1. TEMA 7
DIMENSION ETICA Y MORAL DE LAS PERSONAS
El derecho internacional humanitario (DIH) es la agrupación de las distintas normas, en su
mayoría reflejadas en los convenios de Ginebra, en 1949 y los protocolos adicionales que
tienen en su mayoría principal la protección de las personas que no participan en
hostilidades o que han decidido dejas de participar en el enfrentamiento.
Las distintas normas del derecho internacional humanitario pretenden evitar y limitar el
sufrimiento humano en tiempos de conflictos armados. Estas normas son de obligatorio
cumplimiento tanto por los gobiernos y los ejércitos participantes en el conflicto como por
los distintos grupos armados de oposición o cualquier parte en el mismo.
El DIH a su vez, limita el uso métodos de guerra y el empleo de medios utilizados en los
conflictos, pero no determina si un país tiene derecho a recurrir a la fuerza, tal y como lo
establece la carta de Naciones Unidas.
ORIGEN DEL DERECHO HUMANITARIO
El origen del DIH se remonta a las normas dictadas por las antiguas civilizaciones y
religiones. La guerra siempre ha estado sujeta a ciertas leyes y costumbres. El más
importante antecedente del DIH actual es el tratado de armisticio y Regulación de la
guerra, suscrito y ratificado en 1820 entre las autoridades del entonces gobierno de la
gran Colombia y el jefe de las Fuerzas Expedicionarias de la corona Española, en la ciudad
venezolana de santa Ana de Trujillo. Este Tratado fue suscrito en el marco del conflicto de
la Independencia, siendo el primero en su género en Occidente.
A partir de entonces, en el siglo XIX, los Estados han aceptado un conjunto de normas
basado en la amarga experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso
equilibrio entre las preocupaciones de carácter humanitario y las exigencias militares de
los Estados. En la misma medida en que ha crecido la comunidad internacional, ha
aumentado el número de Estados que ha contribuido al desarrollo del DIH. Actualmente,
éste puede considerarse como un Derecho verdaderamente universal.
El DIH y las normas relativas a los derechos humanos se aplican durante situaciones
tácticas distintas. Los derechos humanos son exigibles en tiempo de paz, es decir que sus
normas son plenamente operativas en circunstancias normales dentro de un esquema
institucionalizado de poderes en el que el estado de derecho es la regla. El DIH se aplica
durante conflictos armados tanto de carácter interno como de carácter internacional. El
DIH es en esencia un derecho de excepción.
Los derechos humanos y el DIH tienen orígenes distintos. Los derechos humanos se
gestaron en el orden interno de los estados. Aparecen hoy día reconocidos en los sistemas
jurídicos nacionales, incluso con rango constitucional. Los derechos humanos continúan
siendo materia regida e implementada primordial mente por cada estado. A partir de la
segunda guerra mundial la comunidad internacional experimentó la necesidad de
2. controlar en el ámbito internacional a aquellos que en principio debían garantizar la
efectiva aplicación de los derechos humanos dentro de sus propias jurisdicciones. En
reiteradas ocasiones fue el propio estado quien, debiendo garantizar y proteger los
derechos y garantías de los individuos reconocidos en su jurisdicción doméstica,
terminaba siendo el violador sistemático de esos derechos.
La internacionalización de la regulación interna de los derechos humanos determinó un
quiebre al principio de la no-intervención en los asuntos de exclusiva jurisdicción
doméstica. Las violaciones sistemáticas a los derechos humanos dentro de un estado
podían involucrar un quebrantamiento o amenaza a la paz tanto regional como
internacional.
La evolución de los derechos humanos tanto en el ámbito interno como internacional
estuvo y está relacionada a posiciones político filosóficas que han dado lugar al desarrollo
de ideologías contrapuestas en cuanto al verdadero contenido y alcance de los derechos
sujetos a una debida protección estadual y a un adecuado control internacional.
Por su parte el DIH irrumpe en las relaciones entre estados durante la segunda parte del
siglo XIX como una respuesta de la comunidad internacional a los horrores de la guerra. En
este sentido el DIH nace y se desarrolla como un movimiento no politizado, tomando
distancia de las corrientes del pensamiento político en general. La necesidad de limitar los
sufrimientos innecesarios de los combatientes heridos y enfermos en el campo de batalla
fue el eslabón inicial de una cadena de protecciones acotadas a categorías específicas de
individuos afectados por los conflictos armados. La incorporación de nuevas categorías de
víctimas de los conflictos implicó una evolución constante en cuanto a la ampliación del
ámbito de aplicación personal del DIH. A los heridos y enfermos en el campo de batalla le
siguió en el tiempo la regulación de la protección debida a los náufragos, luego la de los
prisioneros de guerra y como consecuencia de las traumáticas experiencias vividas
durante la segunda guerra mundial, finalmente se reguló la protección debida de la
población civil afectada por conflictos armados. Existen hoy día nuevas categorías
específicas de personas protegidas, como así también se protege dentro del DIH a
determinados grupos de personas vulnerables (mujeres, niños) dentro de situaciones de
conflictos armados.
