DE LAS OLIMPIADAS GRIEGAS A LAS DEL MUNDO MODERNO.ppt
El enigma intraterrestre
1. EN PORTADA
10
TEXTO VICENTE FUENTES
HALLAZGOS CIENTÍFICOS, MILENARIAS TRADICIONES Y DESCUBRIMIENTOS DE
EXPLORADORES APUNTAN A LA EXISTENCIA DE UN MUNDO BAJO LA TIERRA
SONNUMEROSASLASLEYENDASFUNDACIONALES
DEDIVERSOSPUEBLOSREPARTIDOSPORTODO
ELMUNDOQUEALUDENALAEXISTENCIADE
SERESDEENORMESABIDURÍAPROCEDENTESDEL
INTERIORDELATIERRA.APARENTEMENTESÓLOSE
TRATADERELATOSLEGENDARIOS,PEROLOCIERTO
ESQUEALGUNOSCIENTÍFICOSDEFENDIERONLA
EXISTENCIADEUNMUNDOINTRATERRESTRE
BASÁNDOSEENESTUDIOSOBJETIVOSY,POR
OTROLADO,FUERONVARIOSLOSAVENTUREROSY
EXPEDICIONARIOSQUERELATARONENCUENTROS
CONLOSHABITANTESDEESACIVILIZACIÓNQUE
HABITARÍABAJOTIERRA.
EN PORTADA
10
L
a arriesgada y polémica
teoría de laTierra hueca
contradice los resultados
obtenidos mediante
modernas técnicas, que
permiten medir las on-
das sísmicas provocadas por las
capas magmáticas en continuo
movimiento. A mayor profundi-
dad que las placas continentales
existe un núcleo de hierro fun-
dido que gira a toda velocidad,
generando el campo magnético
terrestre y evitando el colapso
gravitatorio del planeta. Hasta
aquí la teoría oicial, irrebatible
según los geólogos ortodoxos.
Sin embargo, a lo largo de la
historia han existido abundantes
voces disonantes: estudiosos y
cientíicos que defendían la reali-
dad de una gigantesca oquedad
en el interior de nuestro planeta.
En las últimas décadas,
investigaciones en torno a la
Luna aportaron argumentos
a los defensores de laTierra
hueca, pues los datos obte-
nidos de las vibraciones que
registran los sensores de los
láseres instalados en nuestro
satélite, sugieren que cuando
un meteorito impacta contra
su supericie, ésta vibra como
ELENIGMA
INTRATERRESTRE
2. ENIGMAS Y ANOMALÍAS
11
EN PORTADA
11
una campana durante varios
minutos. Esto no encaja con la
visión de una esfera formada
por capas de material volcáni-
co enfriado y solidiicado tras
el paso de millones de años.
Tampoco explica algunas de
las anomalías magnéticas que
se han descubierto en torno a
nuestro solitario vecino. ¿Acaso
la Luna es hueca como una
pelota de ping-pong? ¿Podría
ocurrir lo mismo con laTierra?
¿Están errados los cálculos que
los cientíicos dan por buenos
para rechazar la posibilidad del
mundo intraterrestre?
ANTIGUOS MITOS
Relatos legendarios que se
pierden en la noche de los
tiempos aluden a la existencia
de un mundo subterráneo en
las profundidades de nuestro
planeta. Una de las primeras
referencias la encontramos en la
fabulosa epopeya de Gilgamesh
–escrita hace unos 4.500 años–,
concretamente en la duodécima
tablilla que conforma el relato,
hallada en la ciudad de Nínive,
capital del imperio neo-asirio
y la ciudad más grande del
mundo 2.500 años atrás.Tanto
en ésta como en la tablilla que
relata el descenso de la diosa
Ishtar al Inframundo, hacen su
aparición fascinantes criaturas
relacionadas con un imperio
que se había desarrollado bajo
la corteza terrestre.
Ese mismo Inframundo se
menciona en la mitología de la
antigua Grecia, donde el dios
Hades se muestra como señor
de una tierra más allá de los
límites exteriores del mar, un
mundo interior repleto de ca-
vernas, similar al Svartálfaheim
de las tradiciones nórdicas y a
la ciudad perdida de Shambala,
según la creencia de los mon-
jes tibetanos. En la tradición
andina también encontramos
la historia de una montaña,
dentro de la cual existía un
jardín subterráneo cuyo em-
plazamiento pocos conocían.
En la mitología céltica es muy
conocida la leyenda de Crua-
chan, también conocida como
la de la «puerta del inierno»,
un emplazamiento relacionado
con extrañas criaturas que son
capaces de emerger hasta la
supericie de la tierra.
Continuando nuestro periplo
legendario, «alcanzamos» ahora
un relato hindú, según el cual
los ancestros de los Anga-
mei Naga emergieron de una
tierra subterránea. Del mismo
modo, en Papúa Nueva Guinea
nos encontramos la leyenda
ancestral de los pueblos de las
IslasTrobriand, cuyos primeros
moradores habían salido a la
supericie tras abandonar una
cueva sagrada llamada Obuku-
la, parecida a otra situada a
unos siete kilómetros al sur de
Ojinaga (México), de la cual
también emergieron criaturas
de horrible aspecto según el
folclore de este país americano.
Los mitos germánicos apuntan
a que las montañas de Eise-
nach y Gota son un portal a ese
mundo interior, y en Rusia nos
topamos con la leyenda de los
samoyed, una tribu siberiana
que habría entrado en contacto
con una supuesta civilización que
viviría en el interior de nuestro
mundo. Los ancianos del pueblo
mandan, en el río Misisipi-Misuri,
ISHTAREsta deidad babi-
lónica del amor,
la guerra, la vida
y la fertilidad,
estaba relaciona-
da con el mundo
intraterreno.
3. 12
EN PORTADA
Estatua que
representa a
Hades (izquierda),
el dios del
Inframundo en la
mitología de la
antigua Grecia.
día en todo el planeta, han permitido
determinar un plano seccional de
laTierra, en donde no hay espacio
para intraterrestres. Se conoce que
el polo magnético y el polo geográi-
co no comparten el mismo espacio
y, de hecho, van cambiando con el
paso del tiempo. Curiosamente,
este argumento fue el esgrimido en
el año 1692 por el cientíico y astró-
nomo Edmund Halley, descubridor
del cometa del mismo nombre,
para defender que laTierra no podía
ser otra cosa que una esfera hueca,
similar a una muñeca rusa con unas
esferas dentro de otras.
En un artículo publicado en Phi-
losophicalTransactions, de la Royal
Society de Londres, el astrónomo
propuso la idea de que laTierra
estaba formada por una cubierta
hueca con dos capas concéntricas
alrededor de un núcleo interno.
