2. Mateo 20:20-28
¿Podrán hacer daño a otros nuestras oraciones?
¿Podrán nuestras oraciones causar problemas
adicionales o hacer que las cosas empeoren?
3. ¡Seamos realistas!
¡Muchas oraciones no son contestadas
de la forma que se pidieron!
Jesús y Pablo oraron tres veces respecto a
cuestiones específicas, tan sólo para que se les
negaran.
¿Por qué continuar orando si uno no consigue lo
que quiere?
4. ¡No sabemos Orar!
“… pues qué hemos de pedir como conviene, no
lo sabemos…” (Romanos 8.26).
“Cuando buscas a Dios, obtienes guía; cuando
buscas guía sin Dios, no obtienes nada”.
¡Toma tiempo entrar a la presencia de Dios!
Toma tiempo estudiar la Biblia;
toma tiempo adorar;
toma tiempo ser santo;
toma tiempo orar.
5. Job tuvo que aprender esta verdad por la vía
difícil. ¡Él creyó que podía disputar con Dios! Se
llenó la boca de argumentos.
Job 40:3. Entonces respondió Job a Jehová, y dijo:
4. He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé?
Mi mano pongo sobre mi boca.
5. Una vez hablé, mas no responderé; Aun dos
veces, mas no volveré a hablar.
6. Jeremías 9:24 Mas
alábese en esto el que se
hubiere de alabar: en
entenderme y
CONOCERME, que yo
soy Jehová, que hago
misericordia, juicio y
justicia en la tierra;
porque estas cosas
quiero, dice Jehová.
7. AL DIOS NO CONOCIDO
Hechos 17:23
II. EL HOMBRE POR LO GENERAL
NO SABE LO QUE PIDE
Mateo 20:20-21 Entonces se le acercó la madre de
los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante
él y pidiéndole algo. El le dijo: ¿Qué quieres?
8. No es erróneo venir ante Jesús, y pedir de él.
Salmos 2:8 Pídeme, y te daré por herencia las
naciones, Y como posesión tuya los confines de la
tierra.
“No sabéis lo que pedís” (v. 22a).
Jesús rechazó la petición de ellos por dos razones
básicas:
1) La petición de ellos le haría daño a ellos
mismos y a otros, y
2) 2) era doctrinalmente imposible.
9. Las oraciones egoístas, no meditadas,
nos hacen daño. Nos hacen sonar como niños
que quieren demasiados dulces.
El éxito de la oración no está en lo que
obtenemos de Dios, sino, en lo que él obtiene
de nosotros.
Jacobo fue el primer apóstol en ser martirizado.
Juan se convirtió en el amado “apóstol del amor”.
10. “… porque vuestro Padre sabe de qué cosas
tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”
(Mateo 6.8, 32; Lucas 12.30).
Jesús dijo que la oración es como niños
haciéndose sumisos ante su padre
(Mateo 7.11).
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más
vuestro Padre que está en los cielos dará buenas
cosas a los que le pidan?
11. III. ¿PUEDE EL HOMBRE HACER
QUE DIOS CAMBIE?
¿Puede un hombre finito, falible y lleno de
defectos, hacer que cambie un Dios que es
infalible?
Exodo 32:11-14 Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh
Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra
de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios,
diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la
faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu
pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has
jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las
estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado,
y la tomarán por heredad para siempre. Entonces Jehová se arrepintió del mal que
dijo que había de hacer a su pueblo.
12. 2 Reyes 20
1. En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el
profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu
casa, porque morirás, y no vivirás.
2. Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo:
3. Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he
andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho
las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.
4. Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de
Jehová a Isaías, diciendo:
5. Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el
Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus
lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de
Jehová.
6. Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de
mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí
mismo, y por amor a David mi siervo.
13. Muchas oraciones son juveniles.
¡Son egoístas y erróneas!
Miramos a Jacobo y a Juan con indignación,
luego les tenemos lástima, y por último nos
causa risa.
14. ¡Son iguales a nosotros!
¿Qué pensarían de nuestras oraciones?