Unidad V. Disoluciones quimica de las disoluciones
Semana cultural
1. Baile de lavendimia
Barriles
Gimkanade la vendimia
Fotocall
Chistes
Chascarrillos
La vendimia
Los últimos días de Septiembre, en cada cuadrilla de amigos siempre había alguien al
que se le ocurría hacer la siguiente pregunta:
¿Cuándo empezamos a vendimiar este año?
Esta pregunta era contestada por la mayoría del grupo recriminándole el hecho de
recordar lo que en fiestas era poco menos que tabú, la vendimia.
Las tierras frescas en las que el trigo le costaba criarse se destinaban normalmente a
viñedo, transformando este fruto en el vino, que antes de la aparición de las bebidas
modernas era la bebida habitual de las tabernas.
Con el mosto y alcohol vinícola también se hacía mistela en cada casa, también con el
mosto se hacían otras delicias como el arrope o las tortas de mosto.
Hace muchos años la gente iba a vendimiar andando, detrás del carro o la galera que
traería las uvas al pueblo, por eso debían salir muy temprano, para llegar al “corte” a
buena hora para empezar. Se hacía el “moño”, que era un punto de referencia para
llevar ordenadamente a corte toda la viña sin dejarse ninguna cepa sin vendimiar, el
"moño" se hacía con los sarmientos de una cepa del lineo final del corte, atándolos en
posición vertical con otro sarmiento y asegurándose que quedase lo más visible
posible desde cualquier sitio del líneo. La vendimia se realizaba con navaja, cortando
cada “pezón” de cada racimo y echando en seras de esparto los racimos cortados
para transportar al pueblo la uva. Cuando se llenaba el carro la gente seguía
vendimiando dejando las uvas en un montón para no parar e ir adelantando el trabajo,
con lo cual cuando llegaba el carro ya se tenía organizado gran parte del siguiente
viaje, después se llevaba a los lagares de las varias bodegas que había en el pueblo.
Las bodegas suponían entonces la poca industrias de transformación que existían en
los pueblos.
Mas tarde se realizaba el mismo trabajo pero de otro modo, la llegada de la revolución
industrial hizo que los tractores desplazasen a los animales de tracción y que las
2. bodegas y los lagares se ampliasen haciéndose con más capacidad de molturación de
uva, hoy día se sigue llevando la uva a los lagares de las bodegas, aunque han
desaparecido la mayoría de ellas, siendo la cooperativa la que más uva recoge de los
viticultores del pueblo, el trabajo del acarreo de la uva se hace hoy día con cómodos
tractores y remolques de gran tonelaje, también existe la vendimia mecánica, que es
apta para viñas en espaldera, y que están preparadas para que una vendimiadora
haga el trabajo que hasta ahora ha sido a mano, dejando este último para las viñas
antiguas puestas "en vaso" o cepas bajas, la cual no es posible vendimiarla de otro
modo que no sea el manual.
Por la mañana salían los remolques y tractores con los vendimiadores subidos al
remolque y dependiendo de la cantidad de viñas que hubiese en la casa así era de
grande la cuadrilla. Las cuadrillas se miden por "espuertas", siendo una espuerta
equivalente a dos personas. Los que vendimiaban "a destajo" ya estaban en la viña
cuando los que iban a jornal salían del pueblo, estos normalmente salían de noche
para esperar a que amaneciese en el corte y para echar lo antes posible (pues la
vendimia a destajo se contrataba por kilos y no por jornal), con lo cual a los
vendimiadores les interesaba cortar el máximo de kilos en una sola jornada para ganar
más dinero, este tipo de trabajo estaba mejor remunerado pero era aún más duro que
la vendimia a jornal, que era y es lo habitual en las casas de poca o mediana labor.
Al llevar una o dos horas vendimiando llega el almuerzo, es un alto en el camino para
descansar del duro trabajo, se come algo, se bebe algo de vino, se echa un cigarro y
vuelta al “corte”, a medio día se suele guisar en el campo lo típico, patatas “guisás”
con conejo y también en alguna ocasión y si el tiempo está lluvioso se hacen algunas
gachas,o “puches”, como son llamadas en pedro Muñoz.
Antes de guisar se echaba al perolo del guiso unas “torrijas”, que son unas patatas
cortadas en rodajas grandes que se echan en aceite crudo y se van friendo mientras
se va calentando el aceite, después se les echa sal y un trago de vino y sirven de
aperitivo “pá abrir boca”, pues el esfuerzo físico que requiere este trabajo se
compensa en el almuerzo y en la comida, aunque algunas veces se compense con
creces.
