1. CAPERUCITA ROJA
Resumen del cuento
Grabado de Doré que ilustra al lobo feroz disfrazado de abuelita
Caperucita era una niña que quería mucho a su abuelita, y un día su madre le dio una cesta llena de
comida para que llevara la merienda a la abuelita por que estaba enferma, que vivía en una casa en el
bosque.
La madre le advirtió que mientras estuviera en el bosque no se apartara del camino, y que no se
entretuviera. Caperucita, obediente, se fue a casa de la abuelita haciendo como le había dicho su
madre.
Cuando ya estaba en el bosque, se encontró con el lobo, quien le preguntó hacia dónde iba.
Caperucita le contestó que a casa de su abuelita, que estaba enferma, a llevarle una merienda; y le
dijo todo lo que llevaba en la cesta.
Entonces el lobo retó a Caperucita a correr una carrera hacia la anciana. Le dijo que había dos
caminos, uno largo y uno corto. Le afirmó a Caperucita que dejaría que ella tomara el corto y que él
tomaría el largo, pero el muy astuto le enseñó los caminos al revés y Caperucita, sin saberlo, tomó el
camino largo. El lobo, que obviamente llegó antes a la casa, se hizo pasar por Caperucita y ante la
puerta preguntó si podía pasar. La abuela le dijo que pasara, que la puerta estaba abierta, el lobo
entró y se comió a la abuela de un solo bocado, se puso la ropa para hacerse pasar por ella y se
metió en la cama a esperar a Caperucita. Mientras, Caperucita, olvidando lo que le había dicho su
madre, aún estaba en el bosque recogiendo flores por el camino largo.
Una vez que Caperucita llegó a la casa, empezó a hablar con quien creía que era la abuelita (que en
realidad era el lobo)
C - ¡Qué ojos más grandes tienes!
L - ¡Para verte mejor!
C - ¡Qué orejas más grandes tienes!
L - ¡Para oírte mejor!
C - ¡Qué manos más grandes tienes!
L - ¡Para abrazarte mejor!
C - ¡Qué nariz más grande tienes!
L - ¡Para olerte mejor!
C - ¡Y qué dientes más grandes tienes!.
L - ¡Para comerte mejor!
Diálogo entre Caperucita y el lobo
2. Caperucita de Charles Perrault
Perrault fue el primero que recogió esta historia y la incluyó en un volumen de cuentos
(1697), en el que destacaba sobre los otros por ser, más que un cuento, una leyenda
bastante cruel, destinada a prevenir a las niñas de encuentros con desconocidos, y cuyo
ámbito territorial no iba más allá de la región del Loira, la mitad norte de los Alpes y el
Tirol.
Al igual que en el resto de sus cuentos, quiso dar una lección moral a los jóvenes que
entablan relaciones con desconocidos.
Caperucita de los hermanos Grimm
Ilustración inglesa de BJZ, imprenta Kronheim & Co., 1868, para una edición neerlandesa.
En 1812, los hermanos Grimm (escritores Jacob Grimm y Wilhelm Grimm hermanos
alemanes célebres por sus cuentos para niños) , dieron otra vuelta de tuerca a la historia.
Retomaron el cuento, y escribieron una nueva versión, que fue la que hizo que Caperucita
fuera conocida casi universalmente, y que, aún hoy en día, es la más leída.
En la colección de cuentos de los Hermanos Grimm, Caperucita Roja (Rothkäppchen) es el
n.º 26.2
En contra de lo que se pueda pensar, los hermanos Grimm no se limitaron a transcribir
palabra por palabra la tradición oral. Partieron de tres fuentes: la primera, el cuento de
Perrault de 1697; la segunda, una versión oral de una chica que había tenido acceso a una
buena educación, y que, por tanto, es probable que conociera el escrito de Perrault; y la
tercera, una obra escrita en 1800 por el autor Ludwig Tieck, "Leben und Tod des kleinen
Rotkäppchens: eine Tragödie" ("Vida y muerte de la pequeña Caperucita Roja. Una
tragedia"), en la que se introduce la figura del leñador, que salva a la niña y a su abuelita.
Los hermanos Grimm añadieron un final feliz para el cuento, tal y como solían tener los
cuentos de la época.
Propusieron un final alternativo, en el que un momento antes de que el lobo se coma a
Caperucita, ella grita y un leñador que estaba cerca, rescata a la niña, mata al lobo, le abre
la panza y saca a la abuelita, milagrosamente viva.
Otra versión que también se le adjudica a los hermanos Grimm es la en que la abuelita, en
un alarde de valor y heroísmo, salva a su nieta y a sí misma sin ayuda alguna. Este segundo
final enlaza con la tradición italiana del cuento, en la que la mujer sabe arreglárselas sola
ante la amenaza del peligro.