El documento resume las historias de tres miembros de Alcohólicos Anónimos, Rosa, Vidal y Marcos. Rosa comparte cómo terminó en AA después de un accidente automovilístico mientras conducía ebria. Vidal habla sobre cómo el alcoholismo afectó su matrimonio y familia. Marcos es el fundador del grupo local y enfatiza la efectividad del programa de los 12 pasos de AA.
1. FOTO: NEMESIO MÉNDEZ
Alcohólicos Anónimos, asociación que rescata a la gente de la sombra del alcohol.
Mi nombre es... y
soy alcohólico
Jorge Antonio Hernández Mata
“
Un jodido siempre busca a otro jodido para sentirse menos jodido”.
Estas palabras fueron las que Rosa compartió con nosotros el día en que decidió, contar
su historia. Fue muy breve y redundante, pero sin duda alguna con el mismo problema que
los otros 6.
Con 2 hijos y un esposo. Sale adelante sola. Las horas que pasa lavando y planchando
ajeno le sirven para el sustento de todos los días, se levanta muy temprano para darle de
comer a samanta y a la wera (sus mascotas), después de barrer la calle y platicar con doña
Antonia.
2. Caída la tarde, y finalizada su jornada laboral, Rosa regresa a su casa en la colonia Álvaro
Obregón # 113 detrás del museo del ferrocarril, se dedica a las labores domesticas que su
hogar le exige pero su mirada nunca pierde el sentido de las manecillas del reloj que apunta
alegremente 7:53 pm, siete minutos son el tiempo exacto que separan a Rosa de su hospital
particular.
24 horas, es la encomienda que noche a noche se proponen los del grupo, personas que
han pasado por la misma enfermedad que Rosa, personas que se ayudan entre sí para
mantenerse unidos, personas que deciden cambiar su manera de vivir para recuperar lo que
el Alcohol les ha quitado.
“El motivo de mí llegada a este grupo no es
más que venir a escucharlos, con el fin de rea-
lizar una crónica periodística, soy alumno de la
universidad José Vasconcelos, tengo 20 años,
estudio ciencias de la comunicación y soy ca-
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sado. Mi nombre es Jorge y soy alcohólico”.
En mi vida jamás pronuncie una frase tan hi-
pócrita para ser aceptado, he ido a lugares
espantosos con tal de agradar a alguien, he
comido cosas asquerosas y después decir es-
tuvo delicioso para quedar bien pero jamás me
había sentido como esa noche, sentía que en
realidad mentía y no porque no haya probado
alguna bebida alcohólica sino porque yo no me
considero alcohólico.
Cuando comenzó la sesión numero 5755 el
compañero Andrés nos leyó la carta de presen-
Alcoholismo, enfermedad que no entiende de
tación de Alcohólicos Anónimos que a su letra
edad, sexo o condición social.
dice: Alcohólicos Anónimos es una asociación
que intenta ayudar a otros enfermos que tienen problemas con su manera de beber, A.A.
no es una secta, no esta afiliado a ningún partido político ni religión, para pertenecer a A.A.
no se paga sólo se necesita el deseo de dejar la bebida. Después pidió que guardáramos
un minuto de silencio para meditar. Enseguida pidió a los compañeros que voluntariamente
pasara alguien a contar su historial, yo me encontraba hasta el fondo de la sala.
Era un lugar cerrado, con paredes de madera y techo de lámina, el color del cuarto ama-
rillo mostaza y en lugar de puerta existía una cortina azul rey, en las paredes todo estaba
cubierto de cuadros enmarcados con textos referentes al alcoholismo, enfrente estaba un
escritorio con un libro, una campana y papel higiénico, detrás del escritorio se encontraba
un pequeño anexo en donde había una estufa son un botellón de agua. La sala estaba divi-
dida por tres mesas rectangulares 2.5 metros de largo por 30 centímetros de ancho, eran un
poco raras pero muy acordes al tamaño de la sala, habían 12 sillas alrededor de las mesas
y sobre ellas, nescafé y azúcar.
3. Pero lo más importante se encontraba en la parte superior izquierda, una especie de púlpito
de metal con el logotipo de A.A grabado en el centro. Ahí es donde por vez primera pude
conocer un poco de la vida de Rosa.
Como si fuera una experta acerca del tema Rosa se subió al pulpito a iluminarnos contando
la historia de A.A de cómo surgió en 1935 con su génesis en Estados Unidos, para después
llegar a México en 1940 y finalmente a Oaxaca
por María Hester en 1969 fundando el primer
grupo de A.A. en el estado llamándose gru-
po San Francisco ubicado en Melchor Ocampo
#503, así como la intervención de Ángel Es-
pinoza locutor de la XEOA para la difusión del
movimiento en el estado.
Una historiadora era lo que yo veía en Rosa
esa pasión que sus ojos transmitían al con-
tar la conjunción de la psicología, psiquiatría
y religión que conforma a A.A. y tal vez si era
una experta del tema, por algo fue nombrada
la representante estatal del distrito Oaxaca en
2006.
