3. El acoso Hay una modalidad de soledad, la soledad de la persona acosada.Vivimos en la era de la comunicación en tecnología. Toda clase de teléfonos, ordenadores, redes sociales... Sin embargo, me pregunto dónde está la comunicación que contenga humanidad. Sólo cuenta el protagonismo propio, sólo cuenta el clan al que se pertenece, mi gente, sólo cuenta los todos contra uno.
4. Esto se detecta desde el entorno escolar (bulling), el entorno laboral (mobbing), incluso en grupos familiares (la oveja negra), en toda clase de entornos, la lista sería interminable. El fenómeno de acoso está socavado, existe el concepto, pero no se desea apoyar al individuo que lo sufre, no se desea reconocer a la víctima. Si tú intentas buscar ayuda ante un acto de acoso laboral, prepárate para invertir en esfuerzos y gastos legales
5. Puedes intentar que te apoyen a nivel sindical pero nada obtendrás, por una sencilla razón: el acosador suele ser una persona con poder, un líder, tiene seguidores y nunca detractores. Normalmente, el acosado o acosada suele ser alguien sin apoyos, que está sólo o sola. Los acosadores saben muy bien que su víctima tiene que ser una persona débil y sin poder. Lamentablemente vivimos en la actualidad en una sociedad carente de ética.
6. Es posible que haya personas que hagan uso de ese valor, pero en general la ética es otro concepto. Vivimos entre conceptos, palabras vacías. Hipocresía y falsedad. El individuo que sufre acoso guarda silencio, se aísla, sufre con resignación e, incluso llega a pensar que lo merece, que es culpable de su situación, que no tiene derecho a nada. La autoestima llega a ser anulada por completo. Hay quien sufre depresiones e incurre en intentos de ¡suicidio! Pero nadie apoya al acosado. Incluso puede ser tachado de loco. Son imaginaciones tuyas, eres esquizoides. Es por esto por lo que la víctima de acoso se silencia a sí mismo. Verdaderamente es una terrible situación.
7. Sin embargo, sé que estoy sometida a ese acoso socavado al que me refiero, ese sutil, ese al que no se puede aludir ni tampoco eludir. No me considero una persona débil, soy profesionalmente todo lo competente que mi puesto exige, soy una persona sería y cumplidora. Con estos ingredientes salgo adelante, pero reconozco que lo estoy pasando mal, que me siento aislada, que sé que al mínimo fallo voy a ser duramente juzgada. Esto provoca en mí una gran frustración y presión al mismo tiempo.
8. reflexion Sólo está reflexión: Debería haber más justicia para evitar este tipo de situaciones. Y no deberíamos guardar silencio ante el acoso.