7. Castillo de Fatetar
ÍNDICE
1. Orígenes
2. Siglos X-XII
3. Finales siglo XIV y XV: Espera en la órbita de los Ribera
4. Siglo XVI: Fadrique Enríquez de Ribera
5. Siglo XIX: los franceses en Espera
6. Descripción del Castillo de Fatetar
6.1. La fortaleza
6.2. Las canteras
6.3. La ermita del Santo Cristo de la Antigua
7. Planimetría
7.1. Plano de emplazamiento
7.2. Planta
7.3. Planta con las líneas de muralla
7.4. Alzado norte
7.5. Alzado sur
7.6. Alzado este
7.7. Alzado oeste
7.8. Planta torre del homenaje
7.9. Planta de los aljibes
8. Documentos anexos
9. Archivos
10. Bibliografía
Iglesia Santa María de Gracia
1. Obra arquitectónica
2. Campanario
3. Retablo mayor
4. Sacristía
5. La capilla del Sagrario
6. Retablo de las Ánimas
7. Abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada de Jerusalem
8. Imaginería
9. Pila bautismal
10. Archivos
11. Bibliografía
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Agradecimientos
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8.
9. IGLESIA PARROQUIAL DE SANTA MARÍA DE GRACIA, 400 AÑOS
CASTILLO DE FATETAR 1.100 AÑOS
Esta Parroquia de Santa María de Gracia, a la que tengo la honra de servir, está al servicio del Patrimonio
Cultural de la Iglesia en Espera. Con otras palabras, de todos aquellos bienes muebles, inmuebles y
documentales que, a lo largo de los siglos, la Iglesia en Espera creó, recibió, conservó y sigue utilizando para
el culto, la evangelización y la difusión de la cultura.
Es un patrimonio extenso y variado, nacido en el seno de la Iglesia para fines religiosos, y que hoy atrae
hacia sí un gran interés cultural. Son creaciones artísticas para el servicio divino, que expresan la fe y que
son un extraordinario instrumento para evangelizar a cuantos las contemplan. Tiene una finalidad litúrgica,
evangelizadora y pastoral, a la vez que está abierto al estudio y a la contemplación de la sociedad local y de
todos aquellos que nos visitan.
La Iglesia en Espera quiere conservarlo e incrementarlo para que continúe cumpliendo los fines que le son
propios. Esta Parroquia y su Consejo de Pastoral Parroquial están al servicio de la diócesis de Asidonia-Jerez
y de la Comisión Diocesana de Arte Sacro y Patrimonio en esta noble e importante tarea de conservar el
patrimonio recibido.
Entre los templos de la localidad, el lugar más importante corresponde a la Iglesia Parroquial de Santa
María de Gracia, que es signo de unidad de la Iglesia en Espera, lugar donde acontece el momento más
alto de la vida de los fieles cristianos y se cumple también el acto más excelso y sagrado del ejercicio eclesial,
que implica juntamente, como la misma liturgia que la comunidad cristiana celebra, la santificación de las
personas y el culto y la gloria de Dios.
La Iglesia Parroquial es el centro de la vida litúrgica de la Parroquia. Por esto, ha de ser reverenciada por
todos los feligreses y tenida como lugar propio para la celebración de aquellos actos que por su índole
manifiestan la vida de la Iglesia en Espera.
En la localidad de Espera, existen dos templos: la Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia, donde
se encuentra la sede parroquial, y la Ermita del Señor Santiago, Adosada al Castillo de Fatetar que se
mantiene como recuerdo histórico de la primera sede parroquial de esta localidad, trasladada en 1614 a la
actual sede parroquial.
Es para todos los espereños y espereñas un orgullo poder contar con estos monumentos y celebrar y vivir los
centenarios de la Iglesia Santa María de Gracia y del Castillo de Fatetar.
Antonio José Aguilar Verdugo,
Párroco
10.
11. PRÓLOGO
Es para mí un honor prologar este libro, que, con tanto mimo, se han encargado de confeccionar dos
personas tan relacionadas con la cultura local como Manuel Garrucho Jurado y Pepa Lozano Ramírez y en
cuya publicación han intervenido tan decisivamente José María Sánchez Berlanga, Concejal de Cultura de
este Ayuntamiento y nuestro cura párroco, Antonio José Aguilar Verdugo, sin cuya participación el presente
texto no hubiera visto la luz.
Ambos autores nos hacen partícipes de los entresijos y períodos históricos que tuvieron lugar antes y después
de los dos momentos culminantes en cada caso que ahora celebramos: la construcción del castillo árabe
de Fatetar y la apertura al culto de la Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia, antes Santa María de
la Victoria, nombre este último que todavía reflejaba los tensos momentos vividos contra los musulmanes.
Los dos emblemáticos y monumentales edificios, uno templo renacentista y el otro fortaleza militar árabe,
han tenido momentos gloriosos al igual que han sufrido graves estragos como los acaecidos en los terremotos
de 1636 y 1755. A pesar de ello, está claro que con el primero gozamos de una de las construcciones
de carácter religioso y artístico más bellas de nuestra comunidad andaluza, siendo uno de los principales
artífices el arquitecto mayor de la mismísima catedral de Sevilla, Hernán Ruiz II. El citado monumento
está dedicado a la advocación de Santa María de Gracia, elegante imagen del taller de Pablo Legot, autor
también del impresionante trabajo de los lienzos del retablo Mayor.
En lo referente al majestuoso castillo de Fatetar, se le presuponía su origen como enclave astronómico o
templo primitivo, en la mítica nebulosa de las leyendas dieciochescas del rey Héspero. Plaza sucesivamente
reforzada por turdetanos, romanos y visigodos, alcanzó su mayor apogeo y su consolidación como castillo
árabe en tiempos de Abderramán III, pasando posteriormente a manos cristianas y conformándose allí
su primitiva y antigua iglesia. Ya en manos cristianas, convivió y entrelazó su historia con la de la Iglesia
Parroquial, a la que cedió la supremacía religiosa tras la culminación de esta última en 1614.
No podemos dejar de mencionar la importancia de las canteras locales, tanto las del propio Castillo como
la del cerro adyacente, que sirvieron para la construcción, no solo de ambos edificios, sino de otros tan
importantes como la iglesia de san Pedro en Arcos, la Lonja de Sevilla o algunos de los paramentos y capillas
de la propia Catedral sevillana.
Tanto la Iglesia Parroquial como el Ayuntamiento han colaborado estrechamente en hacer realidad esta
publicación. El objetivo era plasmar en una obra la importancia histórica y artística de ambos monumentos,
como se propuso en un principio el CEIP Antonio Machado, con la colaboración del Museo Arqueológico
de Espera, y el propio Ayuntamiento, al organizar una serie de actividades para la conmemoración de los
1100 años de la construcción del Castillo y los 400 de la apertura al culto de la Iglesia Santa María.
Es un orgullo para todos los espereños el haber podido conservar estos esplendorosos edificios que muestran
la esencia de nuestra historia y nuestra obligación es el trasmitírselos a las generaciones venideras en las
mejores condiciones posibles. Ambos monumentos seguirán unidos, sobre todo en septiembre, por el mismo
Santo Cristo de la Antigua, que acude cada año desde su ermita, al abrigo del Castillo, hasta la Iglesia, su
segunda morada y buscando la cercanía de sus hijos, espereños y espereñas, que tanta devoción le profesan.
Solo me queda felicitar tanto a los autores como a los promotores por la obra, y por supuesto al pueblo
de Espera, para que, una vez más, quede plasmada en letras de oro la historia y el sentimiento de un
pueblo que siempre sorprenderá por su humanidad y buen hacer, su sacrificio y esfuerzo para conseguir la
realización de obras como las estudiadas en este libro.
Vuestro Alcalde,
Pedro Romero Valverde.
15. CASTILLO DE FATETAR
ORÍGENES
Algunos relatos del siglo XVIII, especialmente el del Padre Fray Pedro Mariscal, del convento jerónimo de Bornos, recogen la
leyenda de que la villa fue fundada por el rey Hespero. Según la mitología griega, Héspero es el genio de la estrella vespertina,
padre de Hespéride, quien, casada con Atlante, le dio por hijas a las Hespérides. Leyendas aparte el castillo de Fatetar tiene un
origen confuso, pues son muy pocas las fuentes que nos hablan de su fundación. Vamos a intentar esclarecer los datos que existen
sobre el castillo espereño.
No cabe duda de que las posibilidades defensivas que ofrece el
monte Fatetar son el origen de la actual villa de Espera. Enfrente
del cerro, aproximadamente a un kilómetro de distancia y
ubicado sobre una colina de las mismas características, se
asienta el yacimiento arqueológico de Esperilla. Esperilla según
Pierre Sillieres correspondería al asentamiento de Cappa que se
hallaba junto a la Vía Asido, el antiguo camino romano que iba
de Híspalis (Sevilla) a Asido (Medina Sidonia), poniendo en
comunicación el Valle del Guadalquivir con el Estrecho y que
años posteriores serviría para la entrada de los musulmanes
hacia el centro de la Península. En un momento determinado
y por causas desconocidas, Esperilla es abandonada y su
población debió establecerse en el cercano monte Fatetar. A
la caída del Imperio de Roma, los visigodos se asentaron en
el mismo creando una pequeña aldea cuyos exiguos restos se
conservan en el Museo Arqueológico de Espera: dos cantos
decorados hallados uno de ellos en las laderas del castillo y
otro en los cimientos de una casa particular; en la fachada del
castillo se observa una ventana ciega con un dintel con tres
estrellas de seis puntas labradas de esta misma época. También
han aparecido en las laderas cerámica visigoda y hebillas de
cinturón de la época. Todos estos restos pueden datarse hacia
los siglos VI-VII d.C.
Historia de dos monumentos 15
1
Vista desde la torre albarrana de la muralla oeste
Ventana con decoración visigoda
16. A partir del 711 el pequeño poblado pasa rápidamente a manos musulmanas ya que por sus cercanías discurría la antigua calzada
romana, mencionada más arriba, que es utilizada por aquéllos en su incursión peninsular. Los restos de ese período histórico que
aún se conservan en el recinto del castillo son escasos, destacando un lienzo de la línea exterior de murallas por encima del tajo
que dio lugar a una cantera de piedra que estuvo abierta en el monte hasta el siglo XIX y la ventana ciega con arco de herradura
apuntado, enmarcado con un alfiz, aunque es difícil determinar si fue obra árabe o se realizó con las obras que llevaron a cabo
los Ribera en época más tardía. Dentro del mismo castillo y sus alrededores fueron muchas las monedas árabes encontradas,
entre ellas algún dinar de oro y varios dirhem plata plata, así como algún pequeño fragmento de cerámica, varios dedales para la
costura del cuero, etc.