FOTO: NEMESIO MÉNDEZ
Con todo este panorama acerca de alcohólicos
anónimos, yo quería saber de Rosa y no de
A.A, y poco a poco fue abordando temas de
su vida, nos reveló cosas de su intimidad como
ese complejo de inferioridad que tiene por ser A.A. una luz que se vislumbra en el camino
chica, negrita y pobre. de muchos alcóholicos.
Eso era lo que yo quería escuchar, que mostrara en realidad quien era, y la razón por la que
pertenece a este grupo, pero valla que tiene razones para estar aquí, (pensaba mientras la
escuchaba cada vez más.) Estuve en la cárcel por escandalosa, por pasarme los altos y
por haber chocado. Esa ultima experiencia fue la que me trajo a A.A. yo no creía en Dios
pero cuando choqué me quitaron el carro y me fui caminado a mi casa, quien diría que justo
frente a mi estaba éste grupo en el que ahora llevo 37 años.
Vidal
Al bajar del pulpito rosa, le siguió un señor de tez morena, de baja estatura, calvo, con una
camisa a cuadros azul, pantalón, negro y un reloj de metal que desentonaba su vestir, se
nombró Vidal y es adivinen qué Alcohólico, su historia era similar a la de rosa, pero a dife-
rencia de ella, él comenzó contando su vida.
4 años de noviazgo con su actual esposa, sirvieron para enamorarla, lo único que Vidal la-
menta es que su esposa sólo conocía una cara él, la cara de los regalos, el romanticismo,
las serenatas y sobretodo el respeto ya que en sus palabras el respetaba tanto a su esposa
que “no se comió la torta antes del recreo”.
4. Después del matrimonio le bastaron 2 años a su esposa para conocer la otra cara de Vidal,
por fin aquel hombre mostraba sus debilidades y sus miedos que durante 6 años se había
guardado, le confesó que ya no soportaba el rechazo de sus suegros, estaba cansado de
la forma en que lo han tratado desde que se casaron. El complejo de inferioridad rondaba
por su autoestima día con día, le confesó a su esposa que se ha sentido menos que ella por
ser de un pueblo y hablar una lengua indígena, cuando se reunían entre amigos inventaba
pretextos para no presentarse ya que según él, no estaba al nivel de las personas allegadas
a su esposa.
Era tanto el miedo de Vidal a la inferioridad que en sus hijos invirtió todo su dinero para su
educación, yo quería que mis hijos al ser universitarios se encontraran con gente de su nivel,
alguien que compartiera su mismo lenguaje, no a un vago o un rebelde. De pronto se olvidó
que la persona encargada de educar a los hijos era él y no sus profesores.
A los 30 años comencé a beber cada vez mas segui-
do pase de ser un bebedor social que se toma una o
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dos cervezas y se va a su casa a un bebedor problema
que se lleva hasta semanas en el alcohol afectando
a terceros. El alcohol cambia a las personas, cuando
yo bebía me sentía seguro, era capaz de entablar una
conversación hasta con el gobernador de ser posible,
pero sobrio volvía a ser un simple dueño de una tienda
de abarrotes.
Alcohólicos Anónimos es la parte de mi vida en la que
perfectamente puedo diferenciar el antes y el después.
Tengo 2 hijos uno es doctor y otro ingeniero industrial,
aquí es donde he aprendido a hablar en publico, aquí
es donde verdaderamente se quien soy, aquí es don-
de adquiero fuerzas para cumplir 24 horas, aquí es
donde me doy cuenta que estoy enfermo y que puedo
“Pasé de ser un bebedor social a un
curarme.
bebedor problema.”
Faltaba poco para que terminara la sesión y Vidal con esa practica que le han dado los años,
llevo su relato hacia una conclusión que a su estilo era la mejor para platicar su vida.
Tal vez no sea la persona mas rica o la mas intelectual, vendo chicles y carbón en mi tien-
dita, tal vez mi ropa y mis zapatos estén viejos, pero lo que también me hace falta es el
rechazo, y para mi eso es lo peor que puede existir en una familia, gracias a Dios mi familia
esta tranquila porque sabe que si salgo todas las noches es porque estoy aquí y saben que
voy a regresar.
Marcos.
La confianza viste más que cualquier traje. (Palacio de hierro)
5. Leía este slogan la mañana siguiente a mi primera sesión en el grupo, buscaba anuncios
para mi materia de comunicación gráfica, quién diría que me encontraría esa confianza
vestida con un traje la noche de mi segunda sesión en Alcohólicos Anónimos.
Héroe de Nacozari, es el nombre del grupo al que asisto, ubicado en la calle de Revolución
# 310 colonia Francisco I. Madero, nombre inspirado en la acción heroica de un hombre
que decidió salvar la vida de un pueblo llamado Nacozari al desviar del camino el tren que
se había quedado sin marcha para frenar arriesgando su vida y entregándola por el pueblo
en el cual había nacido 37 años atrás.
