2. Pensar como Jesús (Mt. 16, 23)
Sentir como Cristo (Fil. 2, 5)
Actuar como el Mesías (Jn. 13, 15)
3. Discipulado y Misión van de la
mano:
el discipulado se realiza NECESARIAMENTE en comunión con
los miembros de la Iglesia (Cf. Hch. 2, 47; 4, 32-37; Gal. 6, 10; 1
Tes. 4, 9ss.; 1 Pe. 2, 9).
“(…) Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en
nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.(…) yo en
ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo
conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me
has amado a mí”. (Jn. 17, 21.23)
4. De aquí se
desprende QUE EL
DISCÍPULO HA DE
TENER APERTURA
HACIA SUS
Hermanos DE
COMUNIDAD
1 Cor. 8, 9-10;
2 Cor. 9, 11-15;
5. Humildad: palpable a través del servicio,
la escucha y la obediencia
Celo por el hermano: evidenciada en la
corrección fraterna, el testimonio de vida,
la paciencia…
La Acogida
En el amor..
6. Todo esto es posible gracias al
Espíritu Santo:
“Por eso os hago saber que nadie, hablando con
el Espíritu de Dios, puede decir: « ¡Anatema es
Jesús! »; y nadie puede decir: « ¡Jesús es Señor! »
sino con el Espíritu Santo.
(1 Cor. 12, 3)
“(lo que anunciamos) … nos lo reveló Dios por
medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea,
hasta las profundidades de Dios.” (1 Cor. 2,9-10)
7. Padre
Hijo
Espíritu
Santo
Yo
La obediencia al Espíritu Santo es capital para un buen
discípulo (Rom. 8, 14)
8. El discípulo ha de responder personalmente por su
llamado
“…Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a
glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: « Sígueme. »
Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a
quién Jesús amaba, (…) dice a Jesús: « Señor, y éste,
¿qué? Jesús le respondió: « Si quiero que se quede
hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme. »
(Jn. 21, 19-22)