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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)




    UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION A DISTANCIA (UNED)

    Curso de Experto en E-Learnig : educación y formación por Internet

    Módulo IV: Generación de contenidos on-line y metodología del e-learning

    GRUPO III

    Integrantes de este grupo que han participado en el desarrollo del curso:
    Joseba Angulo Quindós, Juan Bautista Cascallar Lorenzo , Juan Carlos Flores González y
    Jose Manuel Ibáñez Argos



GRUPO III                                                                          Página 1
Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)


                                       INDICE
  1.MODULO I
     1.1.UNIDAD DIDACTICA 1
            1.1.1.HISTORIA DEL CINE
            1.1.2.VIDEO 1ª PELICULA CON SONIDO DE LA HISTORIA(1889)
            1.1.3.VIDEO DE LOS HERMANOS LUMIERE (1895)
            1.1.4.VIDEO 1ª PELICULA MUDA (TOMAS EDISON-1898)
     1.2.UNIDAD DIDACTICA 2
            1.2.1.ESTILOS
            1.2.2.VIDEOS DE ESCENAS FAMOSAS
     1.3.UNIDAD DIDACTICA 3
            1.3.1.VANGUARDIAS
            1.3.2.CORTOMETRAJES (MINOTAUROMAQUIA)


  2.MODULO II
     2.1.UNIDAD DIDACTICA 1 ( Su vida )
            2.1.1.BIOGRAFIA
            2.1.2.DOCUMENTAL (BIOGRAFICO)
    2.2.UNIDAD DIDACTICA 2 ( El contexto en que se produce)
            2.2.1.FILMOGRAFIA ( Resumen contextual )
            2.2.2.CLAVES DE SU CINE
    2.3.UNIDAD DIDACTICA 3 ( Su obra )
            2.3.1.DOCUMENTAL (TECNICAS DE SU CINE)
            2.3.2.INFLUENCIAS DE SU ESTILO EN LA ACTUALIDAD
            2.3.3.DOCUMENTAL ( FILMOGRAFIA)
            2.3.4.DIRECCION ( listado completo de peliculas dirigidas )
            2.3.5.GUIONISTA ( peliculas en que intervino como guionista )
                              ( prinicpales premios recibidos )
            2.3.6.PREMIOS
      2.4.BIBLIOGRAFIA


  3.GLOSARIO
      3.1.Terminología de cine



GRUPO III                                                                 Página 2
Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)



                 MÓDULO I (Historia Resumida Del Cine)


 Fuente de Extracción de los Contenidos: Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (CNICE) del Ministerio de
 Educación y Ciencia.
         http://recursos.cnice.mec.es/media/cine/bloque1/index.html
 URL:




INTRODUCCIÓN
Los pasos que ha dado el cine a lo largo de más de un siglo de existencia confirman un trayecto histórico plagado de
realidades que, en forma de películas, han consolidado una estructura creativa e industrial que ha permitido superar los
problemas que han surgido al cabo de los años. En su evolución el cine ha consolidado un lenguaje, ha definido
trayectos artísticos, modelos empresariales que han favorecido el surgimiento de carreras artísticas de todo tipo,
construidas sobre modelos y representaciones que, en muchos casos, han trascendido su propio ámbito cinematográfico.
En el camino, el cine se vio marcado por todo tipo de vanguardias artísticas, movimientos culturales, circunstancias
políticas y conflictos bélicos.
ESQUEMA DE CONTENIDOS
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      Precedentes                                   1.9 El   cine estadounidense de los 40 y 50
1.1

1.2 Nacimiento     del cine                         1.10 El   cine latinoamericano
1.3 Consolidación       de un lenguaje              1.11 El   cine europeo de los 50 y 60
1.4 El   cine europeo de los 20                     1.12 El   cine japonés
1.5 El   cine estadounidense de los 20              1.13 El   cine estadounidense de los 60
1.6 Consolidación       del sonido                  1.14 El   cine europeo contemporáneo
1.7 Grandes     estudios de EE.UU.                  1.15 El   cine estadounidense contemporáneo
1.8 El   cine europeo de los 30 y 40



1.1 Precedentes
El Cinematógrafo se presenta en sociedad en los últimos años del siglo XIX. Este nuevo invento, surge a partir de la
convergencia de una serie de progresos científicos que arrancan desde siglos atrás, a partir de aportaciones habidas en
el campo de la Física y la Química, de la óptica y de las cámaras, y mejoras en terrenos como la proyección de las
imágenes, tanto de aquellas que pueden ser fijas —la fotografía- como de las que, por aplicación de ciertos
mecanismos, consiguen dar sensación de movimiento.
Desde la teoría de la visión, impulsada por Johannes Kleper en 1602, hasta los inicios de la industria óptica, que
consolida Joseph Fraunhofer en 1807, se confirma la posibilidad de uso de la cámara oscura que ya había anticipado
Leonardo da Vinci, aunque se atribuya a Giambattista della Porta la invención de dicho mecanismo. Estos estudiosos e
inventores pusieron los cimientos para el desarrollo de las cámaras fotográficas que impulsarían hombres como Friedrich
Voigtländer en 1841, Thomas Lutton —el inventor de la cámara réflex- en 1860 y George W. Eastman, quien en 1888
presentó en sociedad la famosa cámara Kodak.
El nacimiento de la fotografía se sitúa en 1839, cuando Joseph N. Niepce obtuvo, tras una larga exposición, obtener una
sombra. Fue un avance que para el hombre de la calle pasó desapercibido, pero no para aquellos científicos,
empresarios e intelectuales que se dieron cuenta que algo estaba pasando en el mundo de la obtención de imágenes. En
apenas unos años, este nuevo procedimiento enfrentó a pintores y fotógrafos, entendiendo los primeros que la fotografía
iba a acabar con su trabajo.

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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

La fotografía hacia finales del siglo XIX se socializó de tal manera que muchos ciudadanos en todo el mundo podía
disponer de una cámara. Y la fotografía fue el soporte que animó a otros inventores en pensar en cómo se podía obtener
una imagen en movimiento. Desde finales del siglo XVIII ya se proyectan imágenes fijas que se intentan animar mediante
procedimientos como la linterna mágica -que había sido inventada por Athanasius Kircher- y otros artilugios llamados
Phantascopio (Etienne Robertson en 1799), Praxinoscopio (Emile Reynaud en 1880) o Zoopraxiscopio (Eadweard
Muybridge en 1881).
Estas ilusiones ópticas dieron paso a otras generadas por sistemas mecánicos como el revólver fotográfico que utilizó
Jules Jansen en 1874, o el fusil fotográfico que aplicó Etienne Jules Marey en 1882. Estas y otras muchas
investigaciones buscaron el otorgar movilidad a la imagen fotográfica. Ayudó a alcanzar este objetivo la comercialización
del rollo de película (celuloide) comercializado por los hermanos Hyatt en 1868 y que desarrolló plenamente, George W.
Eastman cuando son mostradas al público en diversos países, las primeras imágenes en movimiento.
El Cinematógrafo —el Cine- llegó a ser una realidad cuando todos los procedimientos y sistemas de captación y fijación
de imágenes permitieron alcanzar la mayoría de edad necesaria para ser presentado al público como un nuevo
espectáculo.
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1.2 Nacimiento del cine
Antes de dar a conocer el Cinematógrafo, en diversos países de Estados Unidos y Europa varios inventores están
trabajando en varios sistemas que tenían un objetivo común: el visionado y proyección de imágenes en movimiento.
Entre 1890 y 1895, son numerosas las patentes que se registran con el fin de ofrecer al público las primeras quot;tomas de
vistasquot; animadas. Entre los pioneros se encuentran los alemanes Max y Emil Skladanowski, los estadounidenses Charles
F. Jenkins, Thomas Armat y Thomas Alva Edison, y los franceses hermanos Lumière.
En la mayoría de los aparatos el visionado de las imágenes sólo se podía hacer de manera individual; el más conocido
en esta línea fue el Kinetoscopio de Edison. Por eso, aunque ya desde 1893 ya se dispone de una primeras películas, la
existencia del Cinematógrafo como tal no comienza a correr de boca en boca hasta la primera proyección pública que
organizan los hermanos Auguste y Antoine Lumière el día 28 de diciembre de 1895 en París, en el Boulevard de los
Capuchinos. Las primeras imágenes que proyectan en el pequeño salón causan sorpresa y hasta temor entre los
espectadores presentes, alguno de los cuales al ver La llegada del tren a la estación creyeron que se iba a salir de la
pantalla y llegaron a levantarse del asiento
Tras la presentación del Cinematógrafo en París, en otras muchas ciudades europeas y americanas comienza a
quot;presentarsequot; el nuevo invento. En España la primera proyección la ofrece un enviado de los Lumière en Madrid, el 15 de
mayo de 1896. A partir de este año, se sucederán sin interrupción las proyecciones y, con ellas, la demanda de más
títulos, con lo que se inicia la producción a gran escala de películas que, poco a poco, van aumentando de duración al
igual que mejora la historia que narran.
Durante unos años, los temas de las películas se repiten con cierta frecuencia, y los espectadores se dejan atrapar,
sobre todo, por aquellas que les resultan más sorprendentes. En esta línea trabaja en mago francés Georges Méliès que
comienza a dirigir una serie de películas que tienen muchos trucos y efectos, imágenes mágicas en las que desaparecen
personajes (Escamoteo de una dama, 1896), chocan trenes, crecen los objetos y hasta se puede viajar a lugares
desconocidos (Viaje a la Luna, 1902). Esta línea creativa la desarrollará el español Segundo de Chomón, que compite
con Méliès en la producción de películas sorprendentes (El hotel eléctrico, 1908). También fueron importantes las
aportaciones de los fotógrafos de la Escuela de Brighton, pioneros británicos que sorprendieron por la utilización
narrativa de ciertos recursos que dieron fuerza a la historia que contaban, como sucedió con La lupa de la abuela (1900),
de James A. Williamson, en donde el punto de vista da mayor expresividad a los hechos que se narran.
En Estados Unidos será Edison el máximo impulsor del Cinematógrafo, consolidando una industria en la que desea ser
el protagonista indiscutible al considerarse como el único inventor y propietario del nuevo espectáculo. A su sombra van
creciendo otros directores como Edwin S. Porter, que logrará dar un paso fundamental en la construcción de una historia
con el diseño de una estructura que se centra en quot;el salvamento en el último minutoquot; (Asalto y robo de un tren, 1903;
película que daba inicio a un género exclusivo americano: el western).
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1.3 Consolidación de un lenguaje
El desarrollo de la industria del cine ha propiciado la definición de un lenguaje específico que se encargaron de ir
definiendo los directores que trabajaron en el tránsito del siglo XIX al XX. Sorprende que los pioneros no se limitaran a
seguir con la simple quot;toma de vistaquot; durante muchos años. Hubo quien se preocupó por dar a entender que la utilización
de varios planos de distinto tamaño servían para enriquecer la historia y la acción de los personajes.
La evolución que se aprecia en los primeros años tiene que ver con las primeras imágenes impresionadas por los
primeros operadores en todo el mundo. Un paso más lo dan los fotógrafos de Brighton a partir de 1900, fecha a partir de
la que utilizan en sus películas diversos recursos (puntos de vista, panorámicas, sobreimpresiones, etc.) para organizar
la historia. Simultáneamente, Méliès y Segundo de Chomón aplican técnicas —como el paso de manivela, que permitía

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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

el construir una historia fotograma a fotograma- para generar historias fantásticas y con efectos; es el momento del cine
de trucos en el que se intenta sorprender al espectador haciendo aparecer y desaparecer personas y objetos. Esta fase
la cierra Edwin S. Porter cuando en Salvamento en un incendio (1902) va más allá de la estructura lineal que plantea
todo el mundo, intercalando situaciones que atraen de manera especial la atención del espectador —insertos-; es decir,
intercala una serie de planos en los que destaca ciertos detalles del ambiente, de la acción de los personajes y con los
que se pasa de un espacio a otro sin ningún tipo de explicación —el montaje paralelo-.
Quizás todas estas aportaciones y el hecho de cada vez más se apropiara el cine de textos literarios muy conocidos por
los espectadores, condujeron a que el teórico italiano Riccioto Canudo escribiera en 1911 su quot;Manifiesto de las Siete
Artesquot; en el que señalaba al cine como el Séptimo Arte, y en el que pedía que los empresarios del cine asumieran un
mayor compromiso artístico con lo que hacían, para ir más allá de la industria y el comercio.
A partir de 1910, los europeos comienzan a producir películas más largas que sorprenden por su buena factura. Las
adaptaciones de obras de Victor Hugo y Emile Zola sirvieron de garantía para diversas producciones francesas. Por su
parte, los italianos consolidaron un modo de hacer que afectará a las industria cinematográficas de todo el mundo. Quo
Vadis? (1913), de Enrico Guazzoni, superó las dos horas de proyección. Cabiria (1914), de Giovanni Pastrone, se
convirtió en uno de los grandes monumentos cinematográficos de la historia por su tratamiento de la historia, de los
personajes, del espacio, de la iluminación, de la escenografía (estas producciones italianas dan un impulso a la
construcción de decorados corpóreos). Fue el momento en el que se dio un paso importante: cambiar la cámara de lugar,
buscar nuevos ángulos desde los que contar la historia al tiempo que se mantiene la continuidad de acción —en la que
también han de ser funcionales los rótulos que se intercalan para recoger el diálogo de los actores-; es el momento en el
que se construye una situación a partir del plano-contraplano.
El paso más relevante hacia la consolidación de un lenguaje específico lo ofreció el director estadounidense David W.
Griffith, quien tuvo la capacidad de organizar todas las aportaciones habidas hasta mediados de la década de los años
diez, y concretarlas en dos películas que han pasado a la Historia del cine como las más emblemáticas de la narración
cinematográfica primitiva: El nacimiento de una nación (1915) e Intolerancia (1916). A partir de estos años, directores
como Cecil B. De Mille (Juana de Arco, 1916), Charles Chaplin (El imigrante, 1917; Armas al hombro, 1918), Louis
Feuillade (director de varios seriales) y otros muchos, van profundizando en el lenguaje cinematográfico, dando cuerpo a
una gramática de recursos expresivos que el espectador asumirá y llegará a conocer con mucho detalle.
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1.4. El cine europeo de los 20
Los movimientos artísticos que se proyectan en la Europa de los años veinte influyen de manera determinante en el cine.
Desde diversas perspectivas y en casi todos los países, directores jóvenes y con grandes ideas teóricas y creativas,
ofrecen un buen conjunto de películas que dejarán profunda huellas en las generaciones posteriores.
Los directores franceses asumen, además de sus películas, un compromiso teórico fundamental impulsando cine-clubs
(Louis Delluc funda el primero en 1920), publicando algunos libros (Jean Epstein firma en 1921 quot;Buenos días, cinequot;, en el
que habla de las posibilidades creativas de la cámara y otros recursos expresivos) y desarrollando nuevas fórmulas
narrativas que se anticipan en el tiempo al cine espectáculo (Abel Gance rueda Napoleón, 1927; película que ofrece
diversas innovaciones técnicas, entre otras la pantalla múltiple, anticipo del sistema Cinerama). Son años dominados
también por el futurismo (Fernand Léger o Many Ray) y el surrealismo de Germaine Dulac, Luis Buñuel y Salvador Dalí.
Los alemanes disponen de recursos importantes (propiciados por la productora UFA) y abordan películas de diversa
consideración a partir de proyectos dirigidos por Ernst Lubitsch, Friedrich W. Murnau ( Nosferatu el vampiro, 1922;
Fausto, 1926), Fritz Lang (Las tres luces, 1921; Metrópolis, 1926) y George W. Pabst (La calle sin alegría, 1925), a
caballo del cine comercial, de gran espectáculo, y el más intimista, sustentado por el expresionismo y la puesta en
escena impulsada por el Kammerspielfilm, y las aportaciones realistas y melodramáticas de la Nueva Objetividad.
El cine surgido de la revolución rusa (1917) dio paso a numerosas e importantes aportaciones teóricas que se
concretaron en los trabajos de Dziga Vertov —sobre todo el quot;cine ojoquot;: objetividad de la cámara-, de Lev Kulechov —en
su laboratorio experimental desarrolló la teoría del montaje- y el grupo de la Fábrica del Actor Excéntrico (FEKS), dirigido
por Gregori Kozintev, Leoni Trauberg y Sergei Yukevitch, totalmente opuestos a la objetividad de Vertov. No obstante,
además de estos nombres, y desde los valores culturales que impulsaron su trayectoria artística, cabe mencionar al gran
maestro soviético: Sergei M. Eisenstein, director que supo aprovechar y enriquecerse con las aportaciones de directores
de todo el mundo para construir un cine de gran efectividad plástica e ideológica (La huelga, 1924; El acorazado
Potemkin, 1925; Octubre, 1927). A su sombra se movieron con desigual fortuna Vsevolod Pudovkin y Aleksandr
Dovjenko.
En otras cinematografías, las aportaciones individuales alcanzaron desigual fortuna. El cine italiano después el éxito
conseguido con las grandes producciones históricas de la década anterior —un modelo denominado peplum entre los
referentes cinematográficos- sólo logra un cierta representatividad gracias a la presencia en sus producciones de ciertas
actrices como Francesca Bertini o Lyda Borelli. El drama nórdico se sostiene en las películas de los suecos Victor
Sjöström (La carreta fantasma, 1920) y Mauritz Stiller (La expiación de Gösta Berling, 1923), directores que marcharán a
trabajar a Hollywood durante esta década, y en la del danés Carl Theodor Dreyer, que firmará una de las películas más

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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

importantes de estos años: La pasión de Juana de Arco (1928). El cine español busca encontrar una cierta estabilidad
industrial y aprovecha ciertos temas populares para consolidar su producción; La verbena de la Paloma (1920), de José
Buchs, La casa de la Troya (1924), de A. Pérez Lugín y Manuel Noriega, y las películas de Benito Perojo y Florián Rey,
entre otros.
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1.5 El cine estadounidense de los 20
Después del aprendizaje que muchos directores tuvieron a lo largo de los años diez, no debe resultar llamativo el hecho
de que a lo largo de los años veinte dirigieran algunas de las películas más importantes, llamativas y sorprendentes de
sus respectivas carreras y de la Historia del Cine.
Si Mack Sennett se había convertido en el máximo exponente del cine de destrucción (de sus manos salieron el famoso
grupo de policías —los Keystone Cop-, la guerra de tartas, con una acción vertiginosa que dio lugar al estilo slapstick),
sus discípulos Harold Lloyd y Charles Chaplin progresaron hacia un cine de mayor interés y efectividad, una línea que
progresaría gracias a las aportaciones de Búster Keaton. El cine cómico y la comedia se entrelazan en las películas de
estos actores-directores, situándolos en la cumbre el cine que alcanzaron no sólo por sus propios trabajos sino, también,
por el éxito popular conseguido en todo el mundo.
Charles Chaplin hizo famoso su personaje de quot;Charlotquot; gracias a la caracterización que se convertiría con el tiempo en
uno de los iconos más recordados. Si ya fueron importantes películas como El vagabundo (1915), El inmigrante (1917) y
Armas al hombro (1918), desarrolló sus fundamentales argumentos temáticos —sobre la base de un tono tragicómico- en
El chico (1921) y La quimera del oro (1925). Harold Lloyd, por su parte, también después de un dilatado aprendizaje
alcanzó su mayor gloria con el desarrollo de quot;gagsquot; y situaciones muy divertidas en películas como El estudiante novato
(1925), El hombre mosca (1926) y Relámpago (1928). Buster Keaton se caracterizó por un rostro inexpresivo (lo que
provocó que se le llamara quot;cara de paloquot;) y el tener que enfrentarse estoicamente a un mundo que se rebelaba a cada
instante ante lo que hiciese. Lo mejor de su trabajo se encuentra en La ley de la hospitalidad (1923), La siete ocasiones
(1925), El maquinista de la General (1927), El cameraman (1928).
Además del cine cómico, la industria estadounidense abordó otros temas, dando origen a una serie de líneas de
producción que se denominarían géneros. Desde el cine del Oeste (western), con singulares aportaciones de John Ford
(El caballo de hierro, 1924; Tres hombres malos, 1926), hasta el cine de aventuras impulsado por Allan Dwan (Robin
Hood, 1922; La máscara de hierro, 1929), se pasa por el cine bélico y social de King Vidor (El gran desfile, 1925; Y el
mundo marcha, 1928)y William A. Wellman (Alas, 1927), y los melodramas de Frank Borzage (El séptimo cielo, 1927),
entre otros muchos, además de las sorprendentes obras de terror interpretadas por Lon Chaney (El jorobado de Nuestra
Señora, 1923, de Wallace Worsley; el fantasma de la ópera, 1925, de Rupert Julien), las de los galanes romanticos John
Gilbert (Sota, caballo y rey, 1923, de John Ford; Su hora, 1924, de King Vidor), Ramón Novarro (Ben-Hur, 1925, de Fred
Niblo; El príncipe estudiante, 1927, de Ernst Lubitsch) y Rodolfo Valentino (Los cuatro jinetes del Apocalipsis, 1921, de
Rex Ingram; Sangre y arena, 1922, de Fred Niblo; El águila negra, 1925, de Clarence Brown). Fueron unos años
importantes para el star-system cinematográfico.
El cine estadounidense se benefició a lo largo de estos años de la presencia de numerosos directores y técnicos
europeos que decidieron probar fortuna en su industria. Entre los emigrantes más reconocidos de esta época se
encontraron los austríacos Erich von Stroheim, muy agudo a la hora de abordar temas sociales con ironía y realismo
(Esposas frívolas, 1921; El carrusel de la vida, 1922; Avaricia, 1923), y Joseph von Sternberg, quien puso los cimientos
de un género típico americano -el cine de gangsters (cine negro)- con la película La ley del hampa (1927). El alemán
Ernst Lubitsch da sus primeros pasos hacia un cine mordaz e irónico que consolidará tras la implantación del cine
sonoro. El sueco Victor Sjöström dejará su buen hacer en El viento (1928) y el francés Jacques Feyder aprovechará la
presencia de Greta Garbo para rodar con la Metro Goldwyn Mayer El beso (1929).
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1.6 Consolidación del sonido
Desde finales del siglo XIX, cuando se producen las primeras imágenes en movimiento, se intentó que tanto el fonógrafo
inventado por Edison como el gramófono diseñado por Emil Berliner pudieran se acoplados al Cinematógrafo. Quien lo
intentó en primer lugar fue el francés Auguste Baron, después le siguieron otros muchos. No obstante, cuando el
Cinematógrafo comienza a difundirse por el mundo, lo empresarios tenían más interés en explotar el nuevo espectáculo
que en pensar en rentabilizar algo nuevo, económicamente más costoso.
A partir de los experimentos e investigaciones que se remontan a los primeros años del siglo XX, y que se centran en el
registro y la reproducción del sonido cinematográfico, los sistemas que se patentan en torno a los años veinte buscan
hacer realidad un sueño de muchos: que los actores hablen en la pantalla. La Warner Bros. es la primera empresa que
se arriesga a producir las primeras películas quot;sonorasquot; y quot;habladasquot;. El primer intento parcial se aprecia en Don Juan
(1926), y el segundo y más importante, en El cantor de jazz (1927), ambas dirigidas por Alan Crosland. Este nuevo paso
tecnológico va a influir de manera determinante en la industria, en los profesionales que en ella trabajan, en los
planteamientos estéticos de las historias, obligando a una reestructuración industrial que afectará, inevitablemente, a la
comercialización de las películas en todo el mundo.
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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

