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asombrosa. Resulta importante y             Diría que a Simmel están dedi-       paisaje. Después se aprovecha y
revelador, de pronto, el asiento        cadas las mejores páginas, si no         se disfruta de mejor modo la lec-
que Lucaks ocupaba en clase, el         fuese porque es difícil decidir; sí al   tura pausada y repetida, de años
nerviosismo de Ortega en una            menos las que de manera más in-          acaso. Como ese extraño mo-
noche particular, un parentesco         mediata y apremiante se refieren         mento de nuestra historia inte-
remoto, un lío de faldas. Porque        a nosotros. Gil Villegas encuentra       lectual, el libro de Francisco Gil
con esos materiales adquieren las       en Simmel la mejor manera de             Villegas puede ser inagotable. <
ideas consistencia: de ellos de-        afrontar la tragedia de la cultura
pende la última, decisiva cohe-         moderna: un hallazgo, una revela-
sión de un punto de vista. Algo         ción que define el contenido inte-
que uno descubre, que uno en-           lectual de ese segundo momento                 CHRISTOPHER   DOMÍNGUEZ
tiende sin apenas saber cómo, al        decisivo en la historia intelectual                                 MICHAEL
pasar y de propina, sin la pesadez      de la Modernidad. Y que todavía
ni el ingenuo rigor de un modelo        nos concierne, de manera igual-
teórico.                                mente grave si no más.                   B IO G RAF ÍAS DE S PINOZA
    Todo en el libro apunta -pa-            Ese es seguramente el gran te-
rece apuntar- hacia Martin              ma del libro, que acompaña como
Heidegger; y eso puede echar pa-        un bajo continuo los agitados
ra atrás incluso a los especialistas,   contrapuntos del relato de la vida
que son gente de buenas tragade-        universitaria alemana de princi-
ras e insomnios pertinaces. Por-        pios de siglo. Lo que importa y                           0l
que resulta, además, que Heideg-        hace falta es discernir los proble-
ger era en efecto tal como lo           mas, los sobresaltos, las preguntas      Yurmiyahu Yovel, Spinoza, el marrano
pinta la leyenda: de un rigor in-       que se propuso aquella genera-           de la razón, Anaya /Muchnik, Barcelo-
franqueable, una inteligencia           ción que definió, digamos, el            na, 1995, 462 pp.
vertiginosa y extática. Sin em-         punto de vista de nuestro siglo. El          Atiliano Domínguez (comp.), Bio-
bargo, el verdadero protagonista        tema de la muerte y el de la buro-       grafías de Spinoza, Alianza Editorial,
del libro no es él, ni Lukács ni        cracia, el horizonte terrible de la      Madrid, 1995, 293 pp.
Ortega tampoco: no, ninguno de          ciencia y la técnica, la fascinante
ellos sino ese sigiloso y divertido     idea de la decadencia, la deshu-                 urante medio milenio,
duende (“ardilla filosófica”, decía
Ortega) que fue Georg Simmel.
                                        manización y, por supuesto, el
                                        Tiempo.
                                            Mi favorito es, no obstante, el
                                        breve capítulo dedicado al ensayo
                                                                                 D       gracias a la tolerancia mu-
                                                                                         sulmana, España fue el
                                                                                 centro floreciente de la judería
                                                                                 europea. Y tan pronto como los
                                        como forma literaria. En él se           cristianos empezaron a vencer a
                                        anudan muchas cosas, se resuel-          los moros, el judaísmo retrocedió
                                        ven varios de los acertijos que          dramáticamente. En 1391, un si-
                                        ofrece el libro; hay también un          glo antes de la expulsión, la turba
                                        tramo verdaderamente emocio-             sevillana protagonizó un motín
                                        nante en que se relata el encuen-        antisemita que se extendió por to-
                                        tro con Ortega y Heidegger, tan-         da Andalucía. Miles de judíos fue-
                                        tos años después. Pero lo más            ron arrastrados hasta la pila, don-
                                        llamativo son los trazos radicales,      de aceptaron el bautismo para
                                        de una simplicidad renacentista          salvar la vida. Hubo pocos casos
                                        con que se bosqueja la vocación          de martirio. Hacia 1412, San Vi-
                                        temperamental para el ensayo y           cente Ferrer aterrorizaba a los ju-
                                        sus encadenadas, inapreciables           díos atravesando sus vecindades al
                                        consecuencias intelectuales.             frente de un tropel de monjes fla-
                                            Por sus dimensiones, por el te-      gelantes. Y el antipapa Benito XII
                                        ma, parecería natural sugerir una        organizó la disputa de Tortuosa,
                                        lectura pausada y minuciosa.             espectáculo teológico donde se
                                        Creo, sin embargo, que conviene          obligaba a los rabinos a discutir
                                        leerlo de un tirón, a saltos inclu-      con los judíos renegados, llamados
                                        so, y un poco desordenadamente:          desde entonces “cristianos nue-
                                        tenerlo a la vista todo, como un         vos” o marranos. La mayoría se ha-

34   VUELTA   246     MAYO DE   1997
bía convertido al cristianismo de       marrano de la razón (1989) la tra-      vía bajo el gobierno liberal de Jan
buena fe. Algunos lo hicieron por       ma biográfica de un joven judío         de Witt (1625-1672). Holandés
atrición y no fueron pocos quie-        que rompió, al mismo tiempo,            por solidaridad política, Spinoza
nes siguieron practicando la ley        con el Antiguo y el Nuevo Testa-        se sintió desolado cuando los mo-
mosaica en la clandestinidad.           mento. La hipótesis manejada            nárquicos asesinaron a De Witt
    Los marranos conservaron su         por Yovel no es nueva: ya fue ex-       para restaurar a la casa de Orange.
poder económico hasta 1449 cuan-        puesta por Gabriel Albiac en La         Se ignora el grado de privanza que
do los cristianos viejos de Toledo      sinagoga vacía. Un estudio de las       hubo entre Spinoza y De Witt pe-
reiniciaron los pogromos. La pure-      fuentes marranas del espinosismo        ro el patricio republicano fue deci-
za de sangre, bandera del antise-       (1987), pero en esta biografía          sivo para la imaginación política
mitismo, fue considerada un es-         queda plasmada mediante el do-          del filósofo. Spinoza escribió en
cándalo teológico por el rey y por      ble propósito de ofrecer una vida       latín y su holandés era defectuoso.
