La introducción del Índice de Desarrollo Humano en 1990 representó evidentemente un hito en la concepción del desarrollo así como en la medición del mismo de manera multidimensional, superando la interpretación clásica del desarrollo como el crecimiento económico exclusivamente. Paralelo a la comprensión alternativa del desarrollo surge la necesidad de captar las pérdidas de éste, las que quedarían registradas en la medición de la pobreza. Sin embargo, la medición de la pobreza se mantenía inicialmente en la pobreza por ingresos.
Medicion Multidimencional de la Pobreza y ¿El Desarrollo Humano?
1. Medición multidimensional de pobreza ¿y el desarrollo humano? *
Carlos Valdivieso
La introducción del Índice de Desarrollo Humano en 1990 representó evidentemente un hito en la
concepción del desarrollo así como en la medición del mismo de manera multidimensional,
superando la interpretación clásica del desarrollo como el crecimiento económico exclusivamente.
Paralelo a la comprensión alternativa del desarrollo surge la necesidad de captar las pérdidas de
éste, las que quedarían registradas en la medición de la pobreza. Sin embargo, la medición de la
pobreza se mantenía inicialmente en la pobreza por ingresos. 40 años más tarde se introduce un
complejo índice: el Índice de Pobreza Multidimensional. El índice es consecuente con el paradigma
del desarrollo humano tanto matemática como conceptualmente; logra capturar un mayor rango de
limitaciones que efectivamente afectan el logro de los objetivos del desarrollo humano y finalmente
captura un alto porcentaje de los indicadores base del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio. El documento a continuación muestra el avance de la medición de la pobreza en los
últimos años y deja abierta la pregunta si los mismos avances se han producido en la medición del
Desarrollo Humano desde sus inicios.
Medición del desarrollo humano y pobreza
Desde que apareciera el primer Informe sobre Desarrollo Humano en 1990, la superación de los
retos que impone la medición del desarrollo humano ha sido un tema de especial atención. La
premisa de que el crecimiento económico per se no es un indicador apropiado de logro, ha estado
presente desde el inicio y ha generado la producción de nuevos indicadores. Sin embargo,
encontrar indicadores de medición alternativos que respondan a criterios, conceptual y
matemáticamente coherentes con las premisas y los objetivos del paradigma de desarrollo humano
ha sido un proceso complejo.
El paradigma del desarrollo humano tiene como objetivo principal ampliar las opciones de los
individuos. Para lograr este propósito es necesario entender cuáles son los elementos constitutivos
en este proceso. La definición más ampliamente aceptada de opciones es la de que estas son:
aquellas cosas que los seres humanos valoran o desean por una buena razón, como una vida
saludable o la posibilidad de disfrutar de un medio ambiente limpio (Gómez Buendía 2008).
De acuerdo a las condiciones de vida, las experiencias, el contexto familiar y el proceso histórico,
los individuos encuentran un sinnúmero de opciones para perseguir. Sin embargo, existen
opciones que, podemos decir, son comunes a todos los individuos; estas pueden ser agrupadas
en las siguientes cuatro:
tener una existencia sana y duradera,
acceder al conocimiento,
disfrutar de recursos materiales suficientes para tener un buen vivir, y
tener la posibilidad de participar en la vida de la comunidad y en los asuntos
colectivos.
El equipo del Informe sobre desarrollo humano, ha traducido las anteriores opciones en un
indicador que permite evaluar y hacer seguimiento al logro de éstas por parte de los individuos.
El indicador de desarrollo humano, IDH, se construye entonces de la siguiente forma:
Componente Indicador Índice del componente
Vida larga y saludable Esperanza de vida al nacer Índice de esperanza de vida
Tasa de alfabetización de Índice de alfabetización de
adultos adultos
Educación
Tasa bruta de matriculación
Índice de la TBM
(TBM)
Nivel de vida digno PIB per cápita Índice del PIB
*
Documento elaborado por Carlos Valdivieso (carlos.valdivieso@undp.org). Investigador en Desarrollo
Humano de la Escuela Virtual.
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2. El desempeño de cada componente se expresa como valor entre 0 y 1, para cuyo efecto se aplica
la siguiente fórmula general:
Valor Real Valor mínimo
índice del componente
Valor máximo Valor mínimo
El cálculo del Índice del Desarrollo Humano (IDH) es el promedio simple de los indicadores
obtenidos para cada componente (PNUD 2007).