La polémica suscitada entre la Warner (su sistema llamado Vitaphone suponía la sincronización del disco con el
proyector cinematográfico) y la Fox (tenía el sistema Movietone) y la RCA (con su sistema Photophone), éstos con el
registro del sonido en la misma película (llamado sonido óptico), y otras empresas, obligó a decidir adoptar un sistema
estándar de sonido para evitar el caos en la industria. Se decidió que el más apropiado era el sonido óptico, porque iba
impreso en la misma película.
Las primeras películas sonoras que comenzaron a circular por todo el mundo se adaptaron a las circunstancias del
momento. Se proyectaron películas mudas sonorizadas y se remontaron otras incorporándoles partes sonoras. Los
Estudios afincados en Hollywood comenzaron a producir películas en varias versiones (idiomas) con el fin de
comercializar cada una en su correspondiente país, sobre todo cuando la versión original con subtítulos fue rechazada
en la mayoría de los países. Este sistema perduró durante unos años hasta que vieron que resultaba muy costoso. Fue
el momento en que los productores decidieron adoptar el doblaje como opción más económica. Con el tiempo, se adoptó
e implantó definitivamente dicho procedimiento en casi todos los países, con lo que la obra original comenzó a tener
quot;versionesquot; derivadas de la traducción realizada en cada país.
Entre las películas que muestran los problemas que se vivieron en diversos países entre 1926 y 1931, cabe mencionar El
séptimo cielo (1927), de Frank Borzage, La muchacha de Londres (1929), de Alfred Hitchcock, M, el vampiro de
Dusseldorf (1931), de Fritz Lang, y la española El misterio de la Puerta del Sol (1928), de Francisco Elías, entre otras.
Sobre la vivencias de los actores y los problemas económicos y técnicos vividos en los grandes Estudios
estadounidenses durante los rodajes de las primeras películas sonoras, debe recordarse Cantando bajo la lluvia (1952),
de Stanley Donen.
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1.7 Grandes Estudios de EE.UU.
Desde comienzos de los años diez se fueron fundando las más importantes empresas de cine estadounidenses como la
Universal Pictures, Fox Film Corporation —después conocida por 20th Century Fox-, United Artists, Warner Bros., Metro-
Goldwyn-Mayer (MGM), Columbia, Paramount, RKO, que irían sufriendo diversas modificaciones en su estructura de
gestión al fusionarse con otras empresas dedicadas a la exhibición y la distribución. La consolidación de estas firmas
permitieron que la década de los años treinta se definiera como la quot;Edad de oroquot; de los grandes Estudios
cinematográficos estadounidenses (y del mundo). El motivo no es sólo la producción continuada que se realiza en cada
uno de ellos, sino el desarrollo de las más diversas líneas temáticas que dieron lugar una política de géneros más
definida.
Se contempló a la Metro Goldwyn Mayer —con su famoso león en la presentación de todas sus películas-, Paramount y
Warner con respeto, sobre todo porque fueron los Estudios que dispusieron de mayores recursos tecnológicos y
humanos. Después se incorporaría al grupo la 20th Century Fox. En cualquier caso, la exclusividad no impidió un
intercambio a lo largo de los años de actores y directores según intereses afines.
La MGM se hizo con el estrellato cinematográfico gracias a los temas románticos dirigidos por Clarence Brown e
interpretados por Greta Garbo (Ana Karenina, 1935), las más diversas historias firmadas por Victor Fleming (La indómita,
1935; Capitanes intrépidos, 1937), en especial dos películas que marcaron una época de esplendor: Lo que el viento se
llevó (1939), con Clark Gable y Vivien Leigh, y El mago de Oz (1939), con una jovencísima Judy Garland. Los hermanos
Marx fueron dirigidos por Sam Wood en sorprendentes películas como Una noche en la ópera (1935) y Un día en las
carreras (1937). La producción musical del Estudio quiso ser una proyección de los espectáculos de Broadway, tanto
operetas (con Jeannette MacDonald) como historias con mucho baile (con Eleanor Powell).
La Warner Bros. supo desarrollar hábilmente géneros como el cine negro y el cine de aventuras. En el primero Mervin
LeRoy dirigió títulos tan representativos como Hampa dorada, (1930), con Edward G. Robinson, y Soy un fugitivo (1932),
con Paul Muni; en el cine de aventuras destacan las aportaciones de Michael Curtiz, representativas de un modo de
hacer que atrapó al público de la época: La carga de la brigada ligera (1936) y Robín de los bosques (1938), ambas con
Errol Flynn y Olivia de Havilland. Y en el campo musical sobresalieron las películas barrocas dirigidas y coreografiadas
por Busby Berkeley.
Paramout por su parte apoyó los grandes filmes históricos de Cecil B. De Mille como El signo de la cruz (1932) y
Cleopatra (1934), la comedia sofisticada y de fina ironía de Ernst Lubitsch (Un ladrón en mi alcoba, 1932; La viuda
alegre, 1934) o el cine de gangsters y de terror dirigidos con buen pulso por Rouben Mamoulian (Las calles de la ciudad,
1931; El hombre y el moustruo. Dr. Jekyll y Mr. Hyde, 1932). Sus películas musicales fueron mas bien historias en las
que diversos actores cantaban unas canciones (Mae West, Bing Crosby, etc.).
La Universal se especializó en cine de terror con inolvidables películas que han marcado a buena parte del cine posterior
de género. James Whale fue el responsable de Frankenstein (1931) y El hombre invisible (1933), entre otras. Tod
Browning dirigió Drácula (1931), con un inimitable Bela Lugosi, y una sorprendente e inigualable La parada de los
monstruos (1932).
La RKO produjo los musicales de la pareja de baile más famosa del cine: Fred Astaire y Ginger Rogers, especialmente
con La alegre divorciada (1934) y Sombrero de copa (1935). La Columbia se centró en una producción más familiar,
destacando las comedias de Frank Capra en la línea de Sucedió una noche (1934), con Claudette Colbert y Clark Gable,
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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

El secreto de vivir (1936), con Gary Cooper y Jean Arthur, y Vive como quieras (1938), con Jean Arthur emparejada en
esta ocasión con James Stewart.
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1.8 El cine europeo de los 30 y 40
Tras la implantación del sonido en todo el mundo, las industrias de cada país comenzaron a producir y a abastecer el
mercado con películas que fueron interesando al público. No obstante, el clima político que se vive en varios países a lo
largo de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial, afectaron irremediablemente en el modo de hacer y los temas a
abordar por quienes deseaban dirigir cine.
El cine francés se mueve en el realismo que se ofrece desde la tradición y los ambientes populares de René Clair
(Catorce de julio, 1932) y Jean Renoir (Toni, 1934; Los bajos fondos, 1936; La regla del juego, 1939) y el drama que, con
ciertas dosis de fatalismo, recrean Julien Duvivier (Pepe-le-Moko, 1937) y Marcel Carné (El muelle de las brumas, 1938),
ambas películas interpretadas por el gran actor Jean Gabin. La guerra delimitó espacios. Más allá de abordar temas
realistas, los directores franceses se centraron en las adaptaciones literarias y muy académico en las formas, un cine
llamado quot;de qualitéquot;, con el que convivieron directores consolidados como Clair (El silencio es oro, 1947) y otros
directores más jóvenes como Jacques Becker, Henry-George Clouzot y Robert Bresson.
El cine inglés comenzó a diseñar una estructura proteccionista para su cine, dada la implantación del cine
estadounidense en su mercado e industria. El gran impulsor del cine de los treinta fue Alexander Korda, director y
productor que consiguió uno de sus grandes películas en La vida privada de Enrique VIII (1933). Son los años en los que
Alfred Hitchcock demuestra que sabe contar historias (treinta y nueve escalones, 1935; Alarma en el expreso, 1938) y
Anthony Asquit alcanza su madurez con Pigmalion (1938). No obstante, los treinta confirman que los británicos son unos
maestros del documental. La Escuela impulsada por John Grierson y con apoyo del gobierno, permitirá que un grupo de
directores (Basil Wright, Harry Watt, Paul Rotha, etc.) realicen un cine informativo de gran altura con el apoyo de
maestros como el propio Grierson y Robert Flaherty. Los años cuarenta van a estar dominados por la producción de
John Arthur Rank, con películas de prestigio como Enrique V (1945), dirigida e interpretada por Laurence Olivier, uno de
los mejores actores británicos y el que mejores adaptaciones hizo de la obra de William Shakespeare, y Breve encuentro
(1945), de David Lean. Fueron años, los cuarenta, en los que el maestro Carol Reed dirige películas como Larga es la
noche (1947) y El tercer hombre (1949), y los Estudios Ealing desarrollan una gran e interesante producción en el campo
de la comedia social con gran ironía (Pasaporte para Pimlico, 1949; Ocho sentencias de muerte, 1949).
El cine alemán se muestra muy activo durante los primeros años treinta de la mano de Joseph von Sternberg (El ángel
azul,1930, con una excepcional papel de Marlene Dietrich) y Fritz Lang (M. El vampiro de Dusseldorf, 1931, con una
interpretación especial de Peter Lorre), antes de que estos directores se incorporaran al cine estadounidense. George W.
Pabst mostró su gran vena realista en Westfront (1930) y Carbón (1932). El ascenso político de los nazis tiene su
proyección en obras de singular relieve como El flecha Quex (1933), de Hans Steinhoff, y El judío Süss (1940), de Veit
Harlan, mientras que la directora Leni Riefenstahl acomete dos de los pilares del documentalismo cinematográfico: El
triunfo de la voluntad (1934) y Olimpiada (1936). Con un deseo de superar viejos traumas y, sobre todo, volver la mirada
a la sociedad, surge el neorrealismo impulsado por una generación que, aunque escasa de recursos, supo ofrecer
algunas de las historias más brillantes del cine en la inmediata postguerra.
Dada la situación política europea, Italia se ve sumida en la producción de cine con marcado cariz propagandístico en la
línea de La corona de hierro (19), de Blasetti, y en la comedia intrascendente (llamada de quot;teléfonos blancosquot;) de Mario
Camerini (¡Qué sinvergüenzas son los hombres, 1932). No obstante, en la inmediata postguerra cobrará fuerza un
movimiento neorrealista centrado en temas sencillos, extraídos de la vida cotidiana y plasmados con gran realismo y un
tono visual próximo al documental.
El cine soviético alcanza unos de sus grandes momentos con Iván el Terrible (1945), de Sergei M. Eisenstein, mientras
que la presión política que se ejerce sobre los creadores obligará a realizar otras muchas películas que pretenden
ensalzar la figura de Stalin, un culto a la personalidad que dará origen a un retroceso en la producción cinematográfica.
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1.9 El cine estadounidense de los 40 y 50
La década de los cuarenta se inicia con una auténtica bomba creativa: la película Ciudadano Kane (1940), dirigida por un
recién llegado llamado Orson Welles, que rompió muchos esquemas desde el punto de vista visual y narrativo, y en la
que tuvo un gran protagonismo el director de fotografía Gregg Toland.
Estos años estuvieron marcados por la producción de películas de quot;cine negroquot;, con excepcionales aportaciones en
obras como El halcón maltés (1941), de John Huston, con Humphrey Bogart; Casablanca (1942), de Michael Curtiz, con
una pareja protagonista inolvidable: Ingrid Bergman y Bogart; Laura (1944), de Otto Preminger, con Gene Tierney y Dana
Andrews; y Gilda (1946), de Charles Vidor, con Rita Hayworth y Glenn Ford. Fueron años de gran variedad temática y de
excepcionales interpretaciones. Se puede hablar de Charles Chaplin (El gran dictador, 1940), de John Ford (Las uvas de
la ira, 1940, con Henry Fonda), de William Wyler (La carta, 1940; La loba, 1941; las dos interpretadas por Bette Davis) y
de George Cukor (La costilla de Adán, 1949, con una pareja sorprendente: Spencer Tracy y Katharine Hepburn).

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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

Además encontraron un hueco en la programación aquellas historias más humanas y evangelizadoras como Siguiendo
mi camino (1944), de Leo McCarey, con Bing Crosby, los musicales como Escuela de sirenas (1944), de George Sydney,
con la famosa Esther Williams, westerns como Duelo al sol (1946), de King Vidor, con Gregory Peck y Jennifer Jones,
Pasión de los fuertes (1946), de John Ford, con Henry Fonda, Linda Darnell,
No obstante, el cine estadounidense de los cuarenta se vio delimitado en su producción por la entrada del país en la
Segunda Guerra Mundial, que impulsó el cine de propaganda desde el documental y el cine de ficción, en películas en
las que el heroísmo del soldado estadounidense quedaba bien destacado, como en Treinta segundos sobre Tokio
(1944), de Mervyn LeRoy, y Objetivo Birmania (1945), de Raoul Walsh, con un Errol Flynn capaz de solucionar él solo
todos los problemas. En el lado contrario se encontró También somos seres humanos (1945), de William A. Wellman, un
retrato realista de los soldados que caminan hacia sus objetivos, de los jóvenes que sufren, tiene miedo y angustia, que
pasan hambre.
También se vio condicionado en su creación por la las iniciativas del Comité de Actividades Antiamericanas. Directores,
guionistas y actores sintieron la persecución implacable de la Comisión dirigida por el senador Joseph McCarthy. Fue la
denominada quot;caza de brujasquot;, una batalla política con la que se pretendió sanear Hollywood de comunistas.
En esta tesitura se moverá la producción cinematográfica en los cincuenta, en la que el cine de género continuará su
marcha con singulares aportaciones. En el western se revisan sus planteamientos, con películas como Flecha rota
(1950), de Delmer Daves en la que el indio ya deja de ser el malo de la película-, Sólo ante el peligro (1952), de Fred
Zinnemann, y Raíces profundas (1953), de George Stevens. El cine negro con La jungla de asfalto (1950), de Huston,
muestra su eficacia. El musical alcanza su cumbre con las aportaciones de Stanley Donen y Gene Kelly (Un americano
en París, 1951; Cantando bajo la lluvia, 1952). Hollywood produce mucha ciencia-ficción influenciado por la literatura de
la época y por la tensión de la quot;guerra fríaquot; entre las dos superpotencias (Ultimátum a la tierra, 1951, de Robert Wise; El
increíble hombre menguante, 1957, de Jack Arnold). Y también, comedias (Con faldas y a lo loco, 1959, de Billy Wilder),
melodramas (Obsesión, 1954, de Douglas Sirk), historias de ambiente juvenil (Rebelde sin causa, 1955, de Nicholas
Ray) y mucho cine de entretenimiento que llega con las superproducciones (Los diez mandamientos, 1956; Ben-Hur,
1959, de Wyler) que acomete la industria estadounidense para intentar atraer a la sala al público que durante estos años
vive más pendiente de la televisión y del esparcimiento social.
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1.10 El cine latinoamericano
Los países latinoamericanos fueron recibiendo al Cinematógrafo al igual que en el resto del mundo, a finales del siglo
XIX. Las circunstancias sociales, económicas y políticas marcaron con los años su progreso cinematográfico, en el que
tanto tuvieron que ver los promotores españoles, franceses e italianos como la presencia de las películas
estadounidenses en sus pantallas. Muy pronto el mercado de cada uno de los países comenzó a estar controlado por el
cine de Hollywood. No obstante, esta situación no impidió que en diversas épocas floreciesen aportaciones que
mostraron la singularidad de la producción latinoamericana, que se apoyaría a lo largo del tiempo y en gran medida en la
coproducción entre países de habla hispana.
Quizás esta situación es la que provocó que en la producción de las primeras películas habladas en español, Hollywood
contratara a numerosos profesionales (Ramón Novarro, Lupe Vélez, Dolores del Río, Antonio Moreno, José Mojica,
Carlos Gardel, entre otros) con el fin de que realizaran e interpretaran las versiones destinadas a dichos países. Esto no
impidió que entre 1929 y 1931 se produjeran las primeras películas sonoras en México, Brasil o Argentina; en otros
países, las primeras producciones sonoras locales se darán a conocer más tarde (1932-50).
Durante la década de los cuarenta es el cine mexicano el que alcanza una mayor notoriedad internacional gracias a las
películas de Emilio Fernández quot;El Indioquot; (y la colaboración en la fotografía de Gabriel Figueroa) y la presencia de notorias
estrellas como Dolores del Río y Pedro Armendáriz (Flor silvestre y María Candelaria, 1943), y María Félix
(Enamorada,1946; Río escondido, 1948). También se encuentran las obras de Fernando de Fuentes (El compadre
Mendoza, 1933; Allá en el Rancho Grande, 1936; Jalisco canta en Sevilla, 1948, ésta con Jorge Negrete y Carmen
Sevilla -primera coproducción hispano-mexicana tras la llega al poder en España de Francisco Franco), y otras de
Alejandro Galindo, Julio Bracho y Roberto Gavaldón. Son años en los que despunta el actor Mario Moreno quot;Cantinflasquot;
quien, con su verborrea, se encargará de consolidar su popularidad nacional e internacional y arrasar en taquilla durante
unos años con películas como Ahí está el detalle (1940), de Juan Bustillo Oro, y la numerosas películas que dirigió
Miguel M. Delgado (El gendarme desconocido, 1941; Sube y baja, 1958; El padrecito, 1964). Y también es notoria la
presencia de los españoles Luis Buñuel, director de películas como Abismos de pasión (1953) y Los olvidados (1950),
entre otras, y Carlos Velo, quien dirigió un excelente documental, Torero (1956), y Pedro Páramo (1966). A partir de los
setenta, su director más internacional será Arturo Ripstein (Cadena perpetua, 1978; Principio y fin, 1992; La reina de la
noche, 1994), premiado en diversos festivales internacionales.
El cine argentino se sostiene con dificultad sobre las películas de Lucas Demare (La guerra gaucha, 1942), Luis Cesar
Amadori (Santa Cándida, 1945), Hugo Fregonese (Donde las palabras mueren, 1946) y actrices como Libertad
Lamarque, sin olvidar la extensa filmografía de Leopoldo Torres Ríos (Adiós Buenos Aires, 1937; 1942; el crimen de
Oribe, 1950) y la aportación de su hijo Leopoldo Torre-Nilsson (La casa del ángel, 1956; Los siete locos, 1973). También
circula por ciertos circuitos el trabajo de Fernando Birri (Los inundados, 1961). En las décadas siguientes serán
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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

directores como Héctor Olivera con La Patagonia rebelde (1974) o No habrá más penas ni olvido (1983), Adolfo
Aristarain (Tiempo de revancha, 1981), Eliseo Subiela (Hombre mirando al sudeste, 1986), Fabián Bielinsky (Nueve
reinas, 2001) y Juan José Campanella (El hijo de la novia, 2001) los que proyecten la creación argentina hacia el
exterior.
El cine brasileño tiene un punto de partida singular en Límite (1929), de Mário Peixoto, sugerente y marcada por las
vanguardias europeas de los veinte. Pero también cuenta con la importante película Ganga bruta (1933), de Humberto
Mauro, y O Cangaçeiro (1953), de Lima Barreto, referentes ineludibles para los jóvenes de los sesenta, que tendrán en
Glauber Rocha al máximo exponente internacional. Durante varias décadas será Nelson Pereira dos Santos quien dirija
algunos de las historias socialmente más interesantes (Río, quarenta graus, 1955; Vidas secas, 1963).
La Revolución Cubana definió la trayectoria de diversas cinematografías latinoamericanas. En su país
destacaron, además de un extenso elenco de documentalistas, Tomás Gutiérrez Alea (Memorias del
subdesarrollo, 1968; Fresa y chocolate, 1993), Humberto Solás (Lucía, 1968; Cecilia, 1981) y Manuel Octavio
Gómez (La primera carga al machete,1969). En el cine chileno sorprendieron las películas de Raúl Ruiz (Tres
tristes tigres, 1968), realizará la mayor parte de su obra en Europa, de Miguel Litín (El chacal de Nahueltoro,
1969; Actas de Marusia, 1976) y Helvio Soto (Voto más fusil, 1971). El cine peruano tiene en Francisco
Lombardi su máximo representante desde 1977, con películas polémicas como Muerte al amanecer (1977) y
Muerte de un magnate (1980), por basarse en hechos reales, varias adaptaciones literarias de desigual acierto
(La ciudad y los perros, 1985) además de dirigir proyector internacionales como No se lo digas a nadie (1998).
El cine venezolano está representado por Roman Chalbaud con El pez que fuma (1977) y La oveja negra
(1987); el cine boliviano por Jorge Sanjinés con El coraje del pueblo (1971); y el cine colombiano por Sergio
Cabrera con películas como Técnicas de duelo (1988) y La estrategia del caracol (1994) y Víctor Gaviria con
La vendedora de rosas (1998).
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1.11 El cine europeo de los 50 y 60
El cine europeo pasa por una situación de necesario proteccionismo por parte de los gobiernos de cada país, con el fin
de poder establecer unos márgenes que permitan desenvolverse en el propio mercado ante la presencia del cine
estadounidense. Es una década de transición en la que directores muy jóvenes, en su mayoría surgidos del campo de la
crítica cinematográfica, desean hacer frente al cine convencional y clásico. Para eso a lo largo de la década reclaman
libertad de acción y creación y ayudas para financiar sus proyectos, y darán origen a unos movimientos con proyección
cultural y política que fueron conocidos como la quot;nouvelle vaguequot; (Francia), el quot;free cinemaquot; (Reino Unido) y el quot;Nuevo
cine alemánquot;, entre otros, y siempre en conexión directa con lo que acontecía en diversos países americanos.
En Francia, junto con una producción en la que intervienen los directores como Jean Renoir (La carroza de oro, 1952),
René Clair (La belleza del diablo, 1950) se encuentran excepciones como la de René Clément, con su singular Juegos
prohibidos (1952), Henry-George Clouzot con la sorprendente El salario del miedo (1956), la originalidad y trascendencia
del trabajo de Jacques Tati, maestro del humor inteligente y crítico como lo demostró en La vacaciones de Monsieur
Hulot (1951) y Mi tío (1958), y el singular trabajo de Robert Bresson que busca una ruptura en las formas a través de
Diario de un cura rural (1950) y Un condenado a muerte se ha escapado (1956). La quot;nouvelle vaguequot; marcará los nuevos
itinerarios para el cine posterior.
El cine italiano se sostiene a partir de las películas que firman directores como Luchino Visconti que tras Bellísima (1951)
y Senso (1954), abordará un cine espectáculo combinado con la reflexión social e histórica (Rocco y sus hermanos,
1960; El gatopardo, 1963; La caída de los dioses, 1969; Muerte en Venecia, 1971). A Roberto Rosellini le interesan los
problemas humanos que aborda con diverso interés en Europa 51 (1951) y, especialmente, Te querré siempre (1953).
Michelangelo Antonioni profundiza en la incomunicación a través de su trilogía La aventura (1959), La noche (1960) y El
eclipse (1962). Sorprende por la proyección de su obra Federico Fellini, que también vive su momento más intenso y
representativo de su carrera con filmes tan completos como La strada (1954), Las noches de Cabiria (1956), La dolce
vita (1958), Ocho y medio (1962) y Amarcord (1973), recibiendo varios Oscar de la Academia. En los sesenta también
Pier Paolo Pasolini propone alternativas, para muchos radicales, como las de El evangelio según San Mateo (1964) o
Teorema (1968).
El cine británico mantiene vivas las líneas creativas de los cuarenta, más arropadas por la ayuda del gobierno. La
comedia de los Estudios Ealing y las adaptaciones shakesperianas de Laurence Olivier convivieron con producciones
bélicas y numerosas adaptaciones teatrales que habían sido éxito en el West End londinense. En estos años las
películas de David Lean evolucionaban entre la sencillez de El déspota (1953) y la superproducción (El puente sobre el
río Kwai, 1957; Lawrence de Arabia, 1962). La productora Hammer vivirá su mejor momento industrial y artístico al
abordar películas de ciencia-ficción como El experimento del doctor Quatermass (1955), de Val Guest, y, especialmente,
historia de terror, en las que rescata los personajes clásicos que hiciera famosos la Universal, sólo con la diferencia que
estas producciones ya eran en color. Así surgieron La maldición de Frankenstein (1957) y Drácula (1958), dirigidas por

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Terence Fisher e interpretadas por Peter Cushing y Christopher Lee, producciones que alcanzaron un notable éxito
internacional.
El cine nórdico continuó ofreciendo excelentes trabajos, como el del maestro Carl Theodor Dreyer que dirigió La palabra
(1955), una obra completa en su fondo y forma. No obstante, a partir de esta década el nombre que recordará la
existencia del cine en estos países será el de Ingmar Bergman, director sueco que sorprende al mundo con una películas
cargadas de emoción, sentimiento, tragedia y humanidad. A partir de El séptimo sello (1956) es descubierto en muchos
países en los que comienzan a revisar su obra anterior al tiempo que continúan su trayectoria con otros filmes tan
sorprendentes como Fresas salvajes (1956) y el manantial de la doncella (1959).
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1.12 El cine japonés
La Historia del cine en Japón se inició con los trabajos de varios pioneros, como Koyo Komada, a finales del siglo XIX.
En apenas cuatro años la producción ya es muy alta, lo que lleva emparejado la multiplicación de empresas y Estudios
cinematográficos, que en buena parte serán arrasados en el terremoto de 1923. La industria no se desalienta ante esta
catástrofe, e inmediatamente recompone su infraestructura, continuando con una producción tan intensa que llegó a
superar los 700 filmes al año en el segundo lustro de los años veinte.


