Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Santiago el mayor
1.
2. Santiago es uno de los doce Apóstoles de Jesús; hijo de Zebedeo. El y su hermano Juan fueron
llamados por Jesús mientras estaban arreglando sus redes de pescar en el lago Genesaret.
Recibieron de Cristo el nombre "Boanerges", significando hijos del trueno, por su impetuosidad.
En los evangelios se relata que Santiago tuvo que ver con el milagro de la hija de Jairo. Fue uno de
los tres Apóstoles testigos de la Transfiguración y luego Jesús le invitó, también con Pedro y Juan, a
compartir mas de cerca Su oración en el Monte de los Olivos. Hijo de Zebedeo y, posiblemente, de
Salomé. Era hermano de Juan el Apóstol. Su maestro Jesús les puso el sobrenombre de
«boanergués», que significa «hijos del trueno» (Marcos 3:17). Fue uno de los primeros que
recibieron la llamada de Jesucristo, cuando estaba pescando en el lago de Genesaret junto a su
hermano. Fue testigo presencial privilegiado de la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5:21-43)
y fue uno de los discípulos más apreciados por Jesucristo, de tal manera que estuvo presente en
dos de los momentos más importantes de su ministerio -la Transfiguración en el monte Tabor
(Lucas 9) y la oración en el Huerto de los Olivos- junto a Simón Pedro y a su hermano Juan. También
formó parte del grupo restringido de discípulos que fueron testigos del último signo realizado por
Jesús ya resucitado: su aparición a orillas del lago de Tiberíades y la pesca milagrosa (Juan 21:1-8).
3. En los Hechos de los Apóstoles descubrimos fue el primer apóstol martirizado. Murió
asesinado por el rey Herodes Agripa I, el 25 de marzo de 41 AD (día en que la liturgia actual
celebra La Anunciación). Según una leyenda, su acusador se arrepintió antes que mataran a
Santiago por lo que también fue decapitado. Santiago es conocido como "el
Mayor", distinguiéndolo del otro Apóstol, Santiago el Menor.
La tradición también relata que los discípulos de Santiago recogieron su cuerpo y lo
trasladaron a Galicia (extremo norte-oeste de España). Su restos mortales están en la basílica
edificada en su honor en Santiago de Compostela. En España, Santiago es el mas conocido y
querido de todos los santos. En América hay numerosas ciudades dedicadas al Apóstol en
Chile, República Dominicana, Ecuador, Cuba y otros países.
4. La fe y la espiritualidad medievales constituyen la explicación de uno de los fenómenos más extendidos en el viejo
continente: las peregrinaciones. La peregrinación jacobea, en su origen, tiene hondas raíces religiosas y no puede
entenderse fuera de ese contexto espiritual del medievo. La tradición del Camino de Santiago, arrancó en la Alta Edad
Media (s. IX-XIII) pero aún en nuestra sociedad occidental del consumo y el bienestar, llena con fuerza, un hueco espiritual
importante.
En el contexto actual, se hace difícil reflexionar acerca de los motivos que iniciaron las peregrinaciones jacobeas y sobre los
factores que ayudaron a su consolidación. Cuesta imaginar las dificultades que presentaba la ruta para el peregrino
medieval o los servicios que éste hallaba a lo largo del camino, e incluso es difícil pensar en las motivaciones que podían
llevarle a iniciar un viaje tan incierto y complicado.
La fe y la espiritualidad medievales constituyen la explicación de uno de los fenómenos más extendidos en el viejo
continente: las peregrinaciones. La peregrinación jacobea, en su origen, tiene hondas raíces religiosas y no puede
entenderse fuera de ese contexto espiritual del medievo. La tradición del Camino de Santiago, arrancó en la Alta Edad
Media (s. IX-XIII) pero aún en nuestra sociedad occidental del consumo y el bienestar, llena con fuerza, un hueco espiritual
importante.
En el contexto actual, se hace difícil reflexionar acerca de los motivos que iniciaron las peregrinaciones jacobeas y sobre los
factores que ayudaron a su consolidación. Cuesta imaginar las dificultades que presentaba la ruta para el peregrino
medieval o los servicios que éste hallaba a lo largo del camino, e incluso es difícil pensar en las motivaciones que podían
llevarle a iniciar un viaje tan incierto y complicado.
5. Fuera de los Evangelios, sólo aparece nombrado en los Hechos de los Apóstoles (Hc
12, 2), cuando, tras una prédica, es martirizado en Jerusalén (es uno de los primeros mártires
cristianos) hacia el año 43, muerto a filo de espada por orden de Herodes Agripa I, rey de Judea.
El rey propició el arresto de algunos miembros de la iglesia para matarlos. Este relato parece
contradecir la prédica de Santiago en Hispania. Además, en esos años (33-36), los cristianos se
habían dispersado de Judea hasta Fenicia, Chipre y Antioquía.
Santiago habría hecho todo el viaje de vuelta desde España hasta Jerusalén para encontrar a la
Virgen (ya que ella seguía viva allí, en la capital de Judea) antes de su dormición, hallando la
muerte ante Herodes Agripa en el martirio. La leyenda se cierra con que sus discípulos habrían
llevado su cuerpo (conservado de alguna manera) por el mar Mediterráneo en una mítica
embarcación de piedra y habrían costeado el Atlántico nuevamente hasta Galicia, donde lo
habrían enterrado justamente en Iria Flavia, donde el obispo Teodomiro lo halló en el siglo IX.
6. El descubrimiento de la Tumba del Apóstol supuso para el rey de Asturias una serie de
beneficios: la aglutinación de sus territorios como un solo reino, bajo la especial protección
del Apóstol, y la cristianización de la antigua "Vía del Finisterre", ruta seguida
tradicionalmente por muchos pueblos de religión céltica, hasta el pretendido fin del mundo.
De hecho, las peregrinaciones galas hacia el noroeste de España se han probado
arqueológicamente[5] [6] [7] [8] [9] y se puede afirmar que los celtas - en el primer milenio antes
de nuestra era - recorrían toda Europa para ir a estos sitios, donde celebraban sus matrimonios
y otros ritos. Este camino precristiano se convierte así en el Camino de Santiago o Ruta
jacobea, y Compostela en el tercer núcleo de peregrinación medieval, tras Roma y Jerusalén.
En el año 1122, el papa Calixto II instituyó y proclamó que en adelante tuvieran la
consideración y privilegios de Año Santo Jacobeo todos los años en los que la fiesta litúrgica de
Santiago, el 25 de julio, coincidiera con el día domingo.