1) Los discípulos se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado en su misión. 2) Jesús los invitó a un lugar tranquilo para descansar, pero la gente los siguió. 3) Al ver la multitud, Jesús sintió compasión y se puso a enseñarles durante mucho tiempo.
Messaggio della Consigliera per le Missioni_14 agosto 2021 por
Dom xvi. t.o. ciclo 'b'
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Lectio Divina
XVI Domingo, T.O. Ciclo ‘B’
Marcos ( 6, 30-34)
Los discípulos, enviados por Jesús para anunciar su Evangelio,
volvieron entusiasmados. Les faltaba tiempo para contar a su
Maestro todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús quiso
escucharlos con calma y los invitó «a ellos solos a un sitio
tranquilo, para que descansar un poco».
La gente estropeó su plan. De todas las aldeas corrieron a
buscarlos. No fue posible gozar de la tranquilidad a que había
proyectado Jesús a solas con sus discípulos más cercanos. Para
cuando llegaron, la muchedumbre los invadió. ¿Cómo reaccionó
Jesús?
El evangelista describió con detalle su actitud. A Jesús nunca le estorbó la gente.
Sabía mirar a las personas concretas; a las cercanas, a las sin voz, sin rostro y sin importancia
especial. Sentía compasión. No la podía evitar.
Nunca los abandonó Los «vio como ovejas sin pastor »: gentes sin guías para descubrir el
camino, sin profetas para escuchar la voz de Dios. Por eso, «se puso a enseñarles con calma»,
dedicándoles tiempo y atención para alimentarlos con su Palabra curadora. Estos versículos
nos muestran como Jesús formaba a sus discípulos. No se preocupaba sólo del contenido de la
predicación, sino que también del descanso. Los llevó a un lugar tranquilo para poder
descansar y hacer una revisión.
1 Reyes 22, 17 2 Crónicas 18, 16 Ezequiel 34, 5 Zacarías 10, 2 Mateo 9, 36
Seguimiento:
30. Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
31. Él les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era
tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
32. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
33. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a
aquel lugar y llegaron antes que ellos.
34. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran
como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
LEER: entender lo que dice el texto fijándose en cómo lo dice
Marcos acentúa el hecho de que al reunirse con Jesús, los apóstoles le contaron sus vivencias
en la misión “todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado”. “Todo” es todo.
Nada le ocultaban; todo se convirtió en tema de oración, el corazón se abrió sin tapujos.
Además, este “informe” –realizado en el diálogo fraterno- fue una expresión de la
“responsabilidad” que iba naciendo en los discípulos, al ir aprendiendo a misionar.
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Dos verbos que describen la misión apostólica: “hacer” y “enseñar”, La misión no consiste
solamente en “palabras”, sino también en “acciones” transformadoras que realizan lo que es
la predicación.
La enseñanza de los apóstoles tiene su raíz en la vida de Jesús y su acción corresponde
puntualmente al encargo recibido de “predicar la conversión” (ver 6,12) y de hacer acciones
liberadoras del mal y de restauración de las personas (“exorcismos y curaciones”, ver 6,13) .
Jesús simplemente escucha, acoge lo que los discípulos le presentan.
“Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían
enseñado (Mc 6, 30-32). Los llamó a un lugar solitario, para descansar un poco" Estos
versículos nos muestran como Jesús formaba a sus discípulos. No se preocupaba sólo del
contenido de la predicación, sino que también del descanso. Quiso que estuvieran en un lugar
tranquilo para poder descansar y hacer una revisión.
La gente percibió que Jesús había ido al otro lado del lago, y se fue detrás procurando
alcanzarle, andando por tierra,. “Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión por ella,
pues estaba como ovejas que sin su pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas”.
”Jesús quería descansar junto con los discípulos, pero la necesidad de la gente lo lleva a dejar
de lado el descanso. El Salmo 23 habla del pastor que es capaz de fortalecer a sus ovejas, de
llevarlas por el sendero recto; de procurarles descanso y reposo; de confortarlas; de
guiarlas “por sendas de justicia;” de acompañarlas y ofrecerles todo bien.