el papa. Era una herejía que nega-      y una interpretación.                       Hijo de un comerciante aco-
ba la efectividad del bautismo y            La conciencia marrana, según        modado que fue parnas (anciano o
excluía del canon de la cristian-       Yovel, fue un vivero de la crítica      mayor) de la comunidad de Ams-
dad a todos los conversos desde         moderna. Los letrados marranos,         terdam, Baruch Spinoza (no veo
los evangelistas y San Pablo. Pero      judíos educados como cristianos         razón de peso para hispanizar su
un siglo después la pureza de san-      que regresan al judaísmo, comuni-       nombre y apellido) recibió la edu-
gre reclamada por los cristianos        dad a la que pertenecen pero cu-        cación judía tradicional: hebreo,
viejos quedó estatuida como fun-        yos símbolos y valores ya no com-       escriturística, Talmud y filosofía.
ción principal del Santo oficio de      parten, vivieron el drama de una        Huérfano a los veinte años, probó
la Inquisición. El triunfo de la Re-    mente escindida que acaba por           fortuna en los negocios familiares,
conquista en Granada provocó el         dudar del legado testamentario y        sin dejar de asistir a la escuela re-
éxodo de cien mil judíos hacia la       se aferra a formas revolucionarias      ligiosa del rabino Saúl Levy Mon-
otra orilla del río Tajo, donde el      de racionalidad. Yovel estudia a        teira, donde conoció al sabio Me-
nuevo imperio portugués necesi-         los precursores de Spinoza que vi-      nasseh Ben Israel, cuya tertulia
taba de sus habilidades financie-       vieron esa tragedia intelectual.        reunía a los judíos cultos del país.
ras. Manuel 1, flamante rey de          Uno de ellos fue Uriel Da Costa,        Fue allí donde escuchó la desgra-
Portugal, les ofreció a los hebreos     que de cristiano-no-cristiano pa-       ciada historia de Da Costa y reci-
la inmunidad por una generación         so a ser, en Amsterdam, un ju-          bió las influencias del doctor Pra-
a cambio de una conversión ape-         dío-no-judío, para acabar suici-        do, marrano español, y de Isaac La
nas formal al catolicismo. Y du-        dándose cuando Spinosa tenía            Peyrère, un calvinista heterodoxo
rante el siglo XVII, los marranos       ocho años. Es probable que el ni-       que predicaba la unión entre cris-
salieron de Portugal, reintegrán-       ño Baruch estuviera entre los ra-       tianos y judíos. No sabemos cómo
dose al judaísmo en Bayona, Tou-        paces que apedreaban al doble he-       maduró la decisión del joven Spi-
lose, Venecia, Londres y Amster-        reje por las calles de la judería. El   noza de romper públicamente con
dam. En esa ciudad holandesa se         doctor Juan Daniel de Prado, ami-       la Sinagoga.
refugiaron los padres del filósofo      go de Da Costa, dijo de él: “Es so-         Un día del otoño de 1655, qui-
Baruch Spinoza, nacido en ‘di-          lo a ti a quien acaeció ser falso       zá tras haber sufrido un atentado
ciembre de 1633.                        cristiano donde no podías ser ju-       saliendo del teatro, Spinoza negó
    “Todo filósofo”, escribió Berg      dío y judío falso donde podías ser-     la ley mosaica. Seis meses antes
son, “tiene dos filosofías: la suya y   lo sincero.”                            aún acataba las devociones comu-
la de Spinoza”. Esta frase nos re-          Amsterdam era, a mediados           nitarias. El 27 de julio de 1656 se
mite a la vida simple y misteriosa      del siglo XVII, lo que para nuestra     da lectura a la excomunión de
del primer intelectual plenamen-        centuria serían Viena o Nueva           Spinoza “con todas las maldicio-
te moderno, el discípulo holan-         York, capitales de una inteligencia     nes escritas en la Torá: maldito
dés de Descartes que negó toda          judía abierta a la modernidad. Los      sea de día y maldito sea de noche,
autoridad mistérica a las Sagradas      judíos holandeses estaban a mun-        maldito en su reposo y maldito en
Escrituras, desligándose franca-        dos enteros de distancia de los         su vigilia”.
mente tanto del judaísmo como           guetos de Europa oriental, como             Cualquier excomunión es una
del cristianismo, postulando un         los reformados de esa república vi-     lectura poco edificante. Mas Yo-
Dios necesitado de sí mismo’y vi-       vían lejos de la Suiza calvinista.      ve1 se cuida de explicar que esa
sible a través de las leyes de la na-   Aquel hervidero de herejías, sitio      proscripción (herem) era habitual
turaleza. El profesor israelí Yirmi-    donde se encontraron el Renaci-         en Amsterdam. Castigaba cual-
yahu Yovel explica en Spinoza, el       miento, la Reforma y las Luces, vi-     quier conducta, por insignificante

                                                                            M AYO   DE   1997     V U E L T A 246 35
que hera, que violáse la Ley. Rara     el ateísmo “malvado, monstruoso         dico calvinista Lucas confiesa que
vez se aplicaba a herejes o blasfe-    e impío” del biografiado, pero ex-      “es sorprendente que haya que
mos. En el caso de Spinoza fue           presan una morbosa y al final ren-    ocultarse para escribir una vida,
una medida disciplinaria interna          dida admiración por él. Pierre       como se hace para cometer un cri-
que segregaba a un impío. Una          B ayle ( 1647-l706) primer enci-        men. Pero, sobre todo, si esos
acusación de ateísmo contra un         clopedista, que había pasado sin        grandes hombres se han hecho cé-
judío desprestigiaba a una comu-       é xito del protestantismo a la Igle-    lebres por vías extraordinarias y
nidad bullente bajo la protección      si a Católica para morir repudiado      desconocidas al común de los
del gobierno de De Witt, que de-       P or ambas confesiones, sufre co-       mortales... Pero cualquiera que
fendía la libertad de investigación    m o un condenado frente a la            sea el riesgo que se corra en tan
en las universidades y la toleran-     altracción de Spinoza. No creo que      espinosa tarea, bien poco prove-
cia religiosa en la vida pública.      1a historia occidental registre un      cho habría sacado yo de la filoso-
Spinoza, a diferencia de los here-     C aso similar. Spinoza, que aterraba    fía de aquel cuya vida y máximas
jes cristianos, no conocería prisio-   a las conciencias más ilustradas,       me propongo describir, si temiera
nes ni sufriría la hoguera. Los ju-      nunca provocó una sola calumnia       asumirlo. Temo poco a la furia del
díos decretaron únicamente su            de orden personal. Tras condenar      pueblo.”