Según Halley, esas esferas rotarían
a diferentes velocidades, lo que ex-
plicaría las anomalías magnéticas
presentes en los polos, incluyen-
do además la posibilidad de que
existieran dos entradas polares al
norte y al sur del planeta, desde
donde emanarían posibles gases
de ese mundo interior, que serían
los causantes de algunas auro-
ras boreales. Este modelo sería
complementario con las auroras
causadas por las eyecciones de
masa coronal del Sol al entrar en
contacto con la magnetosfera.
1. Nume-
rosos mapas
datados
en diferentes
épocas aluden
a la existencia
de enormes
oquedades en
los polos.
2. Relatos
legendarios
alusivos a la
ciudad inca de
Cuzco mencionan
la existencia de
intraterrestres.
3. Los hopi
conservan mitos
sobre entradas
al Inframundo.
1 2
ElpozodeKola
(aladerecha),
enSiberia,esla
perforaciónmás
profundarealizada
hastaahoraporel
serhumano.
también cuentan una historia muy
parecida, ocurrida cerca de Cedar
Creek, en la reserva india de San
Carlos. Los iroqueses, los hopi y
los herederos de los territorios del
Gran Cañón del Colorado también
conservan mitos alusivos a la
existencia de entradas hacia ese
Inframundo.
En Brasil, en los relatos tradiciona-
les de los pueblos que se asientan
a lo largo del río Parima, e incluso
en las leyendas fundacionales de la
ciudad de Cuzco, existen abundan-
tes menciones a seres intraterres-
tres que habrían conseguido llegar
a la supericie, relacionándose con
los seres humanos. En resumen,
historias más que similares que
se repiten a lo largo de diferentes
espacios geográicos y temporales.
Como cualquier relato legendario,
éstas también poseen un poso de
verdad, aunque quizá parezca muy
atrevido apuntar a la existencia de
un mundo intraterrestre basándo-
nos sólo en leyendas. O no…
TEORÍAS CIENTÍFICAS
Dejemos ahora atrás estas bellas
historias y centrémonos en el mun-
do de la ciencia. No caben dudas
respecto a lo poco que conocemos
sobre el interior de nuestro planeta.
Apenas se ha perforado en el famo-
so Pozo de Kola, en Siberia (Rusia),
un 0.1% del diámetro terrestre,
es decir, 12.262 metros. De todos
modos, los estudios sobre la deriva
de los continentes y los análisis de
los sismos que se producen cada
4. 13
EN PORTADA
Un modelo arriesgado el de Ha-
lley, pero que está basado en datos
recopilados por el autor de laTeoría
de la Gravedad Universal, Sir Isaac
Newton, en su obra Principia (1697),
en la cual exponía la relación entre
la densidad de laTierra y la Luna.
Newton expuso en su teoría que
cualquier planeta tiende a agruparse
gravitacionalmente, conformando
cuerpos esféricos y compactos
para lograr un equilibrio hidrostático
con una energía potencial gravitato-
ria reducida al mínimo. Esto quiere
decir que en un imaginario planeta
hueco, la fuerza gravitatoria total
sería nula y, por tanto, sus supues-
tos habitantes lotarían en gravedad
cero a menos que se agarraran al
terreno de alguna manera. Malas
condiciones para la vida intraterre-
na, podríamos pensar… A no ser
que un luido existente entre esas
esferas generara su propio campo
gravitatorio.
UN ENORME SOL INTERNO
El prestigioso matemático Leonhard
Euler propuso en su obra Mas allá
de las tierras un modelo de esferas
concéntricas en donde un sol inte-
rior de 997,79 kilómetros proporcio-
naría luz a una supuesta civilización
interior altamente avanzada. En su li-
bro Elementos de la Filosofía Natural
(1829), el cientíico Sir John Leslie
expandió la idea de Euler, sugiriendo
dos soles centrales en rotación a los
que llamó Plutón y Proserpina. La
controversia estaba servida, porque
en aquellos momentos todavía se
debatía sobre los descubrimien-
tos de varios expedicionarios que
airmaban haber encontrado las
pruebas deinitivas que corrobora-
HALLEYEl prestigioso
astrónomo y
matemático
Edmund Halley
defendió ante sus
colegas científicos
la teoría de que
nuestro planeta
estaba hueco.
LACONEXIÓNOVNI
Se cuentan por decenaslosavista-
mientosde OVNISsaliendo delinterior
devolcanes, en ocasionesen erupción,
como sucedió el22 de abrilde 2015
en elchileno Calbuco cuando estaba
expulsando lavayfuego. Quizá, como
apuntan algunosinvestigadores, para
aprovechar la energía electromagnéti-
ca liberada en cada explosión. Por otro
lado, la entrada de No Identiicadosen
cráteresha sido registrada en numero-
sasocasionespor cámaras
web apuntando avolcanescomo el
Popocatépetl(México), elMauna
Loa, en Hawái (EEUU), o elMonte Fuji
(Japón). Muchosnospreguntamossi
esasenigmáticasnavesen realidad
están accediendo a ese mundo intra-
terrestre, empleando como puertas
de entrada loscráteresde diversos
volcanesrepartidospor elplaneta.
Laciencia
admiteque
elPapirode
Turín(juntoa
estaslíneas)
esuntexto
histórico…
excepto
cuando
mencionaa
losdiosesy
semidioses
como
gobernantes
deEgipto.
3
5. LeonhardEuler
defendíala
existenciadeun
solinterno.
EN PORTADA
14
rían la existencia de esa tierra hueca.
Mientras los cientíicos discutían,
nadie tenía explicación ante lo que
narraban diferentes aventureros en
relación a laTierra hueca.
En 1781, el explorador de origen
francés Jean Antoine Leclerc
de Milfort lideró una expedición
formada por cientos de indios del
pueblo Creek, aventurándose por
una serie de cavernas situadas muy
cerca de la desembocadura del río
Rojo, uno de los principales aluen-
tes del Misisipi. Leclerc conocía
las leyendas según las cuales los
ancestros de los habitantes de ese
territorio habían surgido de unas
cuevas en un pasado remoto. Al
explorar todo el complejo, Milfort
se maravilló al encontrarse con una
estructura subterránea similar a las
que jalonan la Capadocia (Turquía),
la cual tenía capacidad para albergar
a unas 20.000 familias. ¿Tendrían
esas oquedades conexión con ese
supuesto mundo interior o simple-
mente se habían construido con la
intención de protegerse contra una
amenaza existente en la supericie?
EXPEDICIONES Y
DESCUBRIMIENTOS
Prácticamente en las mismas
fechas que Milfort organizaba aquel
mítico viaje, en Nueva Jersey nacía
John Cleves Symmes, que llegaría
a oicial de la Marina de EE UU y
que revolucionó el mundo cientíico
de aquel entonces al airmar que el
centro del planeta estaba ocupado
por una especie de concha que me-
día 1.250 kilómetros de espesor, a
la que se podía acceder a través de
unas aberturas en los polos. En el
modelo de Cleves Symmes, laTierra
estaba formada por cuatro esferas
habitadas y separadas por un luido
elástico que sería el responsable
tanto de la gravedad como de la
deriva de los continentes.
