El documento trata sobre el alcoholismo en los jóvenes. Se divide en cuatro temas: 1) Cómo y por qué comienza la adicción, a través de la presión de grupo y la necesidad de ser aceptado. 2) Las consecuencias como la vulnerabilidad a la depresión y los daños físicos. 3) Las señales para notar el problema como el comportamiento y apariencia física. 4) Qué hacer ante el problema, poniendo límites, supervisando al joven y buscando ayuda profesional. También incluye el caso
2. El alcoholismo en los jóvenes
¿Cómo y por qué
comienza la
adicción?
¿Cuáles son las
consecuencias?
¿Cómo nos damos
cuenta de lo que
pasa?
¿Cómo se
debe
reaccionar
ante esto?
3. Tema uno: La adicción
En una nueva etapa de
la vida, los
adolescentes pueden
pasar por varias crisis
con respecto a la
adaptación y los
nuevos amigos
En las salidas, los
chicos tienden a
enfrentar nuevos
retos para ser
incluidos en el
grupo
Presión
Necesidad
de ser
aceptado
4. Tema dos: las
consecuencias
Más vulnerables a
la depresión
Cuando se
comienza a
beber antes de
los 18 años,
hay mas
probabilidades
de que la
adicción sea
mayor
Pueden sufrir daños
físicos tanto internos
como externos.
Se pueden
producir
suicidios y
accidentes de
transito
Sistema nervioso afectado,
reacción más lenta
5. Tema tres: ¿Cómo notar el
problema?
Hablar con ellos
cuando vuelven de
las fiestas
Fijarnos como
reacciona ante
movimientos
rápidos
Fijarnos si
son capaces
de entablar
una charla
Intentar
percibir el
aroma de
sus prendas
o aliento
Fijarnos si
sus pupilas
están
dilatadas o
sus ojos rojos
6. Tema cuatro: ¿Qué hacer ante esto?
Aprendamos a
decir NO
Poner límites
y justificarlos
Seamos firmes
con las normas y
castigos Mostrémosles que
hicieron algo
realmente malo y
que hay
consecuencias
Conocer a sus
amigos y la gente
en su entorno
Supervisemos su
conducta
Hablar con ellos
para que sepan
que pensamos
sobre esto y que
puedan cambiar su
forma de pensar
Investiguemos
sobre las
asociaciones
que existen
para ayudar a
los chicos
7. Caso real
Mi padre era un empresario de éxito
pero alcohólico. Con mi madre estaban
siempre discutiendo, peleando sobre el
asunto de que dejara de beber alcohol,
y muchos otros temas.
Esta violencia en
el ambiente
familiar afectó
mi estado de
ánimo. Comencé
a beber en
exceso desde
que tenía 15
años. Iba a
fiestas o a bailes
y bebía en
exceso. Un día
fui internado en
el hospital por
una severa
intoxicación de
alcohol. Pero
igual seguí
bebiendo.
Un día un amigo me invitó a fumar
marihuana y la probé. Me puse una
mareada, que acabé en la cama…
pero finalmente me gustó.
Comencé a combinar alcohol con
droga. Al principio fue con esta
droga ‘suave’, pero después me
comencé a aficionar a drogas más
fuertes.
8. Las relaciones con mis padres y
mis hermanos se fueron
deteriorando. A mi padre le
robaba dinero sin que se diera
cuenta, para continuar con mis
vicios.
Un día, un amigo me tendió la
mano. Me invitó a una clínica
de rehabilitación para casos
como el mío. Para mi sorpresa,
había personas de todas las
ocupaciones y condiciones
sociales. Comencé a escuchar
casos escalofriantes y que me
removieron hondamente.
Aquello me ayudó a
reflexionar sobre mi
conducta. Un día
hablé con mis padres.
Les pedí perdón de
todo el daño causado
a ellos y a la familia,
y les pedí su ayuda
para poder
internarme en una
clínica de
rehabilitación. A los
pocos días estaba
bajo tratamiento
médico.
Gracias a ese tratamiento, la acertada
psicoterapia y la reconciliación de mis padres,
pude dejar el alcohol y las drogas. Regresé a
mis estudios y puse mi mejor esfuerzo por
obtener buenas calificaciones. Volví a forjarme
ideales. Planeaba en mi mente: ‘tengo que ser
un buen profesionista, con prestigio. Además,
casarme con una buena esposa y tener hijos’.