1. Casa de los azulejos
"...Desde las puertas de la
Sorpresa
Hasta la esquina del Jockey
Club,
No hay española, yanqui o
francesa,
Ni mas bonita, ni más francesa.
Que la Duquesa del Duque
Job...“
2. Los azulejos es un palacio ubicado en el centro histórico de
la Ciudad de México construido durante la época colonial.
Es conocido por este nombre debido a su cubierta de
azulejos de talavera poblana que recubren completamente la
fachada exterior del edificio, haciendo de esta obra una de
las más bellas joyas del arte barroco novohispano que nos
ofrece una espectacular portada que da a una de las calles
más reputadas del Centro Histórico: Madero, antigua calle de
plateros o san Francisco, según se prefiera tomar uno de los
senderos de nuestra historia: la mercantil o la religiosa.
Contexto
3. Durante el periodo colonial fue la residencia
principal de los Condes del Valle de
Orizaba, cuyo aspecto actual, como hasta
ahora se le conoce, fue ordenado por uno
de sus descendientes. Fue habitado por la
familia del Conde hasta recién consumada
la Independencia de México, incluyendo
hasta los primeros comienzos del Siglo XIX,
cuando la propiedad es adquirida por varios
personajes destacados hasta cambiar de
uso residencial, que es cuando el inmueble
llega a convertirse en la sede del conocido
Jockey Club de México, y posteriormente y
por un breve periodo en la Casa del Obrero
Mundial. Actualmente es ocupada por una
cadena conocida de restaurantes
mexicanos. Hoy el edificio constituye uno
de los principales símbolos de la ciudad, y
así mismo, es uno de los principales puntos
turísticos y de referencia de sus habitantes.
5. Se sabe que el edificio original ya existía desde
el siglo XVI, y que en realidad se encuentra
conformado por la unión de dos casonas de las
cuales, la que se ubicaba hacia el Sur, en un
principio pertenecía junto a la llamada Plazuela
de Guardiola a un señor de nombre Damián
Martínez. Dichas propiedades se ubicaban, la
ya mencionada en la transitada Calle de
Plateros, exactamente frente al Convento de
San Francisco el Grande de la Ciudad de
México, y la otra, del lado Norte, daba hacia el
angosto Callejón de la Condesa.
De la historia de la primera casa como ya se
mencionó, siendo dueño Don Damián y
viéndose en apuros económicos, se ven en la
necesidad de vender ésta y plazuela anexa a
otro señor de nombre Diego Suárez de Peredo
en el año de 1596. Éste señor al enviudar, se
retiró a la orden religiosa de los franciscanos
quienes tenían ya para ese entonces el
convento ubicado en la ciudad de Zacatecas,
dejando así la propiedad en manos de su hija,
quien se casó con el Segundo Conde del Valle
de Orizaba de nombre Luis de Vivero.
6. Las casas que se unieron por acuerdo
matrimonial de dos familias criollas
novohispanas: Graciana Suárez Peredo y el
Segundo Conde del Valle Orizaba, se
transformo gracias a Ella, una mujer joven con
inmensa fortuna y el con posesión de un
importante título nobiliario.
Fue precisamente la Quinta condesa del Valle
de Orizaba quien mandó reconstruir la casona
después de muchas transformaciones,
convirtiéndola en todo un palacio, joya del
barroco mexicano de principios del siglo XVIII y
revistiendo sus fachadas con miles de azulejos
policromos fabricados Puebla.
Dicen que cuando terminó de vestir su exterior,
causó tanta admiración, que todos los
habitantes se concentraron a sus puertas para
verla. Desde entonces la gente llama a este
bello edificio: "La Casa de los Azulejos".
Pasadas algunas generaciones, se cuenta que
uno de los condes del Valle de Orizaba, tenia
un hijo que acostumbrado a vivir en la riqueza
y opulencia, solo pensaba en fiestas y
derroches; por lo que su padre, cansado de las
frecuentes reprimendas a su hijo sin tener
resultados, le lanzó un reto diciendo:
“Hijo, tú nunca irás lejos, ni harás Casa de
Azulejos“, haciendo referencia a que su hijo era
un bueno para nada.