Dínar de oro árabe
2 Dirhem de plata
Ventana con decoración musulmana
SIGLOS X-XIV
La documentación bibliográfica de esta época es bastante pobre; el primer texto en que aparece Espera es la crónica del califa
Abderramán III an-nasir (Al-Muqtabis) de Ibnn Hayyan en la que se cuenta que fue este personaje, antes de llegar al califato,
quien en 914 viniendo de apaciguar una revuelta en las provincias de Málaga y Cádiz, llega a Asbira o Isbira procedente de Arcos:
“luego entró an-Nasir en Sillibar (castillo cercano a Montellano), terminando su cuidado por la seguridad de la Cora de Sidonia
(Medina Sidonia) y construyendo la fortaleza de Asbira contra la de Agut, donde puso de caid o jefe militar a Yamil b. Uqba al
Balawi, que era señor de Lora, con nutrido número de caballeros, de bereberes tangerinos e infantes incorporados con armamento
y provisiones completos”. Esto debió ocurrir antes del 28 de junio del citado año, ya que ese día se encontraba Abderramán frente
a Carmona. Este Yamil es el primer personaje histórico del que tenemos noticias en relación a Espera.
Según Ahmed Tahiri1, Espera fue elegida como cabeza de partido de la cora de Siduna (Medina Sidonia) y Al Balawi fue el
primer gobernador nombrado al frente de la nueva sede provincial. Desde ese momento Espera desempeñó ese papel durante
quince años, antes de ser desplazada la capitalidad de la cora de Siduna a Calçena (en las cercanías del cortijo de Casinas, muy
cerca de la Junta de los Ríos, término municipal de Arcos de la Frontera).
1 TAHIRI, AHMED. “Rif Al-Magreb y Al- Ándalus. p. 141.
16 Historia de dos monumentos
17. CASTILLO DE FATETAR
La línea de demarcación administrativa entre Sidonia y Morón se determinó durante la campaña de apaciguamiento de Abderramán.
La frontera se fijó por el hisn (castillo) de Sillibar (Montellano) y el castillo de Asbira (actual Espera). Una importante guarnición
se colocó en la recién construida fortaleza para que sirviera de base a los omeyas contra los insumisos de Morón2.
El mismo autor, siguiendo a Al-Faradí, menciona la alquería de “Balat Abí- al-Ayannas, situada en Iqlim Isbira” incorporado a
la cora de Sidonia. Tahiri hace coincidir esta alquería con Carissa Aurelia, “reactivada durante la época islámica bajo la nueva
denominación relacionada con la figura noble de Abí-l-Ayannas”3.
El año 1212 marca el principio del fin del poder almohade en la Península con la batalla de Las Navas de Tolosa (provincia de
Jaén). Durante esa campaña parte de las tropas musulmanas hubieron de pasar por Espera camino de Las Navas. A mediados
de abril de 1211, el ejército almohade desembarcó en las costas de Tarifa. Carlos Vara4 hace referencia al camino tomado por
las tropas musulmanas que llegaron a la Península antes de la batalla como la antigua Vía Asido que hemos mencionado más
arriba, es decir una vez desembarcadas las tropas en las cercanías de Tarifa buscarían el camino de Vejer y de allí a Medina
Sidonia, Baños de Gigonza, Junta de los Ríos, cortijo de Jaudón o Sierra Gamaza, Esperilla, llegando a Torres Alocaz. De allí
a Dos Hermanas y finalmente Sevilla. El califa almohade Muhamad an-Nasir volvía de África donde acababa de derrotar a los
descendientes de los almorávides que pretendían apoderarse de las costas africanas almohades. An-Nasir, según Carlos Vara,
debió acampar en Medina durante la cuarta jornada tras el desembarco, la quinta la haría en Gigonza, luego lo haría en Arcos y
la sexta la realizaría una vez pasado Espera, en el Cerro de Calero, parando posteriormente en Torres Alocaz, Dos Hermanas y
Sevilla donde se encaminaría hacia Santa Helena (Jaén) lugar de la batalla.
El paso de Espera a manos cristianas se debió de producir al mismo tiempo que Arcos, de quien dependía, hacia 1248-50. Prueba
de ello es que en 1249 Criste, una antigua aldea en el pago de Santiago (Las Viñas, Espera), es cedida a la Orden de Calatrava
por el Infante Enrique, hijo de Fernando III.
Fernando III fue apoderándose, por distintos medios, de todo el Valle del Guadalquivir. En noviembre de 1248 capitula Sevilla y
a raíz de ese acontecimiento, en los meses siguientes se van sometiendo en virtud de pactos, toda la zona de Jerez, Arcos, Medina,
Cádiz y Vejer. Todavía han de pasar algunos años para que todo este territorio pase definitivamente a manos cristianas. Muchas
de estas tierras quedan casi deshabitadas y deben ser repobladas. Siguiendo a J. González y Ladero Quesada, las líneas maestras
de repoblación y reparto de bienes seguidas por la monarquía en Andalucía a las Órdenes Militares fueron muy distintas a las de
las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana. Efectivamente ahora no se donan lugares cercanos a las ciudades sino que las donaciones
se limitan a zonas fronterizas, menos rentables económicamente, pero más acordes con sus fines militares y religiosos. En una
Carta de Donación la aldea fue cedida en los mismos términos que había tenido en tiempos de los almohades y con la condición
de que el maestre se obligaba a respetar a los moros “sus fueros de la misma manera que los tenían”.
Posteriormente Alfonso X, en otra carta, decide respetar los donadíos que la Orden de Calatrava había recibido de su hermano
Enrique, tanto en el término de Morón como en el de Arcos en la citada alquería de Siste o Chist o Christe. Así el monarca la
vuelve a conceder a la Orden de Calatrava el 7 de mayo de 12535. En 1258 se refuerza esta donación al concederle Alfonso X
la facultad de adquirir por compra o donación, no por la fuerza, a los lorigueros y menestrales de Sevilla, heredades para esta
aldea por un total de ciento veinte yugadas. En esta carta se deslindan los términos de la aldea. En ella aparecen algunos nombres
que podemos localizar todavía por la toponimia y otros de los que es más difícil su localización. Algunos de esos nombres son
Ruchina (Cortijo de Ruchena, cerca de la Barriada de Fátima), Machar Experem (la antigua aldea de Espera en el castillo Fatetar),
Machar Alcarit (posiblemente la aldea de Carixa: restos de la antigua Carissa Aurelia íbero-romana).
En otra de las Cartas de Donación, fechada el 15 de abril de 1269 en Jaén, se nos explica cómo esta aldea de Chistes devuelta
por la Orden al rey. Estos documentos anteriores nos muestran de manera aproximada como se realiza la repoblación cristiana en
nuestra zona a lo largo del s. XIII. Todos ellos están citados por Julio González en su “Repartimiento de Sevilla” y por Manuel
González Jiménez en su libro “En torno a los orígenes de Andalucía”.
Tenemos más noticias de Cristes en la crónica de Rades y Andrada ya que, al parecer, hacia 1328 el clavero D. Juan Núñez de
Prado denuncia a su maestre Garci López de Padilla ante el rey Alfonso XI “por no haber enviado mantenimientos a los castillos
de Alcauete, Alconín, Susana, Christa, Matiet y otros que esta Orden había conquistado en Andalucía, los habían tomado los
moros”6
2
3 Ibidem. p. 151. AL FARADÍ, “Ulama Al-Ándalus”. V. I. p. 308.
4 VARA, C. Las Navas de Tolosa. Barcelona. 2012. P.
5 GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M. Diplomatario.
6 SÁNCHEZ SAUS, R. “Las Órdenes Militares en la provincia de Cádiz”. En Cádiz en el siglo XIII. En “ Chronica de las tres ordenes y cavallerias de Sanctiago
Calatrava y Alcantara.. Toledo. 1572.
Historia de dos monumentos 17
18. Del reinado de Alfonso XI también es la mención que
aparece en el Tratado de Montería de dicho rey en el
que se dice: “Nava Fermosa es buen monte de puerco
en verano y La Porquera de Espera es buen monte de
puerco en invierno.” En ese mismo Tratado se habla de
la “ombría que es cabe Santiago de Christe”.
Desde los primeros momentos de la llegada cristiana
a nuestra zona, la vida de los mudéjares debió ser
respetada por los castellanos. Así hemos visto
anteriormente en algunas de las cartas en las que se
pedía el respeto a sus derechos y credo anteriores 7.
Hay documentadas distintas aljamas en el reino de
Sevilla: González Jiménez8 recoge entre otras: Sevilla,
La Algaba, Marchena, Carmona, Ecija, Morón-Silibar,
Alcalá de Guadaira, Constantina, Matrera, Bornos,
Osuna, Niebla, Gibraleón, Huelva y Saltés, Lebrija,
Cazalla, Chist (Santiago de Criste), Sanlúcar la
Mayor, Guillena y Alcalá del Río. Toda esta situación
Concesión de Chist a la orden de Calatrava por el infante Enrique, hijo de Fernando III por 1249
cambiaría tras la revuelta mudéjar de 1264. Después de ella toda la comarca del Guadalete fue abandonada por los mudéjares que
se encaminaron al reino de Granada, quedando en esta zona una población insignificante.
A fines de siglo, exactamente en 1299, está fechada la concesión de Espera a Juan Arias de Quadro, caballero de Sevilla, por
parte de Fernando IV, todavía menor de edad, con consentimiento de su madre Doña María de Molina y su tío don Enrique9.
Efectivamente el rey concedió al citado caballero el castillo de Espera “con los pobladores que ahora y son e serán de aquí en
adelante” y con todas las pertenencias que la corona poseía allí.10 Juan Arias de Quadro casó con Inés Alfonso con la que tuvo
cuatro hijos11. Cuando murió poseía en nuestro término, además del Castillo, tierras en Jarana y cerca de los “tejares de Espera”.
El heredero de Espera fue su hijo Rodrigo, pasando el castillo a pertenecer a sus tres hermanos (Alfonso, Beatriz y Mayor). Al
morir Beatriz, su parte pasa a manos de sus hermanos Alfonso y Mayor.
Según Ladero, los hermanos Cuevas y otros autores, Espera fue concedida por Fernando IV el 3 de septiembre de 1304 a Fernán
Pérez Ponce de León junto con Carissa, Bornos, Santiago de Criste y Fatetar. Pero en esta noticia hay algunas cosas que no
concuerdan muy bien con la realidad. Creemos que Fatetar y Espera eran exactamente lo mismo, un castillo con una pequeña
aldea que dependía de él. Si pasó a poder de Juan Arias de Quadro cinco años antes y desde ese momento estuvo en poder de su
familia hasta la compra por parte de Per Afán, en 1394, pensamos que es difícil que pudiera haberse producido esa donación por
parte del rey Fernando IV.
