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El explorador de África (2)
En la edición anterior te contamos,
cómo David Livingstone recibió el
llamado para servir a Dios en las
regiones desconocidas de África.
Después de varios años de prepara-
ción, por fin pudo salir hacia el continente de su vocación.
Cuando David llegó a la costa africana, siguió su viaje directamente al in-
terior. Aprendió el idioma de las tribus de esa zona para predicarles el
evangelio de Cristo. David era un hombre trabajador y amable con todos.
Por eso se ganó rápidamente la confianza de los indígenas. Sin embargo,
siempre se quedó con la inquietud de que debía ir más al interior de África,
a regiones donde la gente nunca había escuchado del amor de Dios.
¿Por qué no vinieron antes?
Una vez Livingstone habló con el cacique de una tribu sobre Dios. Éste le dijo:
– Si esto es cierto que todos están perdidos eternamente, si no tienen per-
dón de pecados, ¿por qué tu gente no ha venido antes para decirnos esto?
Peligro por leones
En una región, los indí-
genas sufrieron mucho
por los leones que ro-
baban ganado e inclu-
so atacaron a perso-
nas. Livingstone sabía
que tenía que matar
algunas de las bestias;
entonces las demás
evitarían esta zona.
Un día viajó junto con
unos amigos indígenas
por la sabana africana,
cuando encontraron
un león gigante. Li-
vingstone apuntó con su escopeta y apretó el gatillo. Un disparo estalló por
la estepa. El misionero creía haber matado a la bestia, pero de repente la
fiera se levantó y lo atacó. Sus amigos gritaron de susto y para despistar al
león. De esta manera David tuvo tiempo para recargar su rifle y disparar
otro tiro que mató al animal.
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El humo retumbante
En uno de sus viajes, escuchó hablar del
“Humo retumbante”. Como David era un
explorador aficionado, quería saber de qué
se trataba. Avanzó varios días por plena selva
hasta descubrir uno de los espectáculos na-
turales más impresionantes, las cataratas Victoria.
También fue el primer hombre que cruzó todo el conti-
nente africano.
Desaparecido
En otra de sus expediciones, Livingstone penetró el continente
tan profundamente, que se pensaba en el mundo civilizado que
se había perdido o muerto. Un joven periodista, Henry Stanley,
fue enviado para buscar al famoso geólogo, naturalista, médico
y misionero. Después de una larga búsqueda, lo encontró en la
selva, enfermo de una fiebre peligrosa. Pero Livingstone no se
dejó vencer. Después de recuperarse, él y el joven reportero si-
guieron con sus expediciones
misioneras y exploradoras.
Fiel hasta el último aliento
Un día, el misionero tardó mucho en
salir de su carpa. Sus compañeros in-
dígenas miraron por un resquicio. Vie-
ron al hombre, ya mayor, de rodillas.
No querían interrumpir la oración del
misionero que para ellos era como
un buen padre. En la tarde por fin se
atrevieron a acercarse. Encontraron el
cuerpo frío. David Livingstone había
partido a la presencia de su Padre ce-
lestial. Hasta su último aliento había servido a los africanos y a
su Salvador Jesucristo, que amaba de todo corazón.
Narrado por Hartmut
No todo
Versículo misionero tiene que ir a la
para memorizar: selva. Hay otros que predican en
las ciudades grandes. Pues por todas
Id por todo el mundo partes hay gente que necesita
y predicad el evangelio
saber las Buenas Nuevas
a toda criatura.
Marcos 16:15
de Jesucristo.
4. Aventureros
misioneros
El apóstol Pablo era un
hombre que Dios había
escogido para que traiga
el Evangelio de Jesu-
cristo a todo el mundo.
En uno de sus viajes, él
y sus amigos Silas, Timoteo y Lucas – ¡En el nombre de Jesucristo, te or-
llegaron a la ciudad Filipos. deno que salgas de esta muchacha!
Dos poderes se encuentran En ese mismo momento el espíritu
Un día se encontraron con una mu- salió de ella.
chacha esclava. Esta muchacha esta- Alboroto
ba poseída por un espíritu maligno Cuando los dueños de la esclava se
que le daba el poder de anunciar co- dieron cuenta de que había perdido
sas que iban a pasar. De esa manera, su poder adivino, se enfurecieron
los dueños de la esclava ganaban mucho. Agarraron a Pablo y Silas y
mucho dinero. Cada vez que veía a los arrastraron ante los jueces de
Pablo y sus amigos, la muchacha les la ciudad. Estos los dejaron azotar
seguía gritando: fuertemente y luego meter en la
– Estos hombres trabajan para el cárcel. El carcelero, para vigilarlos
Dios Altísimo y les enseñan cómo bien, los metió en el calabozo más
pueden ser salvos. seguro de su prisión. Además les
Pablo se enojó, porque el espíritu sujetó los pies con unas piezas de
malo intentaba asociar las Buenas madera grandes y pesadas.
Nuevas con sus malos poderes. Se Alabanzas en el calabozo
volvió hacia la muchacha y dijo al es- Seguramente les dolió todo a Pablo
píritu maligno: y Silas. ¡En qué situación desesperada
estaban! Sin embargo, se animaron
Gracias a
Dios no siempre es tan
peligroso, pero siempre es
una aventura servir a
Dios.
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or
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bí
bl
ic
a
– Señores, ¿qué tengo que hacer
para salvarme?