En primer lugar atiende a la gente que lo busca. Jesús se puso a enseñarles muchas cosas.
Marcos dice muchas veces que Jesús enseñaba. La gente quedaba impresionada: “¡Una nueva
enseñanza! ¡Dada con autoridad! ¡Diversa de los escribas!” (Mc 1,22.27). Enseñar era lo que
Jesús más hacía (Mc 2,13; 4,1-2; 6,34). Era su costumbre (Mc 10,1). Más de quince veces
Marcos dice que Jesús enseñaba, pero raramente dice lo que enseñaba.
¿Será que a Marcos no le interesa el contenido? ¡Depende de a qué se le llama contenido!
Enseñar no es sólo una cuestión de enseñar nuevas verdades a la gente. El contenido que Jesús
tenía para dar no se manifestaba sólo en las palabras, sino también en los gestos y en su
manera de relacionarse con las personas. El contenido no está nunca desligado de la persona
que lo comunica.
Jesús era una persona acogedora (Mc 6,34). Quería mucho a la gente. La bondad y el amor que
se desprendían de sus palabras formaban parte del contenido. Contenido bueno sin bondad es
como leche derramada. Esta nueva manera de enseñar de Jesús se manifestaba de muchas
maneras. Jesús acepta a sus discípulos; no solamente a los hombres, sino también a las
mujeres. Enseñó no sólo en la sinagoga, sino en cualquier lugar donde hubiera gente dispuesta
a escucharle: podrá ser la sinagoga, una casa, la playa, el monte, la llanura, el mismo camino,
el barco, el desierto.
Procuró no crear una relación de alumno-profesor, sino de discípulo a maestro. El profesor da
clases y el alumno está con él durante ese tiempo. El maestro da testimonio y el discípulo vive
con él muchas horas al día. ¡Es más difícil ser maestro que profesor!
Nosotros no somos alumnos de Jesús, ¡somos discípulos y discípulas! La enseñanza de Jesús
era una comunicación que desbordaba de la abundancia de su corazón en las formas más
variadas: como conversación que trata de esclarecer los hechos (Mc 9,9-13), como
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comparación que hace que la gente piense y participe (Mc 4,33), como explicación de lo que el
mismo hacía (Mc 7,17-23), como discusión que no huye de lo que es polémico (Mc 2,6-12),
como crítica que denuncia lo que es falso y equivocado (Mc 12,38-40). Era siempre un
testimonio de lo que él mismo vivía, ¡una expresión de su amor! (Mt 11,28-30).
MEDITAR: aplicar lo que dice el texto a nuestra vida
Marcos acentúa el hecho de que al reunirse con Jesús, los apóstoles le contaron sus vivencias
en la misión “todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado”. “Todo” es todo. Supone que
nada se le ocultaban; todo se convirtió en tema de oración, el corazón se abrió sin tapujos.
Además, este “informe” –realizado en el diálogo fraterno- fue una expresión de la
“responsabilidad” que iba naciendo en los discípulos, que iban aprendiendo a misionar.. Hay
dos verbos que describen la misión apostólica: “hacer” y “enseñar”, La misión no consiste
solamente en “palabras”, sino también en “acciones” transformadoras que realizan lo que es
la predicación. Se recuerda también que la enseñanza de los apóstoles tiene su raíz en la vida
de Jesús y que su acción corresponde puntualmente al encargo recibido de “predicar la
conversión” (ver 6,12) y de hacer acciones liberadoras del mal y de restauración de las
personas (“exorcismos y curaciones”, ver 6,13) . Jesús simplemente escucha, acoge lo que los
discípulos le presentan.
No es por casualidad que Marcos ha colocado la motivación principal del descanso: “Pues los
que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer” (v.31b). De aquí
podemos sacar dos lecciones sobre la vida del misionero, una en positivo y otra en negativo.