Symmes falleció en mayo de
1829, pero uno de sus seguidores,
James McBride, un millonario de
Miami, retomó sus estudios y llegó
a realizar una petición oicial al Con-
greso de EE UU para que el Gobier-
no investigase si verdaderamente la
Tierra estaba hueca. En la votación
el no ganó por poco, e incluso el
propio presidente MartinVan Buren
tuvo que mediar en el asunto.
McBride no lo consiguió, pero
décadas después el investigadorWi-
lliam Reed, en su libro El fantasma
“Prestigiosos cientíicos defendieron
la tesis de que en los polos existen una
serie de oquedades que comunican con
un desconocido mundo subterráneo
”
6. 15
en las antiguas leyendas escan-
dinavas. Una tormenta de viento
los habría llevado directamente a
una de esas supuestas aberturas
polares, en donde habrían podido
contemplar el interior de laTierra
hueca. Según Jansen, allí perma-
necieron seis años y, durante ese
tiempo, fueron testigos de un
mundo de proporciones colosales
en el que vivían intraterrestres de
gran tamaño y una fauna y lora
exuberante. El padre murió en el
viaje de vuelta, pero el hijo, que
logró sobrevivir, acabó emigrando
a EE UU, donde conoció aWillis
George Emerson, a quien contó la
historia y entregó documentación
gráica que avalaría su controverti-
da y apasionante experiencia.
También el escritorVilhjalmur
Stefansson narra en su libro Miste-
rios sin resolver en el Ártico, que el
12 de agosto de 1937 un avión de
pasajeros de cuatro motores que
despegó desde Moscú con destino
a Fairbanks, en Alaska, con una
tripulación de seis experimentados
pilotos, se perdió al encontrarse con
unas condiciones climatológicas
Recreación
tridimensionaldel
modelodeEuler,
NewtonyHalley
(izquierda).Abajo,
representación
delateoríade
lacortezasólida
conunaserie
deelementos
líquidos.
de los polos, volvía a sacar el tema
a la palestra, formulando la hipótesis
de la existencia de unas supuestas
entradas en el Polo Norte y en el
Sur, que darían paso a amplios con-
tinentes, océanos, montañas y ríos
donde la vida vegetal y animal serían
una realidad. El cientíico Marshall B.
Gardner habría llegado a las mismas
conclusiones que Reed seis años
después, tal como publicó en su
obra ¿Se descubrieron realmente
los polos?, en la cual aborda la mis-
ma hipótesis con datos similares. Lo
curioso es que Gardner no conocía
los datos que manejaba Reed.
TIERRAS PERDIDAS
AL NORTE DEL PLANETA
Otro autor que hizo soñar a mu-
chos en la realidad de un mundo
intraterreno fueWillis George
Emerson, quien en su libro El Dios
Humeante (1908) narra la aventura
que vivieron Olaf Jansen y su
hijo, quienes navegando en un
pequeño bote de pesca intentaron
encontrar la «tierra que va más
allá delViento del Norte», tal como
se describía a un ignoto territorio
7. LOSPOLOSFotografías aéreas
del Polo Norte
tomadas por los
satélites de la
NASA ESSA-3 y
ESSA-7 muestran
una enorme
oquedad.
16
EN PORTADA
adversas tras cruzar el Polo Norte.
En las comunicaciones, antes de
perderse toda pista de la aeronave,
los pilotos expusieron que habían
logrado aterrizar en un territorio
desconocido.
LA INCREÍBLE AVENTURA
DEL ALMIRANTE BYRD
Eso sí, para controversia la expe-
dición comandada por el almirante
Richard Evelyn Byrd, que obtuvo
múltiples condecoraciones del
Ejército estadounidense y se hizo
muy popular por sus audaces
vuelos sobre la Antártida, que per-
mitieron conocer mejor la conigu-
ración geográica del continente
helado. Byrd no era hombre de
medias tintas: registraba minucio-
samente todos y cada uno de sus
movimientos, siempre acataba las
órdenes y tenía fama de exponer
los hechos de forma totalmente
objetiva, sin espacio para las fanta-
sías ni la literatura.
El 19 de febrero de 1947,
cuando sobrevolaba una inmen-
sa llanura del Polo Sur, observó
desde su avioneta unas extrañas
extensiones de hielo y nieve
que nunca había visto antes.
Tenían coloraciones amarillas con
dibujos lineales.Tras esta primera
visión, decidió alterar su ruta para
hacer un mejor examen de estas
25 grados bajo cero. A lo lejos
incluso divisó lo que semejaba una
ciudad. Una experiencia imposible
que Byrd sólo habría confesado a
sus más allegados.
Según algunas fuentes, habría
sido obligado a guardar silencio por
las autoridades militares sobre lo
que ocurrió a continuación, pues
Byrd habría narrado a ciertas per-
sonas que aterrizó en ese extraño
territorio y allí mantuvo una conver-
sación con seres que se identiica-
ron como intraterrestres, quienes
le advirtieron sobre los peligros que
conllevaban las armas nucleares.
IMÁGENES DE LA NASA
Al parecer, Byrd comunicó lo
ocurrido al Pentágono, cuyos
mandos acabarían informando de
ello al presidente Harry S.Truman,
quien habría ordenado clasiicar el
informe de la declaración completa
del almirante como Alto Secreto. Sin
embargo, Byrd, a pesar de acatar las
órdenes, habría hecho veladas refe-
rencias a su aventura en entrevistas
concedidas a varios periodistas.
Si estas entradas en los polos a
un mundo intraterrestre existieran
realmente, ¿cómo es que no han
sido fotograiadas por los numero-
sos satélites que registran todos
y cada uno de los recovecos del
planeta? Ray Palmer, uno de los
Fotografíade
unjovenRichard
EvelynByrd(sobre
estaslíneas).
coniguraciones. Durante el nuevo
trayecto, la aguja giroscópica de
su brújula magnética comenzó a
oscilar y a girar a toda velocidad,
de modo que no tuvo más reme-
dio que orientarse teniendo en
cuenta la posición del Sol. A pesar
de todo, el piloto y aventurero
decidió continuar con sus planes.
Transcurridos 29 minutos de ese
primer avistamiento de los mon-
tículos coloreados, Byrd observó
algo imposible: una cadena de
montañas, un pequeño valle y un
río que transcurría hasta la parte
central del sorprendente entrama-
do geológico; paisaje que nunca
había contemplado anteriormente.
Ante sus ojos se presentaba una
vegetación exuberante en pleno
Polo Sur. Byrd siguió sobrevolando
ese paraíso en medio de los hie-
los, registrando todos los detalles
en su diario de navegación: a la
izquierda, grandes bosques en las
laderas de las montañas, y a la
derecha, un extraño tipo de animal
que le recordaba a un mamut,
moviéndose entre la espesa
vegetación, y todo ello bañado por
una luz crepuscular cuyo origen
desconocía, porque había perdido
la referencia del astro rey. Mien-
tras tanto, su brújula seguía giran-
do a una increíble velocidad y la
temperatura exterior era de unos
8. VistapolardeJúpiter(sobreestaslíneas)yampliación(abajo).LaNASA
nosupoexplicarconvenientementelaexistenciadeunaenormeoquedad.