Fueron años en los que dieron sus primeros pasos directores como Teinosuke Kinugasa, Kenji Mizoguchi, Yasujiro Ozu y
Heinosuke Gosho, entre otros, quienes dirigieron las primeras películas totalmente sonoras a lo largo de los años treinta
(hasta 1937 todavía se produjeron películas mudas). La industria japonesa, sin embargo, dependerá durante unos años
del equipamiento y película virgen llegados del exterior. Su producción se centró en las películas de época, feudales,
-losquot;jidaigekiquot;-, que durante épocas convivieron con el cine que mira a las clases más populares, la vida contemporánea,
—los quot;gendaigekiquot;-, sobre una trama melodramática, y con el quot;shomingekiquot;, una estructura temática basada en temas de
la vida familiar y del individuo, la clase media baja, desarrollados a caballo de la comedia y el drama. Todos los
directores evolucionaron durante los treinta y cuarenta sobre estos tres modelos temáticos, abriendo nuevas puertas a
otros subgéneros que facilitaron la riqueza de un cine en buena medida de autoconsumo, que sólo conseguirá darse a
conocer en Occidente a partir de los años cincuenta.
Los principales festivales internacionales de cine (Cannes, Venecia) abrieron las puertas al cine japonés concediendo
importantes premios a películas como Rashomon (1950), de Akira Kurosawa —Oscar a la mejor películas extranjera-,
Cuentos de la luna pálida de agosto (1953) y El intendente Sansho (1954), de Kenji Mizoguchi, y La puerta del infierno
(1953), de Teinosuke Kinugasa —también Oscar a la mejor película extranjera-. Se descubrió en estas películas que su
estructura narrativa estaba muy evolucionada y que tenía muchos puntos de contacto con todo lo desarrollado en
Occidente. Son películas de época, históricas, feudales que sorprenden en todo el mundo y obligan a una revisión del
cine anterior, circunstancia que se produce en diversas Filmotecas y ciclos culturales. También descubren el buen hacer
de actores como Toshiro Mifune, Chishu Ryu, Kinuyo Tanaka, Machico Kyo, Kazuo Hasegawa, Hideko Takamine,
Masayuki Mori e Isuzu Yamada, Takashi Simura, Tatsuya Nakadai, entre otros.
Quien logró asentarse en las salas occidentales con regularidad fue Akira Kurosawa, que sorprendió a lo largo de su
carrera con títulos excepcionales como Vivir (1953), Los siete samuráis (1954), El mercenario (1961), Dersu Uzala
(1975), Kagemusha (1980) y Ran (1985), en los que profundiza, desde perspectivas diversas y momentos históricos
diferentes, en el hombre y su relación con los demás. Con buen pulso narrativo irrumpe también en escena Kon Ichikawa
con El arpa birmana (1956), un soberbio trabajo sobre el horror de la guerra que fue premiado en el Festival de Venecia.
Años después llegarán de forma aislada películas que continúan llamando la atención por la crudeza de ciertas historias
y la reflexión continuada de los directores sobre temas arraigados en la tradición japonesa, como las de. Nagisha
Oshima, que muestra el lado trágico del sexo en El imperio de los sentidos (1976), y la obra de Shoei Imamura quien,
con La balada de Narayama (1983), se adentra en el mundo de los sentimientos, en la realidad cotidiana de los
habitantes de un pueblo que conviven en el más arraigado primitivismo. El mundo del cómic, tan importante en Japón,
continuó con su proyección internacional con Akira (1989), del maestro del manga Katsuhiro Otomo, quien participaría
también en Metrópolis (2002), del animador Shigeyuki Hayashi (Rintaro).
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1.13 El cine estadounidense de los 60
La sociedad estadounidense comienza a sentir la fuerza de una generación que busca abrir nuevos caminos
reivindicativos de una nueva convivencia que se proyectan en los intereses culturales, creativos y vivenciales. La
industria del cine, en gran medida, también siente cómo el interés de los espectadores por las películas que produce está
provocando que sus cimientos se resientan. La televisión y otros modos de entretenimiento provocan que determinadas
superproducciones tengan difícil su amortización.
El cine estadounidense ya ha sentado bases en Europa, produciendo numerosas películas en Gran Bretaña, Italia y
España, con actores de prestigio internacional (Doctor Zhivago, 1965, de David Lean) y los directores más

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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

representativos de la época trabajan tanto en Estados Unidos como en el Viejo Continente (John Huston, Stanley
Kubrick, Orson Welles, John Schlesinger, etc.).
Los géneros todavía conservan la esencia que les ha definido como tales. Las comedias tienen de protagonistas a Rock
Hudson y Doris Day (Un pijama para dos, 1962, de Delbert Mann), a Peter Sellers (El guateque, 1968, de Blake
Edwards) y, especialmente, a Jerry Lewis (Lío en los grandes almacenes y El profesor Chiflado, 1963, de Frank Thaslin y
el propio Lewis), aunque la presencia del maestro Billy Wilder sigue marcando las diferencias (El apartamento, 1960, con
Jack Lemmon; Uno, dos, tres, 1961, con James Cagney) El musical aborda temas relacionados con el mundo juvenil y
familiar (West Side Story, 1961; Sonrisas y lágrimas, 1965, de Robert Wise) y comienzan a surgir con más frecuencia —
antes ya había pasado con Elvis Presley- las películas que aprovechan el tirón popular de los nuevos grupos musicales
jóvenes, como los Beatles, para producir historias como ¡Qué noche la de aquel día! (1964), de Richard Lester.
El cine de terror alcanzó algunos de sus momentos más memorables con películas como Psicosis (1960) y Los pájaros
(1963), de Alfred Hitchcock, Repulsión (1965) y La semilla del diablo (1968), de Roman Polanski, y La noche de los
muertos vivientes (1968), de George A. Romero. El western continúa dando historia con gran fuerza y efectividad como
Los siete magníficos (1960), de John Sturges, y El hombre que mató a Liberty Balance (1962), de John Ford.
No obstante, la reflexión sobre el hombre en el más amplio sentido de la palabra se impone en trabajos tan diversos
temáticamente como El prestamista (1965), de Sydney Lumet, La jauría humana (1966), de Arthur Penn, Danzad,
danzad, malditos (1969), de Sydney Pollack. Las nuevas vías creativas, desde un ámbito independiente y solapado con
las iniciativas de los grandes Estudios, quedan reflejados en varias películas que cierran la década: El graduado, de Mike
Nichols, Cowboy de medianoche, de John Schlesinger, -con sendas magistrales interpretaciones de Dustin Hoffman, y
Bonnie y Clyde, de Arthur Penn, y que de alguna manera permanecen en la memoria colectiva como iconos de un
momento socio-cultural de gran relieve.
En cualquier caso, se consolida un cuadro artístico apoyado en actores como Jack Lemmon, Walter Matthau, Paul
Newman, Robert Redford, Clint Eastwood, y actrices como Faye Dunaway, Shirley MacLaine, Barbra Streisand, entre
otros, que sirven de transición entre la estrellas maduras y los jóvenes que va a irrumpir en la década siguiente.
Mucho más allá de las trayectorias personales de directores consagrados y de los nuevos creadores, se dieron otras
líneas mucho más marginales que se englobaron bajo la denominación quot;Cine independiente americanoquot; (el New
American Cinema, el cine underground), corrientes de vanguardia que quisieron romper con las temáticas tradicionales.
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1.14 El cine europeo contemporáneo
A partir de los años setenta, el cine europeo evoluciona a partir de los proyectos individuales de cada uno de los
directores que buscan proseguir su carrera superando todos los obstáculos que, realmente, se le cruzan en su camino.
No se puede decir que cada cinematografía tenga unas señas de identidad como grupo; existen proyectos singulares,
rutinarios, originales, provocadores, insulsos, pretenciosos y aburridos. El público europeo continúa accediendo a las
salas con el fin de visionar cine estadounidense; el interés por el cine propio destaca, de manera especial, en Francia,
gracias a un sistema de financiación que permite acometer empeños de mayor fuste. El resto de cinematografías buscan
sobrevivir en el corto espacio que le queda, con las ayudas de las Administraciones nacionales y los fondos europeos
que intentan dinamizar un mercado mortecino y paliar las deficiencias existentes.
El cine italiano continúa en manos de directores clásicos como Luchino Visconti, Federico Fellini, Pier Paolo Pasolini,
aunque otros autores comienzan a demostrar creativamente sus inquietudes culturales e ideológicas en títulos tan
interesantes como El conformista (1970) y Novecento (1976), de Bernardo Bertolucci, El árbol de los zuecos (1974), de
Ermanno Olmi, Cinema Paradiso (1989), de Giuseppe Tornatore, y el multipremiado trabajo de Roberto Benigni La vida
es bella (1998). También apuestan, como Bertolucci, por un cine estilo Hollywood, alcanzando con El último emperador
(1987), uno de sus momentos más brillantes, película que recibió 9 Oscar de la Academia.
En el cine alemán cogió el testigo la generación intermedia con nombres tan significativos que con sólo nombrarlos se les
atribuyen ejemplos notorios de buen cine. Werner Herzog dirige Aguirre o la cólera de Dios (1973), excepcional relato
sobre la época de conquistas. Rainer W. Fassbinder, corrosivo analista de la sociedad alemana y del ser humano, firma
películas como La ley del más fuerte (1974) y La ansiedad de Verónica Voss (1981). La personalidad de Wim Wenders
crece en círculos de cinefilia de todo el mundo tras la proyección de Alicia en las ciudades (1973), El amigo americano
(1977), Cielo sobre Berlín (1987). Mientras que Volker Schlöndorff muestra su madurez en El tambor de hojalata (1979),
pasando después a trabajar en el cine estadounidense.
El cine británico se apoya en los trabajos de los veteranos Stanley Kubrick (La naranja mecánica, 1971; El resplandor,
1980) y Charles Crichton (Un pez llamado Wanda, 1988), para dar en los ochenta a una de las décadas más brillantes de
dicha cinematografía con Carros de fuego (1981), de Hugh Hudson, y Gandhi (1982), de Richard Attenborough, entre
otras, estela que continuarían producciones como Cuatro bodas y un funeral (1994), de Mike Newell, y Secretos y
mentiras (1996), de Mike Leight. Surge un cine de realismo social impulsado por Ken Loach (Agenda oculta, 1990;
Lloviendo piedras, 1993; La cuadrilla, 2001), Stephen Frears (Mi hermosa lavandería, 1985; Café irlandés, 1993) y Jim
Sheridan (En el nombre del padre, 1993), y el éxito comercial de todos los tiempos fue Full Monty (1997), de Peter
Cattaneo.
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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

En el cine francés, junto con los François Truffaut (La mujer de al lado, 1981), Louis Malle (Adiós muchachos, 1987),
sigue muy activo Claude Chabrol (Inocentes con manos sucias, 1974; Un asunto de mujeres, 1988; No va más, 1997) y
Bertrand Tavernier (Hoy empieza todo, 1999), e irrumpen con fuerza Robert Guédiguian (De todo corazón, 1998) y los
hermanos Luc y Jean Dardenne (Roseta, 1999) y Jean-Pierre Jeunet (Amélie, 2001).
Del resto de cinematografías, junto con el movimiento Dogme 95 impulsado por Lars von Trier (Rompiendo las olas,
1996) y otros cineastas daneses, que no lograron ocultar el acierto de películas como El festín de Babette (1987), de
Gabriel Axel, o Pelle el conquistador (1988), de Bille August, se puede decir que son autores únicos (como el griego
Theo Angelopoulos, el portugués Manoel de Oliveira, los filandeses Aki y Mika Kaurismäki, el iraní Abbas Kiarostami,
etc.) los que defendidos por la crítica internacional de cinéfilos y arropados por un sin fin de premios en los festivales más
importantes, llegan con frecuencia a ciertas salas europeas para ser disfrutados por el público interesado en otras
historias y maneras de narrar.
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1.15 El cine estadounidense contemporáneo
Los cambios que se aprecian en las películas de finales de los sesenta son suficientes para que el Hollywood clásico
entienda que ha quemado sus últimos cartuchos. Los productores tienen otro estilo, los directores se adentran
plenamente en el negocio audiovisual, los actores demandan mayores honorarios, el consumo del cine ya no es en la
sala o a través de la televisión, pues el vídeo ofrece otra ventana de comercialización. La tecnología avanza tan rápido
que revoluciona el concepto creativo cinematográfico y ya, a finales del siglo XX, se ruedan películas en vídeo digital.
A partir de 1975 el cine estadounidense entra en la nueva era que va a estar dominada por los blockbusters, el box-
office; es decir, por la rentabilidad inmediata en taquilla de una película. Desde Tiburón (1975), de Steven Spielberg,
hasta Spiderman (2002), de Sam Raimi, Hollywood va a estar pendiente de la ventas de entradas en el primer fin de
semana.
Esta nueva idea del negocio la consolida George Lucas cuando dirige La guerra de las galaxias (1977), todo un
fenómeno cinematográfico —toda la saga- que se transforma en otro sociológico y de mercadotecnia. En este sentido
también sorprende el éxito de Titanic (1997), de James Cameron, de The Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowski, o
los éxitos de El señor de los anillos. La comunidad del anillo (2001), de Peter Jackson, y Harry Potter y la piedra filosofal
(2001), de Chris Columbus. Pero los grandes éxitos no pueden ocultar otras fracasos; quizás los más sonados fueron los
de La puerta del cielo (1980), de Michael Cimino, y Waterworld, el mundo del agua (1995), de Kevin Reynolds.
El cine del último tercio del siglo XX fue básicamente espectáculo, producciones que supieron aprovechar el tirón de
series impulsadas por Steven Spielberg —uno de los grandes empresarios de Hollywood, además de gran director- y un
grupo de directores que fueron consolidando su carrera a su sombra en películas diversas (En busca del Arca perdida,
1981; Regreso al futuro, 1985; Parque Jurásico, 1993; Los Picapiedra, 1994; Forrest Gump, 1994; y mucho cine de
animación: ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, 1988; Antz/Hormigaz, 1998; Shrek, 2001).
Espectáculo muy vinculado a las historias catastróficas (desde Aeropuerto, 1970, hasta Armageddon, 1998), al cine de
terror sorprendente, paranormal, llegado del espacio (El exorcista, 1973; Poltergesit, fenómenos extraños, 1982; Alien, el
octavo pasajero, 1979; El sexto sentido, 1999), la comedia e historias de terror juvenil (American graffiti, 1973; Scream:
vigila que alguien llama, 1996; el proyecto de la Bruja de Blair, 1999), el cine bélico, histórico y político (Patton, 1970;
Apocalypse Now, 1979; Salvar al soldado Ryan, 1998; Black Hawk derribado, 2002), la comedia familiar, romántica y
disparatada (Solo en casa, 1990; Algo pasa con Mary, 1998; El diario de Bridget Jones, 2001; Aterriza como puedas,
1980; Loca academia de policías, 1984).
Las nuevas herramientas tecnológicas, los nuevos hábitos de consumo de productos audiovisuales conducen a que el
mundo del cine indague en todo lo que tiene que ver con la electrónica, la realidad virtual, la televisión, Internet y el
mundo del videojuego. Desde Tron (1982), de Steven Lisberger, hasta El show de Truman (1998), de Peter Weir,
eXistenZ (1998), de David Cronenberg, y The Matrix (1999), de los hermanos Wachowski, son tanto los temas de
actualidad que se convierten en cotidianos a través de las historias que se construyen para el cine. Además toda la
tecnología permite realizar a través de ordenador las nuevas producciones de animación que abordan diversos Estudios
(Disney, Fox, Pixar, Dreamworks, etc.).
Frente a todo este despliegue de fuegos artificiales, el cine tradicional consigue encontrar su hueco. Directores clásicos
como Billy Wilder o Robert Altman, y otros intermedios como Francis Ford Coppola, William Friedkin, Woody Allen o Clint
Eastwood, trabajan activamente al lado de otros más jóvenes y renovadores como Jim Jarmusch, Tim Burton, Steven
Soderbergh y los hermanos Coen. Y todos ellos, dan entrada a las nuevas estrellas cinematográficas como Tom Cruise,
Julia Roberts, Jodie Foster, Kevin Costner, Arnold Schwarzenegger, Harrison Ford, Sylvester Stallone, Sharon Stone,
Brad Pitt, Bridget Fonda o George Clooney, entre otros muchos; el más vivo retrato del nuevo Hollywood.
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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)


                                  MODULO I (Estilos )
Tabla de contenidos
 1.Introducción
 2.Evolución
 3.Clasificación
   3.1.Ambientación
   3.2.Estilo
   3.3.Formato
   3.4.Audiencia
 4.Lista de géneros
 5.Bibliografía

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1.Introducción
Género cinematográfico
Es el estilo narrativo de una película que sirve para su clasificación comercial:
Los géneros cinematográficos, como los géneros de otros campos artísticos, son clasificaciones formales
originadas en la cultura clásica, los dos géneros mayores griegos: comedia y tragedia; uno de estilo
ligero, tema superficial y final féliz, otro afectado, profundo y de triste desenlace. Estos géneros se fueron
diversificando en el teatro, géneros que los primeros largometrajes intentaron imitar. Sin embargo las
posibilidades del cine lo desmarcaron completamente de los géneros tradicionales creando nuevos
géneros caracterizados por la escasa complejidad de su regulación.
En la teoría cinematográfica, el género se refiere al método de dividir a las películas en grupos.
Típicamente estos géneros están formados por películas que comparten ciertas similitudes, dominadas
tópicos, tanto en lo narrativo, como en la puesta en escena.
Cine independiente: Una película independiente es aquella que ha sido producida sin el apoyo inicial de
un estudio o productora de cine comercial. El cine de industria puede ser o no de autor, mientras que el
cine independiente lo será casi siempre. Actualmente existen muchos países que no tienen una fuerte
industria del cine, y toda su producción puede ser considerada independiente.
Cine de animación: El cine de animación es aquél en que se usan mayoritariamente técnicas de
animación. El cine de imagen real registra imágenes reales en movimiento continuo, descomponiéndolo en
un número discreto de imágenes por segundo. En el cine de animación no existe movimiento real que
registrar, sino que se producen las imágenes individualmente y una por una (mediante dibujos, modelos,
objetos y otras múltiples técnicas), de forma que al proyectarse consecutivamente se produzca la ilusión
de movimiento. Es decir, que mientras en el cine de imagen real se analiza y descompone un movimiento
real, en el cine de animación se construye un movimiento inexistente en la realidad.
Cine documental: El cine documental es el que basa su trabajo en imágenes tomadas de la realidad.
Generalmente se confunde documental con reportaje, siendo el primero eminentemente un género
cinematográfico, muy ligado a los orígenes del cine, y el segundo un género televisivo.

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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

Cine experimental: El cine experimental es aquel que utiliza un medio de expresión más artístico,
olvidándose del lenguaje audiovisual clásico, rompiendo las barreras del cine narrativo estrictamente
estructurado y utilizando los recursos para expresar y sugerir emociones, experiencias, sentimientos,
utilizando efectos plásticos o rítmicos, ligados a al tratamiento de la imagen o el sonido. Se define de
acuerdo con su ámbito de aplicación y recepción, ya que no suele tratarse de un cine ligado a la industria,
ni se dirije a un público amplio, sino específico, y que comparte a priori un interés por productos fuera de
los cánones clásicos.
Cine de autor: El concepto de cine de autor fue acuñado por los críticos del Cahiers du Cinéma para
referirse a un cierto cine en el que el director tiene un papel preponderante en la toma de todas las
decisiones, y toda la puesta en escena obedece a sus intenciones. Suele llamarse de esta manera a las
películas realizadas basándose en un guión propio y al margen de las presiones y limitaciones que implica
el cine de los grandes estudios comerciales, lo cual le permite una mayor libertad a la hora de plasmar sus
sentimientos e inquietudes en la película, sin embargo, grandes directores de industria como Alfred
Hitchcock también pueden ser considerados «autores» de sus películas.
Cine pornográfico: También llamado cine porno, o simplemente porno es aquel en el que explícitamente
se muestran los genitales mientras se realiza el acto sexual y cuyo propósito es el de excitar al
espectador.
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2.Evolución
Es muy importante señalar que en las primeras producciones el género de las películas era encorsetado,
con características muy delimitadas que ayudaban al espectador a comprender rápidamente la película y a
que el autor crease lo que quisiese y el espectador lo esperase.
Sin embargo aproximadamente tras la IIGM los géneros empezaron a mezclarse o a adulterar su esencia
creando grandes producciones y extraños especimenes.