En positivo, el hecho que los discípulos no tengan tiempo “ni para comer”, en medio de la
multiplicidad de sus tareas, debería ser un motivo de orgullo (en el buen sentido), ya que así
le sucedía también al Maestro. El sentirse acosado por las tareas apostólica indique un buen
nivel de sintonía con Jesús. En negativo, y como ya se anotó antes, no es bueno dejarse
absorber por el “corre corre” apostólico.
En el equilibrio de vida hay que vencer dos tendencias erradas: (1) Perder nuestros
espacios. ¿Cómo asumir las cargas de la vida si no tenemos contacto con el Señor de la
Vida y si no tenemos espacios personales para hacer una apropiación del proyecto que él
tiene para nosotros? ¿Cómo hacer la obra de Dios si las fuerzas no se toman del mismo
Dios? ¿Qué hacer para que la oración no sea el entrar en un espacio cómodo que nos aleja
de los conflictos con los demás? ¿Qué hacer para que la comunión con Dios no sea un
evitar la comunión con los demás, sino más bien un prepararnos para ella?
Jesús tenía a Dios siempre en el centro de su ministerio, lo encontraba en la oración y también
en el campo de sus actividades. Por eso descendió de la barca y se encontró con la multitud
de gente. No se molestó ni se incomodó por ver invadida su intimidad, sino que más bien se
conmovió y los involucró, los hizo parte de su comunidad. Jesús “vio , “sintió compasión de
ellos”, y “se puso a enseñarles”. Hubo un movimiento interno en la persona de Jesús, que es
ejemplar para el discípulo y misionero: Captar la realidad; apropiársela; responder a ella.
Como estaban como ovejas sin pastor, Jesús actuó.. Una oveja sin pastor no encuentra el
camino., no tiene qué comer ni qué beber y no tiene quien la defienda frente a los peligros
que la acechan
¿Qué hace Jesús de particular con sus discípulos y con las multitudes? ¿A dónde apunta
todo su actuar? ¿Cuáles son los rasgos de Jesús Pastor más destacados? . ¿Cómo
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integrar en nuestra vida equilibradamente misión y oración, trabajo y descanso,
servicio a los de fuera y vida comunitaria con los dentro?
¿Qué nos enseñan las acciones de Jesús frente a la multitud? ¿Cómo aplicarlas en el
trabajo pastoral? ¿Cuál es el contenido teológico, espiritual y pastoral de la
“misericordia” de Jesús en este pasaje de este evangelio? ¿Qué papel juega la
“enseñanza” en la formación de una verdadera comunidad?
Saber descansar es un arte. Algunos piensan que basta con organizarse de manera inteligente
para disfrutar y divertirse. No es lo más acertado. Hay personas que regresan de vacaciones
con el espíritu maltrecho y el cuerpo más cansado que antes de irse por el ritmo acelerado
con el que vivieron sus vacaciones. Durante las vacaciones, el centro de gravedad se desplaza
del trabajo al aire libre. Hacer vacaciones es, sobre todo, liberarse de la dependencia y
sujeción del trabajo para vivir en la distensión y el descanso.
El trabajo es importante, pero no agota el sentido de nuestra existencia ni pone de
manifiesto su dimensión más fundamental y esperanzadora. Hemos de aprender a vivir de
manera gratuita y libre disfrutando del descanso, de la convivencia tranquila y del
contacto gozoso con la naturaleza.
ORAMOS nuestra vida desde este texto:
Padre Bueno: Gracias porque nos has dado en tu Hijo al Pastor que da su
vida.; haz que nos enseñemos a pastorear a nuestra comunidad. Que
aprendamos la lección que nos da siendo sensible a las necesidades de los
demás.
Que tengamos la capacidad para compadecernos. Que sepamos ser
compañer@ en la fe; que enseñemos más con las actitudes que con los
discursos, muchas veces lejanos de lu realidad. .¡Así sea!
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