Al joven heredero, esta frase le causo mella y
poco a poco cambió de vida, prometiendo
reconstruir la casa que su padre tenía por
imposible. Así que con el paso del tiempo, el
heredero cumplió lo ofrecido y reedificó aquel
“Palacio Azul” revistiéndolo de azulejos, para
convertirlo en la hoy famosa
“Casa de los Azulejos”.
8. La fachada principal, que da hacia la Calle
Francisco I. Madero se compone de un enorme
portón enmarcado por columnas y molduras
trabajadas en cantera labrada con imitación de
follaje, cuya pared se encuentra revestida de
azulejos; dicho portón se encuentra rematado
por un balcón, de dimensiones mayores a los
laterales, cuyas columnas y molduras se
encuentran trabajadas también en cantera, de
igual forma con imitación de follaje; consta el
balcón de un barandal de hierro forjado
sujetado al remate en cantera de las columnas
que enmarca el portón, y de igual forma las
paredes se encuentran revestidas de azulejos.
Fachada
Fachada exterior del
edificio Área de cantera:
298.46 m2 Área de
cerámica: 924.74 m2
Total: 1,223.30 m2)
9. El remate del balcón lo conforma un nicho
coronado por un pequeño frontón triangular,
también trabajado en cantera con imitación de
follaje, con roleos y molduras curvas a los lados
que descansan en pináculos que se encuentran
realizados en talavera, el pretil que sirve como
remate se haya cubierto por azulejos. Se puede
decir que la fachada de la calle 5 de mayo es
sobreviviente de las transformaciones del
tiempo, ya que le fueron suprimidos más de 90
metros cuadrados cuando se abrió dicha calle a
principios del siglo XX por orden del General
Porfirio Díaz.
Fachada
10. Mucho del interior barroco construido en
aquella época sobrevive a pesar de haber
sufrido varias modificaciones para adaptarlo
a variados usos: barandales de cobre,
algunos de manufactura china y otros
mexicanos; los guardapolvos de azulejo de
las escaleras; las columnas churriguerescas
de cantera del patio principal con su
influencia mudéjar que, como ya se hizo
mención, fue adaptado para su uso como
patio del restaurante destacando sus
esbeltas y grandes columnas estriadas
intercalando un saliente de follaje trabajo en
la cantera. Dichas columnas sostienen las
vigas de madera de los corredores y
columnas del segundo piso; también se
observa la fuente con remates de mosaicos
y los remates de porcelana francesa del
techo.
Interiores
12. Otro de los elementos que destaca es la
escalera, de la cual los guardapolvos,
tableros y lambrines se encuentran también
recubiertos de azulejos, así como el techo
de la misma, en la que destacan los
azulejos entre las pesadas viguerías.
No menos dignos de atención, son los
salones ubicados en el primer nivel, uno de
ellos, el que corresponde al salón principal
del Jockey Club, el cual fue restaurado,
recobrando los trabajos de las molduras y
yeserías tanto de las paredes como del
techo. Así también, destaca el elevador,
uno de los primeros en la ciudad.
15. Por su importancia y ubicación estratégica,
el inmueble participó de varios sucesos
históricos: aparece en la acuarela que
retrata la entrada de Iturbide en 1821 con el
Ejército Trigarante; fue escenario del
asesinato de uno de los descendientes de
don Rodrigo durante el Motín de la
Acordada (asesino que públicamente fue
ejecutado enfrente, en la Plaza Guardiola);
en el porfiriato 1881 fue arrendada la planta
alta al "Jockey Club" (al que Gutiérrez
Nájera dedicó un largo poema) y la planta
baja a una exclusiva tienda de ropa para
dama hasta el año 1914, año en el cual,
debido a que los Porfiristas habían brindado
un banquete a Victoriano Huerta,
celebrando el asesinato de Francisco I
Madero después de la Decena trágica, el
presidente Venustiano Carranza, indignado
les arrebato la propiedad en 1915,
entregándola para que pudiese ser ocupada
por la casa del Obrero.