3. Clasificación
Los géneros cinematográficos se clasifican según los elementos comunes de las películas que abarquen,
originalmente según sus aspectos formales (ritmo, estilo y sobre todo el sentimiento que busquen
provocar) pero también otros más característicos según su ambientación y según su formato.
La posición de la película es definida como el ajuste.
La carga emocional a lo largo de la película determina. La película también puede haber sido pegada un
tiro usando el equipo particular o ser presentado en una manera específica, o el formato.
Lo siguiente es algunos ejemplos de géneros bien establecidos en la película. Ellos más lejos a menudo
son definidos para formar subgéneros, y también pueden ser combinados para formar géneros híbridos.
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3.1 Ambientación
    Policiaco - la derrota del mal en el reino de la actividad criminal.
•
El cine policíaco es un género fílmico que se entiende inició con Histoire d'un crime, de Ferdinand Zecca
en 1901.
El argumento tiene generalmente una estructura sencilla, con introducción, desarrollo y desenlace.
Usualmente al comienzo se ofrece al espectador los antecedentes de un grave crimen, acabando esta
parte cuando efectivamente se comete dicho acto criminal.
El nudo de la historia pasa a ser la dura lucha de los estamentos policiales, normalmente a cargo de un
duro y experimentado policía, contra quienes cometieron el delito.
Finaliza tradicionalmente con la detención, o también muy frecuentemente con la muerte de quien violó la
ley.
Este género está íntimamente ligado por tema y muchas veces estética con el cine negro y el cine de
gángsters.
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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

Negro - presenta los personajes principales con estilo nihilista o existencialista.
El cine negro es un género cinematográfico que se desarrolló en Estados Unidos durante la década de
1940 y 1950. Se suele considerar como la primera película de este tipo a El halcón maltés, de John
Huston, con Humphrey Bogart y Mary Astor, estrenada en 1941.
El término film noir fue acuñado por primera vez por el francés Nino Frank y es usado por la crítica
cinematográfica para describir un género de definición bastante imprecisa, cuya diferenciación de otros
géneros como el cine de gángsters o el cine social está muy difuminada. Habitualmente, las películas
caracterizadas como de cine negro giran en torno a hechos delictivos y criminales con un fuerte contenido
expresivo y una característica estilización visual. Su construcción formal está cerca del expresionismo. Se
emplea un lenguaje elíptico y metafórico donde se describe la escena caracterizado por una iluminación
tenebrosa en claroscuro, escenas nocturnas con humedad en el ambiente, se juega con el uso de sombras
para exaltar la psicología de los personajes. Algunos de estos efectos eran especialmente impactantes en
blanco y negro. Al mismo tiempo, la personalidad de los personajes y sus motivaciones son difíciles de
establecer (caso paradigmático son los detectives privados, frecuentes protagonistas del género, tales
como Sam Spade o Philip Marlowe). Las fronteras entre buenos y malos se difuminaban y el héroe
acostumbra a ser un antihéroe atenazado por un pasado oscuro.
El cine negro presenta una sociedad violenta, cínica y corrompida que amenaza no sólo al
héroe/protagonista de las películas sino también a otros personajes, dentro de un ambiente de pesimismo
fatalista. Los finales suelen ser agridulces cuando no presentan directamente el fracaso del protagonista.
Otro punto característico del cine negro es la presencia de la femme fatal, la mujer fatal que,
aparentemente inofensiva, puede conducir a sus víctimas al peligro o a la muerte. Las novelas de Dashiell
Hammett y Raymond Chandler, con sus detectives Spade y Marlowe son frecuentes fuentes de los guiones
del género.
Películas emblemáticas del cine negro son:

   o El halcón maltés (1941) de John Huston
   o El último refugio (1941) de Raoul Walsh
   o Perversidad (1943) de Fritz Lang
   o Perdición (1944) de Billy Wilder
   o Laura (1944) de Otto Preminger
   o La mujer del cuadro (1944) de Fritz Lang
   o Ángel o diablo (1945) de Otto Preminger
   o La escalera de caracol (1945) de Robert Siodmak
   o El sueño eterno (1946) de Howard Hawks
   o Gilda (1946) de Charles Vidor
   o Forajidos (1946) de Robert Siodmark
   o Detour (1946) de Edgar G. Ulmer
   o Retorno al pasado (1947) de Jacques Tourneur
   o El cartero siempre llama dos veces (1947) de Tay Garnett
   o La dama de Shangai (1947) de Orson Welles
   o La ciudad desnuda (1948) de Jules Dassin
   o Al rojo vivo (1949) de Raoul Walsh
   o El demonio de las armas (1949) de Joseph H. Lewis
   o La jungla de asfalto (1950) de John Houston
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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

   o En un lugar solitario (1950) de Nicholas Ray
   o Los sobornados (1953) de Fritz Lang
   o Cara de angel (1953) de Otto Preminger
   o El beso mortal (1955) de Robert Aldrich
   o Atraco perfecto (1956) de Stanley Kubrick
   o Sed de mal (1958) de Orson Welles
Si bien el guionista y director Paul Schrader, afirmó en 1972 que el cine negro había finalizado con Sed de
mal, películas más modernas (no sólo en Estados Unidos) pudieran ser clasificadas como cine negro:

   o El silencio de un hombre (1967) de J. P. Melville
   o Chinatown (1974) de Roman Polanski
   o Taxi Driver (1976) de Martin Scorsese
   o Labios ardientes (1990) de Dennis Hopper
   o Mulholland Falls (1996) de Lee Tamahori
   o The Machinist (2004) de Brad Anderson
   o Sin City (2005) de Robert Rodriguez, Frank Miller y Quentin Tarantino
   o Brick (2005) de Rian Johnson
       Histórico - la acción            ocurren      en    el   pasado,       a    menudo       de   forma
   •
       estereotipada.
Cine histórico, género cinematográfico que gira en torno a la narración de uno o varios hechos históricos
reales. Es uno de los géneros más comunes del cine y sus orígenes se hunden en los primeros años de
vida del Séptimo Arte. En varias ocasiones ha sido usado como una herramienta política y muchas veces
ha sido utilizado como método de propaganda.
Aunque con el tiempo se han llegado a convertir en dos géneros propios, debido a su gran extensión y
personalidad, el cine bélico y el bíblico nacieron al amparo del histórico.

   •   Ciencia ficción - coloca de personajes en                        una       realidad    alternativa,
       típicamente en el futuro o en el espacio.
La ciencia ficción es un género de ficción especulativo donde los relatos presentan el impacto de
avances científicos y tecnológicos, presentes o futuros, sobre la sociedad o los individuos. Este género ha
experimentado durante todo el siglo XX un gran éxito tanto en la literatura como en el cine.
Su nombre deriva de una traducción incorrecta del término en inglés, ya que la traducción correcta sería
quot;ficción de/sobre la cienciaquot; o ficción científica(*). Si bien muchos expertos opinan que debería utilizarse
éste último, la costumbre está demasiado extendida y sólo muy pocos lo utilizan. En cualquier caso, en
inglés también suele escribirse con un guión de unión, como quot;science-fictionquot;, cuya abreviatura
mundialmente conocida es quot;SCI-FIquot;, pudiendo traducirse de igual modo al español como quot;ciencia-ficciónquot;,
y en este caso sí se considera una traducción válida.
Los cuentos o historias de ciencia ficción son aquellos que exploran los efectos de la ciencia y la tecnología
sobre la sociedad. Originalmente un género literario que también ha alcanzado gran desarrollo en el cine.

   •   Deportivo - acontecimientos deportivos y situaciones que relacionadas con
       un deporte.
   •   Bélico - campos de batalla y posiciones que pertenecen a un tiempo de
       guerra
El cine de guerra son películas que se centra su historia en guerras. Desde su invención, quedó patente
que el cine podía ser un medio que permitiese llegar a grandes cantidades de gente de una manera rápida
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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

y relativamente sencilla. Estas cualidades convirtieron el invento de los hermanos Lumière en una
herramienta al servicio de los gobiernos y de sus máquinas de propaganda.
Ya en la guerra civil española, ambos bandos utilizaron artistas para labores de comunicación o el refuerzo
de la moral de combatientes y civiles, pero fue el bando nacional, el que gracias a la influencia germana
más fuerte apostó por el celuloide como canal para la distribución de sus doctrinas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los países beligerantes siguieron utilizando la gran pantalla como vía
para transmitir a sus tropas y habitantes el devenir de la campaña y conciencia de las necesidades para la
victoria en el conflicto. Estos mensajes, generalmente en forma de noticiario, dieron un salto cualitativo
en los EE. UU., donde se decidió utilizar el enorme potencial que ofrecía Hollywood, como una gigantesca
agencia publicitaria.
En esta época, numerosos actores y directores contribuyeron al esfuerzo de guerra, realizando su trabajo
habitual, ya fuese animando a las tropas o realizando documentales o películas que sirviesen para elevar
la moral de los estadounidenses. El tipo de cine realizado en aquellos momentos está cargado (de un
contenido propagandístico) y en las películas se tiende a mostrar el heroico sacrificio de los militares
estadounidenses y sus aliados al hacer frente a las malvadas potencias del eje, enemigas de la paz, la
democracia y la libertad.
Tras la guerra, el género bélico pierde su fuerza y no es hasta después de transcurridos unos años,
cuando en los 60 una serie de grandes producciones que recreaban las grandes batallas de la contienda
vuelven a revitalizar este tipo de cine. Las películas de esta época ya no hacen tanto hincapié en el
sacrificio, aunque sí nos siguen mostrando a sus protagonistas como unos héroes convencidos de la
bondad de sus creencias y seguros de que están haciendo lo correcto para mejorar el mundo.
Otra vez, debido a la impopularidad de la guerra de Vietnam, el tema bélico cae, y no es hasta los 80
cuando vuelve a resurgir, al principio con películas más cercanas a la aventura en la que el héroe
estadounidense vence en la pantalla como no pudo hacerlo en la selva.
A mediados de esa década y ya en los 90 surge una nueva corriente, que deja un poco de lado el
conflicto, que se convierte en el escenario y se centra en el soldado como persona, el cual tiene
sentimientos y temores, además de numerosas dudas morales sobre la corrección de las acciones que se
ve obligado a realizar. En este nuevo tipo de películas se observa la guerra y sus consecuencias con
mucha mayor crueldad que en sus predecesoras, quién sabe si con la intención de aleccionar al
espectador sobre la necesidad de que los conflictos armados queden únicamente en el cine y los libros de
historia

   •   del Oeste- período colonial a era moderna de los Estados Unidos
       occidentales
El western está considerado uno de los géneros cinematográficos fundamentales, sobre todo en el
contexto del cine clásico y del cine estadounidense. En ocasiones se ha argumentado que es el único
género originario del séptimo arte, puesto que el resto en mayor o menor medida ya existían en la
literatura.
La palabra quot;westernquot;, originariamente un adjetivo derivado de quot;westquot; y cuyo significado es quot;relativo al
oestequot;, se sustantivó para hacer referencia a las obras (fundamentalmente cinematográficas, aunque
también existen en la literatura) que estuviesen ambientadas en el antiguo oeste americano. En
castellano, quot;westernquot; es un anglicismo, y no existe ninguna otra voz para hacer referencia al concepto que
representa, por lo que habitualmente se usa la expresión quot;película del oestequot; o quot;película de vaquerosquot;.
Así pues, en principio una película se incluiría en este género simplemente por estar situada su acción en
un contexto determinado: la exploración y el desarrollo del territorio occidental de Estados Unidos durante
el siglo XIX. Sin embargo, con el tiempo las características de dicho contexto histórico se fueron
extendiendo a los personajes de esas historias, condicionando su modo de vida y definiendo su
idiosincrasia. Al estar las películas muchas veces ambientadas en territorios inexplorados o indómitos bajo
la amenaza latente del ataque de los indios, o en ciudades sin ley en las que los bandidos campaban a sus
anchas, el género se fue enfocando hacia la confrontación de los diversos personajes, adquiriendo un
carácter cada vez más psicológico. Lo habitual es también que algunos de esos personajes representasen
el bien sin ambages, aquella gente que viajaba esperanzada a esas tierras con la utopía de forjar un
hogar y vivir en paz, y otros representasen por el contrario el lado malvado, aquellos que se
aprovechaban de los indefensos para hacer su propia vida más fácil. Es por toda esta serie de temas
fundamentales y rasgos comunes que no se considera necesario que una película esté ambientada en el

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Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

oeste americano para poder calificarla de western, aunque ello pueda ser siempre una apreciación algo
“sui generis”.
Se considera que la época dorada (y clásica) del western corresponde fundamentalmente al cine
estadounidense de los años 50 y anteriores. Posteriormente, y coincidiendo con una sensación progresiva
de pérdida de interés por parte del público, se fueron desarrollando nuevas vertientes, a veces dentro del
conjunto de los directores más clásicos (por ejemplo el western crepuscular, que suele hablar con
nostalgia y romanticismo sobre el fin de esa época, contraponiéndola casi siempre a la llegada de una
civilización personificada en la locomotora) y otras veces “desde fuera”, ya fuese desde otros países
(Italia: el Spaghetti Western, que se centraba en el aspecto más elegíaco y autoparódico) o desde la
visión de una generación más joven, que introdujo nuevos elementos en el género.
Pese a todo, el número de películas de este tipo ha ido descendiendo desde entonces, y al menos de
momento no parece que haya signos de recuperación en un futuro próximo.
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3.2 Estilo
   •   Comedia - en el cine este género sólo recoge las películas con la intención
       de provocar la risa.
Una película de comedia es una película con humor o que intenta conseguir provocar la risa de la
audiencia. Junto con el drama, horror y la ciencia ficción, la comedia es uno de los más importantes
géneros dentro del cine. El cine cómico o cine de comedia, que se caracteriza por la inclusión de gags,
chistes o bromas, tanto visuales como verbales, inicia su andadura prácticamente con el comienzo de este
arte. El regador regado (1896), película francesa de los hermanos Lumière, se considera la primera
comedia de la Historia del cine. Desde un comienzo, se crearon películas en las que se mostraban
imágenes que alegraban o hacían reír al espectador, aunque fuesen sin acompañamiento del sonido. En
estas comedias, casi en su totalidad estadounidenses se utilizaban las persecuciones, los golpes, las
caídas, las sorpresas de los personajes, para conseguir la hilaridad del público. Era un cine lleno de golpes
de tartas, choques de automóviles y cientos de situaciones más o menos insólitas. Mención merecen las
inumerables cintas con locas y rapidísimas persecuciones policiales. Se observa así que se crean los
prototipos de lo que luego sería todo el cine de comedia. Entre los nombres importantes del cine cómico
mudo, destacan Charles Chaplin, Mack Sennett, Buster Keaton, Max Linder, Harry Langdon o Harold
Lloyd. Films de esta época son: Police (1916), El maquinista de la general (película)(1926), El hombre
cañón (1926) y El Tenorio tímido (1924). Dada la popularidad que adqurieron algunos personajes
(Charlot), al cine de comedía de esta época se le ha llamado, por extensión, quot;cine cómicoquot; y hoy en día se
llega, erróneamente, a confundir, en ocasiones, con quot;cine mudoquot;. En la actualidad, hay autores que aún
hacen diferencias entre quot;cine cómicoquot; y quot;cine de comediaquot;, pero esas sutilezas se disolvieron cuando se
empezó a utilizar el llamado quot;sonido en conservaquot;.

Drama - principalmente se centra en el desarrollo del personaje.
Como género cinematográfico el drama plantea conflictos entre los principales personajes de la narración
fílmica provocando una respuesta emotiva en el espectador, conmoviendo a éste, debido a que interpela a
su sensibilidad. Los problemas de los personajes están relacionados con la pasión o problemas interiores.
La temática de este tipo de películas es diversa, pero su eje principal es el amor. Cuando esto último es
bastante exagerado, al drama se le conoce por melodrama: En él, los personajes quedan limitados al
carácter simplista de buenos o malos. La mayoría de las películas promueven la moralidad como eje
central y, por ello, tienen una dimensión didáctica acusada. La presencia de la música y la fotografía
acentúan la credibilidad de la obra.
Drama.-Según la definición griega clásica, drama es la forma de presentación de acciones a través de su
representación por actores y por medio del diálogo. El tono de la obra dramática puede ser tanto trágico
como cómico. Básicamente, esta definición coincide con el concepto actual de teatro, aunque existe una
confusa tendencia a considerar dramático únicamente a todo lo que incluya elementos trágicos,
especialmente cuando se da el llamado quot;final trágicoquot;. Por ello, una tendencia generalizada apuesta a
identificar, por un lado, al drama como género literario (el texto) y, por otro, al teatro como el fenómeno
de puesta en escena del propio texto dramático; pues, según esta posición, el texto dramático no es
teatro sino hasta que se lleva a la escena para ser vista por el público. En tanto género literario, el drama
se dividió desde sus inicios en la Grecia Antigua (donde se considera que el teatro tiene su nacimiento
GRUPO III                                                                                    Página 19
Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

occidental) en Tragedia y Comedia. Posteriormente, el drama se divide en géneros realistas y géneros
simbólicos; entre los primeros quedaron inscritos la tragedia y la comedia ya existentes y, entre los
segundos, el melodrama, la farsa y la tragicomedia, reconocidos como tales desde el Renacimiento.
Género cinematográfico de temática seria y penosa. Un importante subgénero es el melodrama, que se
centra en las pasiones humanas y los conflictos individuales, en los que se destacan lo trágico y lo
dramático.

       Acción - generalmente implica una interacción moral entre quot;buenoquot; quot;y
   •
       maloquot; llevado a su fin por la violencia o la fuerza física
El cine de acción es un género cinematográfico en el que prima la espectacularidad de las imágenes por
medio     de     efectos     especiales dejando     al   margen      cualquier     otra     consideración.
Los elementos más frecuentes de una película de acción son las persecuciones, los tiroteos, las peleas, las
explosiones, los robos y los asaltos.
El cine de quot;acciónquot; en realidad es más un convencionalismo popular, que un género cinematográfico
acuñado por críticos, estudiosos o cineastas, es decir seriamente, no existe.
El cine de quot;acciónquot; surge por la urgencia de clasificar cintas explosivas, con actores populares y con
tramas lineales, llenas de espectacularidad y opulencia aparecidas a mediados de los setenta en el cine
americano, los locales de alquiler o renta de películas en formatos caseros son quienes masificaron esta
forma de adjetivar a las cintas como de quot;acciónquot;
La trama suele estar basada en un conjunto reducido de clichés en los que se suele incluir:

   o Un héroe
   o Un villano
   o Una joven desvalida (que suele ser rescatada por el protagonista y, últimamente,
     prevalecen las rubias)
   o Un actor secundario cómico (que puede ser un animal)
   o Un final feliz (que incluye la unión o boda del protagonista con la chica)
   •   Aventura - situaciones de peligro y riesgo, mezclado a menudo con mucha
       fantasía.
El cine de aventuras es un género cinematográfico que refleja un mundo heroico de combates y
aventuras.         Suele         predominar        la acción        y      valores      caballerescos.
Inventado en Italia como medio de exaltación de su pasado histórico, para posteriormente ser usado en
Rusia           para          la          exaltación   de          la        Revolución          Rusa.
Títulos como En busca del arca perdida dieron gran auge al género en los años 1980, que ha tenido sus
altibajos de interés a lo largo de la historia.
Sus características generales son:
-Tratamiento intrascendente y seudodramático de los conflictos que plantea.
-Las escenas de mucha acción: batallas, persecuciones,... siempre se filman en planos cortos.
-Personajes estereotipados y antitéticos (un héroe fuerte, valeroso y un villano)
-Los personajes luchan por un objetivo: tesoro, resolución de un misterio, rescate de personas.
-Premisa: El bien siempre prevalece sobre el mal.
-Protagonistas atraviesan por obstáculos y sufren una transformación a lo largo de la historia.
-La acción dramática ocurre alejada de los espacios cotidianos. Siempre en lugares poco usuales: selvas,
desiertos, galaxias, etc.
-Frecuentemente la acción sucede en el pasado.
-Se le da más peso a la ambientación, vestuario y efectos especiales que al guión.

       Fantasía - ficción especulativa irreal
   •

GRUPO III                                                                                     Página 20
Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO)

En teoría el cine fantástico corresponde a películas con temas fantásticos, los cuales suelen incluir magia
o mundos de fantasía exótica, en contraste con el cine de ciencia ficción o el cine de terror. La categoría
tiene tanto que ver con el enfoque como con el contexto y sin duda hay algo de trasposición entre los
géneros. Por ejemplo, gran parte de Star Wars sugiere fantasía, sin embargo se siente como ciencia
ficción, mientras que Time Bandits sugiere ciencia ficción aunque parezca fantasía.
El cine de superhéroes también parece cumplir los requisitos para los géneros de fantasía o ciencia ficción,
pero suelen considerarse un género en su propio derecho.
El cine animado no siempre se clasifica como fantasía, como no siempre lo son los animales parlantes no
humanos. Bambi, por ejemplo, no es fantasía, ni lo es Toy Story, aunque este último se acerca más a la
fantasía que el primero. NIMH, el mundo secreto de la señora Brisby, sin embargo, es una película de
fantasía, no porque incluya a animales parlantes, sin porque se incluye magia real en la trama.
El cine surrealista también describe lo fantástico, pero dispensa con convenciones de narrativa de género
y con objetivos financieros y comerciales y es considerado generalmente una categoría aparte.



   •   Terror - con la intención de provocar el miedo en la audiencia
El género de terror bebe de las fuentes de otros medios anteriores. Por una parte, de la novela de terror
nacida a mediados del siglo XVIII o incluso anterior, como el tema del vampirismo. Por otra, de la
tradición oral, desarrollada en las sociedades rurales. De allí salen los recursos más utilizados en las
películas de este género: los vampiros, el hombre lobo, las réplicas humanas o Frankenstein.
Este género todavía tiene más señas de identidad, como la iluminación, inspirada en la pintura romántica
alemana del siglo XIX, caracterizada por el uso frecuente del claroscuro, los contrastes de colores y la
penumbra. Los espacios o escenarios más visitados: el castillo, las ruinas, el laboratorio lúgubre, el
bosque, el jardín decadente, que han terminado siendo el catálogo de lugares comunes.
Por tanto el género de terror nace de aspectos míticos ligados a las creencias populares y a temores
nacidos en contextos socioculturales muy precisos. Y es por eso que el publico se siente atraído hacia este
tipo de películas: por los estímulos emocionales insólitos e intensos, que son raros en su rutina diaria.
Proporciona un aceleramiento cardíaco y respiratorio que por lo general termina en un desahogo final.
El motor sensacionalista en estas películas es precisamente la crueldad y esto explica que la progresiva
competencia comercial en el mercado haya generado una escalada de crueldad en el género en los
últimos años.
Lo oculto es lo que define al cine de terror como género. Tanto a nivel arquetípico como en el
escenográfico. Sirve tanto para referirse a la totalidad temática del cine de terror (lo oculto del
inconsciente criminal, lo oculto de los monstruos siempre escondidos detrás de la sociedad, etc.), como
para caracterizar su puesta en escena, siempre tendente a ocultar información visual, ya sea a través de
la exacerbación engañosa del decorado, la fotografía, el maquillaje, etc., o por el medio de la más pura y
simple privación de los elementos implicados, como en el fuera de campo, la interposición del personaje,
etc.

