Orígenes del cosmos griego

JUAN ANTONIO MUÑOZ YÉBENES
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MITOLOGÍA CLÁSICA
DIOSES Y HÉROES GRIEGOS
AUTORES: HOMERO, ORFEO, HESÍODO, EURÍPIDES, OVIDIO, VIRGILIO
COSMOGONÍAS
ORIGEN DEL UNIVERSO
TRADICIÓN ÓRFICA
La tradición órfica es una recopilación de relatos que se supone que
se remonta al mítico Orfeo, aunque en realidad fue reunida
alrededor del siglo V a.C. y transmitida por los adeptos a su culto.
Según ésta, al principio no existía el agua sino la Noche, una diosa
terrible con forma de pájaro y grandes alas negras, ante la que el
propio Zeus sentía temor.
La Noche, fecundada por el Viento, puso un Huevo de Plata.
Poco después, salió del huevo el dios de las Alas de Oro, Eros,
también llamado Amor Primordial, el principio generador que con su
aparición, iluminó lo que se escondía en la cáscara del huevo.
Algunas variantes del mito, relacionan el huevo con la historia de
Océano y Tetis, convertidos así en hijos de la Noche, los primeros
en sufrir el influjo de Eros.
Otras sitúan la Tierra en la parte inferior del huevo, que gracias a la
intervención de Eros, se unió con el Cielo y engendró a Océano y
Tetis.
HOMERO
Según él, por la Tierra fluían tres mil ríos personificados por otras
tantas ninfas, las Oceánidas.
Es posible que el mito griego más antiguo sobre la Génesis del
Universo, corresponda al narrado por el Poeta Homero.
Según Homero, al comienzo de todas las cosas, existía el Agua
Primordial, principio generador masculino, al que los griegos dieron
la forma y el nombre de una divinidad, Océano, el gran dios fluvial

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que discurría ininterrumpidamente, y que contenía a la divina Tetis,
principio generador femenino.
De la unión de estas dos divinidades, nacieron la Tierra, los Ríos
que la recorren, las Oceánidas, es decir, las Ninfas que vivían en los
ríos y en las montañas, y todo lo existente.
Para dar lugar al Mundo consistente y delimitado que conocemos,
esta creación debía mantenerse en constante movimiento.
Homero narra que llegó un momento en que Océano y Tetis dejaron
de procrear. Pero Océano siguió fluyendo y alimentando a todos los
Manantiales, Ríos, e incluso al propio Mar, encerrando el Mundo
entre sus brazos.
Es muy probable que la diosa Tetis, Madre de los Ríos y de las
Oceánidas, represente a la antigua y primitiva Señora del Mar.
El carácter circular de Océano, sirve para justificar la forma de la
Tierra, que los antiguos griegos consideraban un disco plano, y
refleja también el Principio Filosófico de la continua regeneración
de la Vida. Océano conserva su puesto y su función generativa,
incluso bajo la soberanía de Zeus.
En numerosas tradiciones mitológicas, especialmente entre los
pueblos marinos, el Agua encierra el principio misterioso de la Vida
y de la Fertilidad. De acuerdo con esta creencia, las muchachas
griegas, siguiendo con una tradición muy antigua, se sumergían en
los ríos antes de desposarse.
OCÉANO
Dios fluvial
TETIS
Diosa que se une a Océano de la que nacen la Tierra, los ríos, las
oceánidas y todo lo existente
OCEÁNIDAS
Ninfas que vivían en los ríos y en las montañas
NOCHE
Diosa terrible con forma de pájaro y grandes alas negras, ante la
que el propio Zeus, sentía temor. Fecundada por el Viento, puso
un Huevo de Plata

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EL HUEVO PRIMORDIAL O HUEVO DE PLATA
La parte superior del Huevo esconde la mitad exacta del
Universo; el cielo estrellado
ELCAOS
Se trata de la parte inferior del Huevo, que contenía todos los
elementos que no formaban parte del cielo
EROS
También llamado “Amor Primordial”, dios de las Alas de Oro que
salió del Huevo, y con su aparición iluminó lo que se escondía en
la cáscara. Recibe también el nombre de Protogonos, “el primero
de los dioses generados”, o Fante, “el que lleva la luz al mundo
contenida en el huevo”. Representa el espíritu vital que anima la
materia inerte
HESÍODO
El tercer y más conocido relato cosmogónico griego lo narra
Hesíodo (siglo VIII a.C.) y se diferencia de los demás por su riqueza,
pues incluye pasajes sobre la génesis del cosmos y el nacimiento
de las divinidades que determinan el orden universal estable y
conocido. Hesíodo narra que al principio existían tres elementos o
divinidades: Caos, “la vorágine”; Gea, la sólida Tierra surgida del
Caos; y Eros, la energía vital o principio reproductivo.
Del Caos descienden Érebo, “la oscuridad profunda”, y la Noche, que
al unirse generaron a sus contrarios:
Éter, “la luz del cielo”, y Hémera, “el día luminoso”.
Gea tenía un amplio seno y era el punto de apoyo del universo y la
madre universal que contenía la semilla de la vida.
Ella sola engendró a Urano, “el cielo”, que representa su doble
masculino, y a Ponto, “el mar desierto y espumeante”, el líquido en
que todas las cosas se disuelven y vuelven a mezclarse.
Una vez generado, el Cielo recubría continuamente la Tierra, de la
que no se separaba jamás.
De la unión entre el Cielo y la Tierra, nacieron unas criaturas
divinas, los Titanes, odiados por su padre nada más nacer, lo que
obligó a Gea a esconderlos en su interior.

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Pero la Tierra no pudo soportar durante mucho tiempo el peso de
esta horrible amenaza y decidió vengarse de Urano, pidiendo ayuda
a sus hijos. Crono, el más joven de los Titanes, aceptó la empresa y
con una enorme hoz, fabricada con el acero que Gea tenía en sus
vísceras, castró a su padre.
Éste se apartó instintivamente de la Tierra y pasó a ocupar su
posición actual, dejando a sus hijos y a sus descendientes, espacio
para moverse y prosperar.
CAOS
La vorágine. Del Caos descienden Érebo, “la oscuridad profunda”,
y La Noche. De esta unión surgió Éter, “la luz del cielo” y Hémera,
“el día luminoso”
GEA
La sólida Tierra surgida del Caos. Madre Universal que contenía
la Semilla de la Vida. Ella sola engendró a Urano, que representa
su doble masculino y a Ponto, “el mar desierto y espumeante”
EROS
Energía vital o Principio reproductivo
LAS CRIATURAS PREOLÍMPICAS
EL NACIMIENTO DE LOS TITANES
Comenzaremos con los Cíclopes llamados: Brontes (trueno),
Estéropes (relámpago) y Arges (rayo), para continuar con la unión
de los Titanes con sus hermanas, las Titánides.
HECANTOQUIROS
Gigantes de cien brazos
ÉSTIGE
Diosa del Río Infernal, madre de Cratos y Bía, “poder y fuerza”,
fieles aliados de Zeus

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HÉCATE
Divinidad de los imprevistos, cuyo poder alcanza al cielo, la tierra
y los infiernos
LOS TITANES
Divinidades cuyo nombre significa “Aquellos que han osado alzar
las manos contra su padre”, y son:
Océano, Ceo, Crío, Hiperión y Crono. Sus seis hermanas las
Titánides: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis
LOS GIGANTES Y LAS ERINIAS
Cuando Crono comete el acto sacrílego de castrar a su padre
Urano, hace que el tiempo transcurra y comienza a germinar la
vida entre el cielo y la tierra. Al castrar a Urano, algunas gotas
de sangre cayeron en el seno de la tierra y dieron vida a las
Erinias, diosas del odio y la venganza, sobre todo familiar.
También surgieron los Gigantes, terribles guerreros de fuerza
sorprendente, eternamente jóvenes que encarnaban la violencia
bélica más primitiva
SEGUNDA GENERACIÓN DE DIVINIDADES
LA LUCHA ENTRE DIOSES Y TITANES
Crono y Rea engendraron a las divinidades principales:
Hestia, Deméter, Hera, Hades, Poseidón y Zeus.
Gea y Urano, habían advertido a su hijo Crono, que sería destronado
por uno de sus hijos, así que Crono los fue devorando apenas iban
naciendo. Rea compartía con su madre Gea, la capacidad
fecundadora y la maternidad. Por eso no soportó ver, durante mucho
tiempo, cómo la maldad paterna oprimía los frutos de su vientre, y
cuando dio a luz a Zeus, recibió el consejo de su madre para planear
un engaño y salvar a su hijo.
De este modo, Zeus escapó al atroz destino que habían corrido
todos sus hermanos mayores.

