2. Primer papa jesuita
En la quinta votación para elegir al sucesor de Benedicto XVI, el nuevo Pontífice obtuvo los
77 votos exigidos de los 115 cardenales reunidos en el Cónclave. La elección se produjo tras
dos fumatas negras, una el martes y otra durante la mañana de ayer. El nombre del Papa
Francisco ha sido acogido con alegría por los fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
Según algunos medios internacionales, como la BBC, el nombre elegido por Bergoglio es
homenaje a Francisco de Asís.
3. Habemos papam
Habemus Papam ("¡Tenemos Papa!") es el anuncio en latín con que el cardenal
protodiácono informa que un nuevo papa ha sido elegido.
El anuncio se hace desde el balcón central de la basílica de San Pedro en el
Vaticano. Después del anuncio, el nuevo papa se presenta a la gente, pronuncia
su primer discurso al mundo después del cónclave —normalmente apenas unas
frases improvisadas en italiano, asumiendo su papel de obispo de Roma— e
imparte su primera bendición Urbi et Orbi.
4. biografia
Tras la muerte del papa Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, fue considerado uno de los
candidatos a ocupar el lugar del sumo pontífice,6 cargo para el que fue elegido finalmente
Joseph Ratzinger, quien adoptó el nombre papal de Benedicto XVI.
Fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos. Impedido por el
estatuto de asumir un nuevo mandato, durante la 102.ª asamblea plenaria de ese
organismo se eligió al arzobispo de la arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, José María
Arancedo, para sucederlo.7
Francisco habla fluidamente el español natal, latín, italiano,8 alemán,9 francés8 e inglés.10
5. Primeros actos
El 14 de marzo de 2013, un día después de ser elegido, dio su primera misa
como pontífice en la Capilla Sixtina. Lo hizo alternando latín e italiano sin la
ayuda de escritos, con un tono didáctico y gesticulando abundantemente.
Respecto a los asuntos que trató, hizo un llamamiento a proclamar el mensaje
de Jesucristo, para evitar ser considerados simplemente como una «ONG
compasiva». Además, destacó la necesidad de que la Iglesia se aleje de lo
mundano edificándose sobre el Evangelio y la piedra angular de Cristo, y no
«como los castillos de arena que hacen los niños que se derrumban
fácilmente».58