Los fertilizantes y plaguicidas se utilizan para nutrir y proteger las plantas, pero su uso excesivo puede dañar el medio ambiente. Las plantas necesitan nutrientes como el nitrógeno, fósforo y potasio para crecer de manera saludable, pero los suelos pueden agotarse si se siembran demasiadas veces sin reponer los nutrientes de forma natural o con estiércol de vaca, caballo o gallina.