Por distintos avatares el castillo pasa a manos de Alfonso Fernández de Portocarrero, heredero de Teresa Jufre, esposa de Alfons
Arias de Quadro. Por esta razón llega Espera a pertenecer a los Portocarrero, señores de Moguer, aprovechando la minoría de
edad de Marina González.12
El 13 de julio de 1385 Marina González y su esposo Alfonso Méndez, por un lado y Martín Fernández de Portocarrero, por otra,
venden las partes que poseían del castillo de Espera a Antón Martínez por 50.000 maravedíes.13 Antón Martínez tomó posesión
de Espera el 13 de julio de 1386.
Poco después, el 18 de abril de 1394, Luis Méndez y Diá Sánchez Portocarrero, hijos de Alfonso Fernández Portocarrero y de su
mujer Teresa de Biedma, venden sus partes del castillo de Espera a Per Afán de Ribera, Notario Mayor de Andalucía por 24.000
maravedíes, que según Ladero corresponderían a 750 doblas de oro14.
Años antes, Nuño Fernández de Villavicencio, regidor y alcalde mayor de Jerez de la Frontera, seguidor de Pedro I en la lucha
contra su hermano Enrique, se refugió con su mujer e hijos en el castillo de Fatetar por un tiempo, tras la muerte del rey en
Montiel, pero, al parecer, al no sentirse seguro se adentró en el reino de Granada. El rey granadino, junto con algunos grandes
castellanos, solicitó el perdón a Enrique II, pero nunca fue concedido, muriendo en Granada en 137815.
7 Carta de D. Enrique a la Orden de Calatrava de 12 de abril de 1.249
8 En torno a los Orígenes de Andalucía, Sevilla. 1.998
9 A. FRANCO SILVA. La villa de Espera en la Edad Media. Estudios de la Universidad de Cádiz ofrecidos a la memoria del profesor Braulio Justel Calabozo.
10 A. D. M. Leg. 247, nº 32
11 A.D.M. Leg 247. nº 32
12 El devenir de esta familia se puede estudiar perfectamente en FRANCO,A op. cit. y SÁNCHEZ SAUS, R en Linajes sevillanos medievales
13 A.D.M. Leg. 47, nº 34.
14 A.D.M. Leg. 247, nº 35).
15 Diccionario Ilustrado de la Provincia de Cádiz. C. de Ahorros de Jerez.1.985
18 Historia de dos monumentos
19. CASTILLO DE FATETAR
FINALES SIGLO XIV Y XV: ESPERA EN LA ÓRBITA DE LOS RIBERA
A partir de 1394 Espera y su castillo pasan a pertenecer al linaje de los Ribera que intentará crear un dominio territorial en
la frontera ya que cuatro años más tarde también compra Bornos. El hecho de que ambas localidades hubieran pertenecido
al término de Arcos desde la conquista cristiana le lleva a tener distintos pleitos con dicha ciudad que intenta recuperar su
jurisdicción. Así el concejo de Arcos puso un pleito contra Per Afán en 1396 para recobrar sus términos y más tarde en 1400
por la percepción del almojarifazgo16. Efectivamente Per Afán compró la villa y el castillo de Espera, con sus vasallos, términos
y jurisdicción. La compra estaba tasada en 3000 doblas, de las que las dos terceras partes se desembolsaron durante el primer
matrimonio y la tercera restante durante el segundo. Casado ya con Aldonza de Ayala, Per Afán cercó de muros y pobló Espera
a su costa, tasándolo en otras 4000 doblas.
Este hecho hace reaccionar a Arcos, que reclama tanto Espera como Bornos, pleiteando sobre las dos jurisdicciones que
consideraba suyas17. Arcos había perdido algunas aldeas de su alfoz como Chist (Santiago de Criste), Carissa, Fatetar a comienzos
del s.XIV18. En 1395 Arcos pleitea con Bornos contra los Marmolejos, según aparece en un mandato de Enrique III designando
un juez de apelación para el litigio19. En 1396 son comisionados por el monarca los alcaldes mayores de Sevilla Diego Fernández
de Mendoza y Martín Ruiz Cerón para el pleito de la jurisdicción de Espera entre Per Afán y Arcos.20 La sentencia fue favorable
a Per Afán: “como sus predecesores (...) que fueron señores del dicho lugar de Espera, habían el señorío de él con el mero e
mixto imperio, y con la justicia, y que así les fue dado por privilegio (...) y que Alfón Fernández de Puertocarrero, señor que fue
después del dicho lugar, puede haber veinte años poco más o menos tiempo, usó de los dichos imperios y justicia en el dicho lugar
(...)”. Por parte de Arcos no es probada que la dicha villa “tuviese derecho e título alguno para poder usar los dichos imperios y
jurisdicción en el dicho lugar de Espera.(...) posesión que debe usar y poseer y ejercer el dicho Per Afán en el dicho logar de los
dichos imperios, justicias e jurisdicción según se prueba que lo usaron y habían los dichos sus antecesores, y que no se la debe
conturbar la villa de Arcos.”21
El mismo autor explica que hay una nueva demanda interpuesta por Arcos de la Frontera en 1400 ante el cabildo sevillano,
en esta ocasión relacionado con el cobro de los almojarifazgos en las dos localidades, también tuvo resultado contrario a sus
pretensiones22.
Según Ladero Quesada23, Arcos siempre había considerado que tanto Bornos como Espera eran aldeas suyas, separadas de forma
indebida de su jurisdicción. Por eso hubo pleitos con Bornos contra los Marmolejo en 1395 y con Espera contra el mismo Per
Afán en 1396 y en 1400, aunque los perdió todos. La entrada de Arcos en señorío quizás terminó con esos problemas, aunque
todavía hubo algún caso más con Bornos y Espera, incluso con la misma Sevilla en el campo de Matrera.
Dice Ladero24 que Per Afán dejó mención en su testamento de los servicios militares prestados por “sus vasallos” vecinos de
Espera, Bornos y Las Aguzaderas durante la guerra contra Granada, entre 1407 y 1410.
En 1412 hay otro pleito entre Arcos y Espera por la delimitación del término de la segunda en ella es denunciado por Per Afán,
Adelantado Mayor de Andalucía, y por Gonzalo Pérez, Alcaide de Espera, y por “los alcaldes y alguaciles y hombres buenos de
la villa de Espera, como de tres meses acá vos el dicho Concejo y hombres de caballo del que habíais entrado y entrasteis algunas
veces” en los términos de la villa de Espera y que corrieron esos términos con sus ganados, desuniendo los bueyes que estaban
arando y que estando las vacas del Adelantado en el sitio del Algarbejo y las del Alcalde en La Angostura (allí precisamente
estaba hasta hace unos años el llamado Pozo de los Bueyes). Al parecer el 26 de enero de ese año ocurrieron estos hechos
porque 60 de a caballo y 200 de a pie entraron en el término con esas intenciones. Además se les acusa de que persiguieron a los
espereños hasta las mismas murallas del pueblo y se llevaron presos a seis pastores y diez vacas ya que al intentar llevarse unas
200, éstas se volvieron tuvieron que amarrar a diez. A partir de este documento se señalan claramente los término entre Espera
y Arcos prohibiendo a los de Arcos entrar en nuestro término, especialmente desde el mojón de los Allosos, cerca de Cabrahigo,
hasta el arroyo del Amarguillo, y desde allí hasta el arroyo de Ruy Sánchez y desde allí hasta el Salado que sale del término de
Espera y entra en el de Arcos y desde allí va al arroyo arriba que dicen de las Mujas hasta la cabeza que dicen del Rosalejo, cerca
de la Saucedilla y desde allí al camino que va a los Molinos de Bornos, donde Espera parte con Bornos, “lo cual parece que de
gran tiempo acá fue habido por término de Espera, y fue guardado y amojonado por término de Espera”25.
16 LADERO QUESADA, M.A.,. “De Per Afán a Catalina de Ribera. Siglo y medio en la historia de un linaje sevillano. 1.371-1514. “La España medieval, 4. 1.984. pag. 491.
17 ROJAS GABRIEL,M. pag 90
18 ROJAS GABRIEL, OROZCO ACUAVIVA. ..)
19 A.D.M., 244-9. 1.395, enero, 19. Medina del Campo
20 R.A.H., Salazar. M-43, fols 256-257v. M.A. LADERO. De Per Afán ...
21 MANUEL ROJAS GABRIEL, La Frontera entre los reinos de Sevilla y Granada en el siglo XV (1.390-1.481 A.D.M. Leg. 248. A. FRANCO. La villa de Espera en la Baja
E. Media. Conferencia y Anexos
22 A. D. M., Medinaceli, 244-11. 1.400, mayo 28. Sevilla
23 LADERA QUESADA, M.A., De Per Afán a Catalina de Ribera. Siglo y medio en la historia de un linaje sevillano. 1.371-1514
24 De Per Afán a Catalina de Ribera...)
25 A.D.M. Leg.247. 1.412.Traslado de 1.516
Historia de dos monumentos 19
3
20. En pleno s. XV, Diego Gómez de Ribera, Adelantado Mayor de Andalucía era dueño de amplia zona de terreno fronterizo en el
arzobispado de Sevilla, entre las provincias de Cádiz, Sevilla y Málaga, haciendo una especie de triángulo entre los castillos de
Espera y Bornos por el Oeste, Torre-Alháquime y Cañete por el Este y El Coronil y Las Aguzaderas por el Centro.
Durante el s. XV, los espereños participan en las tomas de Zahara encabezados por su alcaide, Diego Romero, en Setenil,
Antequera, Álora, donde murió Diego Gómez de Ribera, el Adelantado26. A su muerte le sucede Per Afán II en 1434, señor de
Espera y Bornos y posteriormente de Alcalá de los Gazules en 1444.
Este señor establece un nuevo mayorazgo en su hija primogénita Beatriz, puesto que de su matrimonio con María de Mendoza no
tenía hijos varones, que estaba constituido por las casas mayores de Santa Marina y las villas de Espera, Cañete, Torre Alháquime
y Alcalá de los Gazules27. Beatriz, heredera del mayorazgo y del adelantamiento de Andalucía, casó en 1460 con Pedro Enríquez,
hijo del Almirante de Castilla y tío del futuro rey Fernando el Católico. Pedro Enríquez añade a los Ribera el señorío de Tarifa.
