La naturaleza provee beneficios para la salud física, mental y espiritual. Dios creó originalmente la naturaleza en el Edén para brindar un ambiente saludable y feliz para Adán y Eva. Aunque el pecado arruinó esto, la naturaleza sigue siendo cuidada por Dios y puede brindar consuelo, curación y un lugar para reflexionar con Él.