El rol de la prensa platense como catalizadora de la hegemonía del Terrorismo de Estado.
Fuente: Revista "Las Patas en la Fuente", Noviembre de 2011. La Plata, Bs As, Argentina.
1. 04 las patas en la fuente
Prensa y
dictadura
La dictadura como una
crónica roja en las
páginas del diario El Día
F
ue una masacre en la que murió acribi-
llada una madre a quien le robaron su
hija bebé, que hoy sigue apropiada y
desaparecida y a quien hoy su abuela,
Chicha Mariani, sigue buscando. Sin
embargo, al día siguiente de ese 24 de
Noviembre de 1976, el diario El Día tituló: “Aba-
ten en La Plata a otros 5 extremistas”. La crónica,
en tono ascético, relata un mero episodio policial
en la que las fuerzas del orden destruyen un enemi-
go. Ni una sola línea refiere los hechos como el ho-
micidio de opositores políticos. Para el centenario
matutino platense, los desaparecidos y asesinados
en la dictadura eran terroristas, extremistas, sedi-
ciosos o delincuentes subversivos. Eran el enemi-
go a combatir. Eran lo que la dictadura le dictaba
que eran. En los años sangrientos del genocidio,
el matutino platense no sólo se limitó a reproducir
y ampliar los “partes de guerra” de las Fuerzas Ar-
madas y de Seguridad, sino que hasta se peleó con
los dictadores por no recibir un trato igualitario en
la distribución de las informaciones oficiales. No
integró el selecto grupo de medios socios de la dic-
tadura como Clarín, La Prensa y La Nación. Pero
disputó su lugar y contribuyó a la imagen que los
militares necesitaban para implantar el modelo po-
2. las patas en la fuente 05
lítico económico para los siguientes treinta años.
La dictadura encabezada por Jorge Rafael Vi-
dela, Eduardo Emilio Massera y Orlando R. Agos-
ti necesitó de la violencia y el terror para tomar y
conservar el poder. Pero también necesitó de la
prensa para crear el discurso dominante que les
permitiera transmitir sus valores occidentales y
cristianos, sus percepciones del mundo y sus creen-
cias, con las que justificaban sus actos. Así, el matu-
tino de diagonal 80 se convirtió en La Plata en el
vocero de los genocidas.
Como muestra basta una tapa. O también una
docena: durante todo ese mes de 1976, el matuti-
no dirigido por Raúl Kraiserbuld, puso en su tapa
hechos similares en toda la región día por medio.
Sólo en noviembre publicó 12 títulos en los que in-
formaba sobre “sediciosos”, “extremistas”, “subversi-
vos” abatidos por las fuerzas de seguridad.
Extractodelanota:“Veintisieteañosdespués,Jacobo
Timermansigueescribiendo”,publicadaporDiario
sobrediariosel14demayode2004.
La persecución a Timmerman
y la defensa de la Prensa
Argentina al Régimen
D
urante la dictadura militar
que se inició el 24 de mar-
zo de 1976, Timerman fue
acusado de haberse asocia-
do con el banquero David Graiver, a
quien, a su vez, se lo acusaba de admi-
nistrar fondos de la guerrilla peronista
Montoneros. Un año después de su
detención, y luego de ser torturado
por el general Ramón Camps, Timer-
man fue expulsado del país. Se radicó
en Israel, privado de su ciudadanía ar-
gentina. Allí generó también polémi-
cas. Se opuso a la política oficial de Tel
Aviv con respecto al conflicto de Me-
dio Oriente. Desde Estados Unidos
denunció la existencia de campos clan-
destinos de detención en la Argentina
y criticó la política de derechos huma-
nos del presidente norteamericano
Ronald Reagan.
El 30 de octubre de 1980 - aún
cuando en la Argentina se vivía una
dictadura militar - en la 36° Asamblea
GeneraldelaSociedadInteramericana
de Prensa (SIP) realizada en San Die-
go (California, EE.UU) enfrentó a los
directores y editores periodísticos de
nuestro país, allí presentes, quienes al
intentar desacreditarlo defendieron al
régimen argentino. En esa memorable
sesión se enfrentó con Annuar Jorge
(El Pregón de Jujuy); Máximo Gainza
(La Prensa); Raúl Kraiselburd (El Día
de La Plata); y José Claudio Escribano
(por entonces jefe de editoriales de La
Nación y actual subdirector del mis-
mo matutino”.