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Cuando Crono se disponía a devorar a su hijo Zeus, Rea le entregó
en su lugar, una piedra cubierta con los paños con los que se
envuelven a los recién nacidos.
Rea dio a luz a Zeus en secreto en la Isla de Creta y lo entregó a las
Ninfas del Fresno para que lo criasen, escondido en una gruta.
Protegido por las Ninfas y por sus compañeros, los Curetes, que con
su ruido sofocaron los primeros gemidos del niño, el pequeño Zeus
fue confiado a los cuidados especiales de algunos animales divinos:
Las Abejas Sagradas, que lo alimentaron con su miel y lo
protegieron de los peligros del mundo exterior, o bien, según otras
versiones, la Cabra Amaltea, que lo amamantó con su Cuerno de la
Abundancia.
Cuando Zeus se hizo adulto, decidió recurrir al engaño para liberar a
sus hermanos del vientre de su padre.
Entregó a su madre un potente veneno para que se lo diese a beber
a su padre, quien vomitó la piedra y los hermanos atrapados en el
vientre. Una vez liberada, la nueva generación de dioses se preparó
para luchar con la generación precedente, la de los Titanes, e
instaurar su propia supremacía.
Zeus, aconsejado por Gea, buscó aliados entre aquellas criaturas,
hijas también del Cielo y de la Tierra, que habían sido excluidas del
grupo de los auténticos Titanes, y que Crono, había relegado a las
profundidades del Tártaro, “el mundo subterráneo”.
Se trataba de los Cíclopes y de los Hecantoquiros, cuya fuerza
primordial y brutal, se reveló imprescindible para derrotar a sus
semejantes.
Los Cíclopes y los Hecantoquiros, decidieron aliarse con Zeus, a
cambio de participar del don de la inmortalidad, lo que significaba
poder comer el alimento divino, es decir, el Néctar y la Ambrosía.
Zeus y sus hermanos, eligieron como base de operaciones el Monte
Olimpo, que después se convirtió en su morada.
Zeus, fue elegido soberano de los dioses por decisión unánime de
sus hermanos, que reconocieron espontáneamente, su superioridad.

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La batalla entre los Olímpicos y las fuerzas Titánicas, asumió
dimensiones extraordinarias, y duró diez largos años, durante los
cuales, el Universo parecía precipitarse en el Caos.
El enfrentamiento concluyó con el triunfo de las nuevas divinidades,
guiadas por Zeus. Su poder no era absoluto, como el que había
querido ejercer su padre Crono, sino que repartió honores, según la
justicia jerárquica, y no solo entre sus hermanos, sino también
entre las divinidades titánicas que se habían mostrado fieles
aliadas.
Después de derrotar a los Titanes, la supremacía de Zeus y el orden
racional garantizado por él, se vieron amenazados por la violencia
de los belicosos Gigantes y por Tifón, un Dragón enorme nacido de
Gea y Tártaro.
Los Gigantes fueron derrotados, al privarles de la Hierba Mágica
que les confería la fuerza, mientras que Tifón, fue puesto bajo una
montaña. De este modo, las fuerzas primitivas fueron expulsadas y
apartadas, del mundo divino.
LOS DIOSES DEL OLIMPO
En muchas culturas, como en las mediterráneas, en la de los
nativos americanos o en la etrusca, el Rayo es un atributo típico del
dios del cielo y del soberano de los dioses. En el relato hesiódico,
es el preciado don que los Cíclopes entregan a Zeus por haberles
liberado, un instrumento muy útil para vencer a las criaturas
enemigas de los olímpicos.
El Rayo es el símbolo de la soberanía y la manifestación del poder
sobrenatural.
Los dioses del Olimpo, principalmente, son doce; Zeus, sus
hermanos y algunos de sus hijos. Vamos a detallarlos, con su
correspondencia latina, en segundo lugar.

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HERA/JUNO
Diosa protectora del amor conyugal y de los nacimientos.
Hermana y esposa de Zeus
ZEUS/JÚPITER
Soberano y padre de los dioses. Sus símbolos de poder eran el
cetro, el trono y el Águila Sagrada
DEMÉTER/CERES
Diosa de la tierra cultivada
POSEIDÓN/NEPTUNO
Dios de los abismos
HESTIA/VESTA
Diosa del fuego del hogar
ARES/MARTE
Dios de la guerra
HERMES/MERCURIO
Mensajero de los dioses
HEFESTO/VULCANO
Herrero guardián del fuego
ARTEMISA/DIANA
Diosa virgen de la caza
APOLO
Dios de la adivinación y de las artes
ATENEA/MINERVA
Diosa de la sabiduría
AFRODITA/VENUS
Diosa de la belleza y del amor sensual
LAS MUSAS
Divinidades protectoras de todas las actividades culturales, las
artes y las ciencias. Son hijas de la Memoria y estaban
especialmente ligadas a la Poesía.

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CALÍOPE
La de la bella voz, inspiraba la Épica
URANIA
La celeste, Musa de la Astronomía
CLÍO
La que hace célebre, Musa de la Historia
POLIMNIA
La rica en Himnos, Musa del Himno Solemne
TERPSÍCORE
La que se deleita con la Danza
ERATO
La que suscita los deseos, Musa de la Poesía Amorosa
MELPÓMENE
La cantante, Musa de la Poesía Trágica
TALÍA
La festiva, representaba la Comedia
EUTERPE
La que alegra, Musa de la Aulética, el arte de tocar el Aulos
LUGARES, OBJETOS, PERSONAJES,
MONSTRUOS Y OTRAS DIVINIDADES
TÁRTARO
Profundidades del mundo subterráneo
TIFÓN
Dragón enorme nacido de Gea y Tártaro
LA CABRA AMALTEA
Amamantó a Zeus con su Cuerno de la Abundancia
NÉCTAR Y AMBROSÍA
Alimento divino de la Inmortalidad
HEBE
Diosa de la Juventud

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ILITÍA
Divinidad protectora de las parturientas
HÍMERO
El deseo
TEMIS
Diosa del orden de los sexos establecido en la Naturaleza
FOBO
El temor
DEIMO
El terror
ANTEROS
El amor correspondido
HARMONÍA
Esposa de Cadmo
LAS HORAS, HIJAS DE TEMIS:
EUNOMIA, la Disciplina, DIKÉ, la Justicia y EIRENE, la Paz
EURÍNONE
Divinidad marina que tuvo a las Cárites o Gracias, diosas del
encanto y la seducción
GANIMEDES
Joven pastor de gran belleza, hijo de Tros, el fundador de Troya.
Ganimedes fue raptado por Zeus y le nombró copero de los
dioses
METIS
Primera mujer de Zeus, hija de Océano y Tetis, diosa de la
maleabilidad del pensamiento y con capacidad de asumir
diferentes formas
DELOS
Lugar sagrado donde no se podía nacer ni morir
DELFOS
Oráculo de Apolo
PITIA
Sacerdotisa y Profetisa de Delos que interpretaba los oráculos

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ASCLEPIO
Hijo de Apolo y dios protector de la Ciencia Médica
ANFITRITE
Esposa de Poseidón
RODO
Diosa insular, mujer del dios del Sol
TRITÓN
Criatura mitad hombre mitad pez, secuestrador de jóvenes
mujeres y hombres
POLIFEMO
Cíclope cegado por Ulises hijo de Poseidón
HADES
Dios del Reino de los Muertos y Señor de la Muerte
PERSÉFONE
Esposa de Hades, hija de Deméter y Zeus
EL CADUCEO
Vara de Oro que producía riqueza, que Apolo regaló a Hermes
EL PÉTASO
Sombrero Alado de Hermes
PAN
Dios de los bosques
DIONISO
Dios del banquete, del placer de la bebida y del éxtasis, Dioniso
es el hijo pequeño de Zeus y el único de los dioses principales
que tiene una madre mortal, Sémele.
En los mitos más antiguos, Dioniso no tenía un papel principal
entre las divinidades olímpicas, pero al difundirse la cultura del
banquete, este dios del olvido y la ebriedad, se convirtió en una
figura especialmente querida por los humanos.
La celosa Hera le persiguió desde que se encontraba en el
vientre materno y provocó la muerte de su madre, haciendo que
ésta desease ver a su amante en su aspecto divino, visión que la
fulminó al instante.