EN PORTADA
17
primeros investigadores y reporte-
ros especializados en el fenómeno
OVNI de EE UU y director de la míti-
ca revista Flying Saucers, publicó en
los meses de junio y julio de 1970
unas fotografías que a día de hoy
siguen creando controversia. Habían
sido tomadas el 23 de noviembre
de 1968 por el satélite ESSA-7 de la
NASA, mientras sobrevolaba el Polo
Norte. En las imágenes destacaba
un «punto ciego» muy amplio. La
capa de hielo se perdía en una hon-
donada similar a una inmensa entra-
da, la misma que aparecía en otra
toma de la misma zona, obtenida en
diferentes condiciones el 6 de enero
de 1967 por el satélite ESSA-3.
JÚPITER Y SATURNO
La NASA argumentó que la ins-
tantánea era una composición de
imágenes en diferentes momen-
tos del día en el hemisferio norte,
pero la opinión pública comenzó
a desconiar de las explicaciones
oiciales. Los detractores de la
anomalía fotográica exponían que,
de ser cierta la teoría del sol central,
debería haberse visto un disco anu-
lar en la negra oquedad de la toma.
Los defensores apuntaron que la
corteza estaba demasiado lejos
como para poder apreciarlo. A esto
habría que sumarle la circunstancia
de que la NASA se habría encarga-
ALUSIONES EN LA BIBLIA
Enellibromásinluyentedelahistoriadelahumanidad,laBiblia,encontramos
pasajesque,segúnciertosestudiosos,aludiríanalmundointraterreno.Porejem-
plo,enFilipenses2:10,elapóstolsanPabloescribelosiguiente:«Paraqueenel
nombredeJesússedobletodarodilladelosqueestánenloscielos,yenlatierra,
ydebajodelatierra…»,palabrasquealgunosinterpretancomolaaceptación
delaexistenciatantodeextraterrestrescomodeintraterrestres.Tambiénenel
Apocalipsis,capítulo5,versículo3,podemosleerlosiguiente:«Yninguno,nien
elcielonienlatierra,nidebajodelatierra,podíaabrirellibro,niaunmirarlo».De
nuevo,parececlaralaalusiónaloshabitantesdelasprofundidades.Enelmismo
capítulo,peroenelversículo13,hallamosotrasorprendentereferenciaalenigma
quenosocupa:«Yatodolocreadoqueestáenelcielo,ysobrelatierra,ydebajo
delatierra».¿Acasoellibrosagradoestáaludiendoalarealidaddeunmundobajo
lasupericiedenuestroplaneta?Juzguenustedesmismos.
do de censurar la fotografía para
no tener que ofrecer explicaciones
sobre el tema.
Sea como fuere, lo cierto es
que esto mismo ocurre en algu-
nas de las imágenes tomadas de
los gigantes gaseosos Júpiter y
Saturno. La sonda espacial Cassini
ha revelado detalles de posibles
entradas polares, similares a las
que se habrían fotograiado en la
Tierra. Por ejemplo, en la toma
con número de serie PIA07784,
correspondiente al gran planeta
de la mancha roja, se observa una
censura similar a la encontrada en
las fotos obtenidas en los años
60 y 70 por los satélites ESSA-3
y ESSA-7. La diferencia es que
en las tomas de Júpiter sí son
visibles los rayos de luz de ese
supuesto sol central.
Como en muchos otros asun-
tos, el enigma de laTierra hueca
continúa entusiasmando a muchos
aicionados al mundo del misterio,
y siempre genera controversia en-
tre defensores y negadores. Ahora
bien, no hay duda de que des-
conocemos prácticamente todo
sobre los misterios que ocultan las
profundidades de nuestro planeta.
Con toda seguridad, en un futuro,
investigaciones cientíicas sobre
este asunto aportarán grandes
sorpresas… n
1. Anomalías
polares registra-
das en Júpiter
por la sonda
Cassini.
2. Las auroras
boreales
también serían
el resultado de
la emanación de
gases del mundo
subterráneo.
3. Sorprendente
rareza polar
registrada por
Cassini en la
supericie de
Saturno en mayo
de 1999.
1
2
3
9. EN PORTADA
18
LA MISTERIOSA CAVERNA SITUADA EN ECUADOR PUDO ALBERGAR A LOS
ÚLTIMOS REPRESENTANTES DE UNA IGNOTA CULTURA INTRATERRESTRE
18
EN PORTADA
REGRESO A LA CUEVA
DELOS
TAYOS
10. ENIGMAS Y ANOMALÍAS
19
EN PORTADA
E
n los años sesenta del
siglo pasado, el investiga-
dor húngaro naturalizado
argentino Juan Móricz se
convirtió en el primer no
indígena en entrar en la
Cueva de losTayos, una caverna –o,
mejor dicho, una red de cuevas– de
enormes dimensiones ubicada
en la región de Morona-Santiago,
en plena selva ecuatoriana.Tras
haber recorrido un gran número
de túneles, Móricz airmó haber
encontrado una serie de estancias
repletas de estatuas y otros obje-
tos de diversas formas, colores y
materiales, así como cadáveres de
algunos seres humanoides. Lo más
sorprendente, sin embargo, era
que en una de dichas estancias se
habían apilado centenares, tal vez
miles, de inas tablillas metálicas
–algunas de oro– con ideogramas:
una biblioteca de metal que, en
deinitiva, parecía proceder de una
antigua civilización completamente
desconocida para la ciencia actual.
En 1969, Móricz decidió dar a
conocer al mundo estas maravillas
y para ello procedió con la máxima
cautela. Al objeto de asegurarse
los derechos legales del hallazgo, lo
primero que hizo fue informar por
escrito del mismo al Gobierno de
Ecuador. Para ello, el investigador
necesitaba un abogado de conian-
za y, al encontrarse en Ecuador,
solicitó a un amigo senador que le
recomendara uno. Así fue como
interviene en esta historia Gerar-
do Peña Matheus, un destacado
abogado de la ciudad de Guayaquil,
donde todavía reside, que en junio
de aquel año se dirigió al despacho
de Móricz, donde redactó junto a
éste el informe que acabaría en
manos del Gobierno. Semanas
más tarde, el presidente del país
autorizó una expedición oicial para
levantar acta del descubrimiento de
la Cueva de losTayos.
