El ancho estándar de los raíles de ferrocarril en Estados Unidos (1,4 metros) se remonta a los carros romanos tirados por caballos, cuya distancia entre ruedas se basaba en el espacio necesario entre los culos de los caballos para tirar del carro de forma estable y segura. Este ancho histórico de los caminos romanos determinó posteriormente el ancho de los ferrocarriles en Europa y Norteamérica, incluyendo el tamaño de los túneles que limitan el diseño de los depósitos