muerte civil. Más tarde Spinoza        si n taxativas su obra, los biógrafos       Spinoza, que en vida sólo pu-
abandonó Amsterdam y se insta16          confiaban que a pesar de ésta, ha-    blicó un opúsculo sobre Descar-
en una ciudad más benigna, La             bía sido un hombre intachable        tes y el Tratado teológico-político
Haya. Heine, uno de sus mejores          dominado por la bondad, la tem-       (1670) anónimo y con falso pie
lectores, revirtió la paradoja del     P lanza y el desinterés, fumador de     de imprenta, había creado en su
marrano: “Los gentiles tuvieron la     P ipa cuya única maldad era captu-      persona un nuevo tipo de pensa-
generosidad de asegurarle el título      rar moscas para dejarlas caer, in-    dor, el investigador solitario e in-
de judío del cual los judíos lo ha-      válidas, en la tela de la araña.      dependiente ajeno a todas las
bían privado.”                              Para aquellos comentaristas es-    iglesias. Inclusive, el propio Spi-
    La leyenda de Spinoza co-            cribir sobre Spinoza era una faena    noza se considero indigno de dar
mienza en este punto, presentán-       d ifícil de librar. ¿Cómo condenar      cátedra en Heidelberg, donde fue
dolo como un pintoresco sabio            un sistema diabólico mostrando a      invitado, pues no deseaba poner
medieval que pulía lentes para so-       su creador como un santo? El mé-      en riesgo la tranquilidad de sus
brevivir. Sabemos que la óptica
era una ciencia nueva que le apa-
sionaba. Es probable, dice Pierre
Bayle, que el polvo vítreo acelera-
se la tuberculosis que lo mató a los
cuarenta y cuatro años. Y gracias a
las cinco antiguas Biografías de
Spinoza compiladas por Atiliano
Domínguez, corroboramos que
Spinoza fue un becario sostenido
por un puñado de amigos que cu-
brían sus frugales necesidades.
    Las Biografías de Spinoza son
una lectura de interés para acom-
pañar El marrano de la razón. Ati-
liano Domínguez, competente
editor y traductor de las obras spi-
nozianas (Alianza Editorial), reu-
nió los textos de Jarig Jelles
 (1677) Pierre Bayle (1697 y 1702)
 Kortholt hijo (1700) Colerus
 ( 1705) y Lucas (1719) sobre el fi-
 lósofo. Salvo el primero -escrito
 por el albacea y prologuista de la
 Opera póstuma de Spinoza- to-
 dos los relatos pretenden refutar

36 V UELTA 2 4 6     MAYO DE 1997
eventuales estudiantes, difundien-      mo (y más aun en su dispersión          tamento fue una religión teocráti-
do una filosofía condenada por to-      marrana) prohija una ausencia.          ca cancelada por la historia tras la
das las facultades. Confiaba en         Ese vacío explica que el origen ju-     segunda destrucción del Templo.
que cada quien encontrara, como         dío de Marx, Freud o Einstein de-       El filósofo encuentra en los profe-
él lo había hecho, su propio cami-      termine su devoción por la inma-        tas hebreos el anuncio de los crí-
no hacia la razón, que no la ver-       nencia, atribuyendo a la historia,      menes del cristianismo; también
dad. Más cercano a Galileo que a        el inconsciente o el universo las       lee en la Biblia el anhelo de la ar-
Voltaire, Spinoza prefirió compar-      potestades del creador. Spinoza         monía universal. Por ello Nietzs-
tir su sabiduría con un puñado de       sabía que la mera observancia de        che y Marx se hermanan ante
oscuros elegidos con los cuales         los ritos permite leer el envés de      Spinoza: el Eterno Retorno dra-
sostuvo una voluminosa corres-          las religiones, penetrando en una       matiza la inmanencia o el mus
pondencia.                              realidad armoniosa ante la que          economicus sustituye al mos geome-
    La segunda parte de El marrano      Erasmo y Descartes retrocedieron        tricus
de la razón, de Yovel, sigue la in-     horrorizados. Sin trascendencia,            Pero si Spinoza criticó el pro-
fluencia de Spinoza en el pensa-        la salvación es innecesaria. Que-       fetismo hebreo, él mismo profe-
miento moderno, tarea un tanto          da el hermoso espectáculo de la         tizó el Estado de Israel. La circun-
desmesurada que el profesor cum-        Creación.                               cisión, dijo en el Tratado teológi-
ple ajustadamente. Acaso sea pre-           El filósofo holandés no creía,      co político, garantiza por sí misma
ferible un libro más concentrado        como se le interpreta abusiva-          la continuidad del judaísmo, cuya
C O m O PO r Un Spinoza radical (FCE)   mente la frase de Leibniz, que el       secularización podría resultar en
de Paul Wienpahl, traducido por         nuestro fuera el mejor de los uni-      una forma estatal. Spinoza, arries-
Adolfo Castañón en 1990.                versos posibles. Su crítica de las      ga Yovel, secularizó la historia ju-
    A falta de una comunidad laica      supersticiones judeocristianas fue      día sabiendo que ésta minaría su
-el mundo del futuro-hubo Spi-          la de un reformador moral, para         propia heredad, la civilización
noza de elegir una situación insóli-    quien el Estado laico era el justo      cristiana: un argumento póstumo
ta: la soledad de la razón, ese labo-   medio entre la anarquía y el des-       tan fecundo para negar la moder-
ratorio de geometría donde diseñó       potismo. Y al decir que la virtud       nidad como para explicarla. Yir-
su Ética. Yovel localiza con preci-     es su propia recompensa, Spinoza        miyahu Yovel prefiere terminar su
sión lo que en Spinoza une al ma-       crela ingenuamente que las masas        libro con Freud, el último de los
rrano con el moderno. En primer         serían educadas según la razón.         grandes hijos de Spinoza, “su her-
termino, la prudencia (o el fingi-      Cuando su portera le preguntó si        mano en la falta de fe”, que como
miento) del viejo biblista que in-      la religión profesada por ella era la   él negó la trascendencia derivada
troduce entrelíneas aquellos versí-     buena, nuestro inquilino la tran-       de las religiones monoteístas. Las
culos cuya lectura correcta, él lo      quilizó con una máxima ecuméni-         furias provocadas por Freud, ano-
sabe, incendiara el mundo. No es        ca en su día escandalosa: cual-         ta el biógrafo, sólo son compara-
que Spinoza haya sido ateo: Hegel       quier devoción es útil si se rige       bles a las suscitadas por Spinoza.
aclaró que “en él hay demasiado         por la ética. A diferencia de Tho-      Y el filósofo holandés pudo con-
Dios’!. Una totalidad divina que se     mas Hobbes (1588-1679), su her-         testar como lo hizo el psicoanalis-
identifica con el universo y con-       mano en racionalismo y su enemi-        ta vienés: “¿Qué le queda a us-
vierte al Dios testamentario en un      go en moralidad, Spinoza creía          ted de judío, si abandonó todas
dato histórico, en el espejo donde      que la represión política y la vio-     las características comunes a su
una mentalidad concreta, obra de        lencia religiosa desaparecerían         g e n t e ? Mucho, y probablemen-
los hombres, quiso mirarse.             gradualmente bajo el imperio de         te la esencia.”