3. 06 las patas en la fuente
La tapa de El Día se convirtió en una especie de
parte de guerra de los militares, que no vaciló en des-
tacar a los efectivos muertos en esos operativos ase-
sinos, como héroes “quienes cayeron por la Patria” .
La mirada periodística del diario demostró sin
ruborizarse la afinidad del matutino con el gobier-
no militar. Su propio director y dueño, Raúl Krai-
selburd, lo dejó en claro cuando “el 7 de abril de
1976 aseguró que no había censura de prensa en
el país” . Mientras él lo decía, los militares inter-
venían el diario El Independiente, de La Rioja, y
secuestraban a un grupo de sus periodistas.
El 22 de abril, una comunicación interna de La
Voz del Interior a su personal decía: “Por directi-
vas del Comando del III Cuerpo de Ejército en el
día de la fecha, no se pueden publicar reclamos de
familiares de presuntos detenidos que deseen co-
nocer su paradero”. El matutino platense tampoco
publicó ninguna.
El historiador e investigador de la UNLP, Cé-
sar Tato Díaz, en su libro “Nos/otros y la violencia
política 1974-1982”, divide a los medios afines a la
dictadura como “socios” y “no socios”. El primer
grupo lo integraron los diarios que se apropiaron
de Papel Prensa: La Nación, Clarín y La Prensa. En
el otro grupo estaba El Día.
Díaz explica que “ser socio condiciona el discur-
so y no serlo también”.
Del estudio del comportamiento de esos diarios
en la dictadura, el historiador concluyó que “los dia-
rios apelan a las mentiras sociales, a los puntos cie-
gos: son tergiversaciones de la historia. Omiten más
que falsifican. Un lector desprevenido, que lo somos
en la inmensa mayoría, compramos eso sin beneficio
deinventario.Comounaverdadabsoluta,revelada”.
El comportamiento editorial del matutino de
Kraiselburd durante la dictadura fue de apoyo a la
política económica de los militares. Sólo discrepó
//// viene de pág. 5
4. las patas en la fuente 07
con el Proceso por la libertad de expresión, por la
preferencia del gobierno militar de difundir infor-
maciones la agencia estatal Telam, en desmedro de
la agencia del grupo El Día, Noticias Argentinas.
El “delincuente subversivo” fue eje de las noti-
cias del centenario matutino durante la dictadura
como lo es hoy ese grupo impreciso, generalizado
y fácil de identificar (y por lo tanto de señalar) que
es el de “los menores”, a quienes el diario no duda
en calificar como “delincuentes” en sus páginas de
noticias policiales.
Esas páginas destinadas a las noticias policia-
les donde los jóvenes hoy son señalados como un
enemigo a combatir, fueron las mismas que el ma-
tutino destinó durante los ocho años de dictadura
genocida para publicar los asesinatos de compañe-
ros como si se tratara de enfrentamientos entre po-
licías y ladrones, en los que, como en las películas
del far west no sobrevivía ni un solo “malo”, y los
//// sigue en pág. 8
Los medios de “El Ruso”
El diario El Día es el principal me-
dio del Grupo Kraiselburd, pero el
multimedios dirigido por Raúl Krai-
selburd controla, además, la Agencia
Noticias Argentinas (NA) las radios
FM Diez (99.1 Mhz) y FM La Redon-
da (100.3 Mhz), en televisión el Ca-
nal Deportivo y la TV Selectiva; y los
portales de Internet: La Plata Vive;
Motores Argentinos (clasificados);
e-Propiedades (clasificados) y Noti-
bonaerense.
Hasta 2009 la familia Kraiselburd
mantuvo sociedad con Jorge Fas-
cetto y juntos controlaron, también,
al Diario Popular. Juntos tuvieron el
periódico más leído en el conurba-
no bonaerense (en abril el Popular
vendió 92.200 ejemplares por día),
y el de mayor circulación en La Plata
(El Día vendió en abril 36.091).
El poder de penetración del diario
de la capital bonaerense es innegable:
con más de 36 mil ejemplares por día,
se ubica en el séptimo puesto del ran-
king de los diarios más vendidos. Y
como si eso fuera poco, el diario El
Plata Informador (el “diario barato”
del Grupo) es el décimo en ventas en
el país, con 23.200 diarios.