Dado su papel como asesor
legal, Peña Matheus vio las enor-
mes instalaciones subterráneas y,
también, las gigantescas piedras
talladas de las que le había hablado
Móricz. Pronto, la prensa se hizo
eco de aquel extraordinario descu-
brimiento y, poco tiempo después,
Erich von Däniken se personó en
Guayaquil para conocer a Móricz
y a Peña. La estrecha relación
entre el investigador húngaro y el
abogado ecuatoriano se prolongó
muchos años y devino en amistad
fraternal. Durante más de dos
décadas, Móricz y Peña fueron
inseparables y su relación sólo se
vio interrumpida por la muerte del
investigador en 1991. Ahora, vein-
tidós años después de la muerte
de Móricz, no hay duda de que la
vida del explorador de losTayos fue
tan misteriosa e interesante como
la propia cueva. Gerardo Peña
Matheus nos habla de ambas.
Sebastián Cescato: En 1976, el
ingeniero escocés Stanley Hall
puso en marcha la mayor expe-
dición jamás efectuada a la cue-
va de losTayos: fueron decenas
de cientíicos y militares, tanto
del Reino Unido como de Ecua-
dor, inclusive el astronauta Neil
Armstrong en calidad de presi-
dente de honor. Esta expedición
consiguió recoger gran cantidad
de datos cientíicos, pero no en-
contró los tesoros arqueológicos
mencionados por Móricz, que se
había negado a participar. ¿Qué
opina sobre esto?
Gerardo Peña: Creo que la
mejor prueba de esta expedición
es el informe manuscrito que
Stanley Hall elaboró al término de
la misma. Estas páginas expresan
los puntos de vista y la actitud de
Hall hacia la cueva y hacia Móricz
en un momento histórico concreto
(ya que su relación comenzó muy
bien y luego terminó bastante mal).
Hasta hace poco este documento
no se conocía, pero me decidí a
publicarlo porque estaba en mi
poder. Creo que es históricamente
muy importante y por eso lo he
dado a conocer. Básicamente,
Hall, además de relatar el trabajo
realizado en el campo de la ciencia
durante la expedición, describe
con claridad los hechos históricos
que propiciaron la expedición. Así,
al leer dicho informe, se observa
que Móricz descubrió la cueva y
comunicó oicialmente su exis-
tencia y la forma en que la prensa
difundió el descubrimiento; ponía
de maniiesto las mentiras de Erich
von Däniken (ver recuadro) y todos
los problemas que Móricz sufrió
a causa de sus teorías y descubri-
mientos.
S.C.: En los años ochenta, una
amiga de Juan Móricz, Bettina
Allen, visitó la Cueva de losTayos
UBICADOENECUADOR
YEXPLORADOPOREL
ENIGMÁTICOINVESTIGADOR
JUANMÓRICZ,YAFALLECIDO,
ELCOMPLEJOSUBTERRÁNEO
DELACUEVADELOSTAYOSES
UNLABERINTOPLAGADODE
MISTERIOS.LASEVIDENCIAS
ARQUEOLÓGICASYLA
RECUPERACIÓNENSUINTERIOR
DEOBJETOSSUPUESTAMENTE
PROVENIENTESDEORIENTE
MEDIODEMOSTRARÍAN
QUEESTEENCLAVEFUE
SEDEDEUNACIVILIZACIÓN
ANTIQUÍSIMAYDESCONOCIDA.
ENEXCLUSIVAPARALOS
LECTORESDEAÑO/CERO,
ENTREVISTAMOSAGERARDO
PEÑAMATHEUS,AMIGOY
COLABORADORDEMÓRICZ.
TEXTO SEBASTIÁN CESCATO /
TRADUCCIÓN I. HERRANZ
El investigador
Juan Móricz
(izda.) airmó
haber hallado
diversos tesoros
y cadáveres de
humanoides en
el interior de la
Cueva de los
Tayos (arriba,
mapa). Abajo,
Gerardo Peña,
abogado y gran
amigo de Móricz.
19
11. 20
Juan Móricz
(en la imagen
junto a Peña) se
ganó la conianza
de los indígenas
saraguros, el
único grupo
étnico de la
región que
eludió el
contacto con los
conquistadores
españoles.
Para descender
al interior de
los Tayos –70
metros bajo la
supericie– era
imprescindible el
uso de cuerdas.
No obstante
las diicultades,
la cueva fue
visitada por
decenas de
curiosos e
investigadores.
Bajo estas líneas,
el astronauta
Neil Armstrong
y el ingeniero
escocés Stanley
Hall durante su
expedición a los
Tayos en 1976.
en compañía del investigador y
de otras personas. ¿Nos puede
contar algo?
G.P.: Me temo que no sé abso-
lutamente nada; tendría usted que
preguntar a la propia Bettina...
S.C.: Eso es lo que han hecho
algunos periodistas enArgenti-
na.Al parecer, ella les conirmó
todo lo que dijo Móricz en su
momento. En cualquier caso,
llegaron otros visitantes más o
menos inesperados en busca
de Juan y de la cueva. Recuer-
do, por ejemplo, al escritor y
periodista español de origen
alemánAndreas Faber-Kaiser,
que después de entrevistar a
Móricz llegó solo, sin su ayuda,
a la entrada principal de la cueva
de losTayos.
G.P.: Así fue. Conocí personal-
mente a Faber-Kaiser y admiraba la
audacia y valentía que demostró al
ponerse a buscar la cueva por su
cuenta.Veriicó que existía y luego
se las arregló para volver sano y
salvo a la civilización. Recuerdo
que habló mucho con Móricz, pero
dudo que le hiciera revelaciones
especiales. Me temo que Móricz
se llevó sus secretos a la tumba.
S.C.:Al parecer estos secretos
eran realmente importantes, ya
que Móricz dijo a algunos ami-
gos que había sufrido diversos
intentos de secuestro y que
habían atentado contra su vida.
Entre otras cosas, quizá tuviera
que ver con que Juan era el titu-
lar de una cincuentena de cajas
EN PORTADA
le sucediera nada grave podría
explicarse por alguna forma de
protección superior y misteriosa.
Llegaba a su destino al amanecer y
sólo entonces comprobaba que el
jeep no tenía frenos. Estacionaba
su vehículo después de quince
horas de viaje y justo al llegar se
daba cuenta de que llevaba un
neumático pinchado. ¡Una vez
tuvimos una colisión frontal y
salimos ilesos mientras que el otro
coche tuvo un siniestro total! Juan
evitaba volar, viajaba siempre sobre
cuatro ruedas: cogía un autobús,
llegaba a la última parada y, cuando
se acababa la carretera, seguía
caminando durante horas si era ne-
cesario. No tenía un horario ni una
ruta predeterminados. Escalaba
solo las montañas más escarpa-
das, sujetándose al rabo de una
mula para ayudarse en el ascenso.
Construía campamentos base con
sus propias manos y luego se iba a
comprar alimentos o herramientas
para los técnicos y trabajadores.
Nunca se desanimaba, dormía al
aire libre, no llevaba armas y se
abría camino a golpe de machete.