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Dioniso nació de su padre, pues al morir Sémele, Zeus terminó la
gestación cosiéndose al niño dios en su muslo.
Hera no se rindió y siguió poniéndole obstáculos haciendo que
sus nodrizas, Ino y Melicerte, enloquecieran.
Fue también el único dios que conoció la muerte, devorado por
los Titanes, y la resurrección, con la que afirmó su inmortalidad;
por eso también se le llama, “el nacido dos veces”.
Los Titanes emplearon como juguete, un espejo, para atraer al
pequeño Dioniso y devorarlo. Este relato está asociado a la idea
de la perdición que lleva a la muerte.
Según la creencia popular, el espejo tenía una naturaleza
ambigua: reflejaba el aspecto de las cosas y de las personas,
pero capturaba su alma.
Los Titanes fueron fulminados uno después de otro por el padre
de los dioses. Según la Tradición Órfica, los seres humanos
nacieron de las cenizas de los Titanes, fulminados por Zeus,
porque osaron devorar al pequeño Dioniso.
En griego, Titanes significa “cal viva”, nombre representativo de
la función de estos antepasados, ligados especialmente a la
tierra y que fueron incinerados por el fuego vengador llegado del
cielo, debido a su brutalidad.
El ser humano, nacido de sus cenizas, participa de una doble
naturaleza: la divina, que deriva de Dioniso, y la brutal, que deriva
de los Titanes. Los misterios celebrados por los órficos,
ayudaban al ser humano a liberarse de su peor parte y a
acercarse al dios.
Su culto, seguido especialmente por las mujeres, las llamadas
Ménades, es decir, las posesas, tenía ritos secretos, de
naturaleza sexual, vistos con cierto recelo y considerados
excesivos y peligrosos.
El mito también muestra esta aversión, mediante la historia de
Penteo, famoso por una tragedia de Eurípides, Las Bacantes.
Penteo, rey de Tebas, fue asesinado por su propia madre, Ágave,
y por sus hermanas, enloquecidas por el furor que les había
provocado su participación en un rito dionisíaco.

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A parte de las Ménades, el séquito de Dioniso lo componen
Sátiros y Silenos.
LOS SÁTIROS
Criaturas primitivas de aspecto caprino que se dedicaban a todos
los placeres y al desenfreno, al igual que los Silenos
LA SIRINGA
Instrumento de cañas de distinta longitud, flautilla de pastores.
El dios Pan la fabricó con las cañas en las que se había
transformado la Ninfa Siringa, para escapar a uno de sus asaltos
amorosos
LAS NINFAS
Jóvenes y hermosas divinidades menores de la Naturaleza:
Las Oréades, de las cimas de los montes; Las Náyades, de
fuentes y ríos y Las Hamadríades, en los bosques y árboles
LAS ARPÍAS
Monstruos con cuerpo de pájaro y rostro de mujer
SÉMELE
Madre mortal de Dioniso
INO Y MELICERTE
Nodrizas de Dioniso
MÉNADES
Mujeres seguidoras del culto y rito dionisíaco, considerados
excesivos y peligrosos, de naturaleza sexual
LA CREACIÓN DEL SER HUMANO
En la tradición mítica más antigua, no se habla de una creación
directa del ser humano por parte de un dios, sino más bien, del ser
humano como fruto engendrado por la tierra, madre común de
dioses y humanos. Los seres humanos aparecieron junto a los
dioses después de que Zeus se hiciera con el poder, y con ellos
vivieron y compartieron la llanura de Mecone, en Corinto, viviendo

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en paz y eternamente jóvenes, sin conocer el trabajo, la enfermedad
o la muerte, hasta que empezaron a competir con los dioses.
Según la tradición Órfica, los seres humanos nacieron de las
cenizas de los Titanes, fulminados por Zeus porque osaron devorar
al pequeño Dioniso.
PROMETEO
Algunos relatos lo consideran creador del ser humano. Su nombre
significa “el que conoce antes” y decidió usar su astucia en
beneficio de la humanidad, símbolo de los sufrimientos humanos y
de la lucha por el progreso contra las fuerzas que obstaculizan la
creatividad.
Tras un período de feliz convivencia, entre seres humanos y dioses,
en la llanura de Mecone, Zeus decidió separar a los seres humanos
de los dioses, tarea que encargó a Prometeo, que no formaba parte
de los olímpicos ni tampoco era un hombre, pidiéndole repartir un
buey entre los dos grupos.
El astuto hijo de Jápeto, ofreció a Zeus los huesos recubiertos de
grasa blanca, mientras que escondió la mejor parte del animal, en
las poco apetitosas vísceras, que entregó a los seres humanos.
Cuando Zeus se dio cuenta del engaño, se vengó de los seres
humanos privándoles del fuego.
Sin embargo, Prometeo intervino de nuevo a favor del ser humano,
robando “la chispa del fuego sagrado y eterno”, que Zeus había
escondido en el hogar del palacio de los dioses, en el Olimpo.
El regalo del fuego, supuso el primer paso de los seres humanos
hacia el progreso y la civilización, mediante el desarrollo de la
técnica. A causa del robo del fuego, Prometeo fue condenado a
sufrir un atroz suplicio, del que le liberó Heracles.
Este último, en una de sus múltiples empresas, mató con una flecha
al águila torturadora y rompió las cadenas que mantenían al dios
atado a la roca.
Zeus no se conformó con castigar a Prometeo por su robo, sino que
también ideó un castigo para los hombres, bajo la engañosa
apariencia de un bien: la mujer.

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Hasta entonces, los hombres no habían necesitado a las mujeres
para reproducirse, y aunque existía el género femenino, se trataba
de un privilegio del mundo de los dioses.
Hefesto moldeó una bella figura con arcilla; Hermes le otorgó la voz
y las falsas palabras; Atenea la adornó con ropas espléndidas y una
diadema y Afrodita le confirió el aire seductor.
Cuando la creación de la mujer estuvo terminada, Zeus hizo que
Hermes entregase el fabuloso regalo a Epimeteo. Éste olvidó la
advertencia de su hermano Prometeo, que le había dicho que no
aceptase ningún regalo de Zeus, y acogió a la mujer que le llevaba
el mensajero de los dioses.
Pandora, que así es como se llamaba la primera mujer, llevaba
consigo una vasija que le habían dado los dioses.
Aunque tenía prohibido abrir la vasija, un día Pandora levantó su
tapa, y de ésta, salieron todos los males.
Hasta entonces, los seres humanos no habían conocido ni las
enfermedades, ni la muerte, ni los sufrimientos. Todos ellos llegaron
de manera inesperada, pues Zeus los había enmudecido, para que
sorprendieran a los humanos, sin hacer ruido.
EPIMETEO
Hermano de Prometeo cuyo nombre significa “el que se da cuenta
tarde de las cosas”
PANDORA
Fue la primera mujer destinada a los humanos, regalo de los dioses
y portadora de una vasija de la que salieron todos los males de la
humanidad. Cuando Pandora cerró la vasija, la diosa Elpis, la
Esperanza, se quedó en el fondo sin poder salir, por lo que fue
negada a los seres humanos
DEUCALIÓN Y PIRRA
Matrimonio de naturaleza justa que sobrevivió al gran diluvio
desatado por Zeus para exterminar a la humanidad
NÍOBE
Conocida también como “madre de los humanos”. Fue castigada por
los dioses debido a su soberbia y mataron a todos sus hijos,
exceptuando a Cloris, madre del longevo héroe Néstor, al que Apolo