Tendencias en la medición
El IDH se basa en la premisa de los rendimientos
decrecientes del ingreso destinados al desarrollo
humano. Es decir, el aumento en los niveles de
ingreso en un hogar con ya altos ingresos, genera
un crecimiento proporcionalmente menor en el
nivel del IDH de este hogar. Mientras que, el
aumento en los niveles de ingreso en un hogar de
escasos recursos, tiene un impacto mucho mayor.
Por tal razón, focalizar la atención en el
mejoramiento de las condiciones de vida de los
pobres, tendría un impacto mayor sobre el IDH
general del país. Es así como, desde el principio
resultó fundamental tener una medida ajustada de
la pobreza para diseñar políticas que mejoraran
las condiciones.
La gráfica 2.1 (PNUD 2010) muestra la tendencia
mundial del desarrollo humano de los últimos 40
años. Resulta evidente que, si bien la mayoría de
países han mostrado un sostenido mejoramiento
de los niveles de desarrollo humano, es evidente
que a partir de los años 90 la diferencia en los
niveles de desarrollo humano entre países se
hace mayor. Pero comprender cuales son los
elementos que afectan el nivel general del
desarrollo humano, ya sea positiva o
negativamente, implica un ejercicio de
desagregación de sus componentes para el
análisis.
Pese a que ya en los primeros informes se
enfatizaba en la idea de que el desarrollo no sólo
estaba relacionado con el crecimiento económico,
en un principio el crecimiento económico fue la
estrategia principal para promover el desarrollo
humano. Es así como las principales
recomendaciones de política apuntaban, en
aquellos momentos, al crecimiento económico y la
posterior destinación de recursos para atender los
otros aspectos del desarrollo humano, como salud
y educación.
“La mejor manera de promover el desarrollo humano es incrementar el ingreso nacional y
asegurar un estrecho vínculo entre el crecimiento económico y el bienestar humano. La
experiencia reciente de las nuevas economías industrializadas del Este asiático ilustra en
parte este enfoque”.(PNUD 1991)
Coherente con la idea de que el desarrollo debería atenderse mediante el fortalecimiento del
crecimiento económico, la pobreza (es decir, la carencia de capacidades para alcanzar los
objetivos del desarrollo) se mediría basada en la posición de los individuos de acuerdo a su nivel
de ingresos. Paralelo a esto, el equipo del informe también reconocía que existía una latente
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3. desigualdad en los niveles de desarrollo humano, tanto al comparar países entre si, como al
comparar diferentes grupos de población dentro de los países.
Medición de la pobreza
Conscientes, no obstante, de que ser pobre significa distintas cosas en distintos países, el debate
inicial se planteó entre una medición absoluta y una medición relativa de la pobreza. La primera, la
medición absoluta, se basaba en un enfoque de necesidades básicas de tipo biológico y fisiológico
que atendían a una lista de mínimas capacidades. Dicho enfoque, introducido por los países del
Sur de Asia, establecía un nivel mínimo de consumo calórico para un individuo teniendo en cuenta
su edad. Se calculaba el costo de los bienes necesarios para cubrir este consumo mínimo y se
establecía una línea de corte mínima, a partir de la cual se consideraba a un individuo pobre o no,
dependiendo del lado de la línea donde su nivel de ingresos cayera.
En un trabajo similar, basado en encuestas hechas a familias no pobres, la CEPAL estableció una
canasta de bienes básicos de consumo. Se calculaba el costo de la canasta, y basados en el
precio de estos bienes básicos se establecía la línea de pobreza(PNUD 1990). Quien no ganara lo
suficiente para adquirir esta canasta regularmente era considerado pobre.
Si bien el principio era similar a la medición de necesidades básicas, la selección de la muestra en
cada encuesta tenía importantes diferencias. En el caso de un consumo calórico básico se parte de
un mínimo alimenticio para sobrevivir, mientras que en el caso de la canasta de bienes se tiene en
cuenta no sólo alimentos sino además ciertos bienes (no muchos) que generan también bienestar,
pues no sólo de pan vive el hombre y la mujer.
Uno de los problemas que la medición de la pobreza representaba, era la dificultad para hacer
comparaciones entre países, o incluso entre diferentes grupos poblacionales en los países. Si bien
el nivel mínimo de consumo calórico es un elemento común a todos, el precio de éste varía entre
los países. Problema que posteriormente se resolvió, de alguna manera, al introducir la conversión
del indicador de ingresos Paridad del Poder Adquisitivo PPA1. Pero por encima de esto, la
proporción del ingreso que los hogares destinan a los alimentos básicos, con respecto al consumo
de otros bienes y servicios, cambia de acuerdo al nivel de ingreso y el contexto cultural.
Al partir de realidades diferentes, las dos unidades de medición eran difícilmente comparables por
lo tanto no suplían los requerimientos mínimos de una herramienta de medición: la comparabilidad.