En 1454 se da una importante batalla muy cerca de Espera28. Al parecer los alcaides moros de Archidona, Alhama y Ronda asolan
nuestra comarca con unos 2000 jinetes y 6000 peones aprovechando la debilidad de Enrique IV. Cuatrocientos caballeros de
Arcos, Marchena y Morón le salen al encuentro. En ella muere Ayllón Mancheño y otros 150 caballeros. Avisado Pedro Núñez
de Villavicencio, caballero de Jerez, acude con su gente y los musulmanes terminan por huir. Esta batalla se dio precisamente en
el cerro del Campamento, junto a la Cruz de la Legua en los límites de Espera y Arcos.
En 1469 falleció Beatriz de Ribera, cuyo hijo Francisco Enríquez de Ribera, nacido de su matrimonio con Pedro Enríquez, sería el
heredero del adelantamiento y del mayorazgo. Posteriormente Pedro Enríquez se casó en 1474, con Catalina de Ribera, hermana
de su anterior esposa, de cuya unión nacerían Fadrique Enríquez e Ribera, señor de Espera, que es quien otorga las Ordenanzas
en 1527. En 1478 el Adelantado Pedro Enríquez se obliga por sí mismo y por sus villas de Cañete, Torre Alháquime, Bornos,
Espera y Alcalá, a integrarse en la Santa Hermandad por tres años. Las villas no contribuirían al sostenimiento de la Hermandad
“por cuanto son frontera de los moros...”29.
En 1480 se inicia el pleito de Pedro Enríquez y sus villas de Espera y Bornos con Sevilla sobre unos terrenos del Campo
de Matrera (Villamartín se fundó en 1503) que Sevilla decía le habían sido usurpados. Espera nombra como representantes a
Fernando de Arana, siendo Alcaide Mayor Juan Fernández de Mendoza. En un documento del Archivo de Medinacelli30 se
describe por donde deben ser los límites: “El primer mojón entre las lagunas de Toconnal, en el cerrillo bajo de las Peñuela,
quedando la una laguna toda a la dicha ciudad...” Pasa por el camino que va de Los Molares a Bornos, Puertollanillo”...
En este tiempo se dan casos de persecuciones de moros hasta la misma zona musulmana. Así conocemos el caso de Diego
Aguayo, alcaide de Espera que pernoctó con otros cuatro jinetes durante ocho días en Zahara para capturar a cuatro que se habían
escapado y a los que venían siguiendo el rastro desde Espera en una de las incursiones enemigas. 31
En 1482 se da batalla del Lomo del Judío cerca de Zahara. Andrés Bernáldez, Cura de los Palacios en su “Historia de los Reyes
Católicos” describe los hechos junto con otros datos en los que aparece también Espera. En el capítulo XXX dice textualmente:
“Y sus Altezas se aposentaron en la fortaleza, e se apoderaron en lo alto e bajo de todo, e estuvieron ende algunos días. Y dieron
vuelta y vinieron a Utrera, e tomaron posada en casa de Pedro Mateos, que fue de Espera alcaide, que era un gran y muy honrado
hombre”.
En el Capítulo LVII sobre la batalla del Lomo del Judío que vencieron los cristianos de Utrera (1482) dice: “Viernes primero día
del mes de marzo, año susodicho de 1482 que fue un día después de la toma de Alhama, acaeció que los caballeros de Utrera
que quedaron en guarda de la tierra, los cuales fueron cuarenta y ocho, todos los más ancianos, más viejos que mozos, sabida la
nueva que entraban los moros, que como tenían a Zahara no eran sentidos muchas veces hasta que corrían, se fueron a Bornos,
llevando por capitán al alcaide de Utrera, Gómez Méndez de Sotomayor; y se juntaron con algunos caballeros, bien pocos, que allí
estaban con algunos peones. Y estando en Bornos, el dicho viernes de mañana, amanecieron los dichos moros de Ronda (…) los
cuales eran doscientos y sesenta de a caballo los que allí vinieron, y algunos peones; y el peonaje dejaron en la sierra. Y corrieron
el campo de Bornos y de Espera y de Sevilla, y recogieron cuanto ganado hallaron y los pastores que pudieron haber, en que
llevaban once mil cabezas de ganado ovejuno poco más o menos, y se iban poco a poco con ellas; que como no había gente, que
habían ido a Alhama, no había quien se les enfrentase”.
“Y desde que esto vieron los cristianos que estaban en Bornos, los cuarenta y ocho de Utrera y diez de a caballo del mismo lugar,
y de Arcos seis de a caballo, y de Espera ocho de a caballo, que fueron todos setenta y dos de caballo, con los alcaides de Utrera,
26 CUEVAS, J Y J.. Espera. Diputación de Cádiz. 1.965
27 FERNÁNDEZ GÓMEZ,, M. Las Ordenanzas de Alcalá de los Gazules. A.D.M. Alcalá 5-15. 19 de septiembre de 1.447
28 MANCHEÑO, M. Apuntes para la historia de Arcos, pag. 316
29 FERNÁNDEZ GÓMEZ, M. op. cit..
30 A.D.M, leg. 244, nº 15
31 CARRIAZO Y ARROQUIA, J de M. “Relaciones fronterizas entre Jaén y Granada: el año 1.479”. En R.A.B.M., LXI. 1955, pag. 33-34. Probanza 2, pregunta IX, testigo
LIX).
20 Historia de dos monumentos
21. CASTILLO DE FATETAR
Sotomayor, Mateo Sánchez, alcaide Bornos, todos los demás hombres viejos, canos, salieron de trecho de los moros con obra de
treinta peones: y se fueron en pos de ellos hasta el cerro que dicen el Lomo del Judío, a dos leguas de Bornos...”
En el Capítulo LXXV habla de la hermosa entrada que el rey fizo en tierra de moros: “Salieron de allí hombres de grandes
rescates, especialmente Don Manuel, sobrino del Duque de Cádiz, hijo de D. Pedro Bayo, y dos hijos de Diego Fuentes, un hijo
de Pedro Mateos, alcaide de Espera, vecino de Utrera, y otros muchos que algunos de ellos estaban en rehenes, por sus padres y
por otras personas que se habían perdido en la Axarquía.
En el Capítulo CCIX hablando de las fortunas y muertes de ciertos años dice: En este año de MDVI se cogió comunal pan en
la Andalucía, conviene a saber en Espera, Bornos y Arcos y todo el obispado de Cádiz, en Villamartín, en Zahara y en todo el
reino de Granada y sus cercanías, en Olvera, Morón, Cañete,... Según el mismo Cura de Los Palacios y, posteriormente Fray
Pedro Mariscal, Espera estaba “exenta de pagar alcabala” por gracia concedida por los Reyes Católicos ya que al llegar a Utrera
“tomaron posada en casa de Pedro Mateos, que fue de Espera, que era alcaide, un gran rico y muy honrado hombre”.
En 1499 Juan de Armario, Alcaide de Espera, participa al frente de otros espereños en la toma de Lanjarón, durante la sublevación
de los moriscos32.
A principios del siglo XVI, entre 1517 y 1519, Hernando Colón, hijo del descubridor de América escribe un “Itinerario” de
España y en él nos detalla las distancias desde Espera hasta todos los pueblos vecinos. Nos cuenta además que: “Espera es villa
de cien vecinos y tiene dos arrabalejos y está en un cerro y es del Marqués de Tarifa e tiene buena fortaleza...” No sabemos con
exactitud, pero creemos que se refiere a las dos partes que en aquel tiempo componían el pueblo: una parte arriba dentro de las
murallas del castillo y la otra en la parte alta del actual pueblo.
SIGLO XVI: FADRIQUE ENRÍQUEZ DE RIBERA
Muerto Francisco Enríquez en 1509, hermano y primo de Fadrique, queda éste como único heredero de los bienes de los Ribera
a principios del S. XVI. Felipe I el Hermoso, marido de Juana la Loca, le nombra Marqués de Tarifa “por los méritos adquiridos
en la reconquista de aquella plaza” en 151433.
Era el sexto heredero de apellido Ribera, Adelantado de Andalucía, alcalde Mayor de Sevilla por merced de Fernando el Católico.
Una vez que toma posesión de la villa, el Marqués tiene una serie de pleitos con sus habitantes como también ocurrió con Bornos
y Alcalá de los Gazules, como también había ocurrido con Francisco Enríquez con el que hubo el largo pleito de la dehesa de
La Manchuela. El padre Cristóbal Garrido en los años 20-30 había encontrado algo el fol. 22, vuelto de la carpeta de Asuntos
Generales del A. M. de Espera, hoy desaparecido34.
En 1518 existe una sentencia a favor de Sevilla y Lebrija contra el Marqués de Tarifa, Bornos y Espera sobre terrenos usurpados
y en el mismo se describen los límites del término de Espera con Lebrija 35
En 1528 hay un pleito entre Espera y el Marqués36, como también ocurrió con otros pueblos como Bornos o Alcalá de los Gazules,
en el que se le solicitaba la fijación de los bienes y derechos señoriales y otras peticiones. Esos bienes señoriales eran en Espera
los siguientes: la dehesa de hierba llamada La Manchuela con el montecillo que linda con el término de Arcos y con el de Sevilla,
la dehesa de Pícar que linda con la Manchuela y con Arcos, los hornos, las rentas de la montaracía, la del almojarifazgo y la
carnicería, más las rentas de pan de los donadíos (la tasa era de maquila de 1 almud por cada 12) de la villa que son las siguientes:
el asiento de la dehesilla que es (junto) al pozo Morisco (cerca de El Amarguillo) que linda con los montes de Utrera y de Espera,
el asiento del pozo morisco que dicen de Juan de Alcalá, una caballería de tierra que el Marqués compró a Juan Sánchez Fidalgo,
otro asiento que es un arado que también compró al anterior y que linda con la dehesa del Concejo, otro asiento junto al pozo
morisco que solía ser de Martín Sánchez, calero, que linda con el arroyo de las Pilas y con un arado que se dice de Pero García de
Lebrija, otro asiento que es un arado y algo más al pozo morisco y otros asientos más, ninguno de ellos es cerrado y los vecinos
siembran y pagan sus terrazgos, las hierbas y pastos comunes para todos los vecinos de Espera, porque alzados los panes es pasto
común excepto los rastrojos que son de los labradores. Por el contrario el marqués y sus sucesores no meterían en los campos
de Espera y Bornos más ganado, suyo o ajeno, que 5000 ovejas merinas (1000 carneros y 4000 ovejas) y 30 yeguas de vientre
con sus crías. Esta transacción es aprobada y confirmada por la reina Juana y el Emperador Carlos por Real Decreto en Toledo,
el 5 de mayo de 1529. Sabemos que el Concejo de Espera estaba formado en 1526 por las siguientes personas: Bartolomé Ruiz
32 CUEVAS, J Y J. “Espera”. 1965
33 FERNÁNDEZ, M. Alcalá, 69
34 CUEVAS, J y J.. op.cit..
35 A. M. de Sevilla, Carpeta 82, nº 227. CUEVAS. Op.cit.
36 A.D.M.Leg. 248, nº 14 y 15. A. FRANCO SILVA.
Historia de dos monumentos 21
4
22. de Villalobos y Cristóbal Hernández, alcaides ordinarios, Gonzalo Halcón y Juan García Caballero, regidores, Juan de Armario,
alguacil y Juan Hidalgo y Pero Ruiz, jurados. En 1534 Espera vuelve a demandar al Marqués ante la Chancillería de Granada.
