La raíz crece bajo tierra y tiene dos funciones: sostener la planta y absorber agua y sales minerales de la tierra. El tallo suele crecer por encima del suelo para sujetar las hojas y flores, y transportar agua y sales minerales de la raíz a las hojas. Las hojas están formadas por una lámina plana llamada limbo unida a la rama por un peciolo, y sirven para elaborar el alimento de la planta.