El documento describe cómo las Brigadas Especiales Contra Actos de Terrorismo (BECATS) de la dinastía Somoza sirvieron de modelo para la creación de la Policía Sandinista por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) después de tomar el poder en 1979. Las BECATS aplicaban el terrorismo de estado bajo Somoza, mientras que la Policía Sandinista continúa siendo un instrumento de guerra civil y represión contra la disidencia bajo el FSLN. El FSLN traicionó a la clase trabajadora y se
Nicaragua: Las Brigadas Especiales Contra Actos Terroristas
1. Nicaragua: Notas para la revolución
Las Brigadas Especiales Contra Actos de Terrorismo:
El modelo de la Policía Sandinista
Por Humberto Gómez Sequeira-HuGóS
19 de enero de 2021 | 6:01 p.m.
Las Brigadas Especiales Contra Actos de
Terrorismo (BECATS) de la Dinastía Somocista
Católica (la Dinastía) —dirigida por el ficticio
General, “Made in USA”, Anastasio Somoza
Debayle, el tal "Tachito" “Vampiro de
Plasmaféresis”1
— fueron el modelo que el Frente
Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) usó para
crear a la Policía Sandinista (PS) como piedra
angular de la recomposición militar del Estado
desde que tomaron el poder, el 19 de julio de 1979.
Las BECATS fueron parte del ejército
personalizado (“somocista”) que “Tachito” heredó
de su padre —el criminal, ladrón y ficticio General,
“Made in USA”—, Anastasio Somoza García, el tal
“Tacho”. De dicho ejército, la Guardia Nacional
(GN) Somocista y Católica fue la columna vertebral
que “Tacho” alimentó con carne cruda, corrupción
y violencia como el ejército de ocupación de
Nicaragua —integrado por nativos feroces
conquistados y cristianizados por el Imperio
Español y Romano Católico— con que reemplazó al Cuerpo de Marines del Imperio Yanqui
después de que éste fue derrotado por el Ejército Defensor de la Soberanía de Nicaragua (EDSN).
La "especialidad" de las brigadas consistía en la aplicación del terrorismo de Estado, la guerra
“sucia”, principalmente, en el campo urbano de la guerra de la Dinastía contra el FSLN y la sociedad
disidente (o sospechada de serlo) de la mentira, corrupción y brutalidad de la Dinastía y “sociedad
somocista” que había diseñado a su imagen y semejanza. Las BECATS fueron derrotadas por las
muchachas y los muchachos de los barrios empobrecidos que se organizaron —espontáneamente y
fuera de las filas del FSLN— al ver que estaban siendo asesinados como objetivo estratégico militar
de las BECATS. La juventud descendiente de las naciones que los fundadores del Estado burgués
desposeyeron confrontó a las bestias somocistas, en combate desigual, armada sólo con su pecho
abierto, armas caseras y determinación.
2. 2 Humberto Gómez Sequeira-HuGóS
El FSLN no invirtió su fuerza en el armamento (teórico y práctico) de los habitantes de dichos
barrios como organizadores y combatientes de la insurrección urbana contra la Dinastía antes de que
los comandantes de la Tendencia Insurreccional o Tercerista del FSLN —dirigidos por José Daniel
Ortega Saavedra, el tal “Danielito”— decidieran, unilateralmente, lanzar la ofensiva final, de octubre
de 1977, contra la GN. De ahí, su vulnerabilidad y la facilidad con que las bestias somocistas los
atrapaban y consumían.
La mencionada ofensiva fue impulsada por la necesidad política de los comandantes terceristas
de exponerse como la tendencia victoriosa en la lucha contra sus compañeros —los comandantes de
la Tendencia Guerra Popular Prolongada y Tendencia Proletaria del FSLN— por el control del
FSLN, su identidad de clase y su programa de gobierno. De esa manera, los comandantes terceristas
también querían propagandizar el “Pacto del Grupo de Los Doce (PGD)”2
como su invento y
exhibirse como los más “huevones” y, por consiguiente, calificados para ser los primeros en tocar
los “huevos” del toro del Estado. La Tendencia Insurreccional o Tercerista del FSLN limitó la
insurrección urbana a su objetivo de tomar el poder del Estado para evitar que se convirtiera en una
revolución social, cumplir con su compromiso con la ficticia “burguesía antisomocista”,
representada en el PGD, y empezar la recomposición del Estado convirtiendo al soldado
“Danielito” en un mito llamado “El Pueblo Presidente”.