   •    Cine de Misterio - la progresión del desconocido al sabido (conocido) por
       descubriendo y solucionando una serie de pistas.
   •   Cine romántico        -   haciendo       hincapié     en    los    elementos       amorosos        y
       románticos.
Las películas de comedia romántica son un subgénero de las películas de comedia así como de las
películas romáticas.
El argumento básico de una comedia romántica es que dos personas se conocen, bromean entre ellas,
pero a pesar de la atracción obvia para la audiencia no se ven románticamente involucrados por algún tipo
de factor interno (exteriormente ellos no se gustan mutuamente) o por una barrera externa (uno de ellos
tiene una relación amorosa con otra persona, por ejemplo). En algún momento, después de diversas
escenas cómicas, ellos se separan por alguna razón. Uno u otro entonces se da cuenta de que ellos son
perfectos el uno para el otro, y (normalmente después de un espectacular esfuerzo o una increíble
coincidencia) ellos se encuentran de nuevo, declarándose amor eterno el uno para el otro, y viven felices
para siempre.


GRUPO III                                                                                   Página 21
Alfred Joseph Hitchcock
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  • 2. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) INDICE 1.MODULO I 1.1.UNIDAD DIDACTICA 1 1.1.1.HISTORIA DEL CINE 1.1.2.VIDEO 1ª PELICULA CON SONIDO DE LA HISTORIA(1889) 1.1.3.VIDEO DE LOS HERMANOS LUMIERE (1895) 1.1.4.VIDEO 1ª PELICULA MUDA (TOMAS EDISON-1898) 1.2.UNIDAD DIDACTICA 2 1.2.1.ESTILOS 1.2.2.VIDEOS DE ESCENAS FAMOSAS 1.3.UNIDAD DIDACTICA 3 1.3.1.VANGUARDIAS 1.3.2.CORTOMETRAJES (MINOTAUROMAQUIA) 2.MODULO II 2.1.UNIDAD DIDACTICA 1 ( Su vida ) 2.1.1.BIOGRAFIA 2.1.2.DOCUMENTAL (BIOGRAFICO) 2.2.UNIDAD DIDACTICA 2 ( El contexto en que se produce) 2.2.1.FILMOGRAFIA ( Resumen contextual ) 2.2.2.CLAVES DE SU CINE 2.3.UNIDAD DIDACTICA 3 ( Su obra ) 2.3.1.DOCUMENTAL (TECNICAS DE SU CINE) 2.3.2.INFLUENCIAS DE SU ESTILO EN LA ACTUALIDAD 2.3.3.DOCUMENTAL ( FILMOGRAFIA) 2.3.4.DIRECCION ( listado completo de peliculas dirigidas ) 2.3.5.GUIONISTA ( peliculas en que intervino como guionista ) ( prinicpales premios recibidos ) 2.3.6.PREMIOS 2.4.BIBLIOGRAFIA 3.GLOSARIO 3.1.Terminología de cine GRUPO III Página 2
  • 3. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) MÓDULO I (Historia Resumida Del Cine) Fuente de Extracción de los Contenidos: Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (CNICE) del Ministerio de Educación y Ciencia. http://recursos.cnice.mec.es/media/cine/bloque1/index.html URL: INTRODUCCIÓN Los pasos que ha dado el cine a lo largo de más de un siglo de existencia confirman un trayecto histórico plagado de realidades que, en forma de películas, han consolidado una estructura creativa e industrial que ha permitido superar los problemas que han surgido al cabo de los años. En su evolución el cine ha consolidado un lenguaje, ha definido trayectos artísticos, modelos empresariales que han favorecido el surgimiento de carreras artísticas de todo tipo, construidas sobre modelos y representaciones que, en muchos casos, han trascendido su propio ámbito cinematográfico. En el camino, el cine se vio marcado por todo tipo de vanguardias artísticas, movimientos culturales, circunstancias políticas y conflictos bélicos. ESQUEMA DE CONTENIDOS Volver al Inicio Precedentes 1.9 El cine estadounidense de los 40 y 50 1.1 1.2 Nacimiento del cine 1.10 El cine latinoamericano 1.3 Consolidación de un lenguaje 1.11 El cine europeo de los 50 y 60 1.4 El cine europeo de los 20 1.12 El cine japonés 1.5 El cine estadounidense de los 20 1.13 El cine estadounidense de los 60 1.6 Consolidación del sonido 1.14 El cine europeo contemporáneo 1.7 Grandes estudios de EE.UU. 1.15 El cine estadounidense contemporáneo 1.8 El cine europeo de los 30 y 40 1.1 Precedentes El Cinematógrafo se presenta en sociedad en los últimos años del siglo XIX. Este nuevo invento, surge a partir de la convergencia de una serie de progresos científicos que arrancan desde siglos atrás, a partir de aportaciones habidas en el campo de la Física y la Química, de la óptica y de las cámaras, y mejoras en terrenos como la proyección de las imágenes, tanto de aquellas que pueden ser fijas —la fotografía- como de las que, por aplicación de ciertos mecanismos, consiguen dar sensación de movimiento. Desde la teoría de la visión, impulsada por Johannes Kleper en 1602, hasta los inicios de la industria óptica, que consolida Joseph Fraunhofer en 1807, se confirma la posibilidad de uso de la cámara oscura que ya había anticipado Leonardo da Vinci, aunque se atribuya a Giambattista della Porta la invención de dicho mecanismo. Estos estudiosos e inventores pusieron los cimientos para el desarrollo de las cámaras fotográficas que impulsarían hombres como Friedrich Voigtländer en 1841, Thomas Lutton —el inventor de la cámara réflex- en 1860 y George W. Eastman, quien en 1888 presentó en sociedad la famosa cámara Kodak. El nacimiento de la fotografía se sitúa en 1839, cuando Joseph N. Niepce obtuvo, tras una larga exposición, obtener una sombra. Fue un avance que para el hombre de la calle pasó desapercibido, pero no para aquellos científicos, empresarios e intelectuales que se dieron cuenta que algo estaba pasando en el mundo de la obtención de imágenes. En apenas unos años, este nuevo procedimiento enfrentó a pintores y fotógrafos, entendiendo los primeros que la fotografía iba a acabar con su trabajo. GRUPO III Página 3
  • 4. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) La fotografía hacia finales del siglo XIX se socializó de tal manera que muchos ciudadanos en todo el mundo podía disponer de una cámara. Y la fotografía fue el soporte que animó a otros inventores en pensar en cómo se podía obtener una imagen en movimiento. Desde finales del siglo XVIII ya se proyectan imágenes fijas que se intentan animar mediante procedimientos como la linterna mágica -que había sido inventada por Athanasius Kircher- y otros artilugios llamados Phantascopio (Etienne Robertson en 1799), Praxinoscopio (Emile Reynaud en 1880) o Zoopraxiscopio (Eadweard Muybridge en 1881). Estas ilusiones ópticas dieron paso a otras generadas por sistemas mecánicos como el revólver fotográfico que utilizó Jules Jansen en 1874, o el fusil fotográfico que aplicó Etienne Jules Marey en 1882. Estas y otras muchas investigaciones buscaron el otorgar movilidad a la imagen fotográfica. Ayudó a alcanzar este objetivo la comercialización del rollo de película (celuloide) comercializado por los hermanos Hyatt en 1868 y que desarrolló plenamente, George W. Eastman cuando son mostradas al público en diversos países, las primeras imágenes en movimiento. El Cinematógrafo —el Cine- llegó a ser una realidad cuando todos los procedimientos y sistemas de captación y fijación de imágenes permitieron alcanzar la mayoría de edad necesaria para ser presentado al público como un nuevo espectáculo. Volver al prinicipio del módulo I 1.2 Nacimiento del cine Antes de dar a conocer el Cinematógrafo, en diversos países de Estados Unidos y Europa varios inventores están trabajando en varios sistemas que tenían un objetivo común: el visionado y proyección de imágenes en movimiento. Entre 1890 y 1895, son numerosas las patentes que se registran con el fin de ofrecer al público las primeras quot;tomas de vistasquot; animadas. Entre los pioneros se encuentran los alemanes Max y Emil Skladanowski, los estadounidenses Charles F. Jenkins, Thomas Armat y Thomas Alva Edison, y los franceses hermanos Lumière. En la mayoría de los aparatos el visionado de las imágenes sólo se podía hacer de manera individual; el más conocido en esta línea fue el Kinetoscopio de Edison. Por eso, aunque ya desde 1893 ya se dispone de una primeras películas, la existencia del Cinematógrafo como tal no comienza a correr de boca en boca hasta la primera proyección pública que organizan los hermanos Auguste y Antoine Lumière el día 28 de diciembre de 1895 en París, en el Boulevard de los Capuchinos. Las primeras imágenes que proyectan en el pequeño salón causan sorpresa y hasta temor entre los espectadores presentes, alguno de los cuales al ver La llegada del tren a la estación creyeron que se iba a salir de la pantalla y llegaron a levantarse del asiento Tras la presentación del Cinematógrafo en París, en otras muchas ciudades europeas y americanas comienza a quot;presentarsequot; el nuevo invento. En España la primera proyección la ofrece un enviado de los Lumière en Madrid, el 15 de mayo de 1896. A partir de este año, se sucederán sin interrupción las proyecciones y, con ellas, la demanda de más títulos, con lo que se inicia la producción a gran escala de películas que, poco a poco, van aumentando de duración al igual que mejora la historia que narran. Durante unos años, los temas de las películas se repiten con cierta frecuencia, y los espectadores se dejan atrapar, sobre todo, por aquellas que les resultan más sorprendentes. En esta línea trabaja en mago francés Georges Méliès que comienza a dirigir una serie de películas que tienen muchos trucos y efectos, imágenes mágicas en las que desaparecen personajes (Escamoteo de una dama, 1896), chocan trenes, crecen los objetos y hasta se puede viajar a lugares desconocidos (Viaje a la Luna, 1902). Esta línea creativa la desarrollará el español Segundo de Chomón, que compite con Méliès en la producción de películas sorprendentes (El hotel eléctrico, 1908). También fueron importantes las aportaciones de los fotógrafos de la Escuela de Brighton, pioneros británicos que sorprendieron por la utilización narrativa de ciertos recursos que dieron fuerza a la historia que contaban, como sucedió con La lupa de la abuela (1900), de James A. Williamson, en donde el punto de vista da mayor expresividad a los hechos que se narran. En Estados Unidos será Edison el máximo impulsor del Cinematógrafo, consolidando una industria en la que desea ser el protagonista indiscutible al considerarse como el único inventor y propietario del nuevo espectáculo. A su sombra van creciendo otros directores como Edwin S. Porter, que logrará dar un paso fundamental en la construcción de una historia con el diseño de una estructura que se centra en quot;el salvamento en el último minutoquot; (Asalto y robo de un tren, 1903; película que daba inicio a un género exclusivo americano: el western). Volver al prinicipio del módulo I 1.3 Consolidación de un lenguaje El desarrollo de la industria del cine ha propiciado la definición de un lenguaje específico que se encargaron de ir definiendo los directores que trabajaron en el tránsito del siglo XIX al XX. Sorprende que los pioneros no se limitaran a seguir con la simple quot;toma de vistaquot; durante muchos años. Hubo quien se preocupó por dar a entender que la utilización de varios planos de distinto tamaño servían para enriquecer la historia y la acción de los personajes. La evolución que se aprecia en los primeros años tiene que ver con las primeras imágenes impresionadas por los primeros operadores en todo el mundo. Un paso más lo dan los fotógrafos de Brighton a partir de 1900, fecha a partir de la que utilizan en sus películas diversos recursos (puntos de vista, panorámicas, sobreimpresiones, etc.) para organizar la historia. Simultáneamente, Méliès y Segundo de Chomón aplican técnicas —como el paso de manivela, que permitía GRUPO III Página 4
  • 5. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) el construir una historia fotograma a fotograma- para generar historias fantásticas y con efectos; es el momento del cine de trucos en el que se intenta sorprender al espectador haciendo aparecer y desaparecer personas y objetos. Esta fase la cierra Edwin S. Porter cuando en Salvamento en un incendio (1902) va más allá de la estructura lineal que plantea todo el mundo, intercalando situaciones que atraen de manera especial la atención del espectador —insertos-; es decir, intercala una serie de planos en los que destaca ciertos detalles del ambiente, de la acción de los personajes y con los que se pasa de un espacio a otro sin ningún tipo de explicación —el montaje paralelo-. Quizás todas estas aportaciones y el hecho de cada vez más se apropiara el cine de textos literarios muy conocidos por los espectadores, condujeron a que el teórico italiano Riccioto Canudo escribiera en 1911 su quot;Manifiesto de las Siete Artesquot; en el que señalaba al cine como el Séptimo Arte, y en el que pedía que los empresarios del cine asumieran un mayor compromiso artístico con lo que hacían, para ir más allá de la industria y el comercio. A partir de 1910, los europeos comienzan a producir películas más largas que sorprenden por su buena factura. Las adaptaciones de obras de Victor Hugo y Emile Zola sirvieron de garantía para diversas producciones francesas. Por su parte, los italianos consolidaron un modo de hacer que afectará a las industria cinematográficas de todo el mundo. Quo Vadis? (1913), de Enrico Guazzoni, superó las dos horas de proyección. Cabiria (1914), de Giovanni Pastrone, se convirtió en uno de los grandes monumentos cinematográficos de la historia por su tratamiento de la historia, de los personajes, del espacio, de la iluminación, de la escenografía (estas producciones italianas dan un impulso a la construcción de decorados corpóreos). Fue el momento en el que se dio un paso importante: cambiar la cámara de lugar, buscar nuevos ángulos desde los que contar la historia al tiempo que se mantiene la continuidad de acción —en la que también han de ser funcionales los rótulos que se intercalan para recoger el diálogo de los actores-; es el momento en el que se construye una situación a partir del plano-contraplano. El paso más relevante hacia la consolidación de un lenguaje específico lo ofreció el director estadounidense David W. Griffith, quien tuvo la capacidad de organizar todas las aportaciones habidas hasta mediados de la década de los años diez, y concretarlas en dos películas que han pasado a la Historia del cine como las más emblemáticas de la narración cinematográfica primitiva: El nacimiento de una nación (1915) e Intolerancia (1916). A partir de estos años, directores como Cecil B. De Mille (Juana de Arco, 1916), Charles Chaplin (El imigrante, 1917; Armas al hombro, 1918), Louis Feuillade (director de varios seriales) y otros muchos, van profundizando en el lenguaje cinematográfico, dando cuerpo a una gramática de recursos expresivos que el espectador asumirá y llegará a conocer con mucho detalle. Volver al prinicipio del módulo I 1.4. El cine europeo de los 20 Los movimientos artísticos que se proyectan en la Europa de los años veinte influyen de manera determinante en el cine. Desde diversas perspectivas y en casi todos los países, directores jóvenes y con grandes ideas teóricas y creativas, ofrecen un buen conjunto de películas que dejarán profunda huellas en las generaciones posteriores. Los directores franceses asumen, además de sus películas, un compromiso teórico fundamental impulsando cine-clubs (Louis Delluc funda el primero en 1920), publicando algunos libros (Jean Epstein firma en 1921 quot;Buenos días, cinequot;, en el que habla de las posibilidades creativas de la cámara y otros recursos expresivos) y desarrollando nuevas fórmulas narrativas que se anticipan en el tiempo al cine espectáculo (Abel Gance rueda Napoleón, 1927; película que ofrece diversas innovaciones técnicas, entre otras la pantalla múltiple, anticipo del sistema Cinerama). Son años dominados también por el futurismo (Fernand Léger o Many Ray) y el surrealismo de Germaine Dulac, Luis Buñuel y Salvador Dalí. Los alemanes disponen de recursos importantes (propiciados por la productora UFA) y abordan películas de diversa consideración a partir de proyectos dirigidos por Ernst Lubitsch, Friedrich W. Murnau ( Nosferatu el vampiro, 1922; Fausto, 1926), Fritz Lang (Las tres luces, 1921; Metrópolis, 1926) y George W. Pabst (La calle sin alegría, 1925), a caballo del cine comercial, de gran espectáculo, y el más intimista, sustentado por el expresionismo y la puesta en escena impulsada por el Kammerspielfilm, y las aportaciones realistas y melodramáticas de la Nueva Objetividad. El cine surgido de la revolución rusa (1917) dio paso a numerosas e importantes aportaciones teóricas que se concretaron en los trabajos de Dziga Vertov —sobre todo el quot;cine ojoquot;: objetividad de la cámara-, de Lev Kulechov —en su laboratorio experimental desarrolló la teoría del montaje- y el grupo de la Fábrica del Actor Excéntrico (FEKS), dirigido por Gregori Kozintev, Leoni Trauberg y Sergei Yukevitch, totalmente opuestos a la objetividad de Vertov. No obstante, además de estos nombres, y desde los valores culturales que impulsaron su trayectoria artística, cabe mencionar al gran maestro soviético: Sergei M. Eisenstein, director que supo aprovechar y enriquecerse con las aportaciones de directores de todo el mundo para construir un cine de gran efectividad plástica e ideológica (La huelga, 1924; El acorazado Potemkin, 1925; Octubre, 1927). A su sombra se movieron con desigual fortuna Vsevolod Pudovkin y Aleksandr Dovjenko. En otras cinematografías, las aportaciones individuales alcanzaron desigual fortuna. El cine italiano después el éxito conseguido con las grandes producciones históricas de la década anterior —un modelo denominado peplum entre los referentes cinematográficos- sólo logra un cierta representatividad gracias a la presencia en sus producciones de ciertas actrices como Francesca Bertini o Lyda Borelli. El drama nórdico se sostiene en las películas de los suecos Victor Sjöström (La carreta fantasma, 1920) y Mauritz Stiller (La expiación de Gösta Berling, 1923), directores que marcharán a trabajar a Hollywood durante esta década, y en la del danés Carl Theodor Dreyer, que firmará una de las películas más GRUPO III Página 5
  • 6. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) importantes de estos años: La pasión de Juana de Arco (1928). El cine español busca encontrar una cierta estabilidad industrial y aprovecha ciertos temas populares para consolidar su producción; La verbena de la Paloma (1920), de José Buchs, La casa de la Troya (1924), de A. Pérez Lugín y Manuel Noriega, y las películas de Benito Perojo y Florián Rey, entre otros. Volver al prinicipio del módulo I 1.5 El cine estadounidense de los 20 Después del aprendizaje que muchos directores tuvieron a lo largo de los años diez, no debe resultar llamativo el hecho de que a lo largo de los años veinte dirigieran algunas de las películas más importantes, llamativas y sorprendentes de sus respectivas carreras y de la Historia del Cine. Si Mack Sennett se había convertido en el máximo exponente del cine de destrucción (de sus manos salieron el famoso grupo de policías —los Keystone Cop-, la guerra de tartas, con una acción vertiginosa que dio lugar al estilo slapstick), sus discípulos Harold Lloyd y Charles Chaplin progresaron hacia un cine de mayor interés y efectividad, una línea que progresaría gracias a las aportaciones de Búster Keaton. El cine cómico y la comedia se entrelazan en las películas de estos actores-directores, situándolos en la cumbre el cine que alcanzaron no sólo por sus propios trabajos sino, también, por el éxito popular conseguido en todo el mundo. Charles Chaplin hizo famoso su personaje de quot;Charlotquot; gracias a la caracterización que se convertiría con el tiempo en uno de los iconos más recordados. Si ya fueron importantes películas como El vagabundo (1915), El inmigrante (1917) y Armas al hombro (1918), desarrolló sus fundamentales argumentos temáticos —sobre la base de un tono tragicómico- en El chico (1921) y La quimera del oro (1925). Harold Lloyd, por su parte, también después de un dilatado aprendizaje alcanzó su mayor gloria con el desarrollo de quot;gagsquot; y situaciones muy divertidas en películas como El estudiante novato (1925), El hombre mosca (1926) y Relámpago (1928). Buster Keaton se caracterizó por un rostro inexpresivo (lo que provocó que se le llamara quot;cara de paloquot;) y el tener que enfrentarse estoicamente a un mundo que se rebelaba a cada instante ante lo que hiciese. Lo mejor de su trabajo se encuentra en La ley de la hospitalidad (1923), La siete ocasiones (1925), El maquinista de la General (1927), El cameraman (1928). Además del cine cómico, la industria estadounidense abordó otros temas, dando origen a una serie de líneas de producción que se denominarían géneros. Desde el cine del Oeste (western), con singulares aportaciones de John Ford (El caballo de hierro, 1924; Tres hombres malos, 1926), hasta el cine de aventuras impulsado por Allan Dwan (Robin Hood, 1922; La máscara de hierro, 1929), se pasa por el cine bélico y social de King Vidor (El gran desfile, 1925; Y el mundo marcha, 1928)y William A. Wellman (Alas, 1927), y los melodramas de Frank Borzage (El séptimo cielo, 1927), entre otros muchos, además de las sorprendentes obras de terror interpretadas por Lon Chaney (El jorobado de Nuestra Señora, 1923, de Wallace Worsley; el fantasma de la ópera, 1925, de Rupert Julien), las de los galanes romanticos John Gilbert (Sota, caballo y rey, 1923, de John Ford; Su hora, 1924, de King Vidor), Ramón Novarro (Ben-Hur, 1925, de Fred Niblo; El príncipe estudiante, 1927, de Ernst Lubitsch) y Rodolfo Valentino (Los cuatro jinetes del Apocalipsis, 1921, de Rex Ingram; Sangre y arena, 1922, de Fred Niblo; El águila negra, 1925, de Clarence Brown). Fueron unos años importantes para el star-system cinematográfico. El cine estadounidense se benefició a lo largo de estos años de la presencia de numerosos directores y técnicos europeos que decidieron probar fortuna en su industria. Entre los emigrantes más reconocidos de esta época se encontraron los austríacos Erich von Stroheim, muy agudo a la hora de abordar temas sociales con ironía y realismo (Esposas frívolas, 1921; El carrusel de la vida, 1922; Avaricia, 1923), y Joseph von Sternberg, quien puso los cimientos de un género típico americano -el cine de gangsters (cine negro)- con la película La ley del hampa (1927). El alemán Ernst Lubitsch da sus primeros pasos hacia un cine mordaz e irónico que consolidará tras la implantación del cine sonoro. El sueco Victor Sjöström dejará su buen hacer en El viento (1928) y el francés Jacques Feyder aprovechará la presencia de Greta Garbo para rodar con la Metro Goldwyn Mayer El beso (1929). Volver al prinicipio del módulo I 1.6 Consolidación del sonido Desde finales del siglo XIX, cuando se producen las primeras imágenes en movimiento, se intentó que tanto el fonógrafo inventado por Edison como el gramófono diseñado por Emil Berliner pudieran se acoplados al Cinematógrafo. Quien lo intentó en primer lugar fue el francés Auguste Baron, después le siguieron otros muchos. No obstante, cuando el Cinematógrafo comienza a difundirse por el mundo, lo empresarios tenían más interés en explotar el nuevo espectáculo que en pensar en rentabilizar algo nuevo, económicamente más costoso. A partir de los experimentos e investigaciones que se remontan a los primeros años del siglo XX, y que se centran en el registro y la reproducción del sonido cinematográfico, los sistemas que se patentan en torno a los años veinte buscan hacer realidad un sueño de muchos: que los actores hablen en la pantalla. La Warner Bros. es la primera empresa que se arriesga a producir las primeras películas quot;sonorasquot; y quot;habladasquot;. El primer intento parcial se aprecia en Don Juan (1926), y el segundo y más importante, en El cantor de jazz (1927), ambas dirigidas por Alan Crosland. Este nuevo paso tecnológico va a influir de manera determinante en la industria, en los profesionales que en ella trabajan, en los planteamientos estéticos de las historias, obligando a una reestructuración industrial que afectará, inevitablemente, a la comercialización de las películas en todo el mundo. GRUPO III Página 6
