2. La diversidad cultural, que ha adquirido una notable relevancia en la actual sociedad del conocimiento, es sólo una forma más de manifestarse una diversidad más amplia, la ecológica, a la que hoy se le atribuye un papel fundamental en el funcionamiento general de los ecosistemas.
3. La diversidad suele expresarse en términos de variación taxonómica: de modos de vida, de valoración y utilización de los recursos naturales, etc., y es una característica definitoria de los ecosistemas maduros.
4. . Enmarcada en estos principios ecológicos, la cultura necesariamente ha de entenderse como una estructura dinámica, condicionada por el conjunto de los múltiples factores contextuales donde se inserta, y en permanente proceso de transformación. En este sentido, la cultura y su expresión diversa tienen una dimensión como proceso (evolutivo), y otra como resultado, es decir, como fuente de expresión, creación e innovación.
5. Si bien la diversidad cultural ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad, en la actualidad se manifiesta asociada a una serie de fenómenos como la política de la identidad, el proceso de globalización o los flujos migratorios. Como se recoge en el último informe sobre el Desarrollo Humano (2004), en contextos muy diversos de todo el mundo los grupos humanos vuelven a movilizarse en torno a antiguos resentimientos étnicos, religiosos, raciales o culturales y exigen, por una parte, el reconocimiento y la valoración de su identidad, y por otra, justicia social.