Pese a la política oportunista y traidora del FSLN, la mencionada muchachada se entregó a la
lucha contra la Dinastía como una causa acorde con su noble ideal: libre de la corrupción causada
por el egoísmo, la ambición y la vanagloria. Su sacrificio fue el factor que determinó la derrota del
ejército somocista de ocupación nacional y el triunfo de la revolución.
El Estado fue ocupado por el FSLN como el ejército vencedor en la guerra contra la GN y
ejecutor de su derecho al pillaje de la riqueza nacional como su recompensa por haber “liberado” al
país del “mal” del “somocismo” y haberlo sustituido por el “bien” del “sandinismo”.
El FSLN se convirtió en el nuevo legislador de la lucha de las clases por la posesión de la riqueza
que la clase trabajadora produce. Como tal, el FSLN —con “Danielito” actuando como el
inverosímil presidente de Nicaragua— constitucionalizó “La Piñata”, es decir, el robo masivo de la
riqueza pública que la Dinastía y la “sociedad somocista” habían acumulado apoyados por la GN
como el ejército que ocupó y aterrorizó a la sociedad honesta y disidente desde el 1 de enero de
1933. Con la ayuda de Sergio Ramírez Mercado3
como el arquitecto legal del Estado y vicepresidente
de Nicaragua, la asamblea sandinista aprobó las “Leyes 80” con las que el FSLN constitucionalizó el
pillaje y lo distribuyó entre sus soldados, actuando como el general de un ejército de ocupación
nacional. Legalizando el robo y la mentira con que lo justificó, el FSLN empezó el proceso de la
realización de su ambición: transformarse en una casta política aburguesada —estructurada en la
economía y el Estado— sostenida por la “sociedad sandinista” que paga contribuciones al FSLN
para poder gozar de los “beneficios de la revolución popular sandinista”.
Particularmente, después de la primera ofensiva final, en octubre de 1977, contra la GN —la
cual fue ejecutada por la Tendencia Insurreccional o Tercerista del Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN) como la aplicación de su nueva táctica militar— el terrorismo de Estado pasó a ser
el arma de defensa desesperada, feroz y sangrienta de la Dinastía. Las mujeres y hombres militantes y
simpatizantes del FSLN, sus familiares y toda la sociedad disidente del somocismo —el modo de
vida de un animal predador de su especie— fueron aterrorizados, torturados y asesinados por las
BECATS en comunión con los esbirros de la Oficina Nacional de Seguridad (OSN). Un ejemplo
3. Nicaragua: Notas para la revolución 3
Las Brigadas Especiales Contra Actos Terroristas: El Modelo de la Policía Sandinista
sangriento y doloroso de dicho terrorismo es la “Masacre de Xiloá” que las bestias somocistas
realizaron en el Reparto de Xiloá de Managua, el 12 de mayo de 1979.
El FSLN borró de su conciencia el sufrimiento histórico de la sociedad trabajadora que fue la
madre que lo amamantó, protegió, curó sus heridas y le enseñó cómo dar sus primeros pasos de
muchacha guerrillera y muchacho guerrillero en la ciudad y la montaña y la selva. Ella le confió la
noble tarea de realizar la eliminación de las condiciones que engendraron a la Dinastía y la “sociedad
somocista”: el egoísmo, la codicia, la corrupción, la opulencia, la brutalidad, la vanagloria y la
indiferencia.
La insensibilidad del FSLN ante el sentimiento de la clase trabajadora por la revolución y su
interés en ella como el fruto de su sacrificio fue el resultado de la guerra que hizo contra la GN para
quitar el poder a la Dinastía. La guerra fue el juez que exigió al FSLN que se sometiera a su ley:
aterrorizar, desangrar y "matar sin asco" a “el enemigo” como la única manera de superar su fuerza y
arrancarle el corazón de su poder. La conducta de la GN como predador de su especie estimuló al
FSLN a emular su psique y su táctica: “El fin justifica los medios”. Como el objeto de la guerra de
exterminio de la GN —difamado, perseguido, capturado, torturado y asesinado— el FSLN
reaccionó cambiando su corazón de estudiante, idealista y sensible, por otro corazón acorazado,
adecuado a su necesidad subjetiva de ser y funcionar como un soldado más fiero que su enemigo en
el campo de batalla.