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daría los años de vida que quitó a sus tíos y tías. Níobe, exhausta
por el llanto y el dolor, se transformó en una roca
MIDAS
Rey de los Frigios que pidió a Dioniso, que le concediera el don de
transformar en oro todo lo que tocase
MARSIAS
Sátiro que osó retar a Apolo en un concurso musical y que recibió
por ello, un terrible castigo
TÁMIRIS
Se quedó ciego y sin memoria tras retar a las Musas
CALISTO
Nombre que significa “la más bella”. Era cazadora del séquito de
Artemisa y Zeus se unió a ella. La celosa Hera la convirtió en osa y
poco después, murió asesinada por la propia Artemisa por no haber
mantenido el voto de castidad. Zeus se apiadó de ella y la
transformó en la Constelación de la Osa Mayor
ORIÓN
Cazador terrible, hijo de Poseidón, que amenazaba con exterminar a
todos los animales consagrados a Artemisa, pero cuando la diosa le
vio, se enamoró de él, provocando los celos de Apolo. Una vez, el
dios vislumbró su cabeza a lo lejos y retó a su hermana a tirar con
el arco y alcanzarle. Cuando la diosa se dio cuenta de que había
matado involuntariamente a Orión, lo transformó en Constelación,
cuya aparición en el horizonte, anunciaba la estación invernal
HELIO
El dios del Sol, que cada día recorría el cielo en un Carro Alado
AURORA
Hermana de Helio, que le tenía preparado el Carro cada día
SELENE
La diosa de la Luna y hermana de Helio
EOLO
Dios de los vientos

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HIPNOS
Dios del Sueño, hijo de la Noche
ENDIMIÓN
Joven pastor amante de Selene con la que tuvo cincuenta hijas,
tantas como el número de meses que formaban una Olimpiada
FAETONTE
Hijo de Helio
CÉCROPE
El Hombre-Serpiente, criado y educado por Atenea, fundador de
Atenas
ERICTONIO
Sucesor de Cécrope, también llamado Erecteo. Instituyó las fiestas
Panateneas y creó el primer santuario en honor de Atenea Poliades,
protectora de la ciudad
LA GENERACIÓN DE LOS SERES HUMANOS
Según Hesíodo, los seres humanos ya existían antes de los
olímpicos, cuando Crono era el soberano del universo.
Vivían en paz la feliz Edad de Oro, pero cuando Zeus se hizo con el
poder, creó una segunda generación, la de la Edad de Plata, muy
inferior a la primera, capaz de odiar y de no respetar a los dioses.
Entonces el propio Zeus la destruyó y la sustituyó con una tercera
generación, la terrible y potente estirpe de la Edad de Bronce, que
se extinguió a manos del terrible Hades.
La última generación, la de la Edad de Hierro, la forman los seres
humanos injustos y corruptos de la época actual.
Mitos posteriores indican que Zeus se liberó de la generación del
bronce, desencadenando un gran diluvio, del que sólo se salvaron
dos justos, Deucalión, hijo de Prometeo y Clímene, y su esposa y
prima Pirra, hija de Epimeteo y Pandora.
Prometeo había aconsejado a la pareja que construyeran un arca y
se refugiaran dentro con todo lo necesario para sobrevivir. Poco

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después, toda Grecia se cubrió de agua y el arca estuvo nueve días
y nueve noches a la deriva, hasta que atracó en el Monte Parnaso.
Apenas desembarcaron, Deucalión y Pirra ofrecieron un sacrificio a
Zeus, como agradecimiento por haberles salvado.
Zeus recompensó el sentimiento religioso de Deucalión y Pirra,
cumpliendo sus deseos de contar con la compañía de otros
humanos. Les ordenó que arrojasen piedras, símbolo de los Huesos
de la Madre Tierra, de espaldas.
De las piedras arrojadas por Deucalión nacieron hombres, mientras
que de las arrojadas por Pirra, mujeres.
LOS HÉROES
Tras la generación de la Edad de Bronce, el mundo acogió a la
estirpe de los gloriosos Héroes, que combatieron en Tebas y en
Troya.
Eran más justos que los humanos que les precedieron y por eso,
después de morir, fueron recibidos en la Isla de los
Bienaventurados, donde Crono reina sin la intervención de Zeus.
Para los griegos antiguos, los héroes cumplían la función de
representar el tránsito de una fase puramente mítica a una fase
histórica, en la que las costumbres y tradiciones de los seres
humanos encuentran un fundamento.
El héroe, con la luz divina que le ilumina y su carácter
principalmente humano, representa el prototipo de humano al que
se inmortaliza mediante la institución de su culto.
Normalmente, sus empresas concluyen con la fundación de una
ciudad o una estirpe y sus características no tienen por qué ser
siempre positivas y ejemplares.
CADMO
El fundador de Tebas, ciudad relacionada con numerosos héroes
míticos, fue otro antiguo rey, Cadmo.

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La historia de sus peregrinaciones en busca de su hermana Europa,
raptada por Zeus transformado en toro, le llevó hasta Delfos, donde
consultó al oráculo su futuro. Se le predijo que fundaría una ciudad
en un lugar, hasta el que le guiaría una vaca con una mancha en
forma de luna hasta que el animal cayó al suelo extenuado.
Desde entonces, la región recibe el nombre de Beocia, de bous, que
en griego significa vaca.
Cadmo, junto a sus compañeros, siguió a la vaca hasta Beocia. Allí
decidió sacrificar el animal a Atenea y ordenó a sus compañeros
que cogieran el agua necesaria para el rito, en una fuente
consagrada a Ares. Pero la fuente estaba custodiada por un dragón
que devoró a los compañeros de Cadmo y éste, tuvo que hacerle
frente en solitario. En la tradición occidental, el dragón encarnaba
el aspecto monstruoso e indómito de la naturaleza, que el héroe,
dotado de mayor inteligencia, debía derrotar.
Después de acabar con el dragón, Atenea sugirió a Cadmo que
arrojase los dientes al suelo. De estos nacieron los Espartoi, “los
sembrados”, terribles guerreros armados que nada más nacer
comenzaron a luchar entre ellos. Sólo sobrevivieron cinco y se
convirtieron en la guardia armada de Cadmo. Después de haber
expiado durante ocho años la muerte del dragón consagrado a Ares,
el héroe pudo casarse con la divina Harmonía, hija de Ares y
Afrodita, y fundar la ciudad de Tebas. La ciudad fue fundada en el
lugar que Cadmo mató al dragón, que atemorizaba la región. Una
roca de la ciudad lleva su nombre, “la roca de Cadmea”, para
mantener vivo el recuerdo de esta empresa.
En la particular boda entre el héroe y la diosa, participaron todos
los olímpicos, que les entregaron regalos extraordinarios, como un
collar forjado por Hefesto.
A su muerte, ambos fueron acogidos en la Isla de los
Bienaventurados.
ESPARTOI
“Los Sembrados”. Nacidos de los dientes del dragón que aniquiló
Cadmo. Eran terribles guerreros que formaron la guardia armada de
éste y padres de los tebanos junto a Cadmo, que pobló una tierra