¡No tenía miedo! Desconocía que
tuviera una caja fuerte de seguri-
dad, pero tal vez le hiciera falta para
fuertes dispersas en numerosos
bancos de varios países…
G.P.: Móricz fue el prototipo del
hombre que sabe demasiado. A
pesar de que era muy introvertido,
fue víctima más de una vez de
ataques a su persona, afortunada-
mente frustrados. Sin embargo,
la mayor amenaza para su vida
fue su modo de vivir, que justii-
caba diciendo que eran «riesgos
calculados». El hecho de que nunca
13. EN PORTADA
22
G.P.: Creo que era físicamente
imposible, incluso para Móricz,
derribar las estructuras de piedra
en medio de la selva. Pero estaba
seguro de lo que decía. Usted debe
saber que Juan estaba convencido
de que podía establecer contacto
telepático con los taltos o belas,
habitantes del mundo subterráneo,
y probablemente había recibido
esta información de ellos.
S.C:Volvamos a 1976 y a la
expedición británico-ecuatoriana
de Stanley Hall y NeilArmstrong.
Hall fue acusado de organizar
una expedición con la aviesa
intención por parte de la maso-
nería escocesa y de la Corona
británica de saquear la cueva.
G.P.: Estoy al tanto de tales
acusaciones, pero una cosa es la
suposición y otra cosa los hechos.
Así y todo, Móricz albergaba sospe-
chas contra Hall y probablemente
eran de esa índole. De todos
modos, Juan, como descubridor
de la cueva que era, quería dirigir la
expedición y, cuando no se le per-
mitió hacerlo, decidió no participar.
Los británicos veriicaron los datos
aportados por Mórizc en la primera
expedición de éste, pero sin su
ayuda no pudieron ir más lejos.
S.C.: Móricz se presentaba
como investigador y cientíico.
Pero la faceta más mística y
Diversos hallazgos
ensuinterioryla
coniguraciónmisma
delacuevadelataban
sudiseñointeligente.
Derecha,unadelas
rarasplacasdemetal.
máxima credibilidad a su descubri-
miento; primero con la veriicación
visual de la existencia de la cueva y
luego con el descubrimiento oicial
de sus tesoros. La segunda etapa
de la expedición no se completó:
hubo desacuerdos internos y sobre
todo inercia por parte de los agentes
gubernamentales que impidieron
seguir adelante.
S.C.: Móricz estaba seguro de
ser el único capaz de llegar al
tesoro; dijo que sería imposible
encontrarlo sin su ayuda y no se
preocupó cuando la expedición
británico-ecuatoriana de Stanley
Hall descendió a la cueva con de-
cenas de cientíicos y militares.
Tal vez tanta seguridad se debía
al hecho de que la mejor forma
de llegar a la biblioteca fuera
entrando porYaupi. Cito lo que
dijo Móricz sobre la expedición
de Hall: «Entró en una de estas
cuevas, la única que he dado a
conocer». ¿Le contó su amigo
dónde estaba exactamente la
cueva de la biblioteca?
G.P.: Nunca se lo pregunté y
no creo que Juan me lo hubiera
revelado. Además, cuando en un
momento determinado le dije que
no había que preocuparse de que
alguien llegara a la cueva de los
Seres Superiores, me respondió:
«No te preocupes, Gerardo, nunca
la encontrarán porque ahora es
físicamente inaccesible». Según
él, para llegar allí era necesario
obtener tanto el consentimiento de
los guardianes indígenas de la zona
como el de «los de abajo».
S.C.: Juan Móricz dijo a sus
amigos Julio GoyénAguado
y BettinaAllen que, con una
pequeña explosión, había provo-
cado un deslizamiento de tierra
en la entrada de la cueva de los
Seres Superiores, para asegu-
rarse de que nadie más pudiera
encontrar la biblioteca de metal.
¿Sabe usted algo?
Estructuras
netamente
artiiciales en uno
de los accesos
a la cueva. La
fotografía fue
captada en 1969.
MISIONRAHMACUENCA
MEZZOFORTEF
MISIONRAHMACUENCA
14. 23
EN PORTADA
critura, podía descifrarla sin ninguna
diicultad y es muy probable que
entendiera rápidamente qué tipo
de documentos había en la cueva
de losTayos. Además, no recuerdo
haberle oído decir que no enten-
diera el contenido de los escritos
de la biblioteca de metal, más
bien lo contrario. De hecho, en el
documento donde comunicaba su
descubrimiento, indicaba que tales
archivos contenían la historia de la
humanidad, el origen del hombre
en laTierra y el conocimiento de
una civilización extinta. Por cierto,
en opinión del ilólogo Manuel
PalaciosVillavicencio, la escritura
zeti coincide en gran medida con el
húngaro o székely.
S.C.: Durante los años en que
estuvo trabajando en Ecuador,
Móricz colaboró con su ami-
go húngaro Zoltan Czellar, un
personaje muy especial. ¿Llegó a
conocerle?
G.P:. ¡Cómo no! Czellar fue gran
amigo y colaborador de Móricz en
sus últimos años. Un día, alrede-
dor de 1975, Zoltan –al que no
conocíamos entonces– se presen-
tó en mi despacho como repre-
sentante de la comunidad húngara
de Los Ángeles, que le había
enviado a Ecuador para saber qué
había pasado con Móricz. Habían
perdido la pista, creían que podía
haber muerto, tal vez asesinado
Poco después
de hacerse
público el
hallazgo, varios
medios de
comunicación
ecuatorianos e
internacionales
señalaban la
posibilidad
de que los
Tayos fuera el
depósito de un
conocimiento
antiguo y secreto.
cómo Móricz podía saber cuál
era el auténtico contenido de
la biblioteca. ¿No le parece una
contradicción?
G.P.: No hay que olvidar lo que
Móricz dijera durante la conferencia
que tuvo lugar en la Casa de la Cul-
tura Ecuatoriana el 26 de diciembre
1969 en referencia a las tablillas de
oro húngaras, similares a las encon-
tradas en el mundo subterráneo de
Ecuador: «El contenido de estos
documentos es muy fácil de leer
porque conocemos bien la antigua
escritura zeti, que es cuneiforme y
se ha estudiado en profundidad».
Móricz conocía muy bien dicha es-
MEZZOFORTEF
esotérica de su personalidad no
era tan conocida. Móricz llegó a
decir que había sido «iniciado»
en Siberia y que tenía contacto
directo (tanto telepático como
físico) con los belas, los antiguos
habitantes del mundo subte-
rráneo que le habían permitido
llegar a la biblioteca de metal
transmitiéndole su ubicación
exacta. ¿Estaba usted al tanto de
estas declaraciones?
G.P.: Mire, no sé nada de tal
iniciación en Siberia. De hecho,
cuando tenía que rellenar un
documento o se le preguntaba cuál
era su profesión, Juan respondía
que era un investigador cientíico.
En cuanto a los habitantes del
mundo subterráneo, Móricz me
habló de los belas, pero nunca me
dijo que tuviera contacto telepático
con ellos. No obstante, supongo
que cuando hablaba de ellos se
refería a que estaba seguro de que
protegían los tesoros arqueológicos
que él había descubierto… con su
permiso.
