El documento describe la vida de María y cómo mantuvo sus ojos enfocados en Dios y sus planes. Vivió siempre atenta a la voluntad de Dios y estuvo presente en los momentos clave de la vida de Jesús, desde su concepción hasta su muerte y resurrección, manteniendo la fe incluso en los momentos más difíciles. El documento también invita al lector a pedirle a María que los ayude a mantener sus ojos enfocados en Dios y ser solidarios con quienes sufren.
2. ¡Ojos que no ven,
corazón que no
siente!,
dice el viejo refrán.
En María,
esto no se cumplió.
3. Vivió siempre con los
ojos puestos en los
planes que Dios tenía
preparado para Ella.
4. En Nazaret, con sus
pupilas dilatadas,
dijo que "sí".
Que, estaba dispuesta,
como un cheque en
blanco para que Dios
firmase cuando quisiera y
como quisiera.
5. En el crecimiento de
Jesús, abrió bien los
ojos para que, Jesús,
anduviese
por los caminos que
conducían a Dios.
6. En el final de la vida de
Jesús, aún con lágrimas,
nunca el sollozo se
antepuso a la altura con
la que, María, encaró y
vivió la pasión,
la muerte y
la resurrección de Cristo.
7. Y es que, María,
abrió los ojos para Dios y,
además, le brindó todo su
corazón.
¿Se puede esperar más
por parte de Dios? ¿Pudo
dar más una humilde
nazarena que a sí misma?