La pobreza humana
Pese al impacto que el ingreso tenía sobre el IDH en condiciones de bajos ingresos, la medición de
la pobreza basada exclusivamente en este último, de alguna manera representaba una
contradicción frente a la medición multidimensional y el enfoque de capacidades que representaba
el desarrollo humano. El propósito de estudiar la pobreza debía ser llegar a las raíces del problema
y atenderlo. Era necesario entonces ampliar las dimensiones de la medición de la pobreza(PNUD
1990). El Informe de desarrollo humano de 1996 introduce el Índice de Pobreza de Capacidades:
“Lo que se necesita es una medición de la pobreza más centrada en el ser humano, en la
que se reconozcan las privaciones humanas en varias esferas críticas. La falta de ingresos
es tan sólo una de esas esferas y se refiere a los medios más que a los fines. El índice de
pobreza de capacidad (IPC) es un índice multidimensional de la pobreza, centrado en la
capacidad”. (PNUD 1996)
1
En la tasa de PPA, US$1 tiene el mismo poder adquisitivo en la economía nacional que US$1 en la
economía de los Estados Unidos de América. La PPA también puede expresarse en otras divisas nacionales
o en derechos especiales de giro (DEG). Las tasas de PPA permiten una comparación estándar de los niveles
de precio reales entre los países, del mismo modo que los índices de precios convencionales permiten
comparar valores reales a lo largo del tiempo. De otra manera, las tasas de cambio normales pueden
sobrevaluar o subvaluar el poder adquisitivo.
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4. El IPC
El índice de pobreza de capacidad (IPC) es un índice simple compuesto de tres indicadores que reflejan el porcentaje
de la población con deficiencias de su capacidad en tres aspectos básicos del desarrollo humano: tener una vida
saludable con buena alimentación, tener capacidad de procreación en condiciones de seguridad y saludables, y estar
alfabetizado y poseer conocimientos. Los tres indicadores correlativos son el porcentaje de niños menores de cinco
años con peso insuficiente, el porcentaje de partos que no reciben atención de personal capacitado y el porcentaje de
mujeres de 15 o más años de edad que son analfabetas. En el cuadro 3.1 de las notas técnicas se presenta el IPC y
sus tres componentes para 101 países en desarrollo. También se compara la categoría de cada país según el IPC con
su categoría según el PIE per cápita.
El IPC difiere el IDH dado que se centra en la falta de capacidad de la gente, en lugar de reflejar el nivel medio de los
aspectos relativos a la capacidad en un país. Además, en el IDH se utiliza el ingreso, pero en el IPC no se lo utiliz a
(PNUD 1996).
La pobreza se manifiesta en las privaciones que la gente puede experimentar en su vida. Puede
implicar no sólo la falta de los artículos necesarios para el bienestar material, sino la denegación de
la oportunidad de vivir una vida tolerable. La vida puede abreviarse prematuramente, por ejemplo.
O bien puede hacerse difícil, dolorosa o riesgosa. Puede estar privada de conocimientos y
comunicación. Y se le puede robar la dignidad, la confianza y el respeto por sí mismo, así como el
respeto de los demás. Todos los anteriores son aspectos de la pobreza que limitan y afectan la
vida de millones de habitantes del mundo (PNUD 1997).
En 1997, siguiendo el mismo criterio que introducía el Índice de Pobreza de Capacidad, IPC, de
1996, el Informe lanzó una nueva medición de la pobreza que llenaría las expectativas de medición
por un largo periodo. El índice de Pobreza Humana, IPH. Este índice esperaba superar algunos de
los inconvenientes que, hasta el momento, habían tenido otros índices, tal como la imposibilidad de
hacer comparaciones internacionales, e introducir el carácter contextual de la pobreza en la
medición.
El IPH
El IPH se concentra en la privación de tres elementos esenciales de la vida humana ya reflejados en el IDH: la
longevidad, los conocimientos y un nivel de vida decente. La primera privación se relaciona con la supervivencia - la
vulnerabilidad a la muerte a una edad relativamente temprana - y está representada en el IPH con el porcentaje de
gente que se estima que morirá antes de los 40 años de edad. La segunda dimensión se relaciona con los
conocimientos - quedar excluido del mundo de la lectura y las comunicaciones - y se mide por el porcentaje de adultos
analfabetos. El tercer aspecto se refiere al nivel decente de vida, en particular el aprovisionamiento económico general.
