El documento discute el estado actual del estudio de la filosofía española. Argumenta que la filosofía española no ha sido estudiada de manera rigurosa y necesita criterios claros para delimitar su campo. También destaca algunos de los principales filósofos españoles como Unamuno, Ortega y Gasset y García Morente, y resume brevemente sus ideas y contribuciones filosóficas.
1. 3. FILOSOFIA ESPAÑOLA (XlX – XX d.c.):
La filosofía española es una tarea que, de forma rigurosa, creemos que aún está
por hacer. En sentido denotativo, provenga de la imposibilidad de abordar tal
proyecto sin unos sólidos criterios delimitadores previos.
Limitarse, por ejemplo, a ir estudiando sencillamente la utilización emic de los
conceptos titulares, «Historia de la filosofía española», por parte de los distintos
autores, conducirá a la mayor confusión e indistinción, pues «Historia de la
filosofía española» ―NUNCA HA TENIDO UN SENTIDO UNÍVOCO SINO
MULTÍVOCO”.
En este sentido reivindicamos la utilidad de una sistematización tipológica como la
que hemos desarrollado en nuestro artículo arriba mencionado, como herramienta
sólida imprescindible para poder roturar el campo.
El estudio de la Historia de la Historia de la filosofía española creemos que tiene
que hacerse desde una doble perspectiva ética. La filosofía en España, que ya
tuvo antecedentes ilustres durante Imperio romano, como es el caso de Lucio
Séneca, surge, fuera ya de los planteamientos netamente latinos, durante
el nacimiento del reino visigodo, en el siglo VI.
En este sentido la primacía la tuvo la llamada "Escuela de Sevilla" donde
sobresalieron varios grandes pensadores como San Leandro y, sobre todo, San
Isidoro de Sevilla, entre mediados del siglo VI y principios del VII. San Julián
supuso, en este sentido, la culminación de esta generación de pensadores
visigodos.
La filosofía española como problema. El carácter histórico de la filosofía. La
especificidad de la filosofía española. Estado actual de la cuestión.
La filosofía hispano-árabe. Avempace: de la moral del sabio al ideal de vida del
"solitario". Metafísica y antropología en IbnTufayl. La culminación de la filosofía
árabe en Averroes: La doctrina del intelecto; ética y política.
La filosofía hispano-judía. IbnGabirol: el concepto de materia universal; el
misticismo teológico. Maimónides: el intento de síntesis filosófico-religiosa; claves
de la hermenéutica bíblica
1993 fue también una fecha señalada para la filosofía española. En ese año puede
considerarse definitivamente constituido el núcleo inicial de la Escuela de Madrid
(García Morente, Zubiri y Gaos), que tendrá su asiento institucional en la Facultad
de Filosofía y Letras de esta ciudad, aunque en estrecha conexión también con el
área de influencia cultural de Ortega (prensa, revistas, colecciones, órganos
políticos, etc.). Entre ese año y 1936 se sitúa el periodo de máxima vigencia de la
misma, unos años de gran actividad en los que hay que ir añadiendo a los
anteriores los nombres de Luis Recasens Siches, María Zambrano, Joaquín Xirau,
Julián Marías.
Este impresionante grupo de intelectuales dio lugar a una extensa producción
filosófica, escrita fuera de España, que constituye una parte esencial del
pensamiento español contemporáneo, y que no siempre se ha tenido
suficientemente en cuenta (a pesar de los esfuerzos de los magníficos
especialistas en filosofía española). Basta echar un vistazo a la amplia lista de sus
obras y a la limitada de las que están efectivamente disponibles en edición
española para hacerse cargo de la exactitud de esta apreciación.
6.1. Miguel de Unamuno y Jugo (1864 – 1936 d.c.):
2. Nacido en la calle Ronda del Casco Viejo de Bilbao el 29 de septiembre de 1864 y
murió en Salamanca el 31 de diciembre de 1936, filósofo y escritor español, En su
obra cultivó gran variedad de géneros literarios. Es considerado uno de los
precursores del movimiento filosófico existencialista.
“LA FILOSOFÍA DE UNAMUNO NO FUE UNA FILOSOFÍA SISTEMÁTICA, SINO
UNA NEGACIÓN DE CUALQUIER SISTEMA Y UNA AFIRMACIÓN DE FE «EN
SÍ MISMA», IMPREGNA TODA SU PRODUCCIÓN”.
