Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
Rotulos_Primer Anuncio
1. “Todo primer anuncio ha de estar precedido, acompañado y seguido
por la caridad, pero además, él mismo ha de ser, en su mismo
enunciado, un acto de caridad. El imperativo primero de la vida de
seguimiento de Cristo es la tradición de la caridad: la inquietud por los
pobres, por los que sufren; la lucha por la justicia; el compromiso por
un mundo más humano. La caridad abre, hace posible y acredita el
anuncio explícito del Evangelio.
2. Mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar discípulos
misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen por
doquier, por desborde de gratitud y alegría, el don del encuentro con
Jesucristo. Al asumir este compromiso, la iglesia nos invita a atender
con más cuidado las distintas etapas de la evangelización,
especialmente el Primer Anuncio, la Iniciación Cristiana y la
maduración de la fe para llegar al encuentro con Jesucristo, la
conversión, el discipulado, la comunión y la misión
3. Primer Anuncio, una pasión que se desborda permanentemente, que
contagia, que prende fuego. Hay que vivirlo, soñarlo, irradiarlo. Se
siente dentro pero se vive fuera, en contacto con los demás. Es una
corriente que electriza, que se irradia, que se enciende al contacto con
quienes se acercan, para conducirlos a la fe. No se reduce a contenidos
doctrinales sino que abarca toda una serie de elementos constitutivos
de la pastoral con amplios horizontes que abarcan desde la acogida, el
entusiasmo, la alegría, el trato afectuoso, la confianza, la sinceridad,
la familiaridad, el interés por cada persona, el acompañamiento, la
docilidad, hasta la Palabra de Dios, la comunidad, la liturgia, el
compromiso cristiano de entrega a los demás.
4. La condición previa del Primer Anuncio es la vida del creyente pero no
como individuo solamente sino sobre todo, como comunidad cristiana:
el testimonio vivo de la comunidad es el paso fundamental para un
Primer Anuncio creíble.
5. El Primer Anuncio tiene la función de encender la llama de la fe, de la
fascinación por la persona de Jesús, suscitar el interés por conocerlo,
por hacerse discípulo suyo. Esta fue la vida que Don Bosco propició en
torno a sus jóvenes con la única meta de hacerlos felices en el tiempo y
en la eternidad.
6. “Con todo, hay que poner de relieve que la evangelización
contemporánea con los jóvenes debe adoptar con frecuencia un
carácter misionero más que el estrictamente catecumenal. En
realidad, la situación exige a menudo que la acción apostólica con los
jóvenes sea de índole humanizadora y misionera, como primer paso
necesario para que maduren unas disposiciones más favorables a la
acción estrictamente catequética.
7. Este Primer Anuncio se produce de muchas maneras: por el diálogo,
por el encuentro amistoso, por la acogida, son palabras y signos
humanos que tocan el corazón y lo abren; sin este anuncio primero es
imposible construir un cristiano, la fe no se apoya en nada. Pero es
Dios el que se acerca, es Dios el que abre, es Dios el que dispone el
corazón humano para escuchar su Palabra. Es algo que Dios hace, no
nosotros. Es la fuerza del amor que mueve a Don Bosco para inventar
mil formas de llegar a sus muchachos, porque él sabe que allí en sus
corazones ya está Dios presente, aunque no lo sepan.
8. El Primer Anuncio es algo esencial hoy. Gracias al Primer anuncio,
alguien se siente tocado por Jesucristo y empieza a desear conocerlo.
También los niños, en su despertar religioso, son destinatarios del
Primer Anuncio. Es necesario que ellos se sientan fascinados,
entusiasmados, antojados de conocer a Jesús antes de iniciar cualquier
acción catequística de Iniciación Cristiana.
9. “El primer anuncio tiene unas metodologías propias, distintas a las de
la catequesis y a las de la educación permanente en la fe. Las del
primer anuncio, son metodologías del nacimiento de la fe o
metodologías del despertar religioso, mientras que las de la catequesis
son metodologías de crecimiento en la fe como sucede en el proceso
catecumenal. La diferencia brota del propósito de cada una de estas
acciones. El primer anuncio tiene como propósito suscitar, convocar,
despertar; la catequesis busca iniciar, fundamentar, estructurar.
10. La “palabra al oído” es el símbolo más eficaz, con el acompañamiento
comunitario realizado en un ambiente impregnado de propuestas y de
valores, puede ser releída como estrategia del Primer Anuncio con la
condición que comprometa a quien la pronuncia a una coherencia con
el mensaje que proclama. De aquí la importancia de la presencia de los
consagrados y de las consagradas entre los jóvenes, presencia de por sí
“evangelizadora” . El testimonio vital, la relación interpersonal y el
diálogo preparan el corazón al Primer Anuncio.
11. «Cuando a este primer anuncio se le llama “primero”, eso no significa
que está al comienzo y después se olvida o se reemplaza por otros
contenidos que lo superan. Es el primero en un sentido cualitativo,
porque es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a
escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a
anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis, en todas
sus etapas y momentos».
12. Don Bosco, una acción integral que mira a la persona del joven desde
sus necesidades fundamentales, desde sus posibilidades de relación,
desde sus más profundas aspiraciones a la felicidad. Era otra época
ciertamente pero pareciera que Don Bosco intuyó qué era lo que
necesitaban sus jóvenes para encontrar realmente a Dios en su vida y
vivir para Él.