1. “El agua como derecho humano”
El agua no es un bien comercial, sino un bien público En la actualidad 1.200 millones de
personas tienen dificultad para acceder al agua potable. En los próximos 25 años, 2 de
cada 3 personas sufrirán serias dificultades acceder al agua que necesitan para vivir.
El agua es un derecho humano y no una mercancía
La defensa del agua es además la defensa de la vida, la dignidad y el reconocimiento de los
pueblos. Cada ocho segundos muere un niño o niña a causa de enfermedades
relacionadas con el agua, que serían prevenibles de tener acceso a agua potable y
saneamiento adecuado. Toda persona debería tener asegurado este derecho
fundamental.
En la actualidad, casi dos mil millones de personas viven en áreas de estrés hídrico y tres
mil millones no tienen agua corriente en las inmediaciones de sus viviendas. La situación
empeora conforme el mundo se queda sin agua limpia. Muchas comunidades alrededor
del mundo se enfrentan a los impactos del cambio climático y a la crisis global del agua.
El derecho humano al agua debería establecerse para que a nadie se le pueda negar el
agua para las necesidades básicas de la vida por la falta de posibilidad de pagar. Se trata
de prevenir que las corporaciones transnacionales hagan negocios multimillonarios con el
agua y de que no adquieran sobre esta derechos sin precedentes, como sucede de manera
alarmantemente creciente. Según el presidente boliviano Evo Morales, “el agua no debe
ser más un negocio privado, sino un derecho que el Estado da a sus pueblos”. En Bolivia
hay una larga tradición de defensa del agua por parte de la población. En opinión de quien
fuera embajador de Bolivia ante la ONU, Sr. Pablo Sólon, “la falta de acceso al agua limpia
es la más grande violación a los derechos humanos en el mundo".
Es importante codificar mediante leyes y tratados la obligación de los estados a proveer
agua en cantidad suficiente, calidad adecuada, accesible y asequible para toda su
población, lo que sirve de impedimento a quienes pretenden comerciar con el agua y
lucrarse con su acaparamiento.
La 3a. meta del 'objetivo 7' de los Objetivos de Desarrollo del Milenio es la 'sostenibilidad
ambiental', y reza: “reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso
sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento”.
2. “El agua como derecho humano: un triunfo de los pueblos”
La Asamblea General de las Naciones Unidas en su reunión del 28 de julio de 2010, aprobó
la resolución presentada por Bolivia para que el agua y el sanemiento fueran declaradas
un derecho humano.
El proyecto resalta la necesidad de que la comunidad internacional coopere para que la
humanidad tenga acceso al agua y al saneamiento. A partir del visto bueno de la ONU, se
instaba a los diferentes gobiernos a actuar en consecuencia para apoyar en todo sentido
programas que permitan a toda la humanidad acceso al recurso vital. La resolución tuvo
122 votos a favor, 41 abstenciones y 0 en contra.
Cabe destacar que algunos países europeos votaron a favor de la iniciativa: Alemania,
Bélgica, Francia, Italia, Portugal, Noruega, Suiza... La gran mayoría de los países del Sur
votaron a favor. Se abstuvieron, entre otros los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido,
Israel, Irlanda, Holanda, Japón, Korea, Austria, Australia, Polonia, Rumania, Croacia.
De acuerdo con estudios realizados por la ONU, en el mundo, al menos 884 millones de
personas carecen de agua limpia y 2.500 millones sólo pueden acceder a ésta a más de
tres kilómetros de distancia de sus hogares. El estudio indica también que 2.700 millones
de personas carecen de servicios de saneamiento y otras 1.200 no cuentan con servicios
de limpieza y de aseo, ni letrinas.
La resolución de la ONU es un gran triunfo de los pueblos y de todos las personas
comprometidas para que el agua sea de todos. Este triunfo es una muestra del sentido
que adquiere el trabajo de los grupos y movimientos sociales, y la necesidad de seguir
comprometiéndose por los derechos humanos y la defensa del medio ambiente.