La cultura Wari floreció en los Andes centrales del Perú entre los años 500 d.C. y 900 d.C., construyendo un gran imperio con capital en la ciudad de Huari. El imperio Wari conquistó militarmente a numerosos pueblos vecinos y se extendió para controlar gran parte del Perú central. Aunque menos conocido que los Incas, el imperio Wari duró más tiempo y enseñó la importancia de la unificación cultural.