2. FUNCIÓN DE CONTACTO O FÁTICA
Para que la comunicación se realice debe haber un
contacto entre el emisor y el destinatario del mensaje.
La finalidad de algunos enunciados es precisamente
iniciar, mantener o dar por finalizado ese contacto; de ahí
que la función que prevalece en ellos reciba el nombre
de función de contacto.
EJEMPLOS:
¡Hola!; ¡Qué buen día!; ¿Me oyes?; ¡Hasta la vista!
3. FUNCIÓN EXPRESIVA O EMOTIVA
El lenguaje sirve también para manifestar el estado de
ánimo del hablante.
Puede decirse que la expresividad constituye un
componente casi constante del habla, particularmente,
cuando es espontánea.
EJEMPLO:
¡No te aguanto!; ¡ Hacerme esto a mí!; ¡Bravo!; ¡Ay, mísero
de mí…!
4. FUNCIÓN DIRECTIVA O CONATIVA
Los enunciados con función directiva o conativa pretenden
conseguir que el destinatario se comporte de una
determinada manera.
Predomina esta función en acciones como las de llamar a
alguien, por lo que recibe también el nombre de apelativa.
5. EJEMPLOS:
Pedir cosas Acércame la jarra, por favor
¿Me podría poner con su secretario?
Ordenar Acompáñame
Prohibir Aquí no se puede hablar
Aconsejar Deberías decírselo a tu novio
6. FUNCIÓN INFORMATIVA O
REPRESENTATIVA
En los enunciados informativos existe la intención de hacer saber a
alguien algo nuevo, de forma que cuando los actos de habla
caracterizados por esta función tienen éxito (es decir, son
satisfactorios), el destinatario modifica sus conocimientos sobre un
determinado asunto.
EJEMPLO:
El avión llega con mucho retraso.
He olvidado el cuaderno.
7. FUNCIÓN METALINGUÍSTICA
Es cuando la información se refiere al propio lenguaje:
EJEMPLO:
¿Qué significa gnomo?; “Los gnomos” es el conjunto de la
oración.
8. FUNCIÓN ESTÉTICA O POÉTICA
El emisor pretende atraer la atención del receptor hacia la propia
forma del mensaje.
En los textos literarios predomina esta función, que recibe el
nombre de estética o poética; pero no es exclusiva de ellos, sino
que también aparece en la publicidad, los chistes o los
trabalenguas.
EJEMPLO:
Callan las cuerdas
La música sabía
lo que yo siento.
(Jorge Luis Borges)