Se formó intelectualmente bajo el racionalismo y el positivismo. Durante la época
de su juventud, escribió artículos en los cuales se apreciaba claramente su
simpatía por el socialismo, y tenía una gran preocupación por la situación en la
que se encontraba España.
La influencia de algunos filósofos como Adolf von Harnack provocó el rechazo de
Unamuno por el racionalismo. Tal abandono queda de manifiesto en su obra San
Manuel Bueno, mártir, donde la metáfora de la nieve cayendo sobre el lago ilustra
su postura en favor de la fe —la montaña sobre la cual la nieve crea formas,
paisajes, frente al lago, donde ésta se disuelve y se transforma en nada—.
Para él la muerte es algo definitivo, la vida acaba. Sin embargo, pensaba que la
creencia de que nuestra mente sobrevive a la muerte es necesaria para poder
vivir. Desde luego, se necesita creer en un Dios, tener fe, lo cual no es racional;
así siempre hay conflicto interior entre la necesidad de la fe y la razón que niega
tal fe. Es considerado uno de los predecesores de la escuela existencialista que,
varias décadas después, encontraría su auge en el pensamiento europeo. Así
estudió danés para leer directamente a Søren Kierkegaard (1813–1855), a quien
en sus obras solía llamar, en su peculiar y cordial estilo, «hermano».
Esta preocupación por España (que reflejó en su frase ―¡Me duele España!‖) se
manifiesta en sus ensayos recogidos en sus libros En torno al casticismo (1895),
Vida de Don Quijote y Sancho (1905), donde hace del libro cervantino la expresión
máxima de la escuela española y permanente modelo de idealismo, y Por tierras
de Portugal y España (1911). También son frecuentes los poemas dedicados a
exaltar las tierras de Castilla, considerada la médula de España.
Más tarde, la influencia de filósofos como Arthur Schopenhauer, Adolf von
Harnack o Søren Kierkegaard, entre otros, y una crisis personal (cuando contaba
33 años) contribuyeron a que rechazara el racionalismo, al que contrapuso la
necesidad de una creencia voluntarista de Dios y la consideración del carácter
existencial de los hechos. Sus meditaciones (desde una óptica vitalista que
anticipa el existencialismo) sobre el sentido de la vida humana, en el que juegan
un papel fundamental la idea de la inmortalidad (que daría sentido a la existencia
humana) y de un dios (que debe ser el sostén del hombre), son un enfrentamiento
entre su razón, que le lleva al escepticismo, y su corazón, que necesita
desesperadamente de Dios. Aunque sus dos grandes obras sobre estos temas
son Del sentimiento trágico de la vida (1913) y La agonía del cristianismo (1925),
toda su producción literaria está impregnada de esas preocupaciones.
Acuña el germen de la angustia, la soledad, la historia, la vida, la cultura, y se
lanza a la búsqueda de una respuesta siempre inacabada de la existencia y de la
patria.
6.2. José Ortega y Gasset (1883 – 1955 d.c.):
3. Nacido en una familia madrileña acomodada perteneciente al círculo de la alta
burguesía del lugar, nació en Madrid el 9 de mayo de 1883 y murió en Madrid el
18 de octubre de 1955, fue un filósofo y ensayista español, exponente principal de
la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica, situado en el movimiento
del Novecentismo.
Con la frase "YO SOY YO Y MI CIRCUNSTANCIA" Ortega insiste en lo que está
en torno al hombre, todo lo que le rodea, no sólo lo inmediato, sino lo remoto; no
solo lo físico, sino lo histórico, lo espiritual.
El hombre, según Ortega, es el problema de la vida, y entiende por vida algo
concreto, incomparable, único: "la vida es lo individual"; es decir, yo en el mundo;
y ese mundo no es propiamente una cosa o una suma de ellas, sino un escenario,
porque la vida es tragedia o drama, algo que el hombre hace y le pasa con las
cosas. Vivir es tratar con el mundo, dirigirse a él, actuar en él, ocuparse de él. En
otros términos, la realidad circundante "forma la otra mitad de mi persona". Y la
reimpresión de lo circundante es el destino radical y concreto de la persona
humana.