No hace tantos años en los que la vendimia era algo que afectaba a la mayoría de
gente del pueblo, también era una época en la que había muchas más viñas que las
que hay actualmente, las cuales por la cantidad de trabajo que demandan y el bajo
precio de la uva la mayoría se han arrancado, pasando de ser viñas a tierras de labor
"blanca".
En esa época no se libraba casi nadie de ir a vendimiar, para los estudiantes era una
fuente de ingresos a tener en cuenta para el inicio del curso y para otros era una forma
para ayudar en a la economía familiar. Tras la vendimia muchos de los vendimiadores
se encontraban el sábado siguiente de la finalización en Aranjuez, comprando en las
tiendas la ropa para prepararse para el invierno con el recién ganado dinero de los
jornales.
También servía y sirve la vendimia de reunión y para enlazar vínculos con la gente que
compone la cuadrilla, pues el que más y el que menos va contando cosas, chistes y
anécdotas del pueblo o de las fiestas y creando confianza con el resto del grupo.
Hay varios cantares que traían los antiguos vendimiadores que nos hacen pensar que
aunque el trabajo era duro la gente lo disfrutaba por el hecho de que se trataba de una
recolección, hay numerosos sitios en los que se hacen fiestas en esta época del año
festejando la vendimia, una de las cancioncillas que se recuerda era esta, que se
cantaba con aire de jota:
Venimos de vendimiar de la viña de mi abuelo
y no nos quiere pagar porque hemos roto un puchero.
3. En Pedro Muñoz hasta los años ochenta y noventa el pueblo se llenaba de gente en
esa época, gente que venía de Andalucía, estudiantes de Pedro Muñoz que traían a
sus compañeros que eran invitados a ganar un dinerillo extra y a vivir una experiencia
nueva para ellos.
La mayoría de los nuevos “fichajes” que vendimiaban por primera vez al poco tiempo
de estar vendimiando se arrodillaban debido a la dureza del trabajo, esto estaba muy
mal visto por el encargado o dueño de la viña, que de buenas a primeras gritaba ¡a
rezar a la iglesia! y otros piropos de ese tipo que hacían romper en carcajadas a los
más acostumbrados, otros se ponían de pie, estirándose para aliviar el dolor de
riñones que provocaba estar agachado tanto tiempo, a lo que también se les decía ¡No
te preocupes, que no se llevan el hato!, y cosas así se decían para ir educando en las
buenas costumbres de vendimiar a los más novatos y también para romper el hielo en
el monótono trabajo que suponía la vendimia.
El clima en las vendimias es muy variado, había veces que eran como se dice aquí
“pasadas por agua”, con lo cual había que seguir vendimiando aunque estuviera
lloviendo, otras veces hace un calor extremo, agradeciendo a San Telmo cuando una
brisita de aire corría para aliviar el calor sofocante que solemos tener en la mancha, se
decía "!San Telmo, San Telmo, una bocanadita de aire fresco!".
Por la noche los más jóvenes salían a la discoteca a celebrar la fiesta particular de la
vendimia, con concursos al mayor racimo y otros de este tipo. En los bares, pubs y
discotecas se juntaban por la noche la mayor parte de la gente joven que estaban
vendimiando, lo cual creaba muy buen ambiente durante esos días, y aunque la
mayoría estaban con los riñones molidos aún les quedaban ganas para divertirse un
poco.
Después de unos veinte días terminaba la vendimia y entonces sí, se quedaba el
pueblo un poco muerto, pues volvía “cada mochuelo a su olivo”, como se dice en el
pueblo.
Ultimamente se ha mecanizado gran parte de la vendimia, otras muchas viñas se han
arrancado debido a los bajos precios del producto y a los miedos en la vendimia a las
multas que puede imponer la administración a los trabajadores que no estén en regla
(antes no se miraba tanto esto y se hacía de un modo más familiar o con las
amistades), por todo esto la vendimia ha bajado en trabajadores y los estudiantes rara
vez se ponen manos a la obra.
Todo este cúmulo de problemas hacen que este tradicional trabajo manchego haya
decaído mucho ultimamente, y se puede decir tranquilamente y sin ánimo de ofender a
nadie que la vendimia ya no es lo que era.