Los espereños se quejan que “sin habla ni razón alguna” ha impuesto una fanega de trigo por cada arado en la era. Y que además
acoge ganados de forasteros (“extranjeros”), prohíbe hacer horno y molinos de pan, para de esa forma ir a os suyos, y a pesar de
estar la villa libre de pagar alcabalas desde el tiempo de los Reyes Católicos, “se hace pagar” de cuanto se compra y se vende un
5 por ciento. El Marqués contesta que la villa de Espera y sus vecinos son solariegos y también el castillo de Fatetar y el término
de su mayorazgo, puesto que sus antecesores lo compraron como castillo despoblado y lo sostenían para “guardar” contra los
moros, aclarando que Espera mientras no se ganó el reino de Granada, fue tan sólo un castillo
despoblado “donde no había vecinos ni república ni gente ninguna”37.
El 3 de enero de 1535, firmado por el escribano público “e vecino” de Espera Juan Sánchez Hidalgo, hay una nueva transacción
en Sevilla, por la que Espera consigue todo lo que se propone: que ningún vecino de fuera pueda arrendar tierras en su término “si
no fuesen los de Bornos” y éstos no habrán de traer más de seis bueyes por arado de tierra arrendada, y las yeguas sólo en agosto.
El Marqués se comprometía a “para siempre jamás” a no meter ganado alguno “a hervajar” y a pagar los gastos del pleito. De esta
manera quedaba como “señor de Espera” con jurisdicción “mero mixto e imperio” sobre las dehesas dichas anteriormente y todas
las de pan sembrar, además de las rentas especificadas, añadiéndosele la de la Huerta del Azadén38. Esto nos aclara que el señorío
era jurisdiccional y territorial ya que en esta época mucha parte del término municipal de Espera no era ya de la Casa de los
Ribera. Este documento se conservaba en el Archivo Municipal de Espera39. Se especifica además como se toma consentimiento
al pueblo el domingo día 21 de febrero de ese año de 1535; se hace pregonándolo durante dos días por las calles, como era
costumbre, y se juntaron en la iglesia de Santiago, es decir la ermita del castillo actual, ya que todavía no estaba construida la
iglesia parroquial de Santa María de Gracia y servía como parroquia dicha ermita, y a repique de campanas “se hizo ayuntamiento
y congregación de gentes”. Sánchez Hidalgo, el escribano hacía ver como los “fines de los pleitos eran dudosos y proporcionaban
muchos desasosiegos” para seguirlos. Finalmente fue aprobado por unanimidad y firmado por el emperador el 7 de mayo de 1539.
De la importancia de D. Fadrique Enríquez de Ribera nos da muestra el hecho de que acudiera a la boda de Dª Juana, hija de los
Reyes Católicos y madre del Emperador Carlos V, con Felipe el Hermoso de Flandes en 1.496.
Esta es la situación que se da en Espera hasta el momento en que se escribieron las Ordenanzas que el marqués otorgó a la villa.
La población espereña en aquellos momentos es conocida gracias a diversos documentos; uno de ellos de 1534, publicado en
1977 por Antonio Domínguez Ortiz dice que la villa de Espera tenía 89 vecinos pecheros (es decir, contribuyentes; la nobleza
y la Iglesia no pagaban tributos a la corona), 7 viudas y 5 menores. Este documento coincide básicamente con otro del Archivo
Ducal de Medinaceli Leg.252, nº 2., en la conocida como Casa de Pilatos de Sevilla, en el que se detallan los nombres de los
79 vecinos, 22 moradores y 10 viudas. En total 111 personas, mencionándose en algunos casos sus profesiones: 1 escribano, 1
tejedor y 1 zapatero. Esto lo firma Juan Sánchez Hidalgo, escribano público y del Concejo40.
Finalmente hacia 1539 fue donado todo el monte y el Castillo definitivamente por Fadrique Enríquez de Ribera, Marqués de
Tarifa, a la Iglesia, pues allí se encontraba la Ermita del Santo Cristo de la Antigua. Al estar allí el antiguo pueblo se convirtió la
Ermita en Iglesia parroquial. Estuvo abierta como antigua parroquia, de ahí que el Cristo se llame de la Antigua, hasta la apertura
de la Iglesia de Santa Mª de Gracia en 1564.
En dicha Ermita se fundaron las primeras hermandades y cofradías: las Ánimas Benditas y la Pura Concepción se
fundan en 1533. Dos años después lo hace la del Santísimo Sacramento y en 1589 la del Santo Entierro. Allí fue fundada también
la del Cristo de la Antigua.
A partir de 1614 al ser abierta al culto la iglesia Santa María de Gracia, el castillo, ya sin valor estratégico militar, y
la ermita sustituida por el nuevo templo, pierden funcionalidad y sólo es utilizada esporádicamente. Sabemos que el Cristo de
la Antigua comienza a bajar al pueblo en procesión a partir de la mitad del siglo XVIII. En 1755 parte de las murallas y algunos
elementos del castillo son derribados por el célebre terremoto de Lisboa.
SIGLO XIX: LOS FRANCESES EN ESPERA
Ya en la Edad Contemporánea, el Castillo de Fatetar vuelve a ser protagonista del devenir histórico de Espera durante la Guerra
de la Independencia contra los franceses.
En 1808 comienza la guerra entre España y el Primer Imperio Francés pues Napoleón quería colocar en el trono español a su
hermano José Bonaparte. El ejército francés entró en la península y tras la resistencia que se hizo en Zaragoza y Valencia, la
37 CUEVAS. J Y J. op.cit.
38 CUEVAS, J y J, op.cit.
39 Archivo .Municipal de .Espera. Notas Generales, VII al XXVIII, fol. 26
40 FRANCO SILVA, A. op.cit.
22 Historia de dos monumentos
5
23. CASTILLO DE FATETAR
primera gran victoria de los españoles fue en la Batalla de Bailén. España había quedado descabezada por la llamada de Carlos
IV y su hijo Fernando VII a Bayona. En todo el territorio nacional se forman Juntas que sustituyen el poder del monarca. Los
municipios que no alcanzan los 2000 habitantes como era el caso de Espera, tienen que sustituir esas Juntas por los propios
Ayuntamientos.
La guerra de guerrillas se impuso como estrategia contra los franceses, pues era la única manera de obtener éxitos contra un
ejército claramente superior. Espera tuvo su “partida de patriotas”, que fueron grupos organizados de partidarios de Fernando VII
que luchaban contra el dominio francés. El Archivo Histórico Nacional41 conserva un documento que había presentado Antonio
Flaugier, un catalán que se hallaba en el pueblo en 1810 como consecuencia de la situación de revolución que se daba en España
en aquellos años. Flaugier presentó una solicitud al Ministerio del Ejército con el fin que se le reconociera su participación en la
guerra contra los franceses y se le pudiera otorgar una pensión por ello. Flaugier exponía que en la serranía de Ronda él había
levantado una partida llamada de Espera por ser en este pueblo donde se formó, y con ella fue el azote de los enemigos hasta que
fue hecho prisionero.
En la zona ocupada era muy común el doble papel de muchos patriotas. Una muestra de la situación de espionaje que se dio en
muchos lugares es la que nos muestra el Expediente justificativo formado a instancias de Joaquín María de Tóxar, vecino de
Sevilla42. En este documento es estudiado, igualmente, el expediente de Manuel González Pinto, abogado sevillano, que era en
1810 corregidor de Espera, nombrado por el gobierno josefino y que conspiró contra los franceses. Toxar, Antonio Muñoz Rivera,
Antonio Rodríguez de la Vega y Luís María Ortega hicieron un informe completo de los hechos. Según ese informe el corregidor
de Espera, además de haber participado en la conspiración, junto con los exponentes, sufrió diversos altercados en la misma villa
donde se había formado una partida, la de Boza, el catalán. Es posible que se trate de la partida del anteriormente citado Antonio
Flaugier. El informe de Toxar explicaba las vejaciones que había sufrido Pinto por parte de la partida de Boza. Entre él y otros
“atrajeron la ruina y la destrucción a Espera por llamar de continuo sus robos y muertes a los franceses en este pueblo”. González
Pinto estuvo a punto de morir en el Prado de Márquez, a las afueras del pueblo, por no revelar a los franceses quienes eran los
patriotas que huían tras un tiroteo con las tropas imperiales. En el citado documento, González Pinto fue defendido por distintos
testigos como un gran patriota, que siguiendo en su cargo de corregidor de Espera, colaboraba para expulsión de los franceses de
nuestro suelo, y que salía a entregar los pliegos o documentos a los olivares del Castillo de dicho pueblo a la entrada del camino
de Sevilla.
En el Archivo Parroquial43 está documentado que el 12 de septiembre de 1813 se celebran las fiestas del patrón, el Santo Cristo
de la Antigua que tiene allí su ermita, con toda solemnidad, y la tarde anterior se había “reconciliado” en un acto de consagración
de la iglesia que también había sido utilizada por los franceses, desde la invasión, como fortaleza militar.
Fachada del castillo. E. Romero de Torres. 1909 Fachada desde el oeste. Fototeca USE
41 AHN. DIVERSOS-COLECCIONES,105,N.15
42 GUISADO DE, M. Conde de Tóxar. Boletín Real Academia de la Historia. LXIII. “Don Joaquín María de Tóxar, documentos justificativos de su lealtad patriótica y méritos
que contrajo durante la Guerra de la Independencia” p.265 y ss.
43 CANDIL, J. Op.cit.
Historia de dos monumentos 23
24. DESCRIPCIÓN DEL CASTILLO DE FATETAR
6.1. FORTALEZA
La arquitectura militar surge ante la necesidad del hombre de defender su territorio y sus habitantes en épocas inestables. La
construcción de castillos en el medievo permitió el control de la zona aledaña a la ubicación de cada fortaleza; la elección del
lugar de construcción dependía en buena medida de la orografía del terreno. En el caso del Castillo de Fatetar se construyó en
la cima del cerro de su mismo nombre, a 235 metros sobre el nivel del mar, dominando desde esa altura su entorno y las vías de
comunicación circundantes.