16. Durante la Revolución Mexicana fue sede
de la Casa del Obrero Mundial y
propagandista del muralismo mexicano (en
la pared que lleva al segundo nivel se hallan
los murales Omnisciencia, de José
Clemente Orozco, y Pavorreales, del artista
europeo Pacologue). Después de un breve
tiempo el dueño original, Francisco Yturbe,
logró recuperarla antes de que los talleres y
mítines obreros acabaran con ella.
En 1917, un americano visionario y
emprendedor que tenía un importante
negocio de droguerías y fuente de sodas
llamado "Sanborns Bros. S.A.", vió en los
azulejos la continuidad de su negocio y la
oportunidad de expansión así se inauguró el
restaurante Sanborns, propiedad de los
hermanos Walter y Frank: desde entonces,
los azulejos, la cantera labrada, los
barandales de hierro forjado, los
guardapolvos revestidos de talavera, las
columnas, vigas de madera y el elevador
han sido anfitriones de una larga lista de
comensales sobre los que bien valdría hacer
una larga historia."..
18. Para el 9 de febrero de 1931 el edifico es
declarado como monumento nacional de
México, asegurando preservar el inmueble
como una hermosa muestra del patrimonio
Nacional.
En los años setentas cuando el edificio fue
adquirido por la cadena Sanborn's a la
entonces dueña, la señora Corina de Yturbe
decide que el palacio recibiera una
reestructuración, ya que el inmueble había
sido dañado por los sismos y por el
asentamiento de los edificios circundantes.
En años pasados se logró restaurar en el
segundo nivel el salón original del Jockey
Club, rescatando sus colores originales.
19. La Casa de los Azulejos se encuentra en la
lista de Monumentos Históricos del
InstitutoNacional de Antropología e Historia
(INAH) así como dentro del perímetro A del
CentroHistórico, sitio inscrito en la lista de
Patrimonio de la Humanidad de la
UNESCO, por lo que cualquier trabajo de
intervención debe estar bajo supervisión de
peritos del INAH y con la asesoría del
Instituto de Investigaciones
Antropológicasde la UNAM máxima
autoridad en materia de deterioro y
conservación de materiales deconstrucción
en monumentos.
Lugar de tertulias, de fotos legendarias, de
vida cotidiana, el Sanborns de los Azulejos
ha sido testigo del paso de pintores,
escritores, actores, poetas, revolucionarios,
y de nosotros. Símbolo del ambiente
cosmopolita de la primera mitad del siglo
XX, en el XXI hay quienes afirman que la
mejor vista que queda hoy del centro
histórico es, sin duda, la del bar de los
Azulejos.
.
En Madero está la casa de los condes
del Valle de Orizaba, menos hermosa
que el Palacio de Iturbide, pero más
viva.
Su dueña decidió revestirla
enteramente de azulejos.
Hacer de la decoración interior del
baño o una cocina, el exterior de un
Palacio, es algo mas que un capricho.
Es una victoria de la pasión sobre el
llamado buen gusto. Un verdadero
strip-tease arquitectónico.
Octavio Paz
21. José Clemente Orozco (1883 - 1949),
fragmento mayor del mural "Omnisciencia",
1925, ubicado en la "Casa de los Azulejos",
calle Francisco I. Madero esquina Callejón
de la Condesa, Centro Histórico, Ciudad de
México.
José Clemente Orozco (n.23 de noviembre
de 1883 - m. 7 de septiembre de 1949),
muralista y litógrafo mexicano, nacido en
Zapotlán actual Ciudad Guzmán, Jalisco y
falleció en la Ciudad de México. Graduado
en la Escuela Nacional de Agricultura,
estudió más tarde matemáticas y dibujo
arquitectónico.