El rey convocó un concurso para pintar la imagen de la paz perfecta. Dos pinturas fueron seleccionadas: la primera mostraba un lago tranquilo con montañas y cielo azul, mientras que la segunda mostraba montañas escarpadas con una tormenta. Aunque la segunda pintura no parecía pacífica, el rey la eligió porque descubrió un nido con un ave empollando tranquilamente a pesar de la tormenta, lo que le hizo entender que la paz depende del corazón y no de las circunst
2. El cuento de la paz
En cierta ocasión, un
rey, mediante decreto
emanado de su
autoridad, decidió
otorgar un generoso
premio a aquel artista
que lograra retratar en
una pintura la imagen de
la paz perfecta
3. Numerosos artistas
acudieron al concurso
real, y de las cien
pinturas que se habían
presentado, finalmente el
rey seleccionó a dos de
ellas y de las cuales solo
una se haría acreedora
del codiciado premio y
ostentaría el honor de
4. La primera era
un lago muy
tranquilo. Este
lago era un
espejo perfecto
donde se
reflejaban unas
placidas
montañas que
lo rodeaban.
Sobre estas se
encontraba un
cielo muy azul
con tenues
nubes blancas.
5. igualmente a algunas montañas pero, a
diferencia de la primera, éstas eran
escarpadas y sus contornos tortuosos
y agudos. El cielo no era diáfano sino
que se encontraba densamente
cubierto de oscuras nubes de las
cuales caía una intensa tempestad en
medio de rayos y truenos.
6. Cuando el rey comenzó
a escudriñar la
pintura, pudo descubrir
en un pequeño arbusto
la presencia de un nido
en el cual un ave se
encontraba muy calma
empollando su cría sin
inquietarse siquiera por
la tempestad
8. El rey seleccionó esta
pintura y le otorgó a su
autor el premio
acordado y el alto
honor de haber retratado
la paz ºperfecta
9. Uno de los
jueces, sorprendido por
la elección del rey, quiso
saber cuál era el
fundamento de su
decisión ya que, según la
opinión común, ningún
elemento de aquel
cuadro parecía sugerir la
imagen de la paz
perfecta.
10. El rey reflexionó de este modo:
PAZ "La paz perfecta no depende
de las circunstancias
exteriores, sino de nuestro
corazón que aún, en
circunstancias extremas y
difíciles es capaz de
permanecer sosegado y
apacible”.
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