Marcos, fundador del grupo Héroe de Nacozari, cree que este grupo realiza una labor muy
heroica como la de aquel hombre de la historia, al salvar vidas de un monstruo muy grande
llamado alcoholismo.
Alcohólicos Anónimos tiene una efica-
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cia del 75% para curar a los enfermos
que a nivel nacional llegan a todas las
agrupaciones de A.A., para funda-
mentar su argumento, Marcos citó a la
revista El Líder, de 100 personas que
se integran a A.A. cincuenta se que-
dan en sus filas y cincuenta se van, de
esos cincuenta veinticinco regresan y
veinticinco se mueren.
22 de agosto de hace 23 años en la 75% de eficiencia de A.A. muchos de ellos se reincorpo-
Sierra Juárez se integra por primera ran a la vida familiar.
vez a A.A. Sus compañeros de gru-
po son campesinos por lo que él llega
altivo, soberbio, y sobretodo sin hablar de sus problemas sólo de los demás. La voz fuerte
que maneja Marcos y su mirada fija a mis ojos, connota una confianza que viste mucho más
que el traje que lleva puesto.
Marcos es de estatura mediana, moreno, canoso, pelo corto, su cara muestra algunas lí-
neas de expresión, su camisa es de color morado y sus zapatos muestran las huellas que el
lodo ha dejado en su calzado, en la sesión pasada mientras hablaban Rosa y Vidal, algunos
de los compañeros repartían café e incluso conversaban por ratos entre ellos pero cuando
Marcos tomo la palabra, era como si su sola presencia impusiera respeto, todos escucha-
ban atentos lo que él decía, nadie se movía de su lugar e incluso por primera vez Rosa se
quito su gorra, no creo que por respeto sino para que la gorra no le obstruyera la mirada
entre ella y Marcos.
Se dirigió a mi al iniciar su historia, y me dijo que le daba mucho gusto que los jóvenes se
interesaran por el grupo y que una noche no era suficiente para contarme todo lo que A.A.
había hecho en él. Pero que resumiría su historia en 5 puntos que más bien eran los puntos
centrales de los 12 pasos para la rehabilitación de un alcohólico.
Pensé que Marcos iba a caer en lo que Rosa mostro al principio de su historia y que no iba
a conocer la vida de Marcos pero su historia fue todo lo contrario a mis expectativas y más
aún cuando dos lagrimas brotaron de sus ojos cuando confeso que daría su vida por ver otra
6. vez a sus hijos de niños y poder jugar con ellos, enseñarles a andar en bicicleta y sobretodo
gastar el dinero que ganaba, en ellos, como no conmoverme al escuchar esa voz partida,
relatando que al mirar una foto de su pequeño manolo con su trusa rota por el uso, la rom-
pió para olvidarse que en ese tiempo nunca les compro nada a sus hijos para irse a beber
con sus amigos. Él decía que el dinero que se gastaba en el alcohol era el que le sobraba y
que su familia estaba bien, pero eran mentiras para cubrir las apariencias.
Al contar su historia Marcos nos hacia participes de sus sentimientos pero para él nosotros
éramos participes de su recuperación, y exhorta a cada momento a todos a ser firmes al
programa que para el si ha funcionado. Casi gritando expresaba que el programa si sirve los
que no servimos somos nosotros.
Fueron más de 60 minutos los que Marcos uti-
lizó para compartir su experiencia, ya no había
espacio para un segundo como es de costum-
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bre, pero a nadie parecía importarle lo que pa-
sara con el tiempo.
Enfatizó en sus estadísticas diciendo, el 5% de
los alcohólicos pertenecen al escuadrón de la
muerte, el 95% porciento restante esta en ofici-
nas, escuelas, hogares, religiones, grupos so-
ciales etc. Ellos son los verdaderos enfermos,
que causan un vacio en las personas que los
rodean, el alcohol es una enfermedad gradual
que la Organización Mundial de la Salud ca-
taloga al alcoholismo como una enfermedad
progresiva mortal.
“El que no se toma la primera copa no es Pareciera que me estaba convenciendo a for-
bebedor.” mar parte del grupo, si en algún momento sen-
tía esa hipocresía al decir que soy alcohólico,
ahora existían bases sólidas para decir que soy un alcohólico, pero yo no sería capaz de
contarle así de fácil mis problemas a otros. Claro que yo no juzgaba a Rosa, a Vidal ni a
Marcos de lo que en algún momento hicieron, incluso los respetaba por abrirse y contar sus
historias.
Marcos o quien sea que pertenezca a algún grupo de alcohólicos anónimos lleva consigo
una carga muy grande que es mantenerse sobrio, utilizando frases como “el que no se toma
la primera copa no es bebedor” y que incluso para algunos no signifique nada, pero para
los A.A. es una regla de vida y ahora mas que nunca los entiendo al decir... Sólo por el día
de hoy