Es decir que, además de las poten-
tes emisoras que cubren con su señal
cada rincón de La Plata, el multime-
dios del Ruso vende 59.294 diarios
por día. Una capacidad de llegada
descomunal que replica en la capital
bonaerense la agenda del diario Cla-
rín y La Nación.
5. 08 las patas en la fuente
cow boys salían heroicos. Los muy canallas se pin-
taron de buenos con la ayuda de los medios, mien-
tras masacraban, torturaban, violaban, robaban
bebés, saqueaban viviendas, destruían familias,
desaparecían personas y arrojaban cuerpos al mar.
CRÍMENES DE LESA
HUMANIDAD EN LA PORTADA
Sólo en noviembre de 1976 quedaron registrados
en la portada de El Día 53 asesinatos de compa-
ñeros. Es que ese fue, como lo recuerda Gonzalo
Chaves en su libro “Los del 73”, un mes “muy duro
para los Montoneros en La Plata”.
“El día 22 la conducción de la Columna está
reunida en una casa de la calle 139 entre 47 y 49
del barrio Gambier. El lugar es detectado y el Ejér-
cito rodeó la manzana. Se pone en marcha el plan
de defensa y se entabla el combate. Cuando cesa el
fuego, los militares penetran en la casa; según la
prensa, la mayoría están muertos y otros dos fue-
ron detenidos. El mismo día 22 cayó otra casa en
la calle 63, entre 15 y 16, donde funcionaba el ser-
vicio de documentación; los diarios informaron
que tras un tiroteo fue abatida una pareja sin dar
a conocer sus nombres ”, relata Chaves en el libro
que escribió junto a Jorge Omar Lewinger.
//// viene de pág. 7 Sólo en ese mes, la tapa del centenario diario da
cuenta de, por lo menos, ocho ataques a viviendas
en toda la ciudad en los que cayeron muertos bajo
el fuego del Ejército y la Policía cincuenta y tres per-
sonas.
Uno de esos ataques fue el realizado con ame-
tralladoras, fuego de mortero y bombas de fósforo
por fuerzas conjuntas del Ejército y la Policía Bo-
naerense el 24 de noviembre de 1976 contra la casa
de Diana Teruggi y Daniel Mariani. Allí mataron
a cinco militantes peronistas: la mujer y Roberto
César Porfidio, Juan Carlos Peiris y Daniel Men-
diburu Elizalde. De esa casa también robaron la
bebé de tres meses Clara Anahí, que todavía su
abuela sigue buscando.
Muy a pesar de lo feroz del ataque, al día si-
guiente los asesinados eran extremistas, sediciosos
o elementos subversivos.
Pero ese golpe comandado por el condenado a
prisión perpetua por genocidio en 2006, ex comi-
sario mayor Miguel Osvaldo Etchecolatz, tuvo un
objetivo clave: destruir la imprenta en la que se im-
primía el periódico Evita Montonera; un órgano
de prensa clandestino.
Con ese ataque, el jefe de la Policía Bonaeren-
se, el Coronel Ramón Camps, y su mano derecha
Etchecolatz, no solo buscaron exterminar toda
oposición política, sino que atacaron la casa para
acallar una voz.
“El Día
miente”
El diario El Día estuvo toda su historia en la vereda de enfrente de la del pueblo trabaja-
dor y peronista. Ese encono causó en marzo de 1972 una de las más furibundas campañas
en contra del poderoso diario, que fue apoyada y fogoneada por la Juventud Peronista.
La acción de propaganda se basó en un lema sencillo y contundente: “El Día miente”.
El conflicto surgió desde el gremio de trabajadores de la Universidad Nacional de
La Plata, ATULP, acusaron a El Día de no dar espacio a las actividades del sindicato,
incluso de “negarse a publicar solicitadas pagas”.
El origen fue un larguísimo conflicto por nuevas incorporaciones al comedor pro-
ducidas por fuera de la bolsa de trabajo que históricamente manejaba el gremio, pero
que fue modificado por Jorge Luis Suñol, secretario de Asuntos Académicos de la Uni-
versidad y pariente de la esposa de David Kraiselburd, por entonces director del diario .
Por el “silencio” de prensa que atribuían a El Día, el sindicato lanzó una campaña de
volantes reproduciendo el logo del periódico con la frase: “El Día miente”.