  • 7. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) La polémica suscitada entre la Warner (su sistema llamado Vitaphone suponía la sincronización del disco con el proyector cinematográfico) y la Fox (tenía el sistema Movietone) y la RCA (con su sistema Photophone), éstos con el registro del sonido en la misma película (llamado sonido óptico), y otras empresas, obligó a decidir adoptar un sistema estándar de sonido para evitar el caos en la industria. Se decidió que el más apropiado era el sonido óptico, porque iba impreso en la misma película. Las primeras películas sonoras que comenzaron a circular por todo el mundo se adaptaron a las circunstancias del momento. Se proyectaron películas mudas sonorizadas y se remontaron otras incorporándoles partes sonoras. Los Estudios afincados en Hollywood comenzaron a producir películas en varias versiones (idiomas) con el fin de comercializar cada una en su correspondiente país, sobre todo cuando la versión original con subtítulos fue rechazada en la mayoría de los países. Este sistema perduró durante unos años hasta que vieron que resultaba muy costoso. Fue el momento en que los productores decidieron adoptar el doblaje como opción más económica. Con el tiempo, se adoptó e implantó definitivamente dicho procedimiento en casi todos los países, con lo que la obra original comenzó a tener quot;versionesquot; derivadas de la traducción realizada en cada país. Entre las películas que muestran los problemas que se vivieron en diversos países entre 1926 y 1931, cabe mencionar El séptimo cielo (1927), de Frank Borzage, La muchacha de Londres (1929), de Alfred Hitchcock, M, el vampiro de Dusseldorf (1931), de Fritz Lang, y la española El misterio de la Puerta del Sol (1928), de Francisco Elías, entre otras. Sobre la vivencias de los actores y los problemas económicos y técnicos vividos en los grandes Estudios estadounidenses durante los rodajes de las primeras películas sonoras, debe recordarse Cantando bajo la lluvia (1952), de Stanley Donen. Volver al prinicipio del módulo I 1.7 Grandes Estudios de EE.UU. Desde comienzos de los años diez se fueron fundando las más importantes empresas de cine estadounidenses como la Universal Pictures, Fox Film Corporation —después conocida por 20th Century Fox-, United Artists, Warner Bros., Metro- Goldwyn-Mayer (MGM), Columbia, Paramount, RKO, que irían sufriendo diversas modificaciones en su estructura de gestión al fusionarse con otras empresas dedicadas a la exhibición y la distribución. La consolidación de estas firmas permitieron que la década de los años treinta se definiera como la quot;Edad de oroquot; de los grandes Estudios cinematográficos estadounidenses (y del mundo). El motivo no es sólo la producción continuada que se realiza en cada uno de ellos, sino el desarrollo de las más diversas líneas temáticas que dieron lugar una política de géneros más definida. Se contempló a la Metro Goldwyn Mayer —con su famoso león en la presentación de todas sus películas-, Paramount y Warner con respeto, sobre todo porque fueron los Estudios que dispusieron de mayores recursos tecnológicos y humanos. Después se incorporaría al grupo la 20th Century Fox. En cualquier caso, la exclusividad no impidió un intercambio a lo largo de los años de actores y directores según intereses afines. La MGM se hizo con el estrellato cinematográfico gracias a los temas románticos dirigidos por Clarence Brown e interpretados por Greta Garbo (Ana Karenina, 1935), las más diversas historias firmadas por Victor Fleming (La indómita, 1935; Capitanes intrépidos, 1937), en especial dos películas que marcaron una época de esplendor: Lo que el viento se llevó (1939), con Clark Gable y Vivien Leigh, y El mago de Oz (1939), con una jovencísima Judy Garland. Los hermanos Marx fueron dirigidos por Sam Wood en sorprendentes películas como Una noche en la ópera (1935) y Un día en las carreras (1937). La producción musical del Estudio quiso ser una proyección de los espectáculos de Broadway, tanto operetas (con Jeannette MacDonald) como historias con mucho baile (con Eleanor Powell). La Warner Bros. supo desarrollar hábilmente géneros como el cine negro y el cine de aventuras. En el primero Mervin LeRoy dirigió títulos tan representativos como Hampa dorada, (1930), con Edward G. Robinson, y Soy un fugitivo (1932), con Paul Muni; en el cine de aventuras destacan las aportaciones de Michael Curtiz, representativas de un modo de hacer que atrapó al público de la época: La carga de la brigada ligera (1936) y Robín de los bosques (1938), ambas con Errol Flynn y Olivia de Havilland. Y en el campo musical sobresalieron las películas barrocas dirigidas y coreografiadas por Busby Berkeley. Paramout por su parte apoyó los grandes filmes históricos de Cecil B. De Mille como El signo de la cruz (1932) y Cleopatra (1934), la comedia sofisticada y de fina ironía de Ernst Lubitsch (Un ladrón en mi alcoba, 1932; La viuda alegre, 1934) o el cine de gangsters y de terror dirigidos con buen pulso por Rouben Mamoulian (Las calles de la ciudad, 1931; El hombre y el moustruo. Dr. Jekyll y Mr. Hyde, 1932). Sus películas musicales fueron mas bien historias en las que diversos actores cantaban unas canciones (Mae West, Bing Crosby, etc.). La Universal se especializó en cine de terror con inolvidables películas que han marcado a buena parte del cine posterior de género. James Whale fue el responsable de Frankenstein (1931) y El hombre invisible (1933), entre otras. Tod Browning dirigió Drácula (1931), con un inimitable Bela Lugosi, y una sorprendente e inigualable La parada de los monstruos (1932). La RKO produjo los musicales de la pareja de baile más famosa del cine: Fred Astaire y Ginger Rogers, especialmente con La alegre divorciada (1934) y Sombrero de copa (1935). La Columbia se centró en una producción más familiar, destacando las comedias de Frank Capra en la línea de Sucedió una noche (1934), con Claudette Colbert y Clark Gable, GRUPO III Página 7
  • 8. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) El secreto de vivir (1936), con Gary Cooper y Jean Arthur, y Vive como quieras (1938), con Jean Arthur emparejada en esta ocasión con James Stewart. Volver al prinicipio del módulo I 1.8 El cine europeo de los 30 y 40 Tras la implantación del sonido en todo el mundo, las industrias de cada país comenzaron a producir y a abastecer el mercado con películas que fueron interesando al público. No obstante, el clima político que se vive en varios países a lo largo de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial, afectaron irremediablemente en el modo de hacer y los temas a abordar por quienes deseaban dirigir cine. El cine francés se mueve en el realismo que se ofrece desde la tradición y los ambientes populares de René Clair (Catorce de julio, 1932) y Jean Renoir (Toni, 1934; Los bajos fondos, 1936; La regla del juego, 1939) y el drama que, con ciertas dosis de fatalismo, recrean Julien Duvivier (Pepe-le-Moko, 1937) y Marcel Carné (El muelle de las brumas, 1938), ambas películas interpretadas por el gran actor Jean Gabin. La guerra delimitó espacios. Más allá de abordar temas realistas, los directores franceses se centraron en las adaptaciones literarias y muy académico en las formas, un cine llamado quot;de qualitéquot;, con el que convivieron directores consolidados como Clair (El silencio es oro, 1947) y otros directores más jóvenes como Jacques Becker, Henry-George Clouzot y Robert Bresson. El cine inglés comenzó a diseñar una estructura proteccionista para su cine, dada la implantación del cine estadounidense en su mercado e industria. El gran impulsor del cine de los treinta fue Alexander Korda, director y productor que consiguió uno de sus grandes películas en La vida privada de Enrique VIII (1933). Son los años en los que Alfred Hitchcock demuestra que sabe contar historias (treinta y nueve escalones, 1935; Alarma en el expreso, 1938) y Anthony Asquit alcanza su madurez con Pigmalion (1938). No obstante, los treinta confirman que los británicos son unos maestros del documental. La Escuela impulsada por John Grierson y con apoyo del gobierno, permitirá que un grupo de directores (Basil Wright, Harry Watt, Paul Rotha, etc.) realicen un cine informativo de gran altura con el apoyo de maestros como el propio Grierson y Robert Flaherty. Los años cuarenta van a estar dominados por la producción de John Arthur Rank, con películas de prestigio como Enrique V (1945), dirigida e interpretada por Laurence Olivier, uno de los mejores actores británicos y el que mejores adaptaciones hizo de la obra de William Shakespeare, y Breve encuentro (1945), de David Lean. Fueron años, los cuarenta, en los que el maestro Carol Reed dirige películas como Larga es la noche (1947) y El tercer hombre (1949), y los Estudios Ealing desarrollan una gran e interesante producción en el campo de la comedia social con gran ironía (Pasaporte para Pimlico, 1949; Ocho sentencias de muerte, 1949). El cine alemán se muestra muy activo durante los primeros años treinta de la mano de Joseph von Sternberg (El ángel azul,1930, con una excepcional papel de Marlene Dietrich) y Fritz Lang (M. El vampiro de Dusseldorf, 1931, con una interpretación especial de Peter Lorre), antes de que estos directores se incorporaran al cine estadounidense. George W. Pabst mostró su gran vena realista en Westfront (1930) y Carbón (1932). El ascenso político de los nazis tiene su proyección en obras de singular relieve como El flecha Quex (1933), de Hans Steinhoff, y El judío Süss (1940), de Veit Harlan, mientras que la directora Leni Riefenstahl acomete dos de los pilares del documentalismo cinematográfico: El triunfo de la voluntad (1934) y Olimpiada (1936). Con un deseo de superar viejos traumas y, sobre todo, volver la mirada a la sociedad, surge el neorrealismo impulsado por una generación que, aunque escasa de recursos, supo ofrecer algunas de las historias más brillantes del cine en la inmediata postguerra. Dada la situación política europea, Italia se ve sumida en la producción de cine con marcado cariz propagandístico en la línea de La corona de hierro (19), de Blasetti, y en la comedia intrascendente (llamada de quot;teléfonos blancosquot;) de Mario Camerini (¡Qué sinvergüenzas son los hombres, 1932). No obstante, en la inmediata postguerra cobrará fuerza un movimiento neorrealista centrado en temas sencillos, extraídos de la vida cotidiana y plasmados con gran realismo y un tono visual próximo al documental. El cine soviético alcanza unos de sus grandes momentos con Iván el Terrible (1945), de Sergei M. Eisenstein, mientras que la presión política que se ejerce sobre los creadores obligará a realizar otras muchas películas que pretenden ensalzar la figura de Stalin, un culto a la personalidad que dará origen a un retroceso en la producción cinematográfica. Volver al prinicipio del módulo I 1.9 El cine estadounidense de los 40 y 50 La década de los cuarenta se inicia con una auténtica bomba creativa: la película Ciudadano Kane (1940), dirigida por un recién llegado llamado Orson Welles, que rompió muchos esquemas desde el punto de vista visual y narrativo, y en la que tuvo un gran protagonismo el director de fotografía Gregg Toland. Estos años estuvieron marcados por la producción de películas de quot;cine negroquot;, con excepcionales aportaciones en obras como El halcón maltés (1941), de John Huston, con Humphrey Bogart; Casablanca (1942), de Michael Curtiz, con una pareja protagonista inolvidable: Ingrid Bergman y Bogart; Laura (1944), de Otto Preminger, con Gene Tierney y Dana Andrews; y Gilda (1946), de Charles Vidor, con Rita Hayworth y Glenn Ford. Fueron años de gran variedad temática y de excepcionales interpretaciones. Se puede hablar de Charles Chaplin (El gran dictador, 1940), de John Ford (Las uvas de la ira, 1940, con Henry Fonda), de William Wyler (La carta, 1940; La loba, 1941; las dos interpretadas por Bette Davis) y de George Cukor (La costilla de Adán, 1949, con una pareja sorprendente: Spencer Tracy y Katharine Hepburn). GRUPO III Página 8
  • 9. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) Además encontraron un hueco en la programación aquellas historias más humanas y evangelizadoras como Siguiendo mi camino (1944), de Leo McCarey, con Bing Crosby, los musicales como Escuela de sirenas (1944), de George Sydney, con la famosa Esther Williams, westerns como Duelo al sol (1946), de King Vidor, con Gregory Peck y Jennifer Jones, Pasión de los fuertes (1946), de John Ford, con Henry Fonda, Linda Darnell, No obstante, el cine estadounidense de los cuarenta se vio delimitado en su producción por la entrada del país en la Segunda Guerra Mundial, que impulsó el cine de propaganda desde el documental y el cine de ficción, en películas en las que el heroísmo del soldado estadounidense quedaba bien destacado, como en Treinta segundos sobre Tokio (1944), de Mervyn LeRoy, y Objetivo Birmania (1945), de Raoul Walsh, con un Errol Flynn capaz de solucionar él solo todos los problemas. En el lado contrario se encontró También somos seres humanos (1945), de William A. Wellman, un retrato realista de los soldados que caminan hacia sus objetivos, de los jóvenes que sufren, tiene miedo y angustia, que pasan hambre. También se vio condicionado en su creación por la las iniciativas del Comité de Actividades Antiamericanas. Directores, guionistas y actores sintieron la persecución implacable de la Comisión dirigida por el senador Joseph McCarthy. Fue la denominada quot;caza de brujasquot;, una batalla política con la que se pretendió sanear Hollywood de comunistas. En esta tesitura se moverá la producción cinematográfica en los cincuenta, en la que el cine de género continuará su marcha con singulares aportaciones. En el western se revisan sus planteamientos, con películas como Flecha rota (1950), de Delmer Daves en la que el indio ya deja de ser el malo de la película-, Sólo ante el peligro (1952), de Fred Zinnemann, y Raíces profundas (1953), de George Stevens. El cine negro con La jungla de asfalto (1950), de Huston, muestra su eficacia. El musical alcanza su cumbre con las aportaciones de Stanley Donen y Gene Kelly (Un americano en París, 1951; Cantando bajo la lluvia, 1952). Hollywood produce mucha ciencia-ficción influenciado por la literatura de la época y por la tensión de la quot;guerra fríaquot; entre las dos superpotencias (Ultimátum a la tierra, 1951, de Robert Wise; El increíble hombre menguante, 1957, de Jack Arnold). Y también, comedias (Con faldas y a lo loco, 1959, de Billy Wilder), melodramas (Obsesión, 1954, de Douglas Sirk), historias de ambiente juvenil (Rebelde sin causa, 1955, de Nicholas Ray) y mucho cine de entretenimiento que llega con las superproducciones (Los diez mandamientos, 1956; Ben-Hur, 1959, de Wyler) que acomete la industria estadounidense para intentar atraer a la sala al público que durante estos años vive más pendiente de la televisión y del esparcimiento social. Volver al prinicipio del módulo I 1.10 El cine latinoamericano Los países latinoamericanos fueron recibiendo al Cinematógrafo al igual que en el resto del mundo, a finales del siglo XIX. Las circunstancias sociales, económicas y políticas marcaron con los años su progreso cinematográfico, en el que tanto tuvieron que ver los promotores españoles, franceses e italianos como la presencia de las películas estadounidenses en sus pantallas. Muy pronto el mercado de cada uno de los países comenzó a estar controlado por el cine de Hollywood. No obstante, esta situación no impidió que en diversas épocas floreciesen aportaciones que mostraron la singularidad de la producción latinoamericana, que se apoyaría a lo largo del tiempo y en gran medida en la coproducción entre países de habla hispana. Quizás esta situación es la que provocó que en la producción de las primeras películas habladas en español, Hollywood contratara a numerosos profesionales (Ramón Novarro, Lupe Vélez, Dolores del Río, Antonio Moreno, José Mojica, Carlos Gardel, entre otros) con el fin de que realizaran e interpretaran las versiones destinadas a dichos países. Esto no impidió que entre 1929 y 1931 se produjeran las primeras películas sonoras en México, Brasil o Argentina; en otros países, las primeras producciones sonoras locales se darán a conocer más tarde (1932-50). Durante la década de los cuarenta es el cine mexicano el que alcanza una mayor notoriedad internacional gracias a las películas de Emilio Fernández quot;El Indioquot; (y la colaboración en la fotografía de Gabriel Figueroa) y la presencia de notorias estrellas como Dolores del Río y Pedro Armendáriz (Flor silvestre y María Candelaria, 1943), y María Félix (Enamorada,1946; Río escondido, 1948). También se encuentran las obras de Fernando de Fuentes (El compadre Mendoza, 1933; Allá en el Rancho Grande, 1936; Jalisco canta en Sevilla, 1948, ésta con Jorge Negrete y Carmen Sevilla -primera coproducción hispano-mexicana tras la llega al poder en España de Francisco Franco), y otras de Alejandro Galindo, Julio Bracho y Roberto Gavaldón. Son años en los que despunta el actor Mario Moreno quot;Cantinflasquot; quien, con su verborrea, se encargará de consolidar su popularidad nacional e internacional y arrasar en taquilla durante unos años con películas como Ahí está el detalle (1940), de Juan Bustillo Oro, y la numerosas películas que dirigió Miguel M. Delgado (El gendarme desconocido, 1941; Sube y baja, 1958; El padrecito, 1964). Y también es notoria la presencia de los españoles Luis Buñuel, director de películas como Abismos de pasión (1953) y Los olvidados (1950), entre otras, y Carlos Velo, quien dirigió un excelente documental, Torero (1956), y Pedro Páramo (1966). A partir de los setenta, su director más internacional será Arturo Ripstein (Cadena perpetua, 1978; Principio y fin, 1992; La reina de la noche, 1994), premiado en diversos festivales internacionales. El cine argentino se sostiene con dificultad sobre las películas de Lucas Demare (La guerra gaucha, 1942), Luis Cesar Amadori (Santa Cándida, 1945), Hugo Fregonese (Donde las palabras mueren, 1946) y actrices como Libertad Lamarque, sin olvidar la extensa filmografía de Leopoldo Torres Ríos (Adiós Buenos Aires, 1937; 1942; el crimen de Oribe, 1950) y la aportación de su hijo Leopoldo Torre-Nilsson (La casa del ángel, 1956; Los siete locos, 1973). También circula por ciertos circuitos el trabajo de Fernando Birri (Los inundados, 1961). En las décadas siguientes serán GRUPO III Página 9
  • 10. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) directores como Héctor Olivera con La Patagonia rebelde (1974) o No habrá más penas ni olvido (1983), Adolfo Aristarain (Tiempo de revancha, 1981), Eliseo Subiela (Hombre mirando al sudeste, 1986), Fabián Bielinsky (Nueve reinas, 2001) y Juan José Campanella (El hijo de la novia, 2001) los que proyecten la creación argentina hacia el exterior. El cine brasileño tiene un punto de partida singular en Límite (1929), de Mário Peixoto, sugerente y marcada por las vanguardias europeas de los veinte. Pero también cuenta con la importante película Ganga bruta (1933), de Humberto Mauro, y O Cangaçeiro (1953), de Lima Barreto, referentes ineludibles para los jóvenes de los sesenta, que tendrán en Glauber Rocha al máximo exponente internacional. Durante varias décadas será Nelson Pereira dos Santos quien dirija algunos de las historias socialmente más interesantes (Río, quarenta graus, 1955; Vidas secas, 1963). La Revolución Cubana definió la trayectoria de diversas cinematografías latinoamericanas. En su país destacaron, además de un extenso elenco de documentalistas, Tomás Gutiérrez Alea (Memorias del subdesarrollo, 1968; Fresa y chocolate, 1993), Humberto Solás (Lucía, 1968; Cecilia, 1981) y Manuel Octavio Gómez (La primera carga al machete,1969). En el cine chileno sorprendieron las películas de Raúl Ruiz (Tres tristes tigres, 1968), realizará la mayor parte de su obra en Europa, de Miguel Litín (El chacal de Nahueltoro, 1969; Actas de Marusia, 1976) y Helvio Soto (Voto más fusil, 1971). El cine peruano tiene en Francisco Lombardi su máximo representante desde 1977, con películas polémicas como Muerte al amanecer (1977) y Muerte de un magnate (1980), por basarse en hechos reales, varias adaptaciones literarias de desigual acierto (La ciudad y los perros, 1985) además de dirigir proyector internacionales como No se lo digas a nadie (1998). El cine venezolano está representado por Roman Chalbaud con El pez que fuma (1977) y La oveja negra (1987); el cine boliviano por Jorge Sanjinés con El coraje del pueblo (1971); y el cine colombiano por Sergio Cabrera con películas como Técnicas de duelo (1988) y La estrategia del caracol (1994) y Víctor Gaviria con La vendedora de rosas (1998). Volver al prinicipio del módulo I 1.11 El cine europeo de los 50 y 60 El cine europeo pasa por una situación de necesario proteccionismo por parte de los gobiernos de cada país, con el fin de poder establecer unos márgenes que permitan desenvolverse en el propio mercado ante la presencia del cine estadounidense. Es una década de transición en la que directores muy jóvenes, en su mayoría surgidos del campo de la crítica cinematográfica, desean hacer frente al cine convencional y clásico. Para eso a lo largo de la década reclaman libertad de acción y creación y ayudas para financiar sus proyectos, y darán origen a unos movimientos con proyección cultural y política que fueron conocidos como la quot;nouvelle vaguequot; (Francia), el quot;free cinemaquot; (Reino Unido) y el quot;Nuevo cine alemánquot;, entre otros, y siempre en conexión directa con lo que acontecía en diversos países americanos. En Francia, junto con una producción en la que intervienen los directores como Jean Renoir (La carroza de oro, 1952), René Clair (La belleza del diablo, 1950) se encuentran excepciones como la de René Clément, con su singular Juegos prohibidos (1952), Henry-George Clouzot con la sorprendente El salario del miedo (1956), la originalidad y trascendencia del trabajo de Jacques Tati, maestro del humor inteligente y crítico como lo demostró en La vacaciones de Monsieur Hulot (1951) y Mi tío (1958), y el singular trabajo de Robert Bresson que busca una ruptura en las formas a través de Diario de un cura rural (1950) y Un condenado a muerte se ha escapado (1956). La quot;nouvelle vaguequot; marcará los nuevos itinerarios para el cine posterior. El cine italiano se sostiene a partir de las películas que firman directores como Luchino Visconti que tras Bellísima (1951) y Senso (1954), abordará un cine espectáculo combinado con la reflexión social e histórica (Rocco y sus hermanos, 1960; El gatopardo, 1963; La caída de los dioses, 1969; Muerte en Venecia, 1971). A Roberto Rosellini le interesan los problemas humanos que aborda con diverso interés en Europa 51 (1951) y, especialmente, Te querré siempre (1953). Michelangelo Antonioni profundiza en la incomunicación a través de su trilogía La aventura (1959), La noche (1960) y El eclipse (1962). Sorprende por la proyección de su obra Federico Fellini, que también vive su momento más intenso y representativo de su carrera con filmes tan completos como La strada (1954), Las noches de Cabiria (1956), La dolce vita (1958), Ocho y medio (1962) y Amarcord (1973), recibiendo varios Oscar de la Academia. En los sesenta también Pier Paolo Pasolini propone alternativas, para muchos radicales, como las de El evangelio según San Mateo (1964) o Teorema (1968). El cine británico mantiene vivas las líneas creativas de los cuarenta, más arropadas por la ayuda del gobierno. La comedia de los Estudios Ealing y las adaptaciones shakesperianas de Laurence Olivier convivieron con producciones bélicas y numerosas adaptaciones teatrales que habían sido éxito en el West End londinense. En estos años las películas de David Lean evolucionaban entre la sencillez de El déspota (1953) y la superproducción (El puente sobre el río Kwai, 1957; Lawrence de Arabia, 1962). La productora Hammer vivirá su mejor momento industrial y artístico al abordar películas de ciencia-ficción como El experimento del doctor Quatermass (1955), de Val Guest, y, especialmente, historia de terror, en las que rescata los personajes clásicos que hiciera famosos la Universal, sólo con la diferencia que estas producciones ya eran en color. Así surgieron La maldición de Frankenstein (1957) y Drácula (1958), dirigidas por GRUPO III Página 10
