Volcán activo descubierto bajo 1 km de hielo en la Antártida Occidental
1. Descubren un volcán activo
bajo un kilómetro de hielo en
la Antártida Occidental
Un grupo de sismólogos ha descubierto nueva actividad volcánica bajo el hielo antártico a unos
50 kilómetros (30 millas) de distancia del Monte Sidley, un volcán cuya cima sí está por encima
de la superficie de hielo que cubre la zona, en una cordillera situada en la Tierra de Marie Byrd,
un páramo antártico desolado que limita al sur con las Montañas Transantárticas.
El nuevo hallazgo, hecho por el equipo de Doug Wiens y Amanda Lough, de la Universidad de
Washington en San Luis de Misuri, Estados Unidos, sugiere que la fuente de magma se está
moviendo más allá de la cordillera, por debajo de la corteza externa y de las capas de hielo de
la Antártida. Indudablemente, su calor puede contribuir a la fusión del hielo antártico.
La mayoría de las montañas en la Antártida no son volcánicas, pero en esta área específica la
mayoría sí lo son. Puede que ello se deba a que la zona Oriental de la Antártida se esté
separando lentamente de la Occidental, aunque esto no se puede confirmar. Lo que sí parece
estar bastante claro es que hay un punto caliente activo en el manto, justo debajo de la zona
volcánica, produciéndose allí magma.
Esta imagen de radar de la Antártida Occidental ha sido coloreada para indicar, según el color,
la velocidad con que el hielo se está moviendo en cada porción de terreno. El color rojo
corresponde a las zonas donde el hielo se mueve con mayor rapidez. (Imagen: Observatorio
2. Terrestre / NASA)
Los científicos se muestran convencidos de que el volcán sepultado bajo el hielo entrará en
erupción. Además, teniendo en cuenta que las lecturas subterráneas del radar muestran que
hay una montaña bajo el hielo, y a juzgar por otros rasgos, es lógico suponer que dicha
montaña tiene un origen volcánico. Todo apunta además a que el volcán ya entró en erupción
en el pasado.
Ante la inquietante posibilidad de una erupción volcánica subglacial, la pregunta es obvia:
¿Podrá más la firmeza de la capa de hielo de un kilómetro de grosor o la potencia eruptiva del
volcán? Los científicos han calculado que sería necesaria una erupción enorme, con una
potencia que liberase 1.000 veces más energía que una erupción típica, para reventar la
compacta corteza de hielo bajo la cual está sepultado el volcán.
En cualquier caso, el calor que desprende ahora el volcán, y el calor mucho mayor que emitirá
cuando se desencadene su próxima erupción, tendrán efectos significativos en el manto de
hielo.
El agua producida por el deshielo se añadirá a la que ya circula por la exótica red de canales y
lagos subglaciales. La actividad volcánica implica en definitiva un mayor drenaje, o sea más
hielo que se derrite y al final va a parar al mar, o una lubricación mayor del lecho rocoso y la
parte baja de inmensos bloques de hielo aposentados sobre dicho lecho, que facilitará su
deslizamiento y en definitiva la pérdida de hielo antártico al pasar al mar.