3. TEMA 7
DIMENSION ETICA Y MORAL DE LAS PERSONAS
Para diferenciar entre los actos buenos y los malos, contamos con la moral y la ética.
-La moral se identifica con un conjunto de normas y creencias construidas sobre la base de
la costumbre, que nos indica cómo actuar en determinada circunstancia. La moral está
muy ligada con nuestra conciencia, por lo cual, lo que nos permite juzgar si nuestras
acciones son buenas o malas es nuestra conciencia moral. Los cristianos tenemos una
moral basada en el respeto y el amor a Dios, a nosotros mismos y al prójimo.
-La ética es la reflexión sobre la moral. Enuncia principios universales que determinan si
un acto humano consciente y libre ha sido bueno o malo. La ética se relaciona con la
responsabilidad social de nuestras acciones y con la honestidad de nuestro
comportamiento ante las instituciones. Son objeto de la reflexión ética las normas civiles
de nuestra comunidad como la constitución, el civismo, los códigos y los derechos
humanos. Así mismo, la ética profesional se refiere a las reglas y los códigos de conducta
adecuados en el trabajo.
Al reconocer que somos seres humanos únicos, con una vocación por descubrir y una
misión por cumplir, admitimos que en cada uno de nosotros se encuentra la presencia
viva de Dios que nos invita a realizarnos, a construir comunidad, a defender los valores y a
proteger la dignidad de la persona, la obra más perfecta de la creación.
Todas las personas compartimos las siguientes características:
• Somos seres sociales, porque vivimos en comunidad y necesitamos de los demás para
realizar nuestras metas, dar sentido a nuestra existencia y ser felices.
• Somos libres, pues podemos elegir cómo actuar.
• Somos Responsables, ya que debemos asumir las consecuencias de nuestras acciones.
• Somos iguales ante los ojos de Dios y ante la ley.
• Tenemos dignidad, Porque Dios nos elevó a la condición de hijos suyos.
• Tenemos derechos y obligaciones que debemos cumplir y hacer respetar.
• Tenemos un cuerpo, una mente y un espíritu que debemos respetar, cuidar y cultivar.
La persona es un proyecto que se va realizando en el tiempo. Elegimos porque somos
libres, a pesar de los diferentes condicionamientos de tipo biológico o social. Por ser
persona, estamos abiertos al futuro y somos seres morales, capaces del bien y del mal.
Valores morales.
Los valores morales son cualidades objetivas y reales que solicitan la libertad y
responsabilidad del hombre para construir su vida en una línea humaniza dora. A lo largo
del tiempo los hombres han privilegiado ciertos valores: felicidad, placer, obediencia,
deber, libertad.
4. La ley. Norma objetiva de la moralidad. La norma nos indica lo que debemos hacer para
vivir un valor concreto.
La ley se divide en tres aspectos:
Eterna: plan de Dios para la creación.
Natural: plan divino inscrito en la naturaleza humana. Son principios válidos para todos y
para siempre.
Positiva: traducción concreta de la ley natural para las diversas situaciones y tiempos.
Jesús, punto de referencia en la moral cristiana. Jesús, punto de referencia y modelo para
la persona humana.
1. ¿Puede ser Jesús un modelo para el hombre?
Incluso para muchos no creyentes, Jesús es modelo de humanidad.
Para los creyentes, Jesús, además de ser un modelo humano, es el Hijo de
Dios. Imitarle no es fácil.
Pero, para esta tarea de ser como El contamos con su ayuda.
2. La imitación de Cristo.
En los evangelios tenemos muchos ejemplos de personas que encontraron a Jesús y
cambiaron de vida: Zaqueo, Magdalena, Pedro y los discípulos... ¡Hoy sigue habiendo
gente que se encuentra con Jesús y cambia!
Dios crea al hombre a su imagen y le llama al diálogo y la amistad con El.
Jesús es aquel que ha cumplido perfectamente este plan de Dios.
Nosotros estamos llamados a ser como Jesús, a vivir y actuar como El.
3. El Espíritu nos ayuda en el trabajo de ser como Jesús.
Por su Espíritu, Jesús nos transmite su misma vida y así podremos dar los frutos del
Espíritu: amor, alegría, paz, servicial dad, bondad, amabilidad, lealtad, dominio de sí.
Los cristianos somos por eso un pueblo de profetas, sacerdotes y reyes.