Intentara comprender la vida por medio de la razón pues la realidad primordial es,
pues, el yo, independientemente de las cosas.
La vida, como realidad dinámica, que siempre está en proceso de elaboración, es
una incesante fuente de problemas y cuestiones relevantes y obliga siempre, a
quien la vive, a ―saber a qué atenerse‖, a orientarse continuamente en sus
decisiones (―razón vital‖).
El objetivo de la Filosofía es encontrar el Ser Fundamental del mundo. Este "Ser
Fundamental" es radicalmente distinto a cualquier ser contingente o intramundano;
y también es diferente a "lo dado" (expresión con la que Ortega se refería a los
contenidos de nuestra conciencia = "lo dado" en nuestra conciencia).
Todo contenido de conciencia es, por definición, fragmentario, y no sirve para
ofrecer el sentido el mundo y de la existencia. Este sentido sólo se encuentra en el
"Ser Fundamental" o "El Todo". La Filosofía es el saber que se encarga de
aproximarnos a esta cuestión.
"Filosofía " en Ortega se encuentra unida a la palabra «circunstancia», que Ortega
hace famosa en su expresión: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella
no me salvo yo». (Meditaciones del Quijote, 1914). Mantiene los principios
esenciales de su perspectivismo en periodos posteriores de su pensamiento.
A partir de El tema de nuestro tiempo desarrolla el «raciovitalismo», teoría que
funda el conocimiento en la vida humana como la realidad radical, uno de cuyos
componentes esenciales es la propia razón.
Para Ortega, la vida humana es la realidad radical, es decir, aquella en la que
aparece y surge toda otra realidad, incluyendo cualquier sistema filosófico, real o
posible. Para cada ser humano la vida toma una forma concreta.
Denomina «razón vital» a un nuevo tipo de razón —en rigor, el más antiguo y
primario—, y «raciovitalismo» al modo de pensar que se apoya en su nuevo
concepto de razón.
La razón vital es una razón que se va realizando constantemente en la vida a la
cual es inherente.
6.3. Manuel García Morente (1888 – 1942 d.c.):
4. Nació en Arjonilla, Jaén el 22 de abril de 1886 y murió en Madrid el 7 de diciembre
de 1942, fue un filósofoespañol.
Gran divulgador, traductor de destacadas obras del pensamiento europeo, filósofo
de cuño original, extraordinario profesor, gracias a su magisterio oral y escrito se
iniciaron en la filosofía, y aún hoy día lo siguen haciendo, multitud de promociones
universitarias españolas.
Su actividad docente, su pensamiento y su obra tendieron de forma notable a
intentar la renovación del pensamiento español durante las primeras décadas del
siglo XX.
En su obra de carácter más original, “GARCÍA MORENTE SE PLANTEÓ LA
DIFERENCIA ENTRE LAS IDEAS DE PROCESO Y DE PROGRESO.
PRETENDIÓ, ADEMÁS, SUPERAR LAS DIFERENCIAS ENTRE REALISMO E
IDEALISMO, PROPONIENDO UNA NUEVA SÍNTESIS DE AMPLIO ALCANCE
METAFÍSICO”.
En cuanto a su labor intelectual podemos distinguir dos periodos:
En una primera etapa representaba una posición intelectual atea, progresista,
comprometida con nuevas formas pedagógicas (Debido a la influencia de la
Institución Libre de Enseñanza).
Escribió diversas obras pero se destacan la filosofía de Kant, ensayos sobre el
progreso y Ensayo sobre la vida privada.
La segunda etapa está marcada por un hecho extraordinario, casi místico que le
aconteció en la guerra emigraría a Paris.
Cabe resaltar que parte de sus familiares habían fallecido en la guerra, algo que
sin duda debió marcarle.
En la madrugada del 29 al 30 de abril de 1937 experimento una singular
experiencia religiosa por la cual se convertiría al cristianismo.
A su regreso a España, tras desempeñar dos cátedras en Argentina se ordena
sacerdote católico, abriéndose su pensamiento a la influencia del tomismo. De
esta época son obras como Ideas de Hispanidad., la razón y fe en Santo Tomas
de Aquino y sobre todo lecciones preliminares de filosofía.