    Spinoza fue el padre de la críti-   la razón. El mundo debería ser co-          En 1925 el historiador Joseph
ca bíblica y el filósofo de la inma-    mo lo soñó Spinoza, pero desgra-        Klausner subió en Jerusalén al
nencia. Esta última, lo subraya         ciadamente sigue siendo como lo         monte Escopo y proclamó “Ba-
Yovel, está emboscada en el cora-       describió Hobbes.                       ruch Spinoza, eres nuestro herma-
zón de la teología judía. La tras-          El marrano de la razón concluye     no”. Más tarde fue Ben Gurión,
cendencia hebrea, en apariencia         con la polémica situación de Spi-       primer ministro de Israel, quien
tan arrebatadoramente mesiánica,        noza ante el judaísmo. Tanto los        encabezó una campaña para le-
carece de una escatología que in-       reformadores judíos como los an-        vantar la excomunión de Spinoza.
volucre el alma individual y su         tisemitas abrevaron en Spinoza y        Y obtuvo que en 1953, el rabino
salvación. Sin el castillo de la re-    ambos tienen buenas razones para        Yitzhak Haleví Herzog, haciendo
velación cristiana, con sus mora-       sentir saciada su sed. Según Spi-       una interpretación sutilísima del
das divinas e infernales, el judaís-    noza el judaísmo del Antiguo Tes-       anatema contra Spinoza, autoriza-

                                                                            M AYO DE 1997        V UELTA 246 37
ra la lectura de su obra. No hay                                             tores y explicar las características
actualmente una institución nor-         E RNESTO H ERN Á NDEZ B USTO        del mundo bucólico a partir de la
mativa en el judaísmo, aclara Yo-                                            visión pastoril (monofocalismo
vel, que pueda ratificar o levantar                                          abstracto, primitivo, utópico, que
el edicto de 1656. Acaso esa sea la   LOS PASTORES SIN OVEJAS                “ignora el principio de realidad
victoria postrera de Spinoza entre                                           implícito en la visión estereos-
los judíos. El actual museo hebreo                                           cópica”).
de Amsterdam, invocando el Ac-                                                   Si antes el mundo bucólico se
ta de Igualdad Civil de 1796, que     De Fabio Morábito                      reducía al paisaje, convertido a su
declara la libertad de todo judío                                            vez en la coartada de algún propó-
para decidir que expresión dar a                      b                      sito exterior, ahora, visto desde
su condición, honra la memoria                                               las características de los persona-
de Spinoza.                           CNCA El Equilibrista, México, 1996,    jes que lo recorren, ese mundo ad-
    Baruch Spinoza murió el 21 de     229 pp.                                quiere un perfil menos estrecho,
febrero de 1677. Arthur Schopen-                                             una autonomía imaginaria. Su


                                      M
hauer se glorió de haber nacido el               e llama la atención que     quietud (que no es sinónimo de
22 de febrero de 1788, es decir,                 tres de los mejores li-     inmovilidad) se transforma en el
cien años más un diez por ciento              __ bros de ensayo publica-     correlato de un cuerpo sin órga-
y un décimo de tal porcentaje,        dos el año pasado (El salón de los     nos, sin apetitos, sin pasiones,
comprobando que sumando un            espejos encontrados de Jaime Mo-       destinado al lamento y a la reco-
uno a las cifras del día de su óbi-   reno Villarreal, Retrato hablado de    lección. Aunque luego Morábito,
to, se obtenía la fecha de naci-      Francisco Segovia y Los pastores       en un incomprensible arrebato
miento del amantísimo discípulo.      sin ovejas de Fabio Morábito) per-     sociológico, afirme que “la aboli-
Más allá de las interesadas (y        tenezcan a autores de la misma         ción del pasado histórico que rea-
exactas) numerologías schopen-        generación y se ocupen de un te-       liza la alta burguesía del Quattro-
hauerianas, sabemos que Spinoza       ma lo bastante amplio como para        cento obliga (?) en el terreno de la
dejó al morir escasos bienes ma-      permitir numerosos acercamien-         imaginación artística a postular
teriales y una biblioteca de 159      tos: la percepción, la relación en-    un cuerpo sin herencias ni deter-
tomos, entre los que destacan,        tre el mundo de los sentidos y el      minaciones”.
ecos de la España perdida, los        mundo de la letra, la imagen lite-         Un purista de la crítica bucó-
Quevedo, los Saavedra Fajardo y       raria.                                 lica (T. G. Rosenmeyer, T. P. Ha-
los Góngora. El ejemplar autó-            De los tres libros, el de Morá-    rrison, W. J. Kennedy...) podría
grafo de la Etica fue vendido a       bito parece ser el esfuerzo más sis-   hacer notar que en ocasiones Mo-
Leibniz, el único contemporáneo       temático, más ambicioso, puesto        rábito descuida demasiado el pai-
ilustre de Spinoza que se atrevió,    que se presenta como el recorrido      saje para concentrarse en sus pa-
en 1676, a visitarlo.                 por una de las imágenes más per-       seantes, pero también es posible
    El filósofo fue enterrado en la   sistentes de la literatura, elevada    contrargumentar que en la litera-
Nieuwe Kerk, en una fosa común        a la categoría de Arquetipo: la        tura moderna el personaje ha ga-
y alquilada. Años después un pas-     Arcadia, el tema de la ensoñación      nado importancia en detrimento
tor protestante se tomó la moles-     bucólica y sus prolongaciones en       de la escenografía (véanse, por
tia de escribirle el siguiente epi-   una serie de géneros literarios mo-    ejemplo, los ensayos de William
tafio: “Escupid sobre esta tumba.     demos o incluso en delirios políti-    Empson: Some Versions of Pasto-
Aquí yace Spinoza. Pluguiera a        cos, como el nazismo. A contra-        ral). Por eso el hilo conductor del
Dios que también su doctrina es-      corriente de una serie de estudios     libro de Morábito no es tanto un
tuviera aquí enterrada. Entonces      que se limitan a ver el ideal arcá-    paisaje y sus características como
esa pestilencia no envenenaría        dico como trasfondo de algún           una serie de encamaciones o per-
más el alma. Beneditus Spinoza,       otro “contenido” (el amor cortés,      sonajes mitológicos y literarios
judío renegado, que combatió          la doctrina neoplatónica, la corte     donde “lo bucólico” reaparece mi-
con saña al mismo Dios. Jamás         en clave...), este ensayo analiza al   metizado bajo diversas formas de
produjo el infierno monstruo más      mismo tiempo las características       monofocalismo: Polifemo, el Ca-
impío, ya que renegáis de aquel       de la Arcadia y las de sus habi-       ballero Andante, el Científico
ante el cual los mismos diablos       tantes. Si desde Curtius se nos ha-    verneano, Don Juan, Drácula, Hi-
tiemblan. ¿Quién os iguala en         bla de la características del locus    tler, Hermes, Filoctetes...