Toda la zona de la campiña formaba parte de la frontera entre cristianos y musulmanes por lo tanto eran frecuentes las luchas
entre ambos bandos y era necesario el control y la vigilancia de toda esa zona. La defensa de tan amplio territorio no podía
encomendarse a un solo castillo; había toda una red de fortificaciones, unas más importantes que otras cuya finalidad común era
controlar esa amplia zona de la que hablamos. Era importante la conexión visual entre las más cercanas para poder transmitir
cualquier señal o aviso
Desde el Castillo de Fatetar se divisan las siguientes fortificaciones:
Castillo de Arcos
Fortaleza de Jerez
Torre de Lopera, Montellano
Castillo de Matrera, Villamartín
Torres Alocaz, Las Cabezas de San Juan
Castillo de Lebrija
Éstas a su vez se podían comunicar con las otras cercanas a ellas formándose así un sistema defensivo que abarcaba una amplia
zona. Otras fortalezas importantes de la comarca de la Sierra de Cádiz y de Sevilla son los castillos de Olvera, Setenil, Zahara de
la Sierra, la muralla de Torre Alháquime, castillo de Cote, de las Aguzaderas, del Coronil, etc. Todo el territorio de frontera está
lleno de fortificaciones.
Según Pascual Madoz el Castillo de Fatetar tenía tres plazas y una triple muralla:
Una línea de muralla de la que no se conserva casi nada, pero cuyos restos fueron visibles hasta los años 60-70. Esta muralla
rodeaba al castillo y era el espacio en el que se protegía la población en caso de ataque del enemigo; tenía una torre albarrana
cerca de la entrada principal del castillo. Una “torre albarrana” es la que está construida fuera del castillo para mayor defensa
del recinto fortificado. En el caso del Castillo de Fatetar está cerca de la puerta de acceso al mismo. Este recinto amurallado se
adaptaba a las irregularidades del terreno
El segundo recinto defensivo es el castillo en sí mismo.
La torre del homenaje que en toda fortaleza es el último reducto defensivo.
Estas tres líneas de muralla se unirían en una sola en la zona que va desde la torre albarrana a la trasera de la torre del homenaje,
dónde lo que hay es un cortado en la roca. Es ésta una compartimentación parecida a la de otros castillos cercanos como por
ejemplo Olvera: ubicación en altura del castillo, cerca urbana, recinto fortificado y torre del homenaje.
La planta del castillo de Fatetar es romboidal, estando el eje mayor orientado en dirección N-S y el menor en dirección E-W.
La entrada principal del castillo está ubicada al sur del mismo, se accede por una puerta con arco apuntado y actualmente tiene
una reja de hierro y conserva restos de un canecillo o modillón que pertenecería a una ladronera, que es una obra voladiza con
parapeto y suelo agujereado para controlar la vertical de una puerta, esquina o cualquier punto vulnerable de un castillo.
A la izquierda, tras la cancela, se abren dos pequeños huecos, uno de pequeñas dimensiones del que desconocemos su funcionalidad
y el otro, de mayor tamaño, probablemente un puesto de guardia. Más adelante nos encontramos la entrada a la primera torre.
La puerta está defendida por una ladronera y la torre conserva alrededor de su parte superior restos de modillones pertenecientes
a otro elemento defensivo típico de las fortalezas: el matacán, que prácticamente es lo mismo y tiene la misma funcionalidad
que la ladronera, el control de la vertical de una zona importante del castillo, la única diferencia es que el matacán defiende
mucha más superficie. En el lienzo de muralla donde se encuentra esta entrada se pueden observar elementos arquitectónicos de
diferentes épocas: una ventana ciega en cuyo dintel existen tres estrellas de seis puntas de época visigoda, una ventana también
ciega enmarcada en un alfiz de origen musulmán y la torre rodeada de canecillos. A su izquierda la hay escalera de acceso a una
terraza donde se encuentra el aljibe principal de la fortaleza al que se bajaba por otra estrecha escalinata que baja hasta el agua.
24 Historia de dos monumentos
6
25. CASTILLO DE FATETAR
Entrada actual del castillo
Primera torre defensiva Matacanes
La puerta de esta torre es adintelada y tiene un arco de descarga donde descansa el muro, es uno de los elementos de más
antigüedad que queda en el castillo.
Una vez sorteada esta segunda entrada, podemos seguir el pasillo hasta la parte trasera del castillo que da al foso, una gran zanja
excavada en la roca que precedía a la muralla y que servía de defensa, pues dificultaba el acceso del enemigo al pie de la muralla.
Al fondo de esta zona se encuentra una posible cuadra para la caballería excavada en la roca con huecos en sus paredes a una
altura suficiente como para que su funcionalidad fuese la de sostener vigas para una techumbre. En la muralla que da al foso
existen una serie de merlones que originariamente no existían en el castillo y que se construyeron sin ningún tipo de criterio en
unas obras de los años 60; los merlones un sistema defensivo consistente en unos bloques macizos que forman parte del sistema
almenado, pero insistimos que en este caso son de época contemporánea. Se observa en esta zona un camino de ronda o adarve
para la vigilancia de esa zona de la fortaleza, un saliente situado en lo alto de la muralla para que desde allí se vigilase el entorno
del castillo. Asimismo la muralla tiene una torre en forma de cubo adosada a modo de contrafuerte para reforzar el muro.
Merlones sobre el foso y camino de Ronda Muralla sobre el foso. Vista desde el este
Historia de dos monumentos 25
26. El recinto principal del castillo es el patio de armas, en los que actualmente se pueden observar unos restos de muros posiblemente
de la época en que los franceses estuvieron aquí atrincherados y la torre del homenaje, el último y más importante reducto
defensivo del castillo; ésta tiene dos plantas, estando la de abajo ocupada por un pequeño aljibe que recogía el agua de lluvia de la
azotea a través de un atanor o canaleta de cerámica que aun puede verse en la actualidad. La existencia de los aljibes en las torres
del homenaje era imprescindible a la hora de resistir en caso de que el enemigo tomara la fortaleza. La Torre del Homenaje es
de planta cuadrada con las esquinas traseras o exteriores achaflanadas. Las esquinas son uno de los elementos más vulnerables
de los castillos y para reforzarlas se recortaban con un plano recto y así se reforzaba su resistencia. La torre presenta sillares
tallados en las esquinas y las paredes están revestidas de tapial. La entrada a la torre se hace a través de una puerta elevada a la
que se debía acceder mediante algún tipo de escalera de madera que una vez dentro los que se tenían que refugiar, la retiraban. Su
interior actualmente es un espacio abierto con dos espacios abovedados separados por un arco de medio punto. Hay una escalera
que da acceso a la cubierta de la torre, el lugar de mejor visibilidad del castillo. El acceso al patio de armas no es directo una vez
que se entra en el castillo, sino que hay que torcer a la izquierda para poder acceder a él; podríamos considerar que se trata de una
entrada en codo que dificultaría el acceso directo a una de las plazas principales del castillo.
Plaza de Armas en el último recinto defensivo Torre del Homenaje Torre del Homenaje desde el oeste
En general el firme sobre el que se asienta el castillo es bastante irregular y probablemente tuvo que ser tallado en algunas
zonas, sobre todo la zona de la torre del homenaje. Numerosas actuaciones sin control desde los años 60 han sido la causa de
gran pérdida de información del firme o relleno del patio de armas. Actualmente y tras la última actuación de consolidación del
castillo, se encuentra relleno de grava; con anterioridad a este relleno se limpió de escombro y el resultado fue que el firme rocoso
es totalmente irregular con diferencias de nivel no compatible con la superficie llana que debe tener un patio de armas, así pues
en su momento sería rellenado. No sabemos que pasó con ese relleno original pues fue levantado hace unas décadas sin ningún
tipo de control arqueológico.
En general los materiales constructivos que se pueden ver en el castillo no son de buena calidad. Los sillares solo se dejan ver en
la base de algunos muros y esquinas; abundan los muros de mampostería y en la torre del homenaje se observan cajones de tapial.
La fábrica no es de muy buena calidad, aunque poco sabemos del aspecto original del castillo. Son muchos factores los que han
modificado a lo largo de los años la planta original y la fábrica del castillo: la construcción de la Ermita del Santo Cristo de la
Antigua, el terremoto de Lisboa de 1755 produjo daños en la fortaleza y todo eso unido a que el castillo ha estado muchos años
en estado de ruina, ha provocado derrumbes progresivos, así en los años 60 y 70 hay fotos donde no aparecen algunos muros del
patio de armas, así que son modernos; los franceses también causaron cambios y destrozos en el castillo. Por todas estas causas
es casi imposible dar datos exactos de los materiales primitivos de construcción.
26 Historia de dos monumentos
Vista desde el pueblo
27. CASTILLO DE FATETAR
Torre del Homenaje. 1968 Torre del homenaje y muralla oeste. 1968
6.2. LAS CANTERAS
En el mismo monte Fatetar y en el adyacente Cerro de la Horca se encuentran las canteras que sirvieron de base para la
construcción del castillo, de la iglesia Santa María de Gracia y de los edificios más importantes de la villa. Durante un tiempo
las canteras espereñas gozaron de fama en toda la zona y eran muchos los arquitectos que la solicitaban para la construcción de
iglesias y edificios.
Se trata de una piedra de fácil moldeo que además se utilizó en distintos edificios de la actual provincia de Cádiz, como Arcos y
de Sevilla. Así se usó en la construcción de la Catedral de Sevilla, en las Portadas del Bautismo y del Nacimiento, Capilla Real y
buena parte del templo.44 Igualmente encontramos piedra de la cantera espereña en la Puerta de los Leones del Alcázar sevillano.45
y en la construcción de la Lonja de Sevilla46, actual Archivo General de Indias.
6.3. LA ERMITA DEL SANTO CRISTO DE LA ANTIGUA
La actual ermita del Santo Cristo podemos decir que es la primitiva iglesia parroquial que tuvo Espera desde la conquista
cristiana. De una sola nave pero con tres bóvedas. La primera que corresponde a los pies de la misa, donde se halla la puerta de
entrada, es de nervatura gótica, terminados en falsos capiteles sin columnas que los sustentes. La central es una bóveda de medio
cañón y la tercera, una vez traspasada la verja que protege la capilla del Cristo, es igualmente de nervios góticos. Posiblemente
una de las dependencias del antiguo castillo árabe fue dedicada a iglesia los primeros años dominio cristiano, cuando debió
establecerse una pequeña comunidad que defendía la fortaleza de las incursiones musulmanas. Sabemos47 que en un primer
momento estaba servida por un cura.