La fuerza animal que impulsaba a los enemigos a matarse para sobrevivir los despojó de su
sentimiento humano común y lo sustituyó por el odio y la guerra como su forma de expresión. El
cambio de conciencia, su aplicación como arma de exterminio de su enemigo y el miedo a ser
exterminado por la GN convirtió al FSLN en un enfermo de neurosis de guerra que no se ha
recuperado. El deseo de sentir el placer de poseer el poder se sobrepuso a la necesidad del FSLN de
curarse, recuperando su condición de organismo humano sensible, sabio y compasivo.
El FSLN emergió de la mortandad y destrucción de la guerra —que victimizó y traumatizó a la
sociedad— envuelto en una sonrisa que no era un reflejo de su salud, sino de su placer estimulado
por su contacto con el fusil con que había conquistado el poder del Estado y satisfecho su ambición.
Con su conducta, el FSLN reveló su enfermedad —compuesta por dogmatismo, prepotencia y
vanidad— imponiéndose a la sociedad como un ejército de ocupación nacional desconfiado,
ambicioso, corrupto y agresivo. Los soldados que arrogantemente se llaman “hijos de Sandino”
siguen en guerra contra la sociedad honesta y disidente de su enfermedad. Esta condición ha mutado
en la dictadura que se manifiesta en la violencia de la PS y la conducta autocomplaciente de todos los
poderes del Estado. La burocracia es un ogro troglodita —estúpido, panzón, perezoso y engreído—
que consume el Presupuesto Público, servido sobre manteles de lujo. Esta casta parasitaria,
engendro de la corrupción del FSLN, ha convertido al Estado en un club privado sostenido por una
clase trabajadora que cuando grita “¡dos más dos no es igual a cinco!” el Estado la reeduca
torturándola para que acepte que “¡dos más dos sí es igual a cinco!”.
El FSLN anuló su obligación con la clase trabajadora en octubre de 1977, firmando el PGD.
Después de que Los 9 Comandantes saborearon el elíxir del poder, el 19 de julio de 1979, convirtieron
dicha anulación en guerra sucia contra el proletariado y sus aliados para someterlos al PGD que el
FSLN convirtió en el gobierno de colaboración con la burguesía llamado Junta de Gobierno de
Reconstrucción Nacional (JGRN). Expropiando a la clase trabajadora como productora del poder
de la revolución, el FSLN liberó su conciencia y la adecuó a su nueva posición en la lucha de clases
4. 4 Humberto Gómez Sequeira-HuGóS
como el ejército samurái defensor del interés de la burguesía y legislador de su transformación de
saqueadores en casta política aburguesada y “legalizada”.
La derrota de la clase trabajadora —su desclasamiento y congregación en la ficticia “Central
Sandinista de Trabajadores (CST)”— y la constitucionalización del pillaje y la mentira que lo justificó
(“La Piñata”) fueron factores que determinaron la transición del FSLN hacia su conversión en el
poder absoluto del Estado.
La Policía Sandinista (PS) es parte del ejército personalizado (“sandinista”) del ficticio
comandante José Daniel Ortega Saavedra, el tal “Danielito”, un soldado enfermo de guerra y
ambición. Sus integrantes son los sucesores —con “caites modernos” y armamento de guerra4
— de
la “Constabularia”5
que fue convertida en la GN por el Cuerpo de Marines Yanqui. La PS es un
producto reciclado hecho de los cartuchos vacíos de la barbarie de la guerra que el FSLN no ha
querido terminar. Su raíz está en el “Ejército Popular Sandinista (EPS)”, la Oficina de Seguridad del
Estado (OSE), la Comisión Política o “Checa Sandinista” y las “turbas divinas”6
de “Santo Tomás
Borge Martínez” llamadas Comités de Defensa Sandinista (CDS). Estas fuerzas estaban integradas,
en 1979, por participantes en la guerra (incluso agentes dobles, espías, delatores y revanchistas),
oportunistas llamados “sandinistas del 19 de julio”, exsomocistas y lumpen.
Las turbas que engendraron a la PS siguen siendo un instrumento de guerra civil —animado por
la fe de una masa en la “verdad” de la mentira que les predica su “líder”— que la Dinastía también
usó con la eficiente dirección de la “Colacha”7
. Con esa masa en movimiento —surgida de la derrota
y del fusilamiento de “el enemigo”—, impulsada por el deseo de sentir el placer de tener poder y
descargarlo con la amenaza del “pasá o te hacemos pasar” o culatazo del M1 Garand sobre la cabeza
de la persona disidente, como lo hacía la GN, el FSLN ensambló al troglodita con que ha
aterrorizado a “el enemigo” desde que cambió de campo de batalla, en 1979, como un soldado
enfermo de guerra y ambición incurable.