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desierta y se convirtió en el primer hombre portador de vida y nuevo
padre de la humanidad.
TÁNTALO
Antiguo padre de los mortales, rey de Lidia y de Frigia, donde se
veneraba su culto. Vivía en contacto con los dioses, participando en
sus banquetes, y quiso agradecérselo preparándoles él mismo un
banquete. Para ello sacrificó lo mejor que tenía: ofreció a sus
invitados la carne de su hijo Pélope.
Todos los dioses, a excepción de Deméter que por distracción probó
un hombro, se negaron a comer el plato sacrílego.
Rea recompuso en un renacimiento simbólico las partes del joven y
sustituyó el hombro con uno de marfil. El hijo “renacido” de Tántalo
se casó con Hipodamía, hija de Enómao, rey de la Élide, quien había
dispuesto que entregaría la mano de su hija, a quien consiguiese
vencerlo en una carrera de carros.
Pélope se convirtió en el poderoso soberano de la región a la que
dio nombre, el Peloponeso. Entre los pecados que se atribuían a
Tántalo, figura el de haber querido probar el Néctar y la Ambrosía
para revelar a los humanos los secretos de los inmortales.
La culpa por el sacrilegio de Tántalo se transmitió a sus
descendientes, los pelópidas y los atridas, a quienes su
temperamento les llevó a cometer acciones negativas y tener que
padecer las consecuencias.
Como castigo por su ambición desmedida, Tántalo fue sumergido en
un estanque del reino de los muertos. El agua, que le llegaba hasta
la barbilla, se retiraba cada vez que intentaba beber y sobre su
cabeza pendían frutos inalcanzables.
PÉLOPE
Hijo de Tántalo, “renacido” por Rea, soberano del Peloponeso
ATREO Y TIESTES
Hijos de Pélope e Hipodamía. Se mancharon las manos con el delito
de su hermanastro Crisipo, hijo de su padre y la ninfa Axíoque, y se
enfrentaron por el reino de Micenas. Además, Atreo descubrió la
relación entre su mujer, Aérope, y su hermano. Se vengó haciendo
que Tiestes, se comiese sin saberlo, la carne de sus propios hijos

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ACTEÓN
Joven cazador educado por el Centauro Quirón, castigado por espiar
a Artemisa desnuda mientras se bañaba. La diosa lo transformó en
ciervo y sus propios perros lo devoraron
ASOPO
Dios fluvial
EGINA
Hija de Asopo
FLIUNTE
Lugar donde vivía Egina
MÉROPE
Mujer de Sísifo
SÍSIFO
Héroe fundador de Corinto y de los Juegos Ístmicos, y la ciudad
mandó erigir una estatua en su honor y memoria.
Sísifo pertenece a la generación de los primeros habitantes de la
tierra, quienes al encontrarse cerca de los dioses, habían tenido la
oportunidad de espiar sus acciones pero que, sin embargo, no
habían sabido hacer buen uso de ello.
Sísifo, el más astuto de los mortales, vivía en una loma junto a
Fliunte, donde vivía Egina, hija del dios fluvial Asopo.
Zeus se enamoró de ella y la raptó ante los ojos de Sísifo, que desde
su situación privilegiada, podía verlo todo.
Cuando Asopo buscaba a su hija preguntó a Sísifo, quien le informó
del rapto de Zeus, a cambio de que Asopo, hiciese manar una fuente
de agua dulce en el lugar.
Encolerizado, Zeus ordenó a Tánato, “la Muerte”, que fuese en
busca de Sísifo, pero el héroe la vio llegar y escapó encadenándola.
Ares liberó a la Muerte y le entregó a Sísifo, que pidió como último
deseo, antes de descender a los infiernos, poder hablar con su
mujer, Mérope. Entonces le ordenó que no realizase ninguna ofrenda
votiva. Una vez en el Hades, convenció a Perséfone para que le

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liberara y poder así regresar sobre la tierra, y hacer que los
humanos volvieran a ofrecer sacrificios a los infiernos.
Sísifo logró escapar por segunda vez de la muerte, pero al final
sucumbió a su destino de mortal, falleciendo de vejez.
Una vez muerto, Sísifo fue obligado a hacer rodar eternamente una
roca a lo largo de una pendiente. Cuando la roca llegaba a la cima,
caía hacia atrás, haciendo que Sísifo tuviera que empezar de nuevo.
Su castigo representa el intento inútil y eterno, de escapar a la
suerte de todos los mortales.
TÁNATO
La muerte, de la que Sísifo escapó
GLAUCO
Hijo de Sísifo
CRISAOR
Hijo de Poseidón que asesinó sin querer a su hermano Bélero y fue
expulsado de Corinto con el nombre de Belerofonte, que significa
“el asesino de Bélero”. Llegó a convertirse en un héroe que realizó
grandes empresas pero aun así, fue rechazado por Zeus.
Belerofonte era hijo del dios del mar, Poseidón, y fue educado en
Corinto por Glauco, hijo de Sísifo. Asesinó sin querer a su hermano
(de hecho, su nombre significa “el asesino de Bélero”) y fue
expulsado de Corinto para que expiase su pena. Llegó entonces a
Tirinto, donde el rey Preto le purificó y le acogió en su reino.
La mujer de Preto, Estenebea o Antea, se enamoró de él y al ser
rechazada le acusó injustamente de haber intentado forzarla.
Preto, enfurecido, no tuvo valor para matar a su huésped pero le
envió, con una carta sellada en la que solicitaba que le dieran
muerte, a Licia, donde reinaba Yóbates.
Tampoco Yóbates tuvo valor para asesinar al huésped, que en
Grecia se consideraba sagrado, y confió a Belerofonte la difícil
tarea de matar a la Quimera, un monstruo que atemorizaba las
regiones, convencido de que no volvería con vida.
Sin embargo, Belerofonte acabó con el monstruo y Yóbates le
encargó entonces luchar primero contra los sólimos, un pueblo
favorecido por los dioses, y después contra las Amazonas, feroces

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mujeres guerreras. Belerofonte demostró ser invencible y Yóbates
reconoció en él a un hijo de los dioses, le ofreció a su hija en
matrimonio y le cedió la mitad de su reino.
Sobre su final, se cuenta que cuando quiso llegar al cielo y estar
entre los dioses con Pegaso, su caballo alado, Zeus le hizo caer
sobre la tierra, donde vivió mucho tiempo errando loco y cojo,
mientras Pegaso era acogido en el cielo, en las cuadras sagradas
de los dioses.
Belerofonte consiguió domar a Pegaso gracias a un regalo de
Atenea, una brida de oro.
Crisaor quiere decir “joven de la espada de oro”.
PEGASO
Caballo Alado, prodigioso, hijo de Medusa y Poseidón, regalo de
este último a Belerofonte. Su nombre deriva de fuente, que en
Griego se dice peghè. Se narra que los manantiales Hipocrene, en el
Helicón y Pirene, brotaron por la coz del caballo
LA QUIMERA
Animal prodigioso de triple naturaleza: serpiente, cabra y león
PERSEO
Héroe fundador de Micenas que decapitó a Medusa.
Las aventuras y desventuras de Perseo comienzan con la historia de
su concepción. El oráculo de Delfos había predicho a Acrisio, rey de
Argos, que sería asesinado por su nieto. Por eso hizo que
encerrasen a su única hija, Dánae, en una habitación subterránea
con paredes de bronce para impedir cualquier contacto con el
exterior. Pero Zeus se había enamorado de ella y, transformándose
en lluvia dorada, entró en la habitación y se unió con Dánae,
concibiendo a Perseo. El héroe nació simbólicamente en una tumba
y Acrisio no se dio cuenta de su existencia hasta pasados unos
años, cuando oyó la voz del niño bajo el suelo.
Dánae le dijo a Acrisio que el padre de Perseo era Zeus, pero no la
creyó y la encerraron junto con el niño en una caja que lanzaron al
mar. El pescador Dictis encontró la caja y los acogió en su casa, en
la isla de Sérifos, donde reinaba su hermano, el cruel Polidectes.