44 M. ESBERT,R. M. y otros. “ Caracterización petrofísica y alterabilidad de las piedras de la Catedral de Sevilla”. Materiales de Construcción. Revista CSIC. Madrid. 1988.
P. 5 y ss. RODRÍGUEZ ESTEVE, C, “Los canteros de la Catedral de Sevilla” Sevilla. 1998.
45 MARÍN FIDALGO, A. “El Alcázar de Sevilla bajo los Austria”. I. Sevilla. 1990. P. 246. en CÓMEZ,R. “La Puerta del León o de la Montería” Laboratorio de Arte 8 (1995)
p. 13.
46 GARCIA FUENTES, L. “Un ejemplo de la industria de la construcción en Sevilla en los siglos XVI y XVII: la Casa Lonja. En Actas III Jornadas Andalucía y América. En
este artículo Lutgardo García hace un exhaustivo estudio, indicando incluso los carreteros que intervienen, el arreglo del camino de Espera, el precio de las carretadas, etc.
47 CUEVAS, J y J. op.cit. p. 24.
Historia de dos monumentos 27
28. Fachada actual de la ermita Fachada de la ermita. 1978. González-
Nandín.2-3-1927. Fototeca USE
Dentro de la ermita se conservan tres altares. El de mejor calidad artística es el que guarda al Santo Cristo de la Antigua, Patrón
del pueblo. Es un retablo del siglo XVIII.
La imagen del Cristo sí es de verdadera valía ya que, según los últimos estudios realizados es una talla que se puede atribuir a
Jorge Fernández48. Tanto el Santísimo Cristo de la Antigua o del Castillo49, patrón de Espera como el Santo Cristo del Perdón,
titular de una cofradía del Viernes Santo en Fregenal de la Sierra, (Badajoz), el Cristo de la Viga de Lebrija y el Crucificado de
la Hermandad de la Amargura, de Carmona son atribuidos por este autor a Jorge Fernández, hermano de Alejo, autor, a su vez,
de una tabla de principios del XVI, conservada en la propia Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia, procedente de la ermita
del castillo de Fatetar: “El abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada de Jerusalén”.En el altar de la izquierda de
la nave se conservan los restos de San Prudencio, traídos al pueblo por el Marques de Bondad Real, natural del mismo, en 1752.50
En frente se halla el altar y la imagen, talla reciente, de la Virgen de la Paz, patrona de la villa.
48 VILLA NOGALES, F DE LA Y CASTRO, J.C. “Ensayo para una catalogación: Cuatro crucificados del escultor Jorge Fernández Alemán.” En prensa.
49 ABC. 4-2-2012. P. 30
50 CUEVAS, J y J. op.cit. p. 25.
28 Historia de dos monumentos
Interior de la ermita. A. Palau.3-8- 1957 fototeca USE.
Santo Cristo de la Antigua. Obra de Jorge Fernández.
Imagen actual
Santo cristo de la antigua. G. Nandín.
2-3-1927. Fototeca USE
Restauración Santo Cristo. Años 60.
Foto C. Garrido Jiménez
29. CASTILLO DE FATETAR
7PLANIMETRÍA 7.1 Plano de emplazamiento
Historia de dos monumentos 29
38. DOCUMENTOS ANEXOS
Entre distintas informaciones referentes al castillo de Fatetar hemos querido incluir en este Anexo los siguientes documentos:
PASCUAL MADOZ: 1845-50.
“El castillo, aunque antiquísimo de que queda hecha mención es obra de moros, con dos plazas, y a pesar de su antigüedad
demuestra, por lo bien conservado, la solidez de sus triples murallas; cuando la invasión francesa fue rehabilitado por los
enemigos que lo estimaban como una buena posición militar. En el día de hoy tiene derribada la cortina de la parte oeste, si bien
conserva todo lo restante en buen estado, como igualmente sus grandes aljibes51, dentro de su recinto se venera la famosa efigie
del Santo Cristo de la Antigua, visitada en romería el 11 de septiembre por todos los pueblos comarcanos. Estramuros se halla
la ermita de Santiago.”
FRAY PEDRO MARISCAL52. 1731.
“....Estuvo esta Villa antiguamente sobre el monte; ya tiene su assiento a la falda del. Arriba permanece un fortissimo Castillo,
que representa mucha antigüedad, con todo lo perteneciente aun Castillo bien fortalecido, y en el de dos algibes picados en la
peña, de admirable fabrica y capacidad.
.....El mas decente cuarto del Castillo esta dedicado a Iglesia, en que se venera alguna mila grosa imagen de Christo nuestro
Redemptor Crucificado. Es de vara, y quarta de alto, y se hallo en un algibe del Castillo, por un indicio de una luz que atales
tiempos parecia sobre aquel sitio...
... Esta Iglesia se dedico, quando se gano la Villa, al Apostol Santiago, Patron de España...
...Deste monte se sacan cantos para las obras de mas lucimiento destos paises; y del se llevaron para la fabrica de la Santa Iglesia
de Sevilla, como lo dice Diego Ortiz y Zuñiga en sus Anales Sevillanos. La Iglesia Parroquial, que esta abaxo en la Villa es mui
sumptuosa, y de perfectissima arquitectura...
En lo alto del cerro que domina á Espera y á cuyo pie se extiende, álzase orgulloso un antiguo castillo de fortísima fábrica y
dentro de el se encuentran una iglesia que por más que se puso bajo la advocación de Santiago, Patrón de España, el pueblo solo
la llama por la del Cristo, por ser la de la imagen á que la devoción de los del pueblo y los de lugares circundantes rinden tributo
de su amor y veneración.
La escultura, que es bien antigua, dícenla del tiempo de los Godos y que la ocultaron cuando la invación mahometana, en la
cisterna del castillo donde se la encontró al ser restaurado para la Cruz en tiempos de Don Alfonso X el Sabio.”
ENRIQUE ROMERO DE TORRES.53
EL CASTILLO
Sobre elevada montaña y escueta roca, se alza un castillo árabe, ruinoso, que defiende a la villa, recostada en la falda oriental de
este cerro, al amparo de su antigua y potente fortaleza.
Este castillo, reformado en la época de la reconquista, conserva todavía parte de sus barbacanas y una puerta con un arco de
descarga que da acceso al interior. En uno de sus frentes se ve un ajimez de ojiva lanceolada y más abajo otro arco abocinado de
una ventana tapiada, en cuyo dintel hay grabadas tres estrellas de seis puntas. El aljibe es de gran profundidad y está muy bien
conservado.
LA ERMITA DEL SANTO CRISTO DE LA ANTIGUA
Linda con las ruinas del castillo. Bajo la advocación de Santiago sirvió de templo parroquial hasta últimos del siglo XVI. Presenta
algunos pormenores arquitectónicos de tradición románica.
Pintura.
Tiene tres retablos de escasísimo merito; pero en uno de ellos se destaca una interesante tabla del siglo XV, de escuela andaluza
que representa a San Joaquín y Santa Ana, de buena ejecución y brillante colorido.
51 MADOZ, P. “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. T. VII. 1850.
52 FRAY PEDRO MARISCAL. “Antigüedades de Bornos y su comarca.”. 1731. Documento manuscrito.
53 ROMERO DE TORRES, E. “Catálogo monumental de la provincia de Cádiz. 1934.
38 Historia de dos monumentos
8
39. CASTILLO DE FATETAR
ANTONIO GÓMEZ ACEVES. 1845.
Capilla del Santo Cristo.
“Esta capilla fue edificada por los godos poco tiempo después de la conversión al cristianismo del gran Recaredo. Hasta la
invasión de los árabes tuvo los honores de parroquia Colegial con el nombre de Santiago. Durante el tiempo que estos dominaron
en España, estuvo dedicada a mezquita. Después de la gloriosa conquista volvió a ser Parroquia Colegial hasta la creación en el
siglo XVI de Santa María de Gracia. Se dice que unos pastores encontraron en una de las grutas del Castillo a esta sagrada imagen
que había estado allí oculta durante los siglos del yugo sarraceno por lo que se le dio el nombre de la Antigua. Este Santuario se
halla erigido en la cumbre de una elevada montaña, y forma parte del arruinado castillo árabe. Tiene una sola nave y una puerta
y encima de esta un pequeño campanario.”54
ARCHIVOS
ABC. 4-2-2012.
Archivo Ducal de Medinaceli. A. D. M. Leg. 244-11; Leg. 244, nº 15. Leg.247. 1.412.Traslado de 1.516; Leg. 247, nº 32 ; Leg.
47, nº 34. Leg. 247, nº 35; Leg, 244-9; Leg. 248;.Leg. 248, nº 14 y 15.
Archivo Histórico Diocesano de Jerez de la Frontera. AHDJ. ESPERA . Libro de nacimientos, nº 18.
Archivo Histórico Nacional. AHN. DIVERSOS-COLECCIONES,105,N.15
Archivo .Municipal de .Espera. AME. Notas Generales, VII al XXVIII
Archivo Municipal de Sevilla. AMS, Carpeta 82, nº 227
Real Academia de la Historia. RAH, Salazar. M-43
BIBLIOGRAFIA
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CARRIAZO Y ARROQUIA, J de M. “Relaciones fronterizas entre Jaén y Granada: el año 1.479”, en R.A.B.M., LXI. 1955, pag.
33-34. Probanza 2, pregunta IX, testigo LIX).
CÓMEZ, R. “La Puerta del León o de la Montería” Laboratorio de Arte 8 (1995)CUEVAS, J Y J. “Espera. 1965. Cádiz.
Diccionario Ilustrado de la Provincia de Cádiz. C. de Ahorros de Jerez.1.985ESBERT,R. M. y otros. “ Caracterización petrofísica
y alterabilidad de las piedras de la Catedral de Sevilla”. Materiales de Construcción. Revista CSIC. Madrid. 1988.
FERNÁNDEZ GÓMEZ,, M. Las Ordenanzas de Alcalá de los Gazules. A.D.M. Alcalá 5-15. 19 de septiembre de 1.447
FRANCO SILVA, A. La villa de Espera en la Edad Media. Estudios de la Universidad de Cádiz ofrecidos a la memoria del
profesor Braulio Justel Calabozo.
GARCIA FUENTES, L. “Un ejemplo de la industria de la construcción en Sevilla en los siglos XVI y XVII: la Casa Lonja. En
Actas III Jornadas Andalucía y América.
GUERRERO MISA, l. Y SÍGLER SILVERA, F: Estudios sobre la Guerra de la Independencia española en la Sierra de Cádiz.