– Cree en el Señor Jesucristo, tú y tu
familia, y serán salvos, – le contestó
Pablo; y le explicó que Jesucristo, el
mutuamente orando. A medianoche Hijo de Dios, había muerto para lle-
entonaron unas alabanzas, regoci- var el castigo por nuestros pecados;
jándose en su Salvador Jesucristo. y que Jesús resucitó para regalar
Los demás prisioneros los escucha- vida eterna a todos los que en él
ron cantar, tal vez pensaron que se creyeren.
habían vuelto locos. Salvos y libres
De repente, un gran terremoto sa- Muy agradecido, el carcelero sacó a
cudió la tierra y los cimientos de la Pablo y Silas de la cárcel y les lavó
cárcel. Todas las puertas se abrieron sus heridas. Luego se dejó bautizar
y las cadenas de los prisioneros se junto con toda su familia.Y en aquel-
soltaron. la misma noche había en la casa del
Un gran susto y el mensaje de carcelero una fiesta de gran gozo y
Salvación gratitud, pues todos creyeron en su
El carcelero se despertó asustado. Salvador Jesucristo.
Tenía mucho miedo que los gober- Historia bíblica basada
nantes de la ciudad le castigarían, en Hechos 16:16-34;
por Hartmut
porque pensaba que todos los pri-
sioneros habían huido. Tomó su es-
pada para matarse a si mismo…
En este instante Pablo gritó:
– ¡Alto! No te hagas ningún
daño. Estamos todos aquí.
El carcelero pidió una lám-
para y se precipitó aden-
tro del calabozo. Delante
de Pablo y Silas se puso de
rodillas y temblando pre-
guntó:
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lic
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ió
n
Lo que tú puedes hacer para ayudar en la Gran Comisión
El Señor Jesucristo mandó a sus discípulos, que vayan a todo el mundo y
digan el mensaje de la Salvación a toda la gente.Todavía hay muchas perso-
nas, que no han escuchado del amor que Dios tiene para con ellas. Por eso
hay misioneros que van a todas partes del globo terráqueo para llevar el
Evangelio hasta el último rincón. Todavía eres un/a niño/a, pero ¿sabías que
también tú puedes ayudar en la Gran Comisión?
1. Orar
Como ves en la historia de Pablo y Silas, ser misionero
puede ser peligroso. Estaban viajando mucho y había en-
emigos del Evangelio. Además, el diablo con sus poderes
malignos quiere evitar que el Evangelio de Jesucristo se ex-
tienda y que la gente se salve. Apoya a los misioneros con
tus oraciones. Seguramente Dios te escuchará y ayudará al
misionero en todas sus necesidades, pues Él es todopoderoso.
Solución del acertijo del N° 42:
2. Dar
A excepción de la Salvación por Jesucristo,
Dios tiene un plan para tu vida.
nada es gratis en este mundo. Tal vez puedes
ahorrar un poco de tu dinero, para que el mi-
sionero pueda regalar una Biblia a un niño que
todavía no conoce la Palabra de Dios.
3. Ir
Es posible que Dios quiera que tú mismo vayas algún día a pre-
dicar el Evangelio a personas que todavía no lo conocen. Por
eso, ¡prepárate! Principalmente prepara tu corazón, cui-
dando de tu relación con Cristo. Esté siempre dispuesto
a obedecerle. Además estudia bien, para que estés bien
formado y útil para tu Salvador Jesucristo.
Hartmut
Parece que el dibujante se equivocó en este dibujo, pues Pablo y Silas no estaban de vaca-
ciones. Encuentra las 14 diferencias entre los dos dibujos.
8. ¡Envíanos tu foto para que la publiquemos en este espacio!
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Monedita a monedita
Cuando mi hermano tenía 12 años, de-
seaba mucho tener un reloj pulsera. Para
obtener el dinero necesario, comenzó a
trabajar. Fue a cosechar manzanas y peras
junto con sus amigos. Era un trabajo duro,
debía juntar la fruta y trasladarla a un ca-
mión. Pero no importaba, porque de esa
manera podía cumplirse su sueño y com-
prar su reloj pulsera.
Tal vez tú también deseas con ganas tener
algo: una bici, un libro, una mascota. Y para
obtenerlo necesitas contar con tu propio
dinero. Para conseguirlo, puedes realizar
pequeños trabajos, como hizo mi hermano.
Otra manera de ahorrar eficazmente es
renunciar a otras cosas. Dulces y golocinas,
por ejemplo, se deshacen tan rápidos en la
boca que después de pocos minutos sólo
te queda la envoltura. Si te compras menos
dulces y guardas algo del dinero,
Ahorrar podrás conseguir otra cosa
es un buen hábito, te en que te podrás alegrar
www.mensajedepaz.org
hace una persona res- mucho más tiempo.
ponsable. Consíguete una alcancía
donde colocar esas monedas
y así, monedita a monedita, podrás
comprar lo que desees.
Ahorrar es una manera muy buena de po-
der cumplir tus sueños. Anda, te invito a
comenzar a ahorrar, y a contarme los resul-
tados. Verás que es algo muy útil.
Damaris
Redacción «Rescatados» • Mensaje de Paz
Casilla 139 • La Paz - Bolivia
Publicación bimestral dedicada a los niños.
email: rescatados@mensajedepaz.org
Para adultos y jóvenes recomendamos el
periódico mensual Mensaje de Paz.