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El rey odiaba a Perseo porque defendía a Dánae de sus ofensas y al
no tener valor para matarlo con sus propias manos, le encargó una
peligrosa empresa: traerle la cabeza de Medusa.
El héroe consiguió superar la prueba gracias a la ayuda de Hermes y
Atenea. Regresó a Sérifos con la cabeza de Medusa y, al
mostrársela a Polidectes, éste se convirtió en una estatua de
piedra. Perseo nombró rey de la isla a Dictis.
El oráculo sobre su destino se cumplió cuando mató
involuntariamente a su abuelo en Tesalia, la tierra de los pelasgos.
Acrisio recibió por casualidad el golpe de un disco lanzado por
Perseo durante los juegos fúnebres.
Pero Perseo no quiso ser rey de Argos en tales circunstancias y el
héroe intercambió su reino con su primo Megapentes, rey de Tirinto.
LAS GORGONAS
Esteno, Euríale y Medusa eran las tres hijas monstruosas del dios
marino Forcis y de Ceto. La única mortal era Medusa, quien
engendró a Pegaso, el Caballo Alado, fruto de su amor con Poseidón
y que salió de la cabeza de la madre, cuando fue decapitada
DÁNAE
Madre de Perseo
DICTIS
Pescador de la Isla de Sérifos que acogió en su casa a Perseo y a su
madre. Más tarde Perseo lo nombró Rey de Sérifos
POLIDECTES
Rey de Sérifos y hermano cruel de Dictis que encargó a Perseo que
le trajera la cabeza de Medusa. Cuando Perseo superó la prueba, al
mostrar la cabeza de Medusa a Polidectes, éste se convirtió en una
estatua de piedra
ACRISIO
Rey de Argos y abuelo de Perseo que murió accidentalmente al
recibir el golpe de un disco, lanzado por el propio Perseo, durante
los Juegos Fúnebres celebrados en Tesalia, la tierra de los pelasgos
para cumplirse así, el oráculo de Delfos

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MEGAPENTES
Rey de Tirinto, primo de Perseo
LOS DIOSCUROS
CÁSTOR Y PÓLUX
Llamados también “los hijos de Zeus”, están ligados a la Historia
Sagrada de Esparta.
Leda y Tindárreo, señores de la ciudad, tenían cuatro hijos:
Los gemelos Cástor y Pólux, Helena y Clitemnestra.
Los primeros eran hijos de Zeus, que se había unido a Leda en
forma de cisne. Según otras versiones, la madre de los dioscuros es
Némesis, la hija de la Noche. Los gemelos nacieron de un huevo
depositado por su madre entre las rocas.
Cástor era un hábil domador de caballos y Pólux un púgil invencible.
Ambos formaron parte en la expedición de los Argonautas en busca
del Vellocino de Oro. Sus primos, con los que mantenían una fuerte
rivalidad, eran Idas y Linceo, hijos de Poseidón y señores de
Mesenia cuyas prometidas eran Las Leucípides.
GESTAS HERÓICAS
HERACLES, TESEO Y ORFEO
HERACLES
“El dios entre los Héroes”. Su nombre significa “la gloria de Hera”.
Recién nacido, Hermes lo acercó al seno de Hera mientras ésta dormía
y el niño mamó de la diosa la leche que vuelve inmortal. Las
innumerables dificultades que hubo de superar a lo largo de su vida y
su constante virtud, le hicieron merecedor de la vida eterna entre los
dioses del Olimpo. Es hijo de Alcmena y de Zeus, que había tomado el
aspecto de su marido, Anfitrión.

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Heracles se unió a Megara de la que tuvo tres hijos que asesinó
enloquecido por Hera. Para expiar su culpa se le pidió que sirviera a
Euristeo, que le confío doce trabajos, que una vez terminados le darían
la inmortalidad; trabajos de los que era humanamente imposible salir
con vida, pero en los que alcanzó el éxito y la gloria.
El primer trabajo de Heracles fue acabar con el feroz León de Nemea,
cuya piel, en griego leonté, se convirtió junto a la maza, en parte de
los elementos característicos del Héroe.
En otra de sus empresas, pidió prestada a Helio la Copa de Oro con la
que atravesaba el Río Océano.
También, en el extremo occidente, consiguió coger las Manzanas de
Oro del Jardín de Las Hespérides que estaban vigiladas por un dragón.
Las Hespérides, eran las hijas del Titán Atlante, que sostenía el Mundo
sobre sus hombros.
Heracles, con la ayuda de Yolao, hijo de su gemelo mortal Ífito, mató a
la Hidra de Lerna, un monstruo de cien cabezas que resurgían a
medida que las cortaba. Utilizó el veneno de la hidra para impregnar
sus flechas. También capturó al Toro de Minos para liberar a Creta de
su desgracia.
En otra ocasión, le robó al rey tracio Diomedes sus feroces yeguas
come-hombres y las alimentó con la carne del propio rey para
amansarlas.
La Cierva de Cerinia estaba consagrada a Artemisa y Heracles la
capturó sin herirla, después de haberla perseguido durante un año.
HIPÓLITA
Reina de las Amazonas que entregó a Heracles el cinturón que Ares le
había regalado
GERIONES
El monstruo de tres cabezas que custodiaba a los bueyes escarlata y
que Heracles capturó
EL CAN CERBERO
El último trabajo consistió en el rapto de Cerbero, el perro de tres
cabezas de Hades, que vigilaba la entrada en la ultratumba. Para este
trabajo Heracles tuvo que descender hasta los infiernos y el propio

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Hades le concedió el animal siempre que lograse capturarlo. Heracles
no tardó en atrapar al perro y después se lo devolvió a Hades
AQUELOO
Dios pretendiente de la joven Deyanira que fue derrotado por Heracles
DEYANIRA
Se casó con Heracles del que tuvo dos hijos, Hilo y Macaria
EL CENTAURO NESO
Intentó forzar a Deyanira y Heracles lo mató, pero antes de morir,
aconsejó a Deyanira que recogiese su sangre, diciéndole en secreto,
que le serviría como poción amorosa para que su marido no la
abandonase
EL FINAL DE HERACLES
Deyanira, la mujer de Heracles, temiendo la relación entre éste y Yole,
regaló a su marido una capa impregnada de la sangre envenenada del
centauro Neso, creyendo que era una poción de amor. Heracles se
puso la capa y el tejido comenzó a quemarle la piel; el héroe, sintiendo
la señal premonitora, hizo que preparasen su pira fúnebre en el monte
Eta.
Heracles salió de la pira en llamas en forma de buitre, desapareció en
una nube y subió al cielo en un carro guiado por Hermes, en compañía
de Atenea, Apolo y Artemisa.
Zeus, su padre, lo acogió en el Olimpo y allí se reconcilió con Hera,
que le entregó como esposa a Hebe, la diosa de la juventud
TESEO
“El héroe de los atenienses”. Su padre terrenal, Egeo, era nieto de
Cécrope, el fundador de Atenas, y su padre divino era Poseidón
ESCIRÓN
Vivía en el punto más peligroso del camino que lleva a Corinto. Como
peaje, pedía a los caminantes que le lavasen los pies con un barreño y
cuando éstos se agachaban, Escirón les arrojaba al mar, donde una
tortuga marina los devoraba.
Teseo consiguió arrojar al mar al propio Escirón

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LA PUERTA DEL HADES
El lugar donde vivía Escirón, solía identificarse con la región de roca
calcárea que se asomaba al mar y era el único camino para llegar
desde Megara a Atenas. Durante los temporales, recorrer ese tramo
del camino, suponía arriesgar la vida y por eso también se identificaba,
con La Puerta del Hades
PERIFETES
Bandido que golpeaba a todos los caminantes con una pesada maza de
hierro y que murió en el territorio Epidauro a manos de Teseo
PROCUSTES
Estiraba violentamente a la gente para alargarla y Teseo lo
desmembró por ello
SINIS
Mataba a los extranjeros que pasaban por su territorio catapultándolos
lejos y Teseo le dio la misma muerte
EL MINOTAURO
El hombre monstruoso con cabeza de toro, era fruto de la unión entre
Pasifae, mujer de Minos, y un hermoso toro que su marido se había
negado a sacrificar en honor de Poseidón
El dios castigó a Minos, provocando en la mujer la pasión por el
animal. El Minotauro vivía encerrado en un laberinto del que era
imposible salir
EL LABERINTO
Esta estructura, reflejo histórico de la compleja forma arquitectónica
de los palacios cretenses, era obra de Dédalo.
Minos lo encerró junto a su hijo Ícaro por haber sugerido a Ariadna el
ardid del ovillo. Dédalo construyó unas alas de cera y plumas y escapó
volando junto a su hijo, pero el imprudente Ícaro quiso volar
demasiado cerca del sol, la cera se derritió y se precipitó desde lo alto
EL HILO DE ARIADNA
Ariadna, la hija de Minos, se enamoró de Teseo y ayudó a matar al
Minotauro. Entregó a Teseo el hilo de un ovillo que ella sostenía en la
entrada del laberinto, para que de este modo el héroe, pudiese
encontrar la salida