perversidad? Yo afirmo que lo ig-     amoenus, Morábito prefiere ver             El problema no es (como escri-
noro.” 6                              ese paisaje con los ojos de los pas-   bió algún reseñista despistado)

38 V UELTA 246       MAYO DE   1997

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  • 1. asombrosa. Resulta importante y Diría que a Simmel están dedi- paisaje. Después se aprovecha y revelador, de pronto, el asiento cadas las mejores páginas, si no se disfruta de mejor modo la lec- que Lucaks ocupaba en clase, el fuese porque es difícil decidir; sí al tura pausada y repetida, de años nerviosismo de Ortega en una menos las que de manera más in- acaso. Como ese extraño mo- noche particular, un parentesco mediata y apremiante se refieren mento de nuestra historia inte- remoto, un lío de faldas. Porque a nosotros. Gil Villegas encuentra lectual, el libro de Francisco Gil con esos materiales adquieren las en Simmel la mejor manera de Villegas puede ser inagotable. < ideas consistencia: de ellos de- afrontar la tragedia de la cultura pende la última, decisiva cohe- moderna: un hallazgo, una revela- sión de un punto de vista. Algo ción que define el contenido inte- que uno descubre, que uno en- lectual de ese segundo momento CHRISTOPHER DOMÍNGUEZ tiende sin apenas saber cómo, al decisivo en la historia intelectual MICHAEL pasar y de propina, sin la pesadez de la Modernidad. Y que todavía ni el ingenuo rigor de un modelo nos concierne, de manera igual- teórico. mente grave si no más. B IO G RAF ÍAS DE S PINOZA Todo en el libro apunta -pa- Ese es seguramente el gran te- rece apuntar- hacia Martin ma del libro, que acompaña como Heidegger; y eso puede echar pa- un bajo continuo los agitados ra atrás incluso a los especialistas, contrapuntos del relato de la vida que son gente de buenas tragade- universitaria alemana de princi- ras e insomnios pertinaces. Por- pios de siglo. Lo que importa y 0l que resulta, además, que Heideg- hace falta es discernir los proble- ger era en efecto tal como lo mas, los sobresaltos, las preguntas Yurmiyahu Yovel, Spinoza, el marrano pinta la leyenda: de un rigor in- que se propuso aquella genera- de la razón, Anaya /Muchnik, Barcelo- franqueable, una inteligencia ción que definió, digamos, el na, 1995, 462 pp. vertiginosa y extática. Sin em- punto de vista de nuestro siglo. El Atiliano Domínguez (comp.), Bio- bargo, el verdadero protagonista tema de la muerte y el de la buro- grafías de Spinoza, Alianza Editorial, del libro no es él, ni Lukács ni cracia, el horizonte terrible de la Madrid, 1995, 293 pp. Ortega tampoco: no, ninguno de ciencia y la técnica, la fascinante ellos sino ese sigiloso y divertido idea de la decadencia, la deshu- urante medio milenio, duende (“ardilla filosófica”, decía Ortega) que fue Georg Simmel. manización y, por supuesto, el Tiempo. Mi favorito es, no obstante, el breve capítulo dedicado al ensayo D gracias a la tolerancia mu- sulmana, España fue el centro floreciente de la judería europea. Y tan pronto como los como forma literaria. En él se cristianos empezaron a vencer a anudan muchas cosas, se resuel- los moros, el judaísmo retrocedió ven varios de los acertijos que dramáticamente. En 1391, un si- ofrece el libro; hay también un glo antes de la expulsión, la turba tramo verdaderamente emocio- sevillana protagonizó un motín nante en que se relata el encuen- antisemita que se extendió por to- tro con Ortega y Heidegger, tan- da Andalucía. Miles de judíos fue- tos años después. Pero lo más ron arrastrados hasta la pila, don- llamativo son los trazos radicales, de aceptaron el bautismo para de una simplicidad renacentista salvar la vida. Hubo pocos casos con que se bosqueja la vocación de martirio. Hacia 1412, San Vi- temperamental para el ensayo y cente Ferrer aterrorizaba a los ju- sus encadenadas, inapreciables díos atravesando sus vecindades al consecuencias intelectuales. frente de un tropel de monjes fla- Por sus dimensiones, por el te- gelantes. Y el antipapa Benito XII ma, parecería natural sugerir una organizó la disputa de Tortuosa, lectura pausada y minuciosa. espectáculo teológico donde se Creo, sin embargo, que conviene obligaba a los rabinos a discutir leerlo de un tirón, a saltos inclu- con los judíos renegados, llamados so, y un poco desordenadamente: desde entonces “cristianos nue- tenerlo a la vista todo, como un vos” o marranos. La mayoría se ha- 34 VUELTA 246 MAYO DE 1997
  • 2. bía convertido al cristianismo de marrano de la razón (1989) la tra- vía bajo el gobierno liberal de Jan buena fe. Algunos lo hicieron por ma biográfica de un joven judío de Witt (1625-1672). Holandés atrición y no fueron pocos quie- que rompió, al mismo tiempo, por solidaridad política, Spinoza nes siguieron practicando la ley con el Antiguo y el Nuevo Testa- se sintió desolado cuando los mo- mosaica en la clandestinidad. mento. La hipótesis manejada nárquicos asesinaron a De Witt Los marranos conservaron su por Yovel no es nueva: ya fue ex- para restaurar a la casa de Orange. poder económico hasta 1449 cuan- puesta por Gabriel Albiac en La Se ignora el grado de privanza que do los cristianos viejos de Toledo sinagoga vacía. Un estudio de las hubo entre Spinoza y De Witt pe- reiniciaron los pogromos. La pure- fuentes marranas del espinosismo ro el patricio republicano fue deci- za de sangre, bandera del antise- (1987), pero en esta biografía sivo para la imaginación política mitismo, fue considerada un es- queda plasmada mediante el do- del filósofo. Spinoza escribió en cándalo teológico por el rey y por ble propósito de ofrecer una vida latín y su holandés era defectuoso. el papa. Era una herejía que nega- y una interpretación. Hijo de un comerciante aco- ba la efectividad del bautismo y La conciencia marrana, según modado que fue parnas (anciano o excluía del canon de la cristian- Yovel, fue un vivero de la crítica mayor) de la comunidad de Ams- dad a todos los conversos desde moderna. Los letrados marranos, terdam, Baruch Spinoza (no veo