3.
José fue un profeta que dio su vida por
la causa. Hyrum fue un patriarca que
dio su vida, y muchos otros han dado
sus vidas por el evangelio de
Jesucristo. Ésta es la obra del Señor;
su autoridad está depositada en la
Iglesia, y en ningún otro lugar del
mundo excepto la Iglesia. Sabiendo
eso, estoy contento de estar aquí con
ustedes. Estoy encantado de poder
adorar aquí con ustedes en esta casa
que es sagrada para todos nosotros.
Oro que cuando salgamos de aquí,
cada uno de nosotros regresará a
nuestra casa con una nueva
determinación que será digna de
Aquél que nos da todas nuestras
bendiciones, espero que podamos ser
dignos el uno del otro al vivir juntos en
nuestras casas, santificados por la
rectitud de nuestras vidas.”
(Conference Report, Apr. 1947, 167.)
J Carlos Febres
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4.
“A veces me pregunto si nos
damos cuenta de la
importancia de la música. Me
pregunto si sabemos que el
Señor mismo está preocupado
de ella. Él nos ha dado el
conocimiento de que la canción
de alabanza es una oración a
Él. En nuestros días Él nos ha
dado revelación en cuanto a la
música. Le dio instrucción a
Emma Smith de juntar himnos
para cantar en la Iglesia.”
(“Pres. Smith's Leadership
Address,” Church News, Feb.
16, 1946, 8.)
J Carlos Febres
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5.
A la edad de treinta y cuatro años, George Albert Smith hizo una
lista de resoluciones a la que llamó su “credo personal”
Seré amigo del que no los tiene y hallaré gozo al atender las
necesidades de los pobres.
Visitaré a los enfermos y afligidos e inspiraré en ellos el deseo
de tener la fe para ser sanados
Enseñaré la verdad para bendecir y dar entendimiento a toda la
humanidad
Buscaré al errante y trataré de que vuelva a llevar una vida
recta y feliz
No trataré de obligar a las personas a vivir de acuerdo con mis
ideales, sino de instarlas amorosamente a hacer lo correcto
Viviré entre la gente y les ayudaré a resolver sus problemas a
fin de que su vida terrenal sea feliz
Evitaré la publicidad de los altos puestos y desalentaré los
halagos de amigos irreflexivos
No heriré deliberadamente los sentimientos de nadie, ni siquiera
del que me haya ofendido, sino que trataré de hacerle un bien y
de ganarme su amistad
Venceré la tendencia al egoísmo y a los celos y me regocijaré
por los éxitos de todos los hijos de mi Padre Celestial
No seré enemigo de ningún alma viviente
Sabiendo que el Redentor del género humano ha ofrecido al
mundo el único plan que nos permitirá desarrollar no
plenamente y que nos hará realmente felices tanto aquí como
en la vida venidera
.
J Carlos Febres
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6.
No seremos juzgados
como lo serán nuestros
hermanos y hermanas del
mundo, sino de acuerdo
con las oportunidades
mayores que se nos han
dado. Estaremos entre
aquellos que han recibido
la palabra del Señor, que
han escuchado Su
mensaje y, si lo ponemos
en práctica, recibiremos la
vida eterna, pero si no lo
hacemos, el resultado será
la condenación
J Carlos Febres
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7.
Hermanos y hermanas, si el evangelio
de Jesucristo, como lo han recibido, no
ha plantado en su corazón ese
sentimiento de amor por sus
semejantes, entonces diré que no han
disfrutado de la plena cristalización de
ese maravilloso don que llegó a la tierra
cuando esta Iglesia se organizó, El
nuestro es un ministerio de amor. El
servicio que damos enriquece nuestra
vida…Si vivimos como Dios quiere que
lo hagamos, si estamos ministrando
como Él lo desea, cada día de nuestra
vida es enriquecido por la influencia de
Su Espíritu, el amor por nuestros
semejantes aumenta y nuestra alma
crece hasta sentir que podríamos tomar
entre los brazos a todos los hijos de
Dios, con el deseo de bendecirlos y de
llevarlos al conocimiento de la verdad
J Carlos Febres
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8.
Si encontramos a un hombre o a una
mujer que no ha logrado el éxito en la
vida, cuya fe se esté debilitando, no le
demos la espalda; propongámonos
visitarlo y acudir a él con bondad y amor
para animarlo a apartarse del error de su
camino. En todas partes se nos presenta
la oportunidad de hacer una labor
individual entre nosotros como pueblo; y
son pocos los hombres y las mujeres de
esta Iglesia que no podrían, si quisieran
hacerlo, abrir un poco más el círculo
con el cual se identifican, y decir una
palabra amable o enseñar la verdad a
algunos de los hijos de nuestro Padre…
Ésta es la obra de nuestro Padre. Es lo
más importante con lo cual se nos
reconocerá en esta vida
J Carlos Febres
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9.
Se me ha fortalecido, por así decirlo; se
me ha elevado fuera de mí mismo y se
me ha dado poder ajeno para enseñar
las gloriosas verdades proclamadas por
el Redentor del mundo. Yo no lo he
visto cara a cara, pero he disfrutado de
la compañía de Su Espíritu y he sentido
Su presencia de una forma que no se
puede malinterpretar. Yo sé que mi
Redentor vive, y con gusto dedico mis
humildes esfuerzos a establecer Sus
enseñanzas… Toda fibra de mi ser
vibra con el conocimiento de que Él vive
y que algún día todos los hombres lo
sabrán.
J Carlos Febres
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10.
A veces me pregunto si,
como padres, ponemos el
esfuerzo necesario para
explicarles a nuestros
jóvenes la seriedad de la
obligación que asume un
joven cuando llega a ser
diácono. Me pregunto si,
cuando el joven es ordenado
diácono, el padre le hace
sentir que ahora posee algo
que es eternamente
importante
J Carlos Febres
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