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LA TRAGEDIA DE EGEO
Antes de partir a Creta, Egeo y Teseo habían acordado, que en caso de
victoria la nave habría izado unas velas blancas, pero Teseo, debido a
la euforia de la empresa, olvidó el acuerdo y cuando Egeo vio a lo lejos
las velas negras, creyó que el hijo había muerto y se suicidó,
arrojándose al mar, que actualmente lleva su nombre
EL MÍTICO MÚSICO ORFEO
Era el Héroe de la Fuerza Mágica de la Poesía y del Canto, cualidades
en las que residía su fuerza extraordinaria.
Orfeo era hijo del Rey Tracio Eagro y de la Musa Calíope, inspiradora
de la Poesía Épica. Se casó con Eurídice y por su amor, descendió
hasta el Mundo de los Muertos.
La joven Eurídice murió a causa de una mordedura de serpiente
mientras trataba de escapar de Aristeo, el divino criador de abejas hijo
de Apolo, y Orfeo no dudó en encaminarse con su lira al mundo de los
muertos para recuperar a su mujer.
Gracias al sonido mágico de su lira, Orfeo consiguió entrar en los
infiernos, donde todas las cosas se paraban a su paso.
Llegó hasta la pareja divina, Hades y Perséfone, y con un canto
maravilloso les convenció para que le devolvieran a su amada
Eurídice. Orfeo podía traer a Eurídice de vuelta a la vida, siempre y
cuando, no se diese la vuelta para mirarla.
Esta era la ley de los infiernos, donde se permitía la voz pero no la
mirada. Orfeo, sin embargo, no conseguía sentir la presencia de la
sombra que le seguía y, al darse la vuelta, Eurídice desapareció para
siempre.
Orfeo, desconsolado por su pérdida se alejó de las mujeres de forma
definitiva y las ménades, del séquito de Dioniso, enfurecidas por este
comportamiento, lo desgarraron y arrojaron al mar su cabeza y su lira.
Éstas llegaron a Lesbos, la patria de la poetisa Safo, que desde
entonces, es considerada la isla del canto y de la poesía.
CARONTE
El barquero que acompañaba a las almas de los muertos a través del
Éstige, el río infernal

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MITOS PANHELÉNICOS
CICLOS LEGENDARIOS
ATALANTA
Abandonada por su padre al nacer, fue criada por unos cazadores. Era
imbatible en el arte de la caza y en el de la carrera y de extraordinaria
belleza
MELEAGRO
Convocó a los grandes héroes de la época para que le ayudaran a
cazar un animal sobrenatural, con aspecto de jabalí descomunal, que
Artemisa envió a la zona de Calidonia.
En la empresa participaron los dioscuros, Cástor y Pólux, de Esparta;
sus primos Idas y Linceo, de Mesania; Teseo de Atenas; Ífito el
hermanastro de Heracles; Jasón; Admeto y Anfiarao de Tebas; y por
último, Atalanta de Arcadia.
Altea, madre de Meleagro, había recibido un vaticinio según el cual, su
hijo viviría mientras no se apagase el tizón que ardía en su chimenea.
Después de matar al gigantesco jabalí, Meleagro ofreció la piel a su
querida Atalanta.
Los tíos maternos se opusieron y Meleagro los asesinó, provocando la
ira de su madre Altea, que dejó de alimentar el tizón. Otros relatos
afirman que Apolo escuchó los rezos de Altea y lanzó sus flechas
mortales contra Meleagro.
LA NAVE ARGO
Su nombre significa “rápida” y fue construida por el héroe Argo, con la
ayuda de Atenea, usando la madera de los pinos de Pelión.
La nave tenía cincuenta remos y el don de la palabra, pues su proa
estaba hecha con la madera del santuario de Zeus en Dodona
LOS ARGONAUTAS
Jasón partió a la conquista del Vellocino de Oro para recuperar su
reino y contó con la ayuda de los mayores héroes de la época:
Teseo, Heracles, Los Dioscuros, Meleagro, Atalanta y Orfeo

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MEDEA
Gracias a las artes mágicas de su amada Medea, hija del rey Eetes,
que descendía del rey Helio, Jasón recibió un ungüento que le volvió
invencible
EL VELLOCINO DE ORO
Era la piel de Aries, hijo sagrado de Poseidón, sobre el que había huido
Frixo para salvarse del sacrificio al que le quería destinar su padre
Atamante, para acabar con la sequía de Tesalia.
Frixo llegó hasta la lejana Cólquide, en el Mar Negro, donde sacrificó el
animal en honor de Zeus. Después colgó la piel en una encina, junto al
santuario de Ares
LAS SIMPLÉGADES
Rocas del Estrecho de Dardanelos que cuando pasaban los navíos,
chocaban unas contra otras y los despedazaban
EL CENTAURO QUIRÓN
Los centauros, criaturas mixtas con cuerpo de caballo y busto de
hombre, habitaban en el Monte Pelión de Tesalia y tradicionalmente
son descritos como seres salvajes y brutales que raptaban a las
muchachas. El Centauro Quirón, hijo inmortal de Crono, fue sin
embargo, el sabio preceptor de algunos héroes, entre los que figuran
Jasón y Aquiles
EL TALÓN DE AQUILES
Héroe semidivino. Su madre, Tetis, no quería que su hijo fuera mortal y
nada más nacer, le bañó en las aguas del Éstiges, el río infernal, para
volverle invulnerable. Al sumergirle en el río, su madre le cogió por el
talón y este punto no recibió el atributo de las aguas
PELEO
Héroe y rey de Ptía. Los dioses le entregaron como esposa a la
divinidad marina Tetis y de su unión nació Aquiles
BALIO Y JANTO
Corceles inmortales que tenían el don profético, regalo de Poseidón a
Peleo y que más tarde, serían los fieles aliados de Aquiles en la Guerra
de Troya

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ERIS
Diosa de la discordia
LA GUERRA DE TROYA
PARIS Y HELENA; AGAMENÓN E IFIGENIA
Actualmente se sabe que la expedición de griegos occidentales
contra Troya a finales del II milenio a.C. fue un hecho histórico.
Es posible que el motivo estuviese relacionado con el control del
estrecho de Dardanelos, un importante paso comercial hacia
oriente, muy cerca de donde se encontraba la ciudad.
Los griegos organizaron una gran guerra en la que participaron
todas las estirpes bajo un nombre común, Los Aqueos, uniéndose
por primera vez, contra un enemigo común.
PARIS ALEJANDRO
El hijo pequeño de Príamo y Hécuba, los reyes de Troya.
Antes de que naciera, su madre soñó que daba a luz una antorcha que
incendiaba su ciudad, signo premonitorio de la destrucción que Paris
causaría a Troya, y por este motivo, lo abandonaron en las laderas del
Monte Ida. Fue amamantado por una osa y criado por unos pastores.
Ya adolescente, Paris regresó a Troya, donde participó en los juegos
que sus padres habían instaurado en su memoria.
Resultó el vencedor absoluto y Príamo y Hécuba le reconocieron y,
felices de encontrarlo con vida, le acogieron en la familia.
LA FLOTA GRIEGA EN ÁULIDE
Un día, Paris se encontraba en Esparta como huésped del rey Menelao,
su amigo y marido de Helena. Cuando Paris y Helena se quedaron
solos, se enamoraron y decidieron escapar juntos a Troya.
La familia de Menelao se vio obligada entonces a vengar el rapto de
Helena. La venganza implicaba también a los grandes reyes y
caballeros de Grecia, pues cuando Tindáreo, padre de Helena, entregó
a su hija en matrimonio, recibió un sabio consejo de Ulises, el rey de

