1. Año de las Estrellas, 17 de diciembre de 2013.
“Dos ranas”
Mis queridas semillas,
Comparto con vosotros este mensaje y sobre todo para invitaros a
reír, es lo más maravilloso cada día nuestra sonrisa, sonreír a todos, aunque
os miren raro, aunque no comprenda el por qué, pero ya sabéis, nadie se
resiste a una sonrisa.
Érase una vez una laguna o una charca de agua donde había muchas
ranas, era una noche de verano, un calor suavecito, duuulce y podían
contemplar las estrellas de tanto que brillaban en el firmamento, estaban tan
felices que saltaaaban, saltaaaban y dos de ellas dieron un salto tan grande
que cayeron en un pozo que había muuuuy profundo, sus compañeras
empezaron a buscarlas y se dieron cuenta que donde habían caído no podían
salir, era muy profundo, entonces las dos ranas dijeron “Vamos a saltar más,
más rápido, a ver si podemos salir!” y la
una a la otra se animaba. Sus compañeras
desde fuera, les decían: “¡Descansar, no
hagáis esfuerzos, no podréis salir pues es
demasiado
alto,
vais
a
morir,
tranquilizaros, no gastéis vuestra energía,
pues así no sufriréis tanto!” Y las dos
ranas dijeron “Continuamos, continuamos” veían que las compañeras
saltaban, saltaban que les estaban hablando, hablando, hablando, pero llegó
el momento donde una de las ranas dijo “¡Ya no puedo más!” entonces se
hundió y desapareció, pero la otra rana dijo: “¡¿Cómo es posible?! ¡Sí
amigas, sí yo voy a continuar a saltar, sí a migas, sí, sí, sí os escucho, os
escucho, yo continuo!” Y la ranita continuó a saltar, a saltar, casi ya le
faltaba el aliento, pero ella saltó y en el úuuuultimo salto, salió del pozo.
2. Fue recibida con gran clamor, con aplausos y la felicitaron y le
dijeron: “¡Eres una valiente, haz hecho algo que nadie había llegado, has
tenido un éxito rotundo!” Entonces la ranita se acerca y les dice: “¿Cómo
decís, qué decís?” Y se pone la patita detrás de la oreja, chillar más fuerte.
“Que has hecho un gran esfuerzo, que
has salido donde era imposible salir,
que eres muy valiente.” “Disculpar,
había olvidado de deciros que soy
sorda, ¡sí, sí!, de nacimiento, soy sorda,
pero sea lo que sea que me decís, me ha
ayudado vuestras palabras de aliento,
me ha ayudado vuestras palabras de
ánimo, gracias a vosotros y a ese ánimo
que me decíais, he salvado la vida”.
Mis queridas semillas, sus compañeras le decían y le repetían que no
saldría viva que iba a morir, que no gastara sus fuerzas, qué lección más
bonita pues era sorda. ¿Y qué pasa cuando somos sordos? Oímos lo que
queremos, o escuchamos lo que nos interesa o solamente estamos atentos a
nuestro propio egoísmo, qué bonita lección.
Me voy a quedar con lo mejor y lo positivo, que si trabajamos en
equipo siempre saldremos adelante, que si escuchamos a nuestro corazón,
saldrá siempre la fuerza valiente, que si tenemos Fe, nada es imposible y si
creemos en Dios cada día es un milagro.
Las dos ranitas tenían la misma posibilidad, una dudó de su fe y creyó
en sus compañeras que no se salvaría y no podría salir y así fue; y la ranita
sorda escuchó su corazón y reforzó su Fe.
No dudéis mis queridas semillas y dar siempre un esfuerzo porque
vale la pena. Ánimo y disfrutar cuando veáis las ranitas, mandarles una
sonrisa y acordaros que en todo ser está esa fuerza de valentía, de coraje y de
valor.
¡Feliz día os quiero y os amo!