los evangelistas y San Pablo. Pero judíos educados como cristianos razón de peso para hispanizar su un siglo después la pureza de san- que regresan al judaísmo, comuni- nombre y apellido) recibió la edu- gre reclamada por los cristianos dad a la que pertenecen pero cu- cación judía tradicional: hebreo, viejos quedó estatuida como fun- yos símbolos y valores ya no com- escriturística, Talmud y filosofía. ción principal del Santo oficio de parten, vivieron el drama de una Huérfano a los veinte años, probó la Inquisición. El triunfo de la Re- mente escindida que acaba por fortuna en los negocios familiares, conquista en Granada provocó el dudar del legado testamentario y sin dejar de asistir a la escuela re- éxodo de cien mil judíos hacia la se aferra a formas revolucionarias ligiosa del rabino Saúl Levy Mon- otra orilla del río Tajo, donde el de racionalidad. Yovel estudia a teira, donde conoció al sabio Me- nuevo imperio portugués necesi- los precursores de Spinoza que vi- nasseh Ben Israel, cuya tertulia taba de sus habilidades financie- vieron esa tragedia intelectual. reunía a los judíos cultos del país. ras. Manuel 1, flamante rey de Uno de ellos fue Uriel Da Costa, Fue allí donde escuchó la desgra- Portugal, les ofreció a los hebreos que de cristiano-no-cristiano pa- ciada historia de Da Costa y reci- la inmunidad por una generación so a ser, en Amsterdam, un ju- bió las influencias del doctor Pra- a cambio de una conversión ape- dío-no-judío, para acabar suici- do, marrano español, y de Isaac La nas formal al catolicismo. Y du- dándose cuando Spinosa tenía Peyrère, un calvinista heterodoxo rante el siglo XVII, los marranos ocho años. Es probable que el ni- que predicaba la unión entre cris- salieron de Portugal, reintegrán- ño Baruch estuviera entre los ra- tianos y judíos. No sabemos cómo dose al judaísmo en Bayona, Tou- paces que apedreaban al doble he- maduró la decisión del joven Spi- lose, Venecia, Londres y Amster- reje por las calles de la judería. El noza de romper públicamente con dam. En esa ciudad holandesa se doctor Juan Daniel de Prado, ami- la Sinagoga. refugiaron los padres del filósofo go de Da Costa, dijo de él: “Es so- Un día del otoño de 1655, qui- Baruch Spinoza, nacido en ‘di- lo a ti a quien acaeció ser falso zá tras haber sufrido un atentado ciembre de 1633. cristiano donde no podías ser ju- saliendo del teatro, Spinoza negó “Todo filósofo”, escribió Berg dío y judío falso donde podías ser- la ley mosaica. Seis meses antes son, “tiene dos filosofías: la suya y lo sincero.” aún acataba las devociones comu- la de Spinoza”. Esta frase nos re- Amsterdam era, a mediados nitarias. El 27 de julio de 1656 se mite a la vida simple y misteriosa del siglo XVII, lo que para nuestra da lectura a la excomunión de del primer intelectual plenamen- centuria serían Viena o Nueva Spinoza “con todas las maldicio- te moderno, el discípulo holan- York, capitales de una inteligencia nes escritas en la Torá: maldito dés de Descartes que negó toda judía abierta a la modernidad. Los sea de día y maldito sea de noche, autoridad mistérica a las Sagradas judíos holandeses estaban a mun- maldito en su reposo y maldito en Escrituras, desligándose franca- dos enteros de distancia de los su vigilia”. mente tanto del judaísmo como guetos de Europa oriental, como Cualquier excomunión es una del cristianismo, postulando un los reformados de esa república vi- lectura poco edificante. Mas Yo- Dios necesitado de sí mismo’y vi- vían lejos de la Suiza calvinista. ve1 se cuida de explicar que esa sible a través de las leyes de la na- Aquel hervidero de herejías, sitio proscripción (herem) era habitual turaleza. El profesor israelí Yirmi- donde se encontraron el Renaci- en Amsterdam. Castigaba cual- yahu Yovel explica en Spinoza, el miento, la Reforma y las Luces, vi- quier conducta, por insignificante M AYO DE 1997 V U E L T A 246 35
  • 3. que hera, que violáse la Ley. Rara el ateísmo “malvado, monstruoso dico calvinista Lucas confiesa que vez se aplicaba a herejes o blasfe- e impío” del biografiado, pero ex- “es sorprendente que haya que mos. En el caso de Spinoza fue presan una morbosa y al final ren- ocultarse para escribir una vida, una medida disciplinaria interna dida admiración por él. Pierre como se hace para cometer un cri- que segregaba a un impío. Una B ayle ( 1647-l706) primer enci- men. Pero, sobre todo, si esos acusación de ateísmo contra un clopedista, que había pasado sin grandes hombres se han hecho cé- judío desprestigiaba a una comu- é xito del protestantismo a la Igle- lebres por vías extraordinarias y nidad bullente bajo la protección si a Católica para morir repudiado desconocidas al común de los del gobierno de De Witt, que de- P or ambas confesiones, sufre co- mortales... Pero cualquiera que fendía la libertad de investigación m o un condenado frente a la sea el riesgo que se corra en tan en las universidades y la toleran- altracción de Spinoza. No creo que espinosa tarea, bien poco prove- cia religiosa en la vida pública. 1a historia occidental registre un cho habría sacado yo de la filoso- Spinoza, a diferencia de los here- C aso similar. Spinoza, que aterraba fía de aquel cuya vida y máximas jes cristianos, no conocería prisio- a las conciencias más ilustradas, me propongo describir, si temiera nes ni sufriría la hoguera. Los ju- nunca provocó una sola calumnia asumirlo. Temo poco a la furia del díos decretaron únicamente su de orden personal. Tras condenar pueblo.” muerte civil. Más tarde Spinoza si n taxativas su obra, los biógrafos Spinoza, que en vida sólo pu- abandonó Amsterdam y se insta16 confiaban que a pesar de ésta, ha- blicó un opúsculo sobre Descar- en una ciudad más benigna, La bía sido un hombre intachable tes y el Tratado teológico-político Haya. Heine, uno de sus mejores dominado por la bondad, la tem- (1670) anónimo y con falso pie lectores, revirtió la paradoja del P lanza y el desinterés, fumador de de imprenta, había creado en su marrano: “Los gentiles tuvieron la P ipa cuya única