  • 11. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) Terence Fisher e interpretadas por Peter Cushing y Christopher Lee, producciones que alcanzaron un notable éxito internacional. El cine nórdico continuó ofreciendo excelentes trabajos, como el del maestro Carl Theodor Dreyer que dirigió La palabra (1955), una obra completa en su fondo y forma. No obstante, a partir de esta década el nombre que recordará la existencia del cine en estos países será el de Ingmar Bergman, director sueco que sorprende al mundo con una películas cargadas de emoción, sentimiento, tragedia y humanidad. A partir de El séptimo sello (1956) es descubierto en muchos países en los que comienzan a revisar su obra anterior al tiempo que continúan su trayectoria con otros filmes tan sorprendentes como Fresas salvajes (1956) y el manantial de la doncella (1959). Volver al prinicipio del módulo I 1.12 El cine japonés La Historia del cine en Japón se inició con los trabajos de varios pioneros, como Koyo Komada, a finales del siglo XIX. En apenas cuatro años la producción ya es muy alta, lo que lleva emparejado la multiplicación de empresas y Estudios cinematográficos, que en buena parte serán arrasados en el terremoto de 1923. La industria no se desalienta ante esta catástrofe, e inmediatamente recompone su infraestructura, continuando con una producción tan intensa que llegó a superar los 700 filmes al año en el segundo lustro de los años veinte. Fueron años en los que dieron sus primeros pasos directores como Teinosuke Kinugasa, Kenji Mizoguchi, Yasujiro Ozu y Heinosuke Gosho, entre otros, quienes dirigieron las primeras películas totalmente sonoras a lo largo de los años treinta (hasta 1937 todavía se produjeron películas mudas). La industria japonesa, sin embargo, dependerá durante unos años del equipamiento y película virgen llegados del exterior. Su producción se centró en las películas de época, feudales, -losquot;jidaigekiquot;-, que durante épocas convivieron con el cine que mira a las clases más populares, la vida contemporánea, —los quot;gendaigekiquot;-, sobre una trama melodramática, y con el quot;shomingekiquot;, una estructura temática basada en temas de la vida familiar y del individuo, la clase media baja, desarrollados a caballo de la comedia y el drama. Todos los directores evolucionaron durante los treinta y cuarenta sobre estos tres modelos temáticos, abriendo nuevas puertas a otros subgéneros que facilitaron la riqueza de un cine en buena medida de autoconsumo, que sólo conseguirá darse a conocer en Occidente a partir de los años cincuenta. Los principales festivales internacionales de cine (Cannes, Venecia) abrieron las puertas al cine japonés concediendo importantes premios a películas como Rashomon (1950), de Akira Kurosawa —Oscar a la mejor películas extranjera-, Cuentos de la luna pálida de agosto (1953) y El intendente Sansho (1954), de Kenji Mizoguchi, y La puerta del infierno (1953), de Teinosuke Kinugasa —también Oscar a la mejor película extranjera-. Se descubrió en estas películas que su estructura narrativa estaba muy evolucionada y que tenía muchos puntos de contacto con todo lo desarrollado en Occidente. Son películas de época, históricas, feudales que sorprenden en todo el mundo y obligan a una revisión del cine anterior, circunstancia que se produce en diversas Filmotecas y ciclos culturales. También descubren el buen hacer de actores como Toshiro Mifune, Chishu Ryu, Kinuyo Tanaka, Machico Kyo, Kazuo Hasegawa, Hideko Takamine, Masayuki Mori e Isuzu Yamada, Takashi Simura, Tatsuya Nakadai, entre otros. Quien logró asentarse en las salas occidentales con regularidad fue Akira Kurosawa, que sorprendió a lo largo de su carrera con títulos excepcionales como Vivir (1953), Los siete samuráis (1954), El mercenario (1961), Dersu Uzala (1975), Kagemusha (1980) y Ran (1985), en los que profundiza, desde perspectivas diversas y momentos históricos diferentes, en el hombre y su relación con los demás. Con buen pulso narrativo irrumpe también en escena Kon Ichikawa con El arpa birmana (1956), un soberbio trabajo sobre el horror de la guerra que fue premiado en el Festival de Venecia. Años después llegarán de forma aislada películas que continúan llamando la atención por la crudeza de ciertas historias y la reflexión continuada de los directores sobre temas arraigados en la tradición japonesa, como las de. Nagisha Oshima, que muestra el lado trágico del sexo en El imperio de los sentidos (1976), y la obra de Shoei Imamura quien, con La balada de Narayama (1983), se adentra en el mundo de los sentimientos, en la realidad cotidiana de los habitantes de un pueblo que conviven en el más arraigado primitivismo. El mundo del cómic, tan importante en Japón, continuó con su proyección internacional con Akira (1989), del maestro del manga Katsuhiro Otomo, quien participaría también en Metrópolis (2002), del animador Shigeyuki Hayashi (Rintaro). Volver al prinicipio del módulo I 1.13 El cine estadounidense de los 60 La sociedad estadounidense comienza a sentir la fuerza de una generación que busca abrir nuevos caminos reivindicativos de una nueva convivencia que se proyectan en los intereses culturales, creativos y vivenciales. La industria del cine, en gran medida, también siente cómo el interés de los espectadores por las películas que produce está provocando que sus cimientos se resientan. La televisión y otros modos de entretenimiento provocan que determinadas superproducciones tengan difícil su amortización. El cine estadounidense ya ha sentado bases en Europa, produciendo numerosas películas en Gran Bretaña, Italia y España, con actores de prestigio internacional (Doctor Zhivago, 1965, de David Lean) y los directores más GRUPO III Página 11
  • 12. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) representativos de la época trabajan tanto en Estados Unidos como en el Viejo Continente (John Huston, Stanley Kubrick, Orson Welles, John Schlesinger, etc.). Los géneros todavía conservan la esencia que les ha definido como tales. Las comedias tienen de protagonistas a Rock Hudson y Doris Day (Un pijama para dos, 1962, de Delbert Mann), a Peter Sellers (El guateque, 1968, de Blake Edwards) y, especialmente, a Jerry Lewis (Lío en los grandes almacenes y El profesor Chiflado, 1963, de Frank Thaslin y el propio Lewis), aunque la presencia del maestro Billy Wilder sigue marcando las diferencias (El apartamento, 1960, con Jack Lemmon; Uno, dos, tres, 1961, con James Cagney) El musical aborda temas relacionados con el mundo juvenil y familiar (West Side Story, 1961; Sonrisas y lágrimas, 1965, de Robert Wise) y comienzan a surgir con más frecuencia — antes ya había pasado con Elvis Presley- las películas que aprovechan el tirón popular de los nuevos grupos musicales jóvenes, como los Beatles, para producir historias como ¡Qué noche la de aquel día! (1964), de Richard Lester. El cine de terror alcanzó algunos de sus momentos más memorables con películas como Psicosis (1960) y Los pájaros (1963), de Alfred Hitchcock, Repulsión (1965) y La semilla del diablo (1968), de Roman Polanski, y La noche de los muertos vivientes (1968), de George A. Romero. El western continúa dando historia con gran fuerza y efectividad como Los siete magníficos (1960), de John Sturges, y El hombre que mató a Liberty Balance (1962), de John Ford. No obstante, la reflexión sobre el hombre en el más amplio sentido de la palabra se impone en trabajos tan diversos temáticamente como El prestamista (1965), de Sydney Lumet, La jauría humana (1966), de Arthur Penn, Danzad, danzad, malditos (1969), de Sydney Pollack. Las nuevas vías creativas, desde un ámbito independiente y solapado con las iniciativas de los grandes Estudios, quedan reflejados en varias películas que cierran la década: El graduado, de Mike Nichols, Cowboy de medianoche, de John Schlesinger, -con sendas magistrales interpretaciones de Dustin Hoffman, y Bonnie y Clyde, de Arthur Penn, y que de alguna manera permanecen en la memoria colectiva como iconos de un momento socio-cultural de gran relieve. En cualquier caso, se consolida un cuadro artístico apoyado en actores como Jack Lemmon, Walter Matthau, Paul Newman, Robert Redford, Clint Eastwood, y actrices como Faye Dunaway, Shirley MacLaine, Barbra Streisand, entre otros, que sirven de transición entre la estrellas maduras y los jóvenes que va a irrumpir en la década siguiente. Mucho más allá de las trayectorias personales de directores consagrados y de los nuevos creadores, se dieron otras líneas mucho más marginales que se englobaron bajo la denominación quot;Cine independiente americanoquot; (el New American Cinema, el cine underground), corrientes de vanguardia que quisieron romper con las temáticas tradicionales. Volver al prinicipio del módulo I 1.14 El cine europeo contemporáneo A partir de los años setenta, el cine europeo evoluciona a partir de los proyectos individuales de cada uno de los directores que buscan proseguir su carrera superando todos los obstáculos que, realmente, se le cruzan en su camino. No se puede decir que cada cinematografía tenga unas señas de identidad como grupo; existen proyectos singulares, rutinarios, originales, provocadores, insulsos, pretenciosos y aburridos. El público europeo continúa accediendo a las salas con el fin de visionar cine estadounidense; el interés por el cine propio destaca, de manera especial, en Francia, gracias a un sistema de financiación que permite acometer empeños de mayor fuste. El resto de cinematografías buscan sobrevivir en el corto espacio que le queda, con las ayudas de las Administraciones nacionales y los fondos europeos que intentan dinamizar un mercado mortecino y paliar las deficiencias existentes. El cine italiano continúa en manos de directores clásicos como Luchino Visconti, Federico Fellini, Pier Paolo Pasolini, aunque otros autores comienzan a demostrar creativamente sus inquietudes culturales e ideológicas en títulos tan interesantes como El conformista (1970) y Novecento (1976), de Bernardo Bertolucci, El árbol de los zuecos (1974), de Ermanno Olmi, Cinema Paradiso (1989), de Giuseppe Tornatore, y el multipremiado trabajo de Roberto Benigni La vida es bella (1998). También apuestan, como Bertolucci, por un cine estilo Hollywood, alcanzando con El último emperador (1987), uno de sus momentos más brillantes, película que recibió 9 Oscar de la Academia. En el cine alemán cogió el testigo la generación intermedia con nombres tan significativos que con sólo nombrarlos se les atribuyen ejemplos notorios de buen cine. Werner Herzog dirige Aguirre o la cólera de Dios (1973), excepcional relato sobre la época de conquistas. Rainer W. Fassbinder, corrosivo analista de la sociedad alemana y del ser humano, firma películas como La ley del más fuerte (1974) y La ansiedad de Verónica Voss (1981). La personalidad de Wim Wenders crece en círculos de cinefilia de todo el mundo tras la proyección de Alicia en las ciudades (1973), El amigo americano (1977), Cielo sobre Berlín (1987). Mientras que Volker Schlöndorff muestra su madurez en El tambor de hojalata (1979), pasando después a trabajar en el cine estadounidense. El cine británico se apoya en los trabajos de los veteranos Stanley Kubrick (La naranja mecánica, 1971; El resplandor, 1980) y Charles Crichton (Un pez llamado Wanda, 1988), para dar en los ochenta a una de las décadas más brillantes de dicha cinematografía con Carros de fuego (1981), de Hugh Hudson, y Gandhi (1982), de Richard Attenborough, entre otras, estela que continuarían producciones como Cuatro bodas y un funeral (1994), de Mike Newell, y Secretos y mentiras (1996), de Mike Leight. Surge un cine de realismo social impulsado por Ken Loach (Agenda oculta, 1990; Lloviendo piedras, 1993; La cuadrilla, 2001), Stephen Frears (Mi hermosa lavandería, 1985; Café irlandés, 1993) y Jim Sheridan (En el nombre del padre, 1993), y el éxito comercial de todos los tiempos fue Full Monty (1997), de Peter Cattaneo. GRUPO III Página 12
  • 13. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) En el cine francés, junto con los François Truffaut (La mujer de al lado, 1981), Louis Malle (Adiós muchachos, 1987), sigue muy activo Claude Chabrol (Inocentes con manos sucias, 1974; Un asunto de mujeres, 1988; No va más, 1997) y Bertrand Tavernier (Hoy empieza todo, 1999), e irrumpen con fuerza Robert Guédiguian (De todo corazón, 1998) y los hermanos Luc y Jean Dardenne (Roseta, 1999) y Jean-Pierre Jeunet (Amélie, 2001). Del resto de cinematografías, junto con el movimiento Dogme 95 impulsado por Lars von Trier (Rompiendo las olas, 1996) y otros cineastas daneses, que no lograron ocultar el acierto de películas como El festín de Babette (1987), de Gabriel Axel, o Pelle el conquistador (1988), de Bille August, se puede decir que son autores únicos (como el griego Theo Angelopoulos, el portugués Manoel de Oliveira, los filandeses Aki y Mika Kaurismäki, el iraní Abbas Kiarostami, etc.) los que defendidos por la crítica internacional de cinéfilos y arropados por un sin fin de premios en los festivales más importantes, llegan con frecuencia a ciertas salas europeas para ser disfrutados por el público interesado en otras historias y maneras de narrar. Volver al prinicipio del módulo I 1.15 El cine estadounidense contemporáneo Los cambios que se aprecian en las películas de finales de los sesenta son suficientes para que el Hollywood clásico entienda que ha quemado sus últimos cartuchos. Los productores tienen otro estilo, los directores se adentran plenamente en el negocio audiovisual, los actores demandan mayores honorarios, el consumo del cine ya no es en la sala o a través de la televisión, pues el vídeo ofrece otra ventana de comercialización. La tecnología avanza tan rápido que revoluciona el concepto creativo cinematográfico y ya, a finales del siglo XX, se ruedan películas en vídeo digital. A partir de 1975 el cine estadounidense entra en la nueva era que va a estar dominada por los blockbusters, el box- office; es decir, por la rentabilidad inmediata en taquilla de una película. Desde Tiburón (1975), de Steven Spielberg, hasta Spiderman (2002), de Sam Raimi, Hollywood va a estar pendiente de la ventas de entradas en el primer fin de semana. Esta nueva idea del negocio la consolida George Lucas cuando dirige La guerra de las galaxias (1977), todo un fenómeno cinematográfico —toda la saga- que se transforma en otro sociológico y de mercadotecnia. En este sentido también sorprende el éxito de Titanic (1997), de James Cameron, de The Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowski, o los éxitos de El señor de los anillos. La comunidad del anillo (2001), de Peter Jackson, y Harry Potter y la piedra filosofal (2001), de Chris Columbus. Pero los grandes éxitos no pueden ocultar otras fracasos; quizás los más sonados fueron los de La puerta del cielo (1980), de Michael Cimino, y Waterworld, el mundo del agua (1995), de Kevin Reynolds. El cine del último tercio del siglo XX fue básicamente espectáculo, producciones que supieron aprovechar el tirón de series impulsadas por Steven Spielberg —uno de los grandes empresarios de Hollywood, además de gran director- y un grupo de directores que fueron consolidando su carrera a su sombra en películas diversas (En busca del Arca perdida, 1981; Regreso al futuro, 1985; Parque Jurásico, 1993; Los Picapiedra, 1994; Forrest Gump, 1994; y mucho cine de animación: ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, 1988; Antz/Hormigaz, 1998; Shrek, 2001). Espectáculo muy vinculado a las historias catastróficas (desde Aeropuerto, 1970, hasta Armageddon, 1998), al cine de terror sorprendente, paranormal, llegado del espacio (El exorcista, 1973; Poltergesit, fenómenos extraños, 1982; Alien, el octavo pasajero, 1979; El sexto sentido, 1999), la comedia e historias de terror juvenil (American graffiti, 1973; Scream: vigila que alguien llama, 1996; el proyecto de la Bruja de Blair, 1999), el cine bélico, histórico y político (Patton, 1970; Apocalypse Now, 1979; Salvar al soldado Ryan, 1998; Black Hawk derribado, 2002), la comedia familiar, romántica y disparatada (Solo en casa, 1990; Algo pasa con Mary, 1998; El diario de Bridget Jones, 2001; Aterriza como puedas, 1980; Loca academia de policías, 1984). Las nuevas herramientas tecnológicas, los nuevos hábitos de consumo de productos audiovisuales conducen a que el mundo del cine indague en todo lo que tiene que ver con la electrónica, la realidad virtual, la televisión, Internet y el mundo del videojuego. Desde Tron (1982), de Steven Lisberger, hasta El show de Truman (1998), de Peter Weir, eXistenZ (1998), de David Cronenberg, y The Matrix (1999), de los hermanos Wachowski, son tanto los temas de actualidad que se convierten en cotidianos a través de las historias que se construyen para el cine. Además toda la tecnología permite realizar a través de ordenador las nuevas producciones de animación que abordan diversos Estudios (Disney, Fox, Pixar, Dreamworks, etc.). Frente a todo este despliegue de fuegos artificiales, el cine tradicional consigue encontrar su hueco. Directores clásicos como Billy Wilder o Robert Altman, y otros intermedios como Francis Ford Coppola, William Friedkin, Woody Allen o Clint Eastwood, trabajan activamente al lado de otros más jóvenes y renovadores como Jim Jarmusch, Tim Burton, Steven Soderbergh y los hermanos Coen. Y todos ellos, dan entrada a las nuevas estrellas cinematográficas como Tom Cruise, Julia Roberts, Jodie Foster, Kevin Costner, Arnold Schwarzenegger, Harrison Ford, Sylvester Stallone, Sharon Stone, Brad Pitt, Bridget Fonda o George Clooney, entre otros muchos; el más vivo retrato del nuevo Hollywood. Volver al Inicio GRUPO III Página 13
  • 14. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) MODULO I (Estilos ) Tabla de contenidos 1.Introducción 2.Evolución 3.Clasificación 3.1.Ambientación 3.2.Estilo 3.3.Formato 3.4.Audiencia 4.Lista de géneros 5.Bibliografía Volver al Inicio 1.Introducción Género cinematográfico Es el estilo narrativo de una película que sirve para su clasificación comercial: Los géneros cinematográficos, como los géneros de otros campos artísticos, son clasificaciones formales originadas en la cultura clásica, los dos géneros mayores griegos: comedia y tragedia; uno de estilo ligero, tema superficial y final féliz, otro afectado, profundo y de triste desenlace. Estos géneros se fueron diversificando en el teatro, géneros que los primeros largometrajes intentaron imitar. Sin embargo las posibilidades del cine lo desmarcaron completamente de los géneros tradicionales creando nuevos géneros caracterizados por la escasa complejidad de su regulación. En la teoría cinematográfica, el género se refiere al método de dividir a las películas en grupos. Típicamente estos géneros están formados por películas que comparten ciertas similitudes, dominadas tópicos, tanto en lo narrativo, como en la puesta en escena. Cine independiente: Una película independiente es aquella que ha sido producida sin el apoyo inicial de un estudio o productora de cine comercial. El cine de industria puede ser o no de autor, mientras que el cine independiente lo será casi siempre. Actualmente existen muchos países que no tienen una fuerte industria del cine, y toda su producción puede ser considerada independiente. Cine de animación: El cine de animación es aquél en que se usan mayoritariamente técnicas de animación. El cine de imagen real registra imágenes reales en movimiento continuo, descomponiéndolo en un número discreto de imágenes por segundo. En el cine de animación no existe movimiento real que registrar, sino que se producen las imágenes individualmente y una por una (mediante dibujos, modelos, objetos y otras múltiples técnicas), de forma que al proyectarse consecutivamente se produzca la ilusión de movimiento. Es decir, que mientras en el cine de imagen real se analiza y descompone un movimiento real, en el cine de animación se construye un movimiento inexistente en la realidad. Cine documental: El cine documental es el que basa su trabajo en imágenes tomadas de la realidad. Generalmente se confunde documental con reportaje, siendo el primero eminentemente un género cinematográfico, muy ligado a los orígenes del cine, y el segundo un género televisivo. GRUPO III Página 14
  • 15. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) Cine experimental: El cine experimental es aquel que utiliza un medio de expresión más artístico, olvidándose del lenguaje audiovisual clásico, rompiendo las barreras del cine narrativo estrictamente estructurado y utilizando los recursos para expresar y sugerir emociones, experiencias, sentimientos, utilizando efectos plásticos o rítmicos, ligados a al tratamiento de la imagen o el sonido. Se define de acuerdo con su ámbito de aplicación y recepción, ya que no suele tratarse de un cine ligado a la industria, ni se dirije a un público amplio, sino específico, y que comparte a priori un interés por productos fuera de los cánones clásicos. Cine de autor: El concepto de cine de autor fue acuñado por los críticos del Cahiers du Cinéma para referirse a un cierto cine en el que el director tiene un papel preponderante en la toma de todas las decisiones, y toda la puesta en escena obedece a sus intenciones. Suele llamarse de esta manera a las películas realizadas basándose en un guión propio y al margen de las presiones y limitaciones que implica el cine de los grandes estudios comerciales, lo cual le permite una mayor libertad a la hora de plasmar sus sentimientos e inquietudes en la película, sin embargo, grandes directores de industria como Alfred Hitchcock también pueden ser considerados «autores» de sus películas. Cine pornográfico: También llamado cine porno, o simplemente porno es aquel en el que explícitamente se muestran los genitales mientras se realiza el acto sexual y cuyo propósito es el de excitar al espectador. Volver a la tabla de contenidos de Estilos 2.Evolución Es muy importante señalar que en las primeras producciones el género de las películas era encorsetado, con características muy delimitadas que ayudaban al espectador a comprender rápidamente la película y a que el autor crease lo que quisiese y el espectador lo esperase. Sin embargo aproximadamente tras la IIGM los géneros empezaron a mezclarse o a adulterar su esencia creando grandes producciones y extraños especimenes. 3. Clasificación Los géneros cinematográficos se clasifican según los elementos comunes de las películas que abarquen, originalmente según sus aspectos formales (ritmo, estilo y sobre todo el sentimiento que busquen provocar) pero también otros más característicos según su ambientación y según su formato. La posición de la película es definida como el ajuste. La carga emocional a lo largo de la película determina. La película también puede haber sido pegada un tiro usando el equipo particular o ser presentado en una manera específica, o el formato. Lo siguiente es algunos ejemplos de géneros bien establecidos en la película. Ellos más lejos a menudo son definidos para formar subgéneros, y también pueden ser combinados para formar géneros híbridos. Volver a la tabla de contenidos de Estilos 3.1 Ambientación Policiaco - la derrota del mal en el reino de la actividad criminal. • El cine policíaco es un género fílmico que se entiende inició con Histoire d'un crime, de Ferdinand Zecca en 1901. El argumento tiene generalmente una estructura sencilla, con introducción, desarrollo y desenlace. Usualmente al comienzo se ofrece al espectador los antecedentes de un grave crimen, acabando esta parte cuando efectivamente se comete dicho acto criminal. El nudo de la historia pasa a ser la dura lucha de los estamentos policiales, normalmente a cargo de un duro y experimentado policía, contra quienes cometieron el delito. Finaliza tradicionalmente con la detención, o también muy frecuentemente con la muerte de quien violó la ley. Este género está íntimamente ligado por tema y muchas veces estética con el cine negro y el cine de gángsters. GRUPO III Página 15