S.C.: Móricz declaró públi-
camente que en la biblioteca
que había descubierto estaba
contenida la historia de una civi-
lización olvidada. Pero también
indicó que las tablillas metá-
licas mostraban una escritura
ideográica desconocida, tal vez
cuneiforme. Uno se pregunta
15. 24
EN PORTADA
por las tribus salvajes de la selva.
Le dije a Czellar que Juan estaba
perfectamente, en excelente
condición física, y que a las seis de
la tarde podría verlo llegar al des-
pacho, como todos los días, para
hablar con sus colaboradores. La
cuestión es que Czellar se sintió
fascinado por la vida de aventuras
y riesgos que luego compartiría
con Móricz: incursiones a la selva,
viajes en canoa, búsqueda de te-
soros escondidos y extracción de
oro en ríos y montañas, así como
la veriicación de la existencia del
mundo subterráneo, el increíble
descubrimiento del esqueleto de
un gigante hembra, la exploración
constante de parajes remotos, las
tribus salvajes con las que Juan
había coexistido durante períodos
largos… Zoltan se enamoró de
la selva ecuatoriana y no quiso
regresar a la vida «civil», por así
decir. Se trasladó a Guayaquil con
su esposa e hijos, pero ninguno de
ellos se acomodó a la nueva forma
de vida y no tardaron en marchar-
se y dejarle libre. Fue doloroso
para él, pero decidió quedarse en
Ecuador. Sus hijos lo visitaban de
vez en cuando, pero la felicidad de
Zoltan dependía sobre todo de su
interminable ir y venir entre Guaya-
quil y la selva impenetrable.
enfadó mucho al leerlo.Tal vez haya
terminado, como suele decirse, en
la fragua deVulcano, pero no lo sé
a ciencia cierta.
S.C.: Julio GoyénAguado, que-
rido amigo de Móricz durante la
etapa de BuenosAires, heredó
sus acciones de la empresa
minera Cumbaratza, así como
objetos de la cueva, cierta canti-
dad de oro y piedras preciosas,
un mapa para llegar a la cueva
de los Seres Superiores e incluso
el esqueleto del gigante al que
usted se ha referido antes. ¿Qué
sabe de todo esto?
G.P.: Este asunto de la herencia
me parece una invención, dema-
siado novelesco. No he oído nada
iable al respecto.Yo era el abogado
de Móricz y nunca me dijo que
quisiera hacer testamento, aunque
para querer hacer un testamento
antes tienes que pensar en que
vas a morirte y Juan era de los que
pensaban que no se moriría nunca.
S.C.: Sin embargo, recien-
temente han aparecido en
Argentina algunos objetos que
Móricz entregó a GoyénAguado.
Además de diversos documen-
tos, hay una tablilla de metal con
escritura ideográica, al parecer
S.C.: Zoltan Czellar se quedó
en Ecuador y murió allí, mientras
Mórizc falleció antes que él en
1991. ¿Es cierto que heredó su
archivo y su biblioteca? Entre los
papeles de Juan quizá también
había un manuscrito sobre la
cueva que Stanley Hall diera a
leer a Móricz…
G.P.: Zoltan estuvo viviendo en
Guayaquil, en un apartamento
en Las Peñas, en la calle Numa
Pompilio Llona, junto al río Guayas.
Los escasos libros que tenía los
heredaron sus hijos. Móricz tenía
una parte de sus libros en Buenos
Aires y otra en Guayaquil. Aquí en
la ciudad guardaba algunos volúme-
nes en la casa de su amiga Liliana
Icaza Pérez, que murió sin dejar
testamento. Me consta que, tras
la muerte de Liliana, su casa fue
vaciada y demolida; por desgracia
desconozco lo que pasó con los
libros. Entre los que Mórizc utilizaba
para sus continuos viajes había
algunos diccionarios. Los guardaba
en su despacho y ahora los tengo
yo. Es posible que Czellar tuviera en
su poder los archivos personales de
Móricz porque no los encontré en
el despacho. Sin embargo, Zoltan
nunca los mencionó. No se sabe
dónde fue a parar el manuscrito
de Hall, recuerdo que Móricz se
ARCHIVO
PERSONALZoltan Czellar
(arriba) pudo
haber heredado la
célebre biblioteca
e importantes
notas personales
de Juan Mórizc.
“Julio Goyén
heredó
artefactos
extraídos
de la cueva,
como oro,
piedras
preciosas
e incluso el
esqueleto de
un gigante
”
ALBERTOFORGIONE
16. EN PORTADA
Virgil Gheorghiu, que en 1967 fue
llevada al cine con Anthony Quinn.
El autor conoció en su juventud a
Juan Móricz y el protagonista de su
novela se llama… ¡Johann Moritz!
Una parte de los hechos narrados
se reiere a la vida de Juan y sus
ideas, pero otra parte no. Móricz
nunca perdonó al autor que utilizara
su nombre aunque lo pusiera en
alemán. Luego vinieron Los intra-
terrestres existen (1978), de Marie
Thérèse Guinchard y Pierre Pao-
lantoni, a quienes conocí cuando
visitaban Guayaquil. Este documen-
to se reiere a los descubrimientos
de Móricz, pero distorsiona la
realidad y es una historia de pura
icción. Por el contrario, La historia
de laTierra y el cosmos (2007), de
Géza Kisteleki, es un libro extraor-
dinario que, entre otras cosas, casi
cuarenta años después, conirma
las declaraciones realizadas por
Juan Móricz durante su conferencia
en la Casa de la Cultura de Ecuador
en 1969, en la que hizo referencia
G.P.: Lo cierto es que se han
publicado muchos artículos y pocos
libros, pero en cualquier caso no
son muy iables. Ni siquiera el éxito
de ventas de Erich von Däniken,
que ya he dicho que no era nada
iable. Cabe mencionar la novela
La hora 25 (1949), de Constantin
procedente de la Cueva de los
Tayos. ¡Se han hecho muchas
fotos de dicha tablilla!
G.P:. Yo no sé nada al respecto
y me parece muy raro. Me niego
a creer que Móricz hubiera sacado
de la cueva un objeto arqueológico;
creo que una de las garantías que
él deseaba tener antes de organizar
una expedición cientíica al lugar era
que no se sacara nada de la cueva.
Según él, las estancias subterráneas
habían demostrado ser un arca
bastante segura, al haber sido sede
de numerosos objetos de valor
durante milenios. Así que, en mi
opinión y mientras no se demuestre
lo contrario, quien airme haber re-
cibido objetos de la cueva por parte
de Juan no dice la verdad.
S.C.: La historia de Juan
Móricz y la cueva de losTayos es
realmente fascinante, pero a dife-
rencia de otros descubrimientos
apenas se han publicado libros
sobre ella. ¿A qué lo atribuye?