maldad era captu- persona un nuevo tipo de pensa- generosidad de asegurarle el título rar moscas para dejarlas caer, in- dor, el investigador solitario e in- de judío del cual los judíos lo ha- válidas, en la tela de la araña. dependiente ajeno a todas las bían privado.” Para aquellos comentaristas es- iglesias. Inclusive, el propio Spi- La leyenda de Spinoza co- cribir sobre Spinoza era una faena noza se considero indigno de dar mienza en este punto, presentán- d ifícil de librar. ¿Cómo condenar cátedra en Heidelberg, donde fue dolo como un pintoresco sabio un sistema diabólico mostrando a invitado, pues no deseaba poner medieval que pulía lentes para so- su creador como un santo? El mé- en riesgo la tranquilidad de sus brevivir. Sabemos que la óptica era una ciencia nueva que le apa- sionaba. Es probable, dice Pierre Bayle, que el polvo vítreo acelera- se la tuberculosis que lo mató a los cuarenta y cuatro años. Y gracias a las cinco antiguas Biografías de Spinoza compiladas por Atiliano Domínguez, corroboramos que Spinoza fue un becario sostenido por un puñado de amigos que cu- brían sus frugales necesidades. Las Biografías de Spinoza son una lectura de interés para acom- pañar El marrano de la razón. Ati- liano Domínguez, competente editor y traductor de las obras spi- nozianas (Alianza Editorial), reu- nió los textos de Jarig Jelles (1677) Pierre Bayle (1697 y 1702) Kortholt hijo (1700) Colerus ( 1705) y Lucas (1719) sobre el fi- lósofo. Salvo el primero -escrito por el albacea y prologuista de la Opera póstuma de Spinoza- to- dos los relatos pretenden refutar 36 V UELTA 2 4 6 MAYO DE 1997
  • 4. eventuales estudiantes, difundien- mo (y más aun en su dispersión tamento fue una religión teocráti- do una filosofía condenada por to- marrana) prohija una ausencia. ca cancelada por la historia tras la das las facultades. Confiaba en Ese vacío explica que el origen ju- segunda destrucción del Templo. que cada quien encontrara, como dío de Marx, Freud o Einstein de- El filósofo encuentra en los profe- él lo había hecho, su propio cami- termine su devoción por la inma- tas hebreos el anuncio de los crí- no hacia la razón, que no la ver- nencia, atribuyendo a la historia, menes del cristianismo; también dad. Más cercano a Galileo que a el inconsciente o el universo las lee en la Biblia el anhelo de la ar- Voltaire, Spinoza prefirió compar- potestades del creador. Spinoza monía universal. Por ello Nietzs- tir su sabiduría con un puñado de sabía que la mera observancia de che y Marx se hermanan ante oscuros elegidos con los cuales los ritos permite leer el envés de Spinoza: el Eterno Retorno dra- sostuvo una voluminosa corres- las religiones, penetrando en una matiza la inmanencia o el mus pondencia. realidad armoniosa ante la que economicus sustituye al mos geome- La segunda parte de El marrano Erasmo y Descartes retrocedieron tricus de la razón, de Yovel, sigue la in- horrorizados. Sin trascendencia, Pero si Spinoza criticó el pro- fluencia de Spinoza en el pensa- la salvación es innecesaria. Que- fetismo hebreo, él mismo profe- miento moderno, tarea un tanto da el hermoso espectáculo de la tizó el Estado de Israel. La circun- desmesurada que el profesor cum- Creación. cisión, dijo en el Tratado teológi- ple ajustadamente. Acaso sea pre- El filósofo holandés no creía, co político, garantiza por sí misma ferible un libro más concentrado como se le interpreta abusiva- la continuidad del judaísmo, cuya C O m O PO r Un Spinoza radical (FCE) mente la frase de Leibniz, que el secularización podría resultar en de Paul Wienpahl, traducido por nuestro fuera el mejor de los uni- una forma estatal. Spinoza, arries- Adolfo Castañón en 1990. versos posibles. Su crítica de las ga Yovel, secularizó la historia ju- A falta de una comunidad laica supersticiones judeocristianas fue día sabiendo que ésta minaría su -el mundo del futuro-hubo Spi- la de un reformador moral, para propia heredad, la civilización noza de elegir una situación insóli- quien el Estado laico era el justo cristiana: un argumento póstumo ta: la soledad de la razón, ese labo- medio entre la anarquía y el des- tan fecundo para negar la moder- ratorio de geometría donde diseñó potismo. Y al decir que la virtud nidad como para explicarla. Yir- su Ética. Yovel localiza con preci- es su propia recompensa, Spinoza miyahu Yovel prefiere terminar su sión lo que en Spinoza une al ma- crela ingenuamente que las masas libro con Freud, el último de los rrano con el moderno. En primer serían educadas según la razón. grandes hijos de Spinoza, “su her- termino, la prudencia (o el fingi- Cuando su portera le preguntó si mano en la falta de fe”, que como miento) del viejo biblista que in- la religión profesada por ella era la él negó la trascendencia derivada troduce entrelíneas aquellos versí- buena, nuestro inquilino la tran- de las religiones monoteístas. Las culos cuya lectura correcta, él lo quilizó con una máxima ecuméni- furias provocadas por Freud, ano- sabe, incendiara el mundo. No es ca en su día escandalosa: cual- ta el biógrafo, sólo son compara- que Spinoza haya sido ateo: Hegel quier devoción es útil si se rige bles a las suscitadas por Spinoza. aclaró que “en él hay demasiado por la ética. A diferencia de Tho- Y el filósofo holandés pudo con- Dios’!. Una totalidad divina que se mas Hobbes (1588-1679), su her- testar como lo hizo el psicoanalis- identifica con el universo y con- mano en racionalismo y su enemi- ta vienés: “¿Qué le queda a us- vierte al Dios testamentario en un go en moralidad, Spinoza creía ted de judío, si abandonó todas dato histórico, en el espejo donde que la represión política y la vio- las características comunes a su una mentalidad concreta, obra de lencia religiosa desaparecerían g e n t e ? Mucho, y probablemen- los hombres, quiso mirarse. gradualmente bajo el imperio de te la esencia.” Spinoza fue el padre de la críti- la razón. El mundo debería ser co- En 1925 el historiador Joseph ca bíblica y el filósofo de la inma- mo lo soñó Spinoza, pero