Está representado por un compuesto de dos variables: el acceso a servicios de salud y a agua potable, y el porcentaje
de niños menores de cinco años desnutridos. Deben hacerse algunas observaciones acerca de esta última variable y
de la razón de que el ingreso no figure en el IPH. La lógica en la cual se basa la elaboración de la variable del
aprovisionamiento económico es que el Producto Nacional Bruto, PNB, incluido en el IDH es en realidad una
amalgama de instalaciones privadas y públicas, por cuanto los servicios públicos se pagan con cargo al ingreso
nacional agregado. El ingreso privado podría no ser un indicador adecuado de los medios económicos de un individuo,
que incluyen además servicios públicos fundamentales (como la atención de salud y el abastecimiento de agua
potable). ¿Pero por qué no se ha escogido el ingreso privado para complementar la información sobre las instalaciones
públicas?
Uno de los problemas al evaluar la prevalencia de la pobreza de ingresos es que el uso de la misma línea de pobreza
en diferentes países puede ser muy engañoso debido a la variación de los productos «necesarios». Según las pautas
prevalecientes de consumo - vestuario, alojamiento e instrumentos de comunicación e interacción, como las radios y
los teléfonos - se considera que muchos artículos son esenciales para la participación social en una comunidad sin que
sea así en otras. Como resultado, el ingreso mínimo necesario para eludir el aislamiento social puede ser muy
diferente entre las comunidades
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5. El IPH se calculaba de manera separada para los países en desarrollo y en transición (IPH-1) y
para un grupo de países de altos ingresos de la OCDE seleccionados (IPH-2) con el fin de reflejar
mejor las diferencias socioeconómicas y las amplias diferencias en la medición de las privaciones
en ambos grupos. En el IPH-1, el tercer aspecto incluía el promedio no ponderado del porcentaje
de la población sin acceso a agua segura y el porcentaje de niños con un peso insuficiente para su
edad. En el HPI-2, el tercer aspecto se medía según el porcentaje de la población que vivía por
debajo del umbral de pobreza (50% de la mediana del ingreso disponible del grupo familiar).
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio
Gracias al importante trabajo realizado previamente con respecto a la medición de la pobreza, y
teniendo en cuenta diferentes dimensiones a lo largo de los años, las diferentes agencias que
colaboraban en el desarrollo establecieron 8 objetivos prioritarios para atender y reducir la pobreza.
El logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio ha sido la estrategia bandera así como uno de
los principales compromisos de los países en temas de desarrollo humano y superación de la
pobreza. Esta identificación global permitió también que tanto países como agencias de
cooperación concentraran esfuerzos en temas específicos y que ya habían sido priorizados y
acordados por los mandatarios que habían firmado la Declaración del Milenio en septiembre de
2000.
Objetivos de Desarrollo del Milenio
1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre
2. Lograr la enseñanza primaria universal
3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer
4. Reducir la mortalidad infantil
5. Mejorar la salud maternal
6. Combatir el VIH/SIDA
7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
8. Fomentar la asociación mundial para el desarrollo
Pese a la premisa de que un buen indicador permite tomar las decisiones de política sobre
diagnósticos más precisos, en este caso podría decirse que una buena decisión de política ha
generado el desarrollo de un indicador con un mayor nivel de precisión.
La gran dificultad que tienen los acuerdos vinculantes es, con frecuencia, la imposibilidad de
establecer metas de cumplimiento claras y alcanzables en el tiempo y en el espacio. Los ODM, aun
con las limitantes que puedan tener, han mostrado ser metas alcanzables, si existe una voluntad
política para el logro de estas. Convertir, como en el caso del Estado de Chiapas, México, el
cumplimiento de estos Objetivos (y sus respectivas metas) en orden constitucional, y
posteriormente implementar una estrategia de fortalecimiento de capacidades del personal de la
Secretaría de Hacienda para el cumplimiento de los ODM, muestra una clara voluntad y
emprendimiento por alcanzarlos.
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6. El Índice Multidimensional de Pobreza
El Índice Multidimensional de Pobreza IMP, trae consigo importantes avances a partir de: a) los
logros en materia de identificación y medición de otras dimensiones de pobreza tales como el IPC y
el IPH y b) las correctas decisiones en torno a políticas de reducción de pobreza, como lo fue, el
compromiso mundial en el logro de los ODM.
Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el IMP se configura como un meta indicador
de pobreza.
8 de los 10 indicadores que componen el IMP se encuentran directamente relacionados
con el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, principal estrategia global de lucha
contra la pobreza.
El IMP busca, en cada país, captar los datos con un nivel máximo de detalle, para lo cual
se vale de micro-datos de las encuestas nacionales, estrategia que reduce el sesgo que la
desigualdad pueda generar, ya que su presencia ya va incluida en los datos fuentes del
indicador.