La idea de Dios llegó por primera vez a su cabeza: ¿sería un castigo de Dios? "La
primera vez que la idea «castigo de Dios» rozo mi mente fue cosa fugaz y
transitoria, en la que no paré mientes.
Pero por la noche la misma idea reapareció, y esta vez ya con claridad y
persistencia tales que hube de prestarle mayor atención.
Pero fue para mirarla, por decirlo así, despectivamente y rechazarla con un
movimiento de enojo, de orgullo intelectual y de soberbia humana. «No seas
idiota», me dije a mí mismo. Y el pensamiento volcó sobre la pobre ideíta,
humildita y buena, un montón rápido de representaciones filosóficas, científicas,
etc., que la ahogaron en ciernes".
En definitiva debemos reivindicar a García Morante como uno de los grandes
pensadores que dio España en el último siglo.
Importantes obras suyas fueron: Ensayos sobre el progreso (1932), Lecciones
preliminares de filosofía (1937), Idea de la hispanidad (1941) e Ideas para una
filosofía de la historia de España (1958).
6.4. Xavier ZubiriApalátegui (1898 – 1983 d.c.):
5. Nacido en San Sebastián (Guipúzcoa) el 4 de diciembre de 1898 y murió en
Madrid el 21 de septiembre de 1983, fue un filósofo y prologuistaespañol.
Con una notable incidencia de la tradición escolástica, así como un detallado
conocimiento de las aportaciones de la lógica y de la filosofía de las ciencias
contemporáneas, Zubiri desarrolló una amplia obra filosófica, en la que destacan
sus investigaciones ontológicas.
En sus primeras obras trató temas históricos, analizó ciertos aspectos de la física
contemporánea y planteó algunos rasgos de la que sería su filosofía de madurez,
centrada en el estudio de la esencia. A este periodo corresponderían Naturaleza,
Historia, Dios y Sobre la esencia.
Según Zubiri, es posible distinguir entre una ―filosofía primera‖, que se ocupa de la
realidad, de lo que ―es de suyo‖, anterior a toda forma de ser.
La realidad es, pues, fundamental: es el primer inteligible y se da como ―realidad
sentida‖.
Tras analizar el carácter de la realidad, Zubiri se embarcó en el estudio de temas y
en ámbitos tales como la antropología, la libertad y la voluntad.
El ser humano puede definirse como “ANIMAL DE REALIDADES” que posee una
―inteligencia sentiente‖: su función primera estriba en enfrentarse de un modo
sentiente con la realidad de las cosas.
Para Zubiri será, pues, necesario abordar el análisis de la intelección humana, que
es uno de los modos más eficaces que el hombre tiene de afrontar el mundo.
A este análisis dedicó los tres volúmenes de su gran trilogía Inteligencia sentiente:
Inteligencia y realidad, Inteligencia y logos e Inteligencia y razón. La inteligencia
permite que el ser humano realice la aprehensión primera de las cosas como
reales.
Esta aprehensión se expresa mediante el logos, que sólo supone una
manifestación lógica de las cosas reales, pero no equivale a su conocimiento.
El nivel de la razón es el nivel más importante de apertura a la realidad: permite
superar el mero entendimiento racional y llegar al conocimiento.
Mediante la razón se conoce de verdad lo que es la realidad y se alcanza el
sentido de la existencia humana como religada y abierta a la trascendencia.
Su pensamiento ha influido en algunos ámbitos de la filosofía española
contemporánea, gracias especialmente a las actividades realizadas por la
Fundación XavierZubiri, constituida en 1989 para la difusión de su obra.
Mediante la razón se conoce de verdad lo que es la realidad y se alcanza el
sentido de la existencia humana como religada y abierta a la trascendencia.
Su filosofía es de una gran originalidad, en ella destaca su elaboración de una
nueva idea de la realidad.
La realidad no es sinónimo de las cosas existentes sino que es lo presente en la
percepción como siendo algo propio de lo dado, es a lo que Zubiri llama "de suyo".
Ha ejercido gran influencia en la teología de la liberación y en las filosofías de la
praxis contemporánea.
Durante un tiempo, para sobrevivir, se dedicó con su esposa a la traducción de
textos: una de sus traducciones más conocidas fue la que realizó de la obra "¿Qué
es Metafísica?" de M. Heidegger.