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Ítaca, e hizo prometer a todos los pretendientes, que aceptarían sin
rencores la elección de la princesa y mostrarían su solidaridad, con el
futuro marido en caso de dificultades.
Tras intentar en vano resolver la situación diplomáticamente, los
griegos decidieron enviar una expedición armada contra Troya.
La flota, compuesta por héroes de diferentes ciudades y regiones, se
reunió en el Puerto de Áulide bajo el mando del rey de Argos,
Agamenón, hermano mayor de Menelao.
El mal tiempo no les permitía zarpar y Calcante reveló a los griegos
que Artemisa era la culpable, pues Agamenón la había ofendido al
olvidar realizar los sacrificios en su honor.
Para que Artemisa dejase que la flota partiera, era necesario que
Agamenón sacrificara a su hija más hermosa, Ifigenia, que se
encontraba en su patria junto a su madre, Clitemnestra.
Agamenón accedió e hizo que trajesen a su hija con el pretexto de
entregarla como esposa a Aquiles, tal y como le había sugerido Ulises.
Protesilao fue el primer griego que murió en suelo troyano y el mito ha
querido inmortalizar su sacrificio, con la trágica historia del dios de los
infiernos, que le concedió volver a ver a su esposa Laodamía, apenas
desposada, antes de descender definitivamente a los infiernos.
AQUILES
Aquiles eligió vivir poco y morir gloriosamente en la batalla, donde el
hombre sólo cuenta con su valor y la única recompensa, es la fama
eterna. Sólo la muerte de su amigo Patroclo y el deseo de vengarse de
su asesino, Héctor, hicieron que el héroe regresara al campo de
batalla. Héctor, enemigo de Aquiles, era el gran héroe troyano, un
guerrero valeroso de gran sentimiento.
Su carácter ha quedado inmortalizado en la escena del trágico adiós a
su mujer y a su hijo pequeño en las murallas de Troya, antes del duelo
en el que murió a manos de Aquiles.
ULISES
Áyax, feroz guerrero, era el segundo en la batalla, sólo superado por
Aquiles. Cuando este último murió, Áyax y Ulises se disputaron su
armadura. Venció Ulises, y Áyax, enloquecido, se suicidó.
Gracias a la astucia de Ulises, los griegos consiguieron tomar Troya.

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Ulises ideó el plan del enorme caballo de madera con el vientre hueco,
que entregaron a los troyanos como ofrenda votiva.
En realidad, escondía en su interior a algunos soldados que así
pudieron traspasar las puertas de la ciudad y abrírselas al ejército
griego. Ulises era un héroe diferente a los demás.
Su cualidad al servicio de la guerra era la astucia, la capacidad de
persuasión, un valor que se basaba más en la seguridad en sí mismo
que en una extraordinaria fuerza física.
Ulises consiguió conocer y renunciar a los favores del olvido, la
inmortalidad y el amor de la divinidad, ofrecidos por la Maga Circe y la
Ninfa Calipso. Logró así regresar al mundo al que pertenecía, donde le
esperaba su fiel esposa Penélope. Allí tuvo que acometer la difícil
empresa de expulsar del trono a los usurpadores de su reino y
pretendientes de su esposa.
LAS SIRENAS
Estas criaturas, que los antiguos griegos imaginaban con cuerpo de
pájaro y rostro de mujer, atraían a los humanos con la promesa de
revelarles la verdad de todas las cosas.
También representaban la seducción y la atracción amorosa que
llevaba al humano a la ruina y la muerte.
EL CANTO DE LAS SIRENAS
Resultaba mortal para quien lo escuchase. Los marineros que lo oían,
perdían el control de sus navíos y chocaban contra las rocas errantes
LAS LEYENDAS ARGIVAS
ORESTES Y ELECTRA
Agamenón no tuvo un regreso feliz a Argos. Mientras se encontraba
en Troya, su mujer Clitemnestra y su amante, Egisto, hijo de Tetis,
habían planeado su delito. Agamenón descendía de la familia de los
pelópidas y sobre él, al igual que su padre Atreo, que había
cometido el delito de ofrecer a sus sobrinos como alimento para su
hermano Tiestes, pendía una culpa muy antigua.

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Él mismo había aceptado sacrificar a su hija Ifigenia y este fue uno
de los motivos, que empujaron a su mujer a cometer el homicidio.
Ni siquiera el hijo de Agamenón, Orestes, pudo librarse de esta
terrible cadena de homicidios, pues para vengar la muerte de su
padre, cometió el más horrible de los delitos: el matricidio.
Lo hizo aconsejado por el oráculo de Delfos, pero aun así, las
Erinias le persiguieron hasta la locura.
Acudió entonces al omphalos de Delfos, donde Apolo le purificó de
su culpa. Sin embargo, todavía tenía que ser juzgado por los
humanos, por lo que pidió la intercesión de la justa Atenea.
Atenea, fundadora y protectora de las instituciones atenienses,
aseguró con su presencia divina, la imparcialidad del juicio.
EL JUICIO DEL AERÓPAGO
Orestes, fue juzgado y absuelto del homicidio de su madre, por un
tribunal de hombres presidido por Atenea.
Se trataba del Aerópago, un antiguo e importante tribunal ateniense,
que juzgaba los delitos de sangre, situado en la Acrópolis y que, según
el mito, fue instaurado por Atenea para esta ocasión tan especial
ELECTRA
Después de la muerte de Agamenón a manos de Clitemnestra, Electra,
la hermana mayor de Orestes, le saca a escondidas de la casa del
delito. Cuando Orestes llegó a la edad adulta, planearon juntos el
terrible plan de venganza contra su madre
LAS ERINIAS
Tras la absolución de Orestes, para aplacar la furia de las Erinias, que
no habían obtenido la venganza invocada por el alma atormentada de
Clitemnestra, se les dedicó un templo y desde entonces se
transformaron en las Euménides, que quiere decir “las benévolas”
LA TRAGEDIA DE EDIPO
EL ENIGMA DE LA ESFINGE

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LA ESFINGE
Era una figura monstruosa de triple naturaleza: mujer, pájaro y león.
Hacía preguntas a los caminantes y devoraba a quienes no sabían la
respuesta
EL ENIGMA DE LA ESFINGE
La prueba que consagró a Edipo como héroe, fue una demostración de
inteligencia. Para no perder la vida, debía resolver la adivinanza que la
Esfinge le planteó, en el camino a Tebas.
La Esfinge le preguntó:
¿Cuál es el ser que por la mañana anda con cuatro piernas, a mediodía
con dos, por la noche con tres y que cuantas más piernas tiene, más
vulnerable es? Edipo encontró la respuesta a la adivinanza:
Se trata del ser humano, que de niño camina a gatas, de adulto sobre
dos piernas y en la vejez, se apoya sobre un bastón.
EDIPO
Nació en Tebas y su padre Layo lo abandonó en el Monte Citerón
cuando supo que sería asesinado por su hijo.
Allí le encontró un pastor que se lo llevó a Pólibo, el rey de Corinto,
que no tenía hijos. Ya adulto, Edipo descubrió por casualidad, que
Pólibo y Mérope, no eran sus verdaderos padres y se dirigió a Delfos,
donde se le predijo, que su destino era asesinar a su padre y casarse
con su madre. Aterrorizado por el oráculo, que por otra parte, no le
había aclarado nada sobre su origen, se encaminó sin saberlo hacia su
propio destino, Tebas. En el camino, discutió con un desconocido y lo
mató. Se trataba de Layo. Ya casi en Tebas, superó la adivinanza de la
Esfinge, que vencida por primera vez, se suicidó, arrojándose desde la
roca sobre la que solía situarse.
Edipo fue acogido en Tebas como un héroe, por haber librado a la
ciudad, del mal que la oprimía y se casó con la viuda del rey, Yocasta.
Tuvieron cuatro hijos: Eteocles, Polinices, Antígona e Ismena.
Más tarde, cuando la peste azotó Tebas, el adivino Tiresias explicó a
Edipo, que la plaga se debía a que el asesino de Layo había quedado
impune y le reveló la horrible verdad.

37
Edipo, enloquecido, se arrancó los ojos y terminó sus días vagando en
el destierro.
EL DESTINO DE TEBAS
La mancha del incesto y del parricidio, se transmitió como una
maldición sobre los hijos de Edipo.
Cuando éste murió, Eteocles y Polinices se disputaron Tebas.
Polinices, expulsado de la ciudad, regresó para asaltarla con un
ejército argivo. Ambos hermanos se mataron en duelo y el cadáver de
Polinices quedó insepulto.
Su hermana Antígona, que se había opuesto a tal ignominia, fue
emparedada viva dentro de una habitación y se quitó la vida.

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