El IMP tiene como base de análisis el hogar, aspecto que cobija las relaciones existentes
entre los diferentes miembros de este. Esto es realmente innovador con respecto a otras
mediciones donde la unidad de medición era el individuo.
Con respecto a los componentes, el índice no sólo se acerca cada vez más al concepto del
desarrollo humano, en tanto que las dimensiones principales son casi las mismas del IDH
sino que además incluye otros aspectos que le dan un mayor nivel de cobertura y
precisión.
Finalmente, el índice también es flexible con respecto a las modificaciones que los países
encuentren relevantes implementar para hacerlo más cercano a su contexto sin que su
esencia y comparabilidad se vean comprometidas.
Con respecto al cálculo, el IMP mide la cantidad de personas afectadas por privaciones
simultáneas tanto como el número de carencias que le afectan: incidencia e intensidad.
IPM H*A
La incidencia H, es la proporción de la población que es multidimensionalmente pobre. La
intensidad, A, representa la proporción de los indicadores donde, en promedio, los pobres están
sujetos a privaciones (PNUD 2010).
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7. Cada dimensión tiene el mismo peso dentro del indicador, así como cada indicador dentro de la
medición.
Dimensión Ponderación Indicador Ponderación
1/3 Mortalidad infantil 1/6
Salud
Nutrición 1/6
1/3 Escolaridad 1/6
Educación
Tasa bruta de matriculación (TBM) 1/6
1/3 Electricidad 1/18
Agua potable 1/18
Nivel de vida Alcantarillado 1/18
digno Tipo de piso 1/18
Existencia de bienes como radio, TV, 1/18
teléfono y otros.
Conclusiones
Lo que podemos observar al final es que ha habido importantes avances en el logro de una
medición de la pobreza que capture las verdaderas dimensiones de carencias. Carencias que de
forma directa afectan el avance hacia el mejoramiento de los niveles de desarrollo humano.
Ahora, si bien el IDH en sus inicios representó una importante innovación tanto en el concepto
como en la medición del desarrollo, hoy en día el IDH empieza a quedarse rezagado en términos
de la medición de las dimensiones más amplias del desarrollo humano, como son las libertades
políticas, el acceso a la información, la corrupción y la opción de disfrutar de un medio ambiente
saludable, entre otras.
Si bien aun no se logra una imagen precisa tanto del nivel de pobreza, como del nivel de desarrollo
humano, los últimos avances han tenido un importante impacto, no sólo en la comprensión del
fenómeno, sino, y esto último es lo más importante, nos brinda la posibilidad de diseñar estrategias
de intervención y políticas públicas más apropiadas. Cabe anotar no obstante, que cada nueva
herramienta de medición, como lo es el IMP, es susceptible de cambios a lo largo del tiempo para
ajustarlos cada vez más a las necesidades y exigencias que el contexto cambiante requiera.
Los ODM nos brindan hoy unas líneas claras en el cumplimiento de metas mínimas para la
superación de la pobreza multidimensional, pero hasta el momento no contamos con una
herramienta similar, tal como un acuerdo global vinculante, para el mejoramiento general del nivel
de desarrollo humano.
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8. Bibliografía
Gómez Buendía, Hernando. "Qué es y qué no es el desarrollo humano." Curso en debates actuales
del desarrollo humano. Edited by PNUD. Escuela Virtual para América Latina y el Caribe. Bogotá,
DC: PNUD, 2008.
PNUD. Definición y medición del desarrollo humano. Informe sobre Desarrollo Humano, PNUD,
Madrid: Mundiprensa Libros S.A., 1990.
PNUD. Desarrollo humano para erradicar la pobreza. Informe sobre desarrollo humano, Programa
de las Naciones UNidas para el Desarrollo, Madrid: Mundiprensa Libros S.A., 1997.
PNUD. Financiación del desarrollo humano. Informe sobre desarrollo humano, Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, Madrid: Mundiprensa Libros S.A., 1991.
PNUD. La lucha contra el cambio climático: solidaridad frente a un mundo dividido. Informe sobre
Desarrollo Humano, PNUD, Madrid: Mundiprensa Libros S.A., 2007.
PNUD. La verdadera riqueza de las naciones: Caminos al desarrollo humano. Informe sobre
desarrollo humano, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Madrid: Mundiprensa
Libros S.A, 2010.
PNUD. ¿Crecimiento económico para propriar el desarrollo humano? Informe sobre Desarrollo
Humano, PNUD, Madrid: Mundiprensa Libros S.A., 1996.
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