Miguel Hernández nació en una familia de pastores en Orihuela y trabajó como pastor de cabras desde joven, aunque también estudió. Mientras pastoreaba, leía y escribía sus primeros poemas. En la década de 1930 viajó a Madrid buscando apoyo para su obra y comenzó a relacionarse con importantes poetas. Durante la guerra civil española sirvió como soldado y poeta en el frente y fue encarcelado por el régimen franquista después, muriendo en prisión de tuberculosis en 1942.