  • 16. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) Negro - presenta los personajes principales con estilo nihilista o existencialista. El cine negro es un género cinematográfico que se desarrolló en Estados Unidos durante la década de 1940 y 1950. Se suele considerar como la primera película de este tipo a El halcón maltés, de John Huston, con Humphrey Bogart y Mary Astor, estrenada en 1941. El término film noir fue acuñado por primera vez por el francés Nino Frank y es usado por la crítica cinematográfica para describir un género de definición bastante imprecisa, cuya diferenciación de otros géneros como el cine de gángsters o el cine social está muy difuminada. Habitualmente, las películas caracterizadas como de cine negro giran en torno a hechos delictivos y criminales con un fuerte contenido expresivo y una característica estilización visual. Su construcción formal está cerca del expresionismo. Se emplea un lenguaje elíptico y metafórico donde se describe la escena caracterizado por una iluminación tenebrosa en claroscuro, escenas nocturnas con humedad en el ambiente, se juega con el uso de sombras para exaltar la psicología de los personajes. Algunos de estos efectos eran especialmente impactantes en blanco y negro. Al mismo tiempo, la personalidad de los personajes y sus motivaciones son difíciles de establecer (caso paradigmático son los detectives privados, frecuentes protagonistas del género, tales como Sam Spade o Philip Marlowe). Las fronteras entre buenos y malos se difuminaban y el héroe acostumbra a ser un antihéroe atenazado por un pasado oscuro. El cine negro presenta una sociedad violenta, cínica y corrompida que amenaza no sólo al héroe/protagonista de las películas sino también a otros personajes, dentro de un ambiente de pesimismo fatalista. Los finales suelen ser agridulces cuando no presentan directamente el fracaso del protagonista. Otro punto característico del cine negro es la presencia de la femme fatal, la mujer fatal que, aparentemente inofensiva, puede conducir a sus víctimas al peligro o a la muerte. Las novelas de Dashiell Hammett y Raymond Chandler, con sus detectives Spade y Marlowe son frecuentes fuentes de los guiones del género. Películas emblemáticas del cine negro son: o El halcón maltés (1941) de John Huston o El último refugio (1941) de Raoul Walsh o Perversidad (1943) de Fritz Lang o Perdición (1944) de Billy Wilder o Laura (1944) de Otto Preminger o La mujer del cuadro (1944) de Fritz Lang o Ángel o diablo (1945) de Otto Preminger o La escalera de caracol (1945) de Robert Siodmak o El sueño eterno (1946) de Howard Hawks o Gilda (1946) de Charles Vidor o Forajidos (1946) de Robert Siodmark o Detour (1946) de Edgar G. Ulmer o Retorno al pasado (1947) de Jacques Tourneur o El cartero siempre llama dos veces (1947) de Tay Garnett o La dama de Shangai (1947) de Orson Welles o La ciudad desnuda (1948) de Jules Dassin o Al rojo vivo (1949) de Raoul Walsh o El demonio de las armas (1949) de Joseph H. Lewis o La jungla de asfalto (1950) de John Houston GRUPO III Página 16
  • 17. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) o En un lugar solitario (1950) de Nicholas Ray o Los sobornados (1953) de Fritz Lang o Cara de angel (1953) de Otto Preminger o El beso mortal (1955) de Robert Aldrich o Atraco perfecto (1956) de Stanley Kubrick o Sed de mal (1958) de Orson Welles Si bien el guionista y director Paul Schrader, afirmó en 1972 que el cine negro había finalizado con Sed de mal, películas más modernas (no sólo en Estados Unidos) pudieran ser clasificadas como cine negro: o El silencio de un hombre (1967) de J. P. Melville o Chinatown (1974) de Roman Polanski o Taxi Driver (1976) de Martin Scorsese o Labios ardientes (1990) de Dennis Hopper o Mulholland Falls (1996) de Lee Tamahori o The Machinist (2004) de Brad Anderson o Sin City (2005) de Robert Rodriguez, Frank Miller y Quentin Tarantino o Brick (2005) de Rian Johnson Histórico - la acción ocurren en el pasado, a menudo de forma • estereotipada. Cine histórico, género cinematográfico que gira en torno a la narración de uno o varios hechos históricos reales. Es uno de los géneros más comunes del cine y sus orígenes se hunden en los primeros años de vida del Séptimo Arte. En varias ocasiones ha sido usado como una herramienta política y muchas veces ha sido utilizado como método de propaganda. Aunque con el tiempo se han llegado a convertir en dos géneros propios, debido a su gran extensión y personalidad, el cine bélico y el bíblico nacieron al amparo del histórico. • Ciencia ficción - coloca de personajes en una realidad alternativa, típicamente en el futuro o en el espacio. La ciencia ficción es un género de ficción especulativo donde los relatos presentan el impacto de avances científicos y tecnológicos, presentes o futuros, sobre la sociedad o los individuos. Este género ha experimentado durante todo el siglo XX un gran éxito tanto en la literatura como en el cine. Su nombre deriva de una traducción incorrecta del término en inglés, ya que la traducción correcta sería quot;ficción de/sobre la cienciaquot; o ficción científica(*). Si bien muchos expertos opinan que debería utilizarse éste último, la costumbre está demasiado extendida y sólo muy pocos lo utilizan. En cualquier caso, en inglés también suele escribirse con un guión de unión, como quot;science-fictionquot;, cuya abreviatura mundialmente conocida es quot;SCI-FIquot;, pudiendo traducirse de igual modo al español como quot;ciencia-ficciónquot;, y en este caso sí se considera una traducción válida. Los cuentos o historias de ciencia ficción son aquellos que exploran los efectos de la ciencia y la tecnología sobre la sociedad. Originalmente un género literario que también ha alcanzado gran desarrollo en el cine. • Deportivo - acontecimientos deportivos y situaciones que relacionadas con un deporte. • Bélico - campos de batalla y posiciones que pertenecen a un tiempo de guerra El cine de guerra son películas que se centra su historia en guerras. Desde su invención, quedó patente que el cine podía ser un medio que permitiese llegar a grandes cantidades de gente de una manera rápida GRUPO III Página 17
  • 18. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) y relativamente sencilla. Estas cualidades convirtieron el invento de los hermanos Lumière en una herramienta al servicio de los gobiernos y de sus máquinas de propaganda. Ya en la guerra civil española, ambos bandos utilizaron artistas para labores de comunicación o el refuerzo de la moral de combatientes y civiles, pero fue el bando nacional, el que gracias a la influencia germana más fuerte apostó por el celuloide como canal para la distribución de sus doctrinas. Durante la Segunda Guerra Mundial, los países beligerantes siguieron utilizando la gran pantalla como vía para transmitir a sus tropas y habitantes el devenir de la campaña y conciencia de las necesidades para la victoria en el conflicto. Estos mensajes, generalmente en forma de noticiario, dieron un salto cualitativo en los EE. UU., donde se decidió utilizar el enorme potencial que ofrecía Hollywood, como una gigantesca agencia publicitaria. En esta época, numerosos actores y directores contribuyeron al esfuerzo de guerra, realizando su trabajo habitual, ya fuese animando a las tropas o realizando documentales o películas que sirviesen para elevar la moral de los estadounidenses. El tipo de cine realizado en aquellos momentos está cargado (de un contenido propagandístico) y en las películas se tiende a mostrar el heroico sacrificio de los militares estadounidenses y sus aliados al hacer frente a las malvadas potencias del eje, enemigas de la paz, la democracia y la libertad. Tras la guerra, el género bélico pierde su fuerza y no es hasta después de transcurridos unos años, cuando en los 60 una serie de grandes producciones que recreaban las grandes batallas de la contienda vuelven a revitalizar este tipo de cine. Las películas de esta época ya no hacen tanto hincapié en el sacrificio, aunque sí nos siguen mostrando a sus protagonistas como unos héroes convencidos de la bondad de sus creencias y seguros de que están haciendo lo correcto para mejorar el mundo. Otra vez, debido a la impopularidad de la guerra de Vietnam, el tema bélico cae, y no es hasta los 80 cuando vuelve a resurgir, al principio con películas más cercanas a la aventura en la que el héroe estadounidense vence en la pantalla como no pudo hacerlo en la selva. A mediados de esa década y ya en los 90 surge una nueva corriente, que deja un poco de lado el conflicto, que se convierte en el escenario y se centra en el soldado como persona, el cual tiene sentimientos y temores, además de numerosas dudas morales sobre la corrección de las acciones que se ve obligado a realizar. En este nuevo tipo de películas se observa la guerra y sus consecuencias con mucha mayor crueldad que en sus predecesoras, quién sabe si con la intención de aleccionar al espectador sobre la necesidad de que los conflictos armados queden únicamente en el cine y los libros de historia • del Oeste- período colonial a era moderna de los Estados Unidos occidentales El western está considerado uno de los géneros cinematográficos fundamentales, sobre todo en el contexto del cine clásico y del cine estadounidense. En ocasiones se ha argumentado que es el único género originario del séptimo arte, puesto que el resto en mayor o menor medida ya existían en la literatura. La palabra quot;westernquot;, originariamente un adjetivo derivado de quot;westquot; y cuyo significado es quot;relativo al oestequot;, se sustantivó para hacer referencia a las obras (fundamentalmente cinematográficas, aunque también existen en la literatura) que estuviesen ambientadas en el antiguo oeste americano. En castellano, quot;westernquot; es un anglicismo, y no existe ninguna otra voz para hacer referencia al concepto que representa, por lo que habitualmente se usa la expresión quot;película del oestequot; o quot;película de vaquerosquot;. Así pues, en principio una película se incluiría en este género simplemente por estar situada su acción en un contexto determinado: la exploración y el desarrollo del territorio occidental de Estados Unidos durante el siglo XIX. Sin embargo, con el tiempo las características de dicho contexto histórico se fueron extendiendo a los personajes de esas historias, condicionando su modo de vida y definiendo su idiosincrasia. Al estar las películas muchas veces ambientadas en territorios inexplorados o indómitos bajo la amenaza latente del ataque de los indios, o en ciudades sin ley en las que los bandidos campaban a sus anchas, el género se fue enfocando hacia la confrontación de los diversos personajes, adquiriendo un carácter cada vez más psicológico. Lo habitual es también que algunos de esos personajes representasen el bien sin ambages, aquella gente que viajaba esperanzada a esas tierras con la utopía de forjar un hogar y vivir en paz, y otros representasen por el contrario el lado malvado, aquellos que se aprovechaban de los indefensos para hacer su propia vida más fácil. Es por toda esta serie de temas fundamentales y rasgos comunes que no se considera necesario que una película esté ambientada en el GRUPO III Página 18
  • 19. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) oeste americano para poder calificarla de western, aunque ello pueda ser siempre una apreciación algo “sui generis”. Se considera que la época dorada (y clásica) del western corresponde fundamentalmente al cine estadounidense de los años 50 y anteriores. Posteriormente, y coincidiendo con una sensación progresiva de pérdida de interés por parte del público, se fueron desarrollando nuevas vertientes, a veces dentro del conjunto de los directores más clásicos (por ejemplo el western crepuscular, que suele hablar con nostalgia y romanticismo sobre el fin de esa época, contraponiéndola casi siempre a la llegada de una civilización personificada en la locomotora) y otras veces “desde fuera”, ya fuese desde otros países (Italia: el Spaghetti Western, que se centraba en el aspecto más elegíaco y autoparódico) o desde la visión de una generación más joven, que introdujo nuevos elementos en el género. Pese a todo, el número de películas de este tipo ha ido descendiendo desde entonces, y al menos de momento no parece que haya signos de recuperación en un futuro próximo. Volver a la tabla de contenidos de Estilos 3.2 Estilo • Comedia - en el cine este género sólo recoge las películas con la intención de provocar la risa. Una película de comedia es una película con humor o que intenta conseguir provocar la risa de la audiencia. Junto con el drama, horror y la ciencia ficción, la comedia es uno de los más importantes géneros dentro del cine. El cine cómico o cine de comedia, que se caracteriza por la inclusión de gags, chistes o bromas, tanto visuales como verbales, inicia su andadura prácticamente con el comienzo de este arte. El regador regado (1896), película francesa de los hermanos Lumière, se considera la primera comedia de la Historia del cine. Desde un comienzo, se crearon películas en las que se mostraban imágenes que alegraban o hacían reír al espectador, aunque fuesen sin acompañamiento del sonido. En estas comedias, casi en su totalidad estadounidenses se utilizaban las persecuciones, los golpes, las caídas, las sorpresas de los personajes, para conseguir la hilaridad del público. Era un cine lleno de golpes de tartas, choques de automóviles y cientos de situaciones más o menos insólitas. Mención merecen las inumerables cintas con locas y rapidísimas persecuciones policiales. Se observa así que se crean los prototipos de lo que luego sería todo el cine de comedia. Entre los nombres importantes del cine cómico mudo, destacan Charles Chaplin, Mack Sennett, Buster Keaton, Max Linder, Harry Langdon o Harold Lloyd. Films de esta época son: Police (1916), El maquinista de la general (película)(1926), El hombre cañón (1926) y El Tenorio tímido (1924). Dada la popularidad que adqurieron algunos personajes (Charlot), al cine de comedía de esta época se le ha llamado, por extensión, quot;cine cómicoquot; y hoy en día se llega, erróneamente, a confundir, en ocasiones, con quot;cine mudoquot;. En la actualidad, hay autores que aún hacen diferencias entre quot;cine cómicoquot; y quot;cine de comediaquot;, pero esas sutilezas se disolvieron cuando se empezó a utilizar el llamado quot;sonido en conservaquot;. Drama - principalmente se centra en el desarrollo del personaje. Como género cinematográfico el drama plantea conflictos entre los principales personajes de la narración fílmica provocando una respuesta emotiva en el espectador, conmoviendo a éste, debido a que interpela a su sensibilidad. Los problemas de los personajes están relacionados con la pasión o problemas interiores. La temática de este tipo de películas es diversa, pero su eje principal es el amor. Cuando esto último es bastante exagerado, al drama se le conoce por melodrama: En él, los personajes quedan limitados al carácter simplista de buenos o malos. La mayoría de las películas promueven la moralidad como eje central y, por ello, tienen una dimensión didáctica acusada. La presencia de la música y la fotografía acentúan la credibilidad de la obra. Drama.-Según la definición griega clásica, drama es la forma de presentación de acciones a través de su representación por actores y por medio del diálogo. El tono de la obra dramática puede ser tanto trágico como cómico. Básicamente, esta definición coincide con el concepto actual de teatro, aunque existe una confusa tendencia a considerar dramático únicamente a todo lo que incluya elementos trágicos, especialmente cuando se da el llamado quot;final trágicoquot;. Por ello, una tendencia generalizada apuesta a identificar, por un lado, al drama como género literario (el texto) y, por otro, al teatro como el fenómeno de puesta en escena del propio texto dramático; pues, según esta posición, el texto dramático no es teatro sino hasta que se lleva a la escena para ser vista por el público. En tanto género literario, el drama se dividió desde sus inicios en la Grecia Antigua (donde se considera que el teatro tiene su nacimiento GRUPO III Página 19
  • 20. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) occidental) en Tragedia y Comedia. Posteriormente, el drama se divide en géneros realistas y géneros simbólicos; entre los primeros quedaron inscritos la tragedia y la comedia ya existentes y, entre los segundos, el melodrama, la farsa y la tragicomedia, reconocidos como tales desde el Renacimiento. Género cinematográfico de temática seria y penosa. Un importante subgénero es el melodrama, que se centra en las pasiones humanas y los conflictos individuales, en los que se destacan lo trágico y lo dramático. Acción - generalmente implica una interacción moral entre quot;buenoquot; quot;y • maloquot; llevado a su fin por la violencia o la fuerza física El cine de acción es un género cinematográfico en el que prima la espectacularidad de las imágenes por medio de efectos especiales dejando al margen cualquier otra consideración. Los elementos más frecuentes de una película de acción son las persecuciones, los tiroteos, las peleas, las explosiones, los robos y los asaltos. El cine de quot;acciónquot; en realidad es más un convencionalismo popular, que un género cinematográfico acuñado por críticos, estudiosos o cineastas, es decir seriamente, no existe. El cine de quot;acciónquot; surge por la urgencia de clasificar cintas explosivas, con actores populares y con tramas lineales, llenas de espectacularidad y opulencia aparecidas a mediados de los setenta en el cine americano, los locales de alquiler o renta de películas en formatos caseros son quienes masificaron esta forma de adjetivar a las cintas como de quot;acciónquot; La trama suele estar basada en un conjunto reducido de clichés en los que se suele incluir: o Un héroe o Un villano o Una joven desvalida (que suele ser rescatada por el protagonista y, últimamente, prevalecen las rubias) o Un actor secundario cómico (que puede ser un animal) o Un final feliz (que incluye la unión o boda del protagonista con la chica) • Aventura - situaciones de peligro y riesgo, mezclado a menudo con mucha fantasía. El cine de aventuras es un género cinematográfico que refleja un mundo heroico de combates y aventuras. Suele predominar la acción y valores caballerescos. Inventado en Italia como medio de exaltación de su pasado histórico, para posteriormente ser usado en Rusia para la exaltación de la Revolución Rusa. Títulos como En busca del arca perdida dieron gran auge al género en los años 1980, que ha tenido sus altibajos de interés a lo largo de la historia. Sus características generales son: -Tratamiento intrascendente y seudodramático de los conflictos que plantea. -Las escenas de mucha acción: batallas, persecuciones,... siempre se filman en planos cortos. -Personajes estereotipados y antitéticos (un héroe fuerte, valeroso y un villano) -Los personajes luchan por un objetivo: tesoro, resolución de un misterio, rescate de personas. -Premisa: El bien siempre prevalece sobre el mal. -Protagonistas atraviesan por obstáculos y sufren una transformación a lo largo de la historia. -La acción dramática ocurre alejada de los espacios cotidianos. Siempre en lugares poco usuales: selvas, desiertos, galaxias, etc. -Frecuentemente la acción sucede en el pasado. -Se le da más peso a la ambientación, vestuario y efectos especiales que al guión. Fantasía - ficción especulativa irreal • GRUPO III Página 20
  • 21. Alfred Hitchcock ( CURSO MONOGRAFICO) En teoría el cine fantástico corresponde a películas con temas fantásticos, los cuales suelen incluir magia o mundos de fantasía exótica, en contraste con el cine de ciencia ficción o el cine de terror. La categoría tiene tanto que ver con el enfoque como con el contexto y sin duda hay algo de trasposición entre los géneros. Por ejemplo, gran parte de Star Wars sugiere fantasía, sin embargo se siente como ciencia ficción, mientras que Time Bandits sugiere ciencia ficción aunque parezca fantasía. El cine de superhéroes también parece cumplir los requisitos para los géneros de fantasía o ciencia ficción, pero suelen considerarse un género en su propio derecho. El cine animado no siempre se clasifica como fantasía, como no siempre lo son los animales parlantes no humanos. Bambi, por ejemplo, no es fantasía, ni lo es Toy Story, aunque este último se acerca más a la fantasía que el primero. NIMH, el mundo secreto de la señora Brisby, sin embargo, es una película de fantasía, no porque incluya a animales parlantes, sin porque se incluye magia real en la trama. El cine surrealista también describe lo fantástico, pero dispensa con convenciones de narrativa de género y con objetivos financieros y comerciales y es considerado generalmente una categoría aparte. • Terror - con la intención de provocar el miedo en la audiencia El género de terror bebe de las fuentes de otros medios anteriores. Por una parte, de la novela de terror nacida a mediados del siglo XVIII o incluso anterior, como el tema del vampirismo. Por otra, de la tradición oral, desarrollada en las sociedades rurales. De allí salen los recursos más utilizados en las películas de este género: los vampiros, el hombre lobo, las réplicas humanas o Frankenstein. Este género todavía tiene más señas de identidad, como la iluminación, inspirada en la pintura romántica alemana del siglo XIX, caracterizada por el uso frecuente del claroscuro, los contrastes de colores y la penumbra. Los espacios o escenarios más visitados: el castillo, las ruinas, el laboratorio lúgubre, el bosque, el jardín decadente, que han terminado siendo el catálogo de lugares comunes. Por tanto el género de terror nace de aspectos míticos ligados a las creencias populares y a temores nacidos en contextos socioculturales muy precisos. Y es por eso que el publico se siente atraído hacia este tipo de películas: por los estímulos emocionales insólitos e intensos, que son raros en su rutina diaria. Proporciona un aceleramiento cardíaco y respiratorio que por lo general termina en un desahogo final. El motor sensacionalista en estas películas es precisamente la crueldad y esto explica que la progresiva competencia comercial en el mercado haya generado una escalada de crueldad en el género en los últimos años. Lo oculto es lo que define al cine de terror como género. Tanto a nivel arquetípico como en el escenográfico. Sirve tanto para referirse a la totalidad temática del cine de terror (lo oculto del inconsciente criminal, lo oculto de los monstruos siempre escondidos detrás de la sociedad, etc.), como para caracterizar su puesta en escena, siempre tendente a ocultar información visual, ya sea a través de la exacerbación engañosa del decorado, la fotografía, el maquillaje, etc., o por el medio de la más pura y simple privación de los elementos implicados, como en el fuera de campo, la interposición del personaje, etc. • Cine de Misterio - la progresión del desconocido al sabido (conocido) por descubriendo y solucionando una serie de pistas. • Cine romántico - haciendo hincapié en los elementos amorosos y románticos. Las películas de comedia romántica son un subgénero de las películas de comedia así como de las películas romáticas. El argumento básico de una comedia romántica es que dos personas se conocen, bromean entre ellas, pero a pesar de la atracción obvia para la audiencia no se ven románticamente involucrados por algún tipo de factor interno (exteriormente ellos no se gustan mutuamente) o por una barrera externa (uno de ellos tiene una relación amorosa con otra persona, por ejemplo). En algún momento, después de diversas escenas cómicas, ellos se separan por alguna razón. Uno u otro entonces se da cuenta de que ellos son perfectos el uno para el otro, y (normalmente después de un espectacular esfuerzo o una increíble coincidencia) ellos se encuentran de nuevo, declarándose amor eterno el uno para el otro, y viven felices para siempre. GRUPO III Página 21