Erikson explica que la interacción con otros da a los niños una sensación de confianza que forma una personalidad sana. La confianza con los mayores conduce a la autonomía, mientras que la falta de ella provoca duda y vergüenza. En la adolescencia, los jóvenes se definen a través de sus aspiraciones, amores y sueños. La afectividad se desarrolla a través de las relaciones interpersonales y elementos como la autoestima, el autoconcepto y la autoeficacia. Según Vigotsky, el desarrollo
1. Afectivos
Identidad
Erikson explica el desarrollo de la personalidad teniendo en cuenta tanto factores sociales
como culturales. La interaccion con los otros da al niño un clima de confianza que le otorgará
una personalidad sana.
La confianza con los mayores conduce a la autonomía. Autosatisfacer las necesidades propias
favorece la conformación de una personalidad equilibrada, lo contrario conduce a error
provocando duda y vergüenza.
Del mismo modo también deben tener libertad ya que es así como aparece el sentimiento de
iniciativa que les llevará a explorar nuevos términos y experiencias.
En definitiva, hay que inculcarles confianza, autonomía e iniciativa.
6 años. Hay que motivarlo en el trabajo para que desarrolle la personalidad, ya que es en esta
etapa cuando comienza a interesarse más por la sociedad, trabajo, ciencia y ambientes que le
rodean.
Adolescencia. En esta etapa se forma la identidad personal. El adolescente se define mediante
lo que hace, mediante sus aspiraciones y amores. Hay que acertar con ellos ya que se
desarrollan sus sueños, ideas y rutinas prácticas. Aunque no es fácil acertar, una buena
fórmula es paciencia, disponibilidad y confianza en ellos.
Hay que ver la afectividad como la parte más delicada de la personalidad.
Afectividad
Los procesos afectivos son los vínculos que se establecen con las personas: deseo atracción,
enamoramiento, apego, empatía. La afectividad y su desarrollo van unidos a las relaciones
interpersonales. Los elementos que la conforman son: autoestima, autoconcepto, estilo
atribucional, autocontrol y autoeficacia.
El autoconcepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos, la imagen que tienen de
nosotros los demás y la idea de lo que nos gustaría ser en los diferentes ámbitos: corporal,
psíquico, social y moral. Su desarrollo afecta tanto la parte cognitiva, afectiva y conductual,
afectando las dos primeras sobre esta última.
En la edad escolar podrán decidir sobre lo que les gusta o desean, se describen en relación con
sus amistades y familia y poco a poco van describiéndose más detalladamente tanto física
como mentalmente. Progresivamente pues, van siendo más ellos mismos que aquello que los
demás dicen.
Pero hay que decir que el conocimiento sobre uno mismo es dinámico, se va actualizando
puesto que estamos en constante redescubrimiento. Esto es, conocerse mejor,para saber más
2. sobre nosotros y en definitiva, construirnos hasta llegar a nuestra meta, meta a la que
constantemente hay que volver para mejorar y ser cada vez más feliz.
Autoestima. Es la evaluación del autoconcepto y procede de los sentimientos que las otras
personas tienen sobre lo que ellas son. Una buena autoestima está asociada a un bienestar
personal y adecuada autoaceptación, lo cual da lugar a confianza en uno mismo, seguridad,
satisfacción y aprobación propias. La autoestima surge también por la intervención de otros,
valemos porque nos prestan atención, porque nos valoran y en la medida en que nos valoran.
Los éxitos y fracasos que vivimos conforman el valor que nos damos. Una educación familiar
basada pues en un gran cariño, razonamiento de la conducta, exigencias de madurez y
estableciendo unos límites para nuestro máximo desarrollo es lo idílico.
Cuando uno sitúa sus logros y fracasos en el mayor o menor esfuerzo aportado y no en la
suerte, se da una nueva dimensión de la realidad, es decir pues que el trabajo y el esfuerzo son
un importante instrumento para el desarrollo personal. Cada vez somos más propios de
nosotros, vamos siendo lo que conocemos de nosotros, lo que nos queremos y lo que
hacemos.
Autocontrol. El autocontrol hace referencia a la regulación cognitiva de la conducta y se
relaciona con la capacidad de usar el lenguaje interior, éste aparece después que el externo.
Podemos establecer pues tres momentos: primero no hay lenguaje interior, la onducta la
regulan otros; segundo aparecen los soliloquios, por los cuales el niño puede enviarse ordenes
externas y por ultimo interioriza el lenguaje.
El control hace posible relacionar errores para evitar culpabilizar y mantener la autoestima al
realizar atribuciones.
Autoeficacia. Es la convicción de que uno es capaz y puede llevar con éxito la conducta
necesaria para producir determinados resultados. Se deriva del autoconcepto y la autoestima
y se forma a partir de los logros propios debidos al esfuerzo personal y a otras fuentes de
información.
Otros. Sexualidad, sociabilidad, valores y responsabilidad.
Causas del desarrollo de la afectividad
Para Vigotsky, la clave del desarrollo humano está en la relación con los demás. Las funciones
psicológicas superiores aparecen en cada persona dos veces: primero en la relación con los
otros y segundo mediante el proceso de interiorización. Nacemos con la posibilidad de llegar a
ser humanos y en ello cuenta la riqueza de las funciones psicológicas superiores de las
personas a las que nos vinculamos mediante el apego, amistad, empatía, atracción,
enamoramiento, vida sexual. Un marco familiar basado en el afecto y la inteligencia y un clima
escolar similar proporcionan autocontrol, autoestima y valores morales interiorizados.