2012
GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M. En torno a los Orígenes de Andalucía, Sevilla. 1.998
GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M. Diplomatario. Huelva 1991.
GUISADO DE, M. Conde de Tóxar. Boletín Real Academia de la Historia. LXIII. “Don Joaquín María de Tóxar, documentos
justificativos de su lealtad patriótica y méritos que contrajo durante la Guerra de la Independencia”
LADERO QUESADA, M.A.,. “De Per Afán a Catalina de Ribera. Siglo y medio en la historia de un linaje sevillano. 1.371-1514.
“La España medieval, 4. 1.984
MADOZ, P. “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. T. VII. 1850.
MANCHEÑO, M. Apuntes para la historia de Arcos. Arcos de la Fra., 1892.
MANCHEÑO Y OLIVARES, M.: Apuntes para una historia de Arcos de la Fra. Arcos de la Fra, 1892.
MARÍN FIDALGO, A. “El Alcázar de Sevilla bajo los Austria”. I. Sevilla. 1990.
MARISCAL, FRAY P. “Antigüedades de Bornos y su comarca.”. 1731. Documento manuscrito.
MONGLAVE, EUGEN DE, “Asedio de Cádiz por la Armada francesa: en 1810,1811 y 1812”. Paris. 1823.
54 Archivo Histórico Diocesano de Jerez. Espera. Libro de nacimientos nº 18. Nota inserta por Antonio Gómez Aceves a petición de los párrocos don Cristóbal Acosta y
don Gabriel Domínguez. La mayoría de las anotaciones están llenas de graves errores como hemos apreciado, tanto en lo referente al Castillo como a la Iglesia. Él fue quien
atribuyó la autoría de la Virgen de Gracia a Juan Laffagón, un pintor inexistente.
Historia de dos monumentos 39
9
10
40. MORA-FIGUEROA, L.:”Influjos recíprocos entre la fortificación islámica y la cristiana el el medievo hispánico”. I Congreso
Internacionnal de Fortificaciones en Al_Ándalus. Algeciras,1998.
MORA-FIGUEROA, L.: Glosario de arquitectura defensiva medieval. Cádiz, 1994.
OROZCO ACUAVIVA, La historia de los pueblos de Cádiz a través de sus castillos
PASCUAL BAREA, J.: “De mons acutus al Castillo de Cote (hisn aqut)”. Revista Histórica Literaria y Artistica “Archivo
Hispalense”. Sevilla 1995.
RODRÍGUEZ ESTEVE, C, “Los canteros de la Catedral de Sevilla” Sevilla. 1998.
ROJAS GABRIEL,M.: La Frontera entre los reinos de Sevilla y Granada en el siglo XV (1.390-1.481)
ROMERO DE TORRES, E. “Catálogo monumental de la provincia de Cádiz. 193
SÁNCHEZ SAUS, R. “Las Órdenes Militares en la provincia de Cádiz”. En Cádiz en el siglo XIII.
TAHIRI, AHMED. “Rif Al-Magreb y Al- Ándalus. p. 141.
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VIGUERA MOLINS, M. J.:”Fortificaciones en Al-Ándalus”. I congreso Internacional de Fortificaciones en Al-Ándalus.
Algeciras, 1998.
VILLA NOGALES, F DE LA Y CASTRO, J.C. “Ensayo para una catalogación: Cuatro crucificados del escultor Jorge Fernández
Alemán.” En prensa.
40 Historia de dos monumentos
43. IGLESIA SANTA MARÍA DE GRACIA
OBRA ARQUITECTÓNICA
En relación a la obra arquitectónica podemos decir que se inicia
la construcción del hacia 1.560. Dos años después inspecciona las
obras Hernán Ruiz II.
“Recién nombrado maestro mayor del arzobispado, el 25 de mayo
de 1.562 el Provisor Juan Obando, tras reconocer que en “algunos
de los edificios de las yglesias deste arzobispado a avido algunos
hierros por no aver maestro albañil que las gobernare”, mandó que
Hernán Ruiz, “hombre abil y acreditado en el arte de la cantería”,
se hiciese cargo de las referidas obras y especialmente de las que
por entonces se llevaban a cabo en algunas iglesias de la diócesis.
Además de Santa María de Arcos, se incluye la iglesia de Espera,
entre otras, imponiéndole como obligación del cargo el “hacer las
trazas, seguir e gobernar e administrar las dichas obras”,55 H. Ruiz
estaba obligado a visitar las obras anualmente, pero solo tenemos
noticias de su visita en 1562.56 . Por ello debía recibir 3.000
maravedíes.57
Para T. Falcón58 resulta difícil reconocer la intervención de Hernán
Ruiz como consecuencia del número de intervenciones posteriores,
sobre todo tras los terremotos sufridos.
Teodoro Falcón. “Iglesias de la sierra de Cádiz”.
Según Alfredo Morales59, a Hernán Ruiz hay que atribuir el proyecto
inicial de la parroquia “cuyo proceso constructivo se prolongaría hasta
el primer tercio del siglo XVII, por diversos maestros locales. Estas
circunstancias, más las sucesivas reparaciones y reconstrucciones
que sufrió el templo, tanto en el XVII como en el XVIII, debido a
los terremotos, han alterado su fisonomía primitiva, aunque, según
este autor todavía se reconocen detalles del arquitecto”. Así podrían
ser debidas a H. Ruiz la planta de cruz griega, sus tres bóvedas
artesonadas, la semiesfera del crucero, alguna de las ventanas, y
“fundamentalmente los apeos de los arcos torales”. Según el mismo
autor, es original y heterodoxa la fórmula utilizada en los soportes
para recoger el vuelo de los arcos que “ofrecen pilares rematados en
parejas de ménsulas, sobre las que se dispone un atrofiado capitel
jónico”60. Para Morales este “orden mensular no tiene parangón con
ninguna otra obra coetánea, siendo muestra de la libertad expresiva
de Hernán Ruiz”. Ruiz cobró por hacerse cargo de las obras 3.000
marevedíes, es decir, algo más de 93 reales.
En 1.586 continúan los trabajos, siendo maestro mayor Pedro de
Palafox. En 1.608 se cubrían las bóvedas y seis años más tarde la
obra está prácticamente terminada, aunque la Sacristía se labró entre
1.625 y 1.627.
En el Libro de Visitas de 1.614 del Archivo Parroquial de Espera se
dice: “que en cuanto la iglesia está acabada en su edificio principal,
y sólo falta hacer en la forma que el maestro mayor la dejó señalada
55 LÓPEZ MARTÍNEZ. C. “Desde Jerónimo Hernández a Martínez Montañés.” p. 151
56 CANDIL RÍOS, J. “Nuestra Sª Sª Maria de Gracia. Espera. 1973. p.8
57 LÓPEZ MARTÍNEZ, C. op.cit. p.150.
58 FALCÓN MARQUEZ, T. “Iglesias de la sierra de Cádiz”.Caja de Ahorros de Cádiz. p. 32.
59 MORALES, ALFREDO J. “Hernán Ruiz, el joven”. Madrid. 1996. p. 83.
60 Ibidem. P. 83.
Historia de dos monumentos 43
1
Plano Iglesia.gonzález-Nandin. 15-9-1926 Fototeca Use
Planta. Cristobal Ortiz. 1636
44. y está por solar el suelo de la iglesia y bóvedas, la escalinata de arriba
y las paredes están por encalar”.61 Ese mismo año aún quedaban 550
reales para la obra y se requería al mayordomo, Bartolomé Ruiz de la
Cueva, que se hicieran dichas labores. Para ello el propio mayordomo
debía sacar a pregón las obras en los vecinos pueblos de Bornos y
Villamartín y en las ciudades de Arcos, Jerez y Sevilla. El maestro
mayor de la Santa Iglesia de Sevilla debía visitar el pueblo. Y el remate
a la baja de la subasta de las obras habría de realizarse ante el primer
cura de la iglesia parroquial, y en un día de fiesta.62
En 1.616 nombran mayordomo de fábrica a Juan Márquez Romero,
sustituyendo al anterior Bartolomé Ruiz. En esa fecha aún no se habían
realizado las obras de la iglesia y la sacristía y el Provisor, en su visita,
dice que ha sido informada de que de no hacerse existiría notable riesgo
en todo el edificio “que es de cantería, porque con las aguas se va
recalando la mezcla con que va hecha dicha obra y se llueve toda la
iglesia”63. Se insta al mayordomo a que en un mes den comienzo las
mismas, comenzando por el solado de la cubierta para evitar la entrada
de las aguas. Al parecer se debería haber solado todo el techo de la
Iglesia y en aquella fecha aún no se había realizado, de ahí el peligro de
que el edificio se calase con las lluvias.
Se mandaba también, en la misma visita, “hacer puertas de buena
madera y de clavazón para la dicha iglesia”. En 1.619 se vuelva a
recomendar la compra de” puertas nuevas porque las que tiene son muy
viejas y se puede robar”.64
Sería Miguel Cano, padre de Alonso Cano, y compadre de Pablo
Legot, el encargado de realizar no sólo las puertas sino también el coro
y el facistol del mismo, según un documento firmado en Triana por
el propio Miguel Cano y el visitador del Arzobispado Alonso Larios
Monge.65 Las puertas debían tener unos 3,34 m de ancho, aunque no
se puede determinar la altura por un defecto en el documento original.
El coro por su parte debía tener una anchura de 5 varas y media, es
decir, unos 5 metros y otras cinco varas y media en dirección al altar
mayor. Debía estar protegido por un cancel a cada lado de cinco varas
y media, es decir, unos cinco metros, y nueve cuartas y media de alto,
lo que se traduce en unos dos metros y medio de altura. En cada lado
debían caber cinco asientos que estarían sobre un escabel de casi media
vara de alto, o sea unos 45 cm. Este fue el primer coro realizado para
la iglesia porque posteriormente, como veremos, existió otro que fue
desmontado con la obra realizada en la misma en los años 60.
En 1623 “con la visita de Rodrigo Caro, dan comienzo las obras de la
Sacristía”.66
Ménsulas de la cúpula central
Documento Visita provisor 1614
A partir de 1.628 desaparece el primitivo nombre de Santa María de la Victoria, como se llamaba al principio y desde 1.633 se
conoce como Santa María de Gracia67.
El 15 de enero de 1.629 se encarga a Pablo Legot, maestro pintor y decorador, las pinturas del retablo. Se comienzan las obras en
1.630, la parte arquitectónica a cargo de Diego López Bueno, formado en el ambiente bajorrenacentista próximo a Hernán Ruiz
61 CANDIL RÍOS, J. op. cit. P.8.
62 Ibidem