desgra- Klausner subió en Jerusalén al nencia. Esta última, lo subraya ciadamente sigue siendo como lo monte Escopo y proclamó “Ba- Yovel, está emboscada en el cora- describió Hobbes. ruch Spinoza, eres nuestro herma- zón de la teología judía. La tras- El marrano de la razón concluye no”. Más tarde fue Ben Gurión, cendencia hebrea, en apariencia con la polémica situación de Spi- primer ministro de Israel, quien tan arrebatadoramente mesiánica, noza ante el judaísmo. Tanto los encabezó una campaña para le- carece de una escatología que in- reformadores judíos como los an- vantar la excomunión de Spinoza. volucre el alma individual y su tisemitas abrevaron en Spinoza y Y obtuvo que en 1953, el rabino salvación. Sin el castillo de la re- ambos tienen buenas razones para Yitzhak Haleví Herzog, haciendo velación cristiana, con sus mora- sentir saciada su sed. Según Spi- una interpretación sutilísima del das divinas e infernales, el judaís- noza el judaísmo del Antiguo Tes- anatema contra Spinoza, autoriza- M AYO DE 1997 V UELTA 246 37
  • 5. ra la lectura de su obra. No hay tores y explicar las características actualmente una institución nor- E RNESTO H ERN Á NDEZ B USTO del mundo bucólico a partir de la mativa en el judaísmo, aclara Yo- visión pastoril (monofocalismo vel, que pueda ratificar o levantar abstracto, primitivo, utópico, que el edicto de 1656. Acaso esa sea la LOS PASTORES SIN OVEJAS “ignora el principio de realidad victoria postrera de Spinoza entre implícito en la visión estereos- los judíos. El actual museo hebreo cópica”). de Amsterdam, invocando el Ac- Si antes el mundo bucólico se ta de Igualdad Civil de 1796, que De Fabio Morábito reducía al paisaje, convertido a su declara la libertad de todo judío vez en la coartada de algún propó- para decidir que expresión dar a b sito exterior, ahora, visto desde su condición, honra la memoria las características de los persona- de Spinoza. CNCA El Equilibrista, México, 1996, jes que lo recorren, ese mundo ad- Baruch Spinoza murió el 21 de 229 pp. quiere un perfil menos estrecho, febrero de 1677. Arthur Schopen- una autonomía imaginaria. Su M hauer se glorió de haber nacido el e llama la atención que quietud (que no es sinónimo de 22 de febrero de 1788, es decir, tres de los mejores li- inmovilidad) se transforma en el cien años más un diez por ciento __ bros de ensayo publica- correlato de un cuerpo sin órga- y un décimo de tal porcentaje, dos el año pasado (El salón de los nos, sin apetitos, sin pasiones, comprobando que sumando un espejos encontrados de Jaime Mo- destinado al lamento y a la reco- uno a las cifras del día de su óbi- reno Villarreal, Retrato hablado de lección. Aunque luego Morábito, to, se obtenía la fecha de naci- Francisco Segovia y Los pastores en un incomprensible arrebato miento del amantísimo discípulo. sin ovejas de Fabio Morábito) per- sociológico, afirme que “la aboli- Más allá de las interesadas (y tenezcan a autores de la misma ción del pasado histórico que rea- exactas) numerologías schopen- generación y se ocupen de un te- liza la alta burguesía del Quattro- hauerianas, sabemos que Spinoza ma lo bastante amplio como para cento obliga (?) en el terreno de la dejó al morir escasos bienes ma- permitir numerosos acercamien- imaginación artística a postular teriales y una biblioteca de 159 tos: la percepción, la relación en- un cuerpo sin herencias ni deter- tomos, entre los que destacan, tre el mundo de los sentidos y el minaciones”. ecos de la España perdida, los mundo de la letra, la imagen lite- Un purista de la crítica bucó- Quevedo, los Saavedra Fajardo y raria. lica (T. G. Rosenmeyer, T. P. Ha- los Góngora. El ejemplar autó- De los tres libros, el de Morá- rrison, W. J. Kennedy...) podría grafo de la Etica fue vendido a bito parece ser el esfuerzo más sis- hacer notar que en ocasiones Mo- Leibniz, el único contemporáneo temático, más ambicioso, puesto rábito descuida demasiado el pai- ilustre de Spinoza que se atrevió, que se presenta como el recorrido saje para concentrarse en sus pa- en 1676, a visitarlo. por una de las imágenes más per- seantes, pero también es posible El filósofo fue enterrado en la sistentes de la literatura, elevada contrargumentar que en la litera- Nieuwe Kerk, en una fosa común a la categoría de Arquetipo: la tura moderna el personaje ha ga- y alquilada. Años después un pas- Arcadia, el tema de la ensoñación nado importancia en detrimento tor protestante se tomó la moles- bucólica y sus prolongaciones en de la escenografía (véanse, por tia de escribirle el siguiente epi- una serie de géneros literarios mo- ejemplo, los ensayos de William tafio: “Escupid sobre esta tumba. demos o incluso en delirios políti- Empson: Some Versions of Pasto- Aquí yace Spinoza. Pluguiera a cos, como el nazismo. A contra- ral). Por eso el hilo conductor del Dios que también su doctrina es- corriente de una serie de estudios libro de Morábito no es tanto un tuviera aquí enterrada. Entonces que se limitan a ver el ideal arcá- paisaje y sus características como esa pestilencia no envenenaría dico como trasfondo de algún una serie de encamaciones o per- más el alma. Beneditus Spinoza, otro “contenido” (el amor cortés, sonajes mitológicos y literarios judío renegado, que combatió la doctrina neoplatónica, la corte donde “lo bucólico” reaparece mi- con saña al mismo Dios. Jamás en clave...), este ensayo analiza al metizado bajo diversas formas de produjo el infierno monstruo más mismo tiempo las características monofocalismo: Polifemo, el Ca- impío, ya que renegáis de aquel de la Arcadia y las de sus habi- ballero Andante, el Científico ante el cual los mismos diablos tantes. Si desde Curtius se nos ha- verneano, Don Juan, Drácula, Hi- tiemblan. ¿Quién os iguala en bla de la características del locus tler, Hermes, Filoctetes... perversidad? Yo afirmo que lo ig- amoenus, Morábito prefiere ver El problema no es (como escri- noro.” 6 ese paisaje con los ojos de los pas- bió algún reseñista despistado) 38 V UELTA 246 MAYO DE 1997