El FSLN creó y constitucionalizó a la PS, en 1979, como el nuevo ejército de ocupación nacional
y legislador del Estado. La función histórica de la PS continúa siendo hacer la guerra sucia —que el
FSLN llama “defensa de la revolución popular sandinista”— contra la sociedad “no alineada”, con la
escopeta y el bozal negro, para “alinearla” al “sandinismo” como la nueva doctrina de dominación
con que el FSLN sustituyó al “somocismo”. La PS es impulsada por el imperativo categórico que el
FSLN practicó como la condición para derrotar a la GN: “El fin justifica los medios”. Mantenerse
como el ejército de ocupación de Nicaragua es su fin y el terrorismo de Estado es su medio.
La PS es uno de los esbirros de la dictadura del FSLN que es apoyada por la “sociedad
sandinista” que ha diseñado a su imagen y semejanza —con mentira, corrupción y agresividad—
usando como modelo a la “sociedad somocista”.
5. Notas
1
“La empresa Plasmaféresis, con el nombre adecuado, fue lanzada en Nicaragua en la década de 1970 por Pedro
Ramos, un médico cubano de derecha que abandonó el país después de que la Revolución Cubana llevó a Fidel
Castro al poder. La empresa compró sangre barata de nicaragüenses pobres y desesperados, separó y congeló el
plasma y lo envió a Europa y Estados Unidos, obteniendo enormes ganancias”. —Telesur – 19 de julio de 2016
2
Representantes de la burguesía, pequeña burguesía, intelectualidad y Teología de la Liberación —educados por
España, la Iglesia Católica Colonialista, el imperio yanqui y la Dinastía Somocista y Católica— que fueron los
modelos que los comandantes terceristas exhibieron ante el Congreso de los Usureros Rateros de los Estados
Unidos como la clase, patricia y de buen gusto, a la que admiraban y con la que querían gobernar.
3
«“…me considero responsable de lo que ocurrió, porque yo estaba en el poder, no puedo decir yo estaba sólo
viendo y ahora te cuento que yo estaba viendo de lejos. De haberme beneficiado personalmente me siento muy
tranquilo, pero de haber participado en el diseño político de la transferencia de los bienes sí, obviamente yo era
responsable, era vicepresidente del país y manejaba los resortes del Gobierno”. Sergio Ramírez Mercado en
entrevista con La Prensa. “La verdadera piñata nada tuvo que ver con las leyes 80” | 24 de abril 2010
4
“Un análisis detallado del arsenal usado por el ejército de los paramilitares del régimen en contra de la
población durante la rebelión cívica, demuestra el despliegue de al menos siete tipos armas de guerra
empleadas, y también sugiere que la unidad de Tácticas y Armas Policiales de Intervención y Rescate (TAPIR)
estuvo involucrada en la masacre. El arsenal de la muerte usado por policías y paramilitares incluía siete tipos de
armas de guerra, entre ellas fúsiles AK 47, Dragunov, ametralladoras PKM, M 16, Remington 700, Jericho 941 y
Mossberg 500”. —El arsenal de la muerte de los paramilitares - Confidencial | 12-2-2019
5
“Creada y dirigida por los marines estadounidenses durante la segunda intervención militar de los Estados
Unidos en Nicaragua. Ésta se inició en 1926 y finalizó en 1933 con el retiro de las últimas tropas de la Infantería
de Marina de Estados Unidos”. —Wikipedia
6
“Turbas divinas”: “La exuberante inventiva de Tomás Borge dio con tan felices hallazgos como el de las turbas
divinas, designación con la que bendijo el vandalismo de primitivas hordas que a puño limpio o garrote vil
sofocaban la disidencia de los "enemigos del pueblo" en los años 80”. Viento Sur - Retórica, consignas y
metáforas de aquellos años
7
“Colacha”: Apodo de Nicolasa Sevilla Montes de Solórzano. Lideresa máxima de las turbas cuya actividad
terrorista fue parte del método que la Dinastía Somocista Católica usó para mantenerse adherida al Estado.