Zamora y Loja, ambas de costumbres extrañas. Por ejemplo,
los indígenas saragurus tendían a vestir siempre de negro en
homenaje a la muerte de Atahualpa, el último soberano Inca.
Las anteriormente mencionadas son dos de las únicas ciudades
que ha llegado a ver el protagonista. Por ello, cuando lee un libro
ambientado en un lugar tan grande como Praga o Barcelona, piensa
en Zamora, a pesar de haberla visto muy fugazmente en su viaje a la
amazonia, y se pregunta si el amor tiene lugar en ella.
Uno de los colonos víctima de la tigrilla tenía una mujer que se
mudó a esta ciudad con un fotógrafo ambulante. Tal vez esta nueva
pareja encontró el amor en la ciudad, lo que respondería a la
pregunta de Antonio José Bolívar Proaño.