teología de la L.H.

1. Aproximación teológico-pastoral
Parte I

2.  Oficio Divino: Oficio, por ser una celebración cultual y
litúrgica; Divino, en honor de quien se realiza ese
servicio religioso.
 Liturgia de las Horas: Liturgia, por ser parte del
culto público de la iglesia (SC 83-101), pertenecer a
todo el cuerpo eclesial, manifestarlo e implicarlo (SC
26 OGLH 20); de las Horas, por ser esencialmente
oración destinada a santificar las horas del día y de la
noche, es decir, todo el tiempo (SC 84; OGLH 10).

3. Para los judíos hay tres momentos
de plegaria al día: el amanecer, el
mediodía y la tarde (Cf. Dan. 6,10;
Sal. 54, 18) Dt. 6, 4-9; 11, 13-21;
Num. 15, 37-41

4. Los evangelios nos presentan muchas veces a
Jesús en oración. Su oración:
a. introduce en la tierra el diálogo de amor
trinitario
b. Asume la palabra humana y los gestos
sociales como medio apto para la
comunicación con Dios
c. Establece la mediación única por la cual la
alabanza y la súplica del hombre llega
directamente al corazón de Dios

5. a) Pureza de intención: Mt. 6, 5-6
b) Unión de la mente con la voz: Mt. 15, 8
c) Confianza en el Padre celestial y brevedad
en las palabras: Mt. 6, 7-8. 25-32
d) Necesidad de la oración: Lc. 22, 40
e) Orar en su Nombre: Jn. 14, 13-14
f) Petición: Mt. 5, 44
g) Humildad: Lc. 18,9-14
h) Perseverancia: Lc. 11, 5-13

6. Jesús aceptó constantemente los designios del
Padre y así lo enseñó a sus discípulos: la
oración ha de contribuir a la INTEGRACIÓN
PROFUNDA del orante al plan divino de
salvación
El PADRENUESTRO

7. Los apóstoles, en nombre de
Jesús, enseñaron a orar y
organizaron en el Espíritu de
Jesús, la oración de las primeras
comunidades cristianas:
enseñaron a la Iglesia a orar al
Padre en Cristo bajo la acción del
Espíritu

8. Desde nuestro bautismo somos miembros del Cuerpo
de Cristo que es la Iglesia
Sólo a través de Cristo puede llegar nuestra oración al
Padre
“…cuando los fieles oran
junto con el sacerdote en la
forma establecida, entonces
es en verdad la voz de la
misma Esposa que habla al
Esposo; más aún, es la
oración de Cristo, con su
Cuerpo, al Padre” (S.C. 84)