El río Yaupi
albergaría un
acceso sumergido
a los Tayos.
17. 26
EN PORTADA
EL AFFAIRE VON DÄNIKEN
Uno de los momentos más in-
teresantes de la entrevista fue
a propósito de la controvertida
relación entre Juan Móriczy
ErchVon Däniken…
Sebastián Cescato: En marzo
de 1972, usted recibió en su
despacho de Guayaquil a Erich
von Däniken, que había ido
a conocer a Móricz. Ahora se
sabe que en el libro Aussaat
und Kosmos, publicado unos
meses después, el autor suizo
mintió al escribir que había
estado en la cueva. Ahora,
deseo preguntarle por qué
Móricz llevó a Däniken a ver la
colección de objetos indígenas
del padre Carlo Crespi Croci
(junto a estas líneas), el
anciano sacerdote ita-
liano que se instaló en
la ciudad ecuatoriana de
Cuenca. Däniken publicó
muchas fotos de estos
objetos extraños (dcha.)
a los que consideraba
vestigios de una antigua
civilización desconocida.
Sin embargo, a mí me
parece un tanto sospechosa
tal aseveración.
Gerardo Peña: En ese momen-
to, es decir, durante la visita
de Erich von Däniken (en la
otra página) que ha menciona-
do, la relación de amistad con
Móricz indujo a este a llevar al
escritor a la zona
de Cuenca en viaje turístico.
Digamos que era una visita
obligada ir a ver el pintoresco
museo del padre Crespi… El
investigador suizo pareció
tomar todo al pie de la letra y
sacó un sinfín de fotografías.
No obstante, Móricz me djo
más de una vez que algunos
de esos objetos tenían valor
arqueológico mientras que
otros eran baratjasy artesa-
nías locales sin ningún interés,
como metales labrados,
chatarra oxidada…
“Hall facilitó un emplazamiento erróneo de
la cueva de los Seres Superiores para evitar
que alguien hallara la biblioteca de metal
”
a una biblioteca de metal que se
encuentra en Europa, similar a la
descubierta por él en Ecuador.
S.C.:También está el citado
manuscrito de Stanley Hall,
aquel que había entregado a Mó-
ricz y que este nunca le devolvió.
¡Stan Hall tuvo que escribirlo
todo de nuevo!
G.P.: Sí, así fue. El oro deTayos:
los archivos de la Atlántida (2006).
El libro me desconcierta, lo mismo
que el manuscrito enfureció a
Móricz. El autor, después de haber
escrito en el primer capítulo que
«Juan Móricz tenía una imaginación
desmesurada», lo cubría de elogios
para luego, en el capítulo XX, airmar
que la historia contada por Juan
la había escuchado durante una
reunión con el militar ecuatoriano
Petronio Jaramillo Abarca. Además,
Hall dice que la historia de Móricz
comienza en 1964, cuando este
llega por primera vez a Ecuador con
cartas de recomendación irmadas
por una personalidad argentina;
el autor describe una reunión con
Juan, el historiador Jorge Salvador
Lara y otros expertos en la que –en
respuesta a una pregunta– Móricz
dijo: «He venido a Ecuador para
encontrar una entrada al mundo
subterráneo, que se extiende desde
Venezuela hasta Chile y Argentina».
Por otra parte, Hall acusa a Móricz
de que se limitó a repetir lo que
escuchó decir a Jaramillo en otra
18. 27
EN PORTADA
ción sobre la Cueva de losTayos.
Cuéntanos algo acerca de estas
experiencias recientes.
G.P.: Sí, después de tantos años
creo que es hora de decir lo que
pienso y mostrar los documentos
que obran en mi poder. Estuve
hace poco en Hungría, invitado por
la asociación cultural local János
Móricz, que organizó una serie de
conferencias para dar a conocer la
obra de Juan y la investigación de
otros expertos de la prehistoria del
continente americano. Le sonarán
los nombres de Géza Kisteleki,
Klaus Dona, Ruth Rodríguez Soto-
mayor, GézaVarga, Peter Szilvássy
y Ágnes Golenya, algunos de los
cuales ya he mencionado.También
estaba el ilólogo Manuel Palacios,
que analizó la epigrafía americana y
su relación con la escritura magiar.
Hablé de mis años de trabajo con
Juan y proyecté fotografías de la
época para ilustrar la historia. Por
último, ZoltanVarga, como presi-
dente de la Asociación, presentó
un relato biográico de Móricz.
S.C.: BettinaAllen airma que,
poco antes de morir, Móricz
explicó la ubicación exacta de la
biblioteca a una persona de su
conianza que estaba dispuesta a
guiar a quienes verdaderamente
desearan llegar allí. No está claro
lo que eso podría signiicar...
G.P.: Sólo puedo decir una cosa:
estoy seguro de que la cueva de
los Seres Superiores con todos sus
valiosos tesoros se encontrará tar-
de o temprano. Así lo espero y por
ese motivo estamos ahora hablan-
do de la cueva y de Móricz. No obs-
tante, la oportunidad de redescubrir
la biblioteca de metal depende de
cómo se lo tomen los misteriosos
habitantes y guardianes del mundo
subterráneo, los belas o taltos. Sin
su consentimiento será imposible
encontrarla. n
reunión similar celebrada en 1964
en la casa de Alfredo Moebius,
junto con otras personas, entre ellas
un italiano apellidadoTurolla. Sin
embargo, la verdad se demuestra
en el libro Más allá de los Andes.
Mi búsqueda de los orígenes de
la civilización preincaica (1970), de
PinoTurolla, donde el autor señala
que visitó Ecuador por primera vez
en 1966. Eso supone que aquella
reunión de 1964 no pudo celebrar-
se. Posteriormente, el propioTurolla
nombra a Juan Móricz al hablar del
descubrimiento de la cueva de los
Tayos. En resumen, Stanley Hall
incurre en tal maraña de contradic-
ciones que su testimonio resulta tan
confuso como increíble. En cuanto
a la atribución del descubrimiento
de la cueva a Petronio Jaramillo,
como hace Hall, me parece ridículo.
Ya sabemos que Jaramillo era un
fanfarrón.
S.C.: ¿Cuál es su opinión sobre
el emplazamiento de la cueva de
los Seres Superiores que Stanley
Hall indica en su libro y en su
página web? Hall habría identii-
cado el lugar según las historias
de Jaramillo, pero hasta ahora
no se ha encontrado nada de
particular en la zona...
G.P.: En mi opinión, Hall facilitó
ese emplazamiento con el in de
confundir a los que andaban en
busca de la biblioteca de metal y
así impedir que la descubrieran.
TRADICIÓN
SECRETAAlgunos autores
señalan que la
Cueva de los Ta-
yos pudo ser uno
de los hábitats de
una civilización
proto-incaica.
Las personas que han estado en
ese lugar me han dicho que no
tiene nada de particular.
S.C.: Recientemente usted
ha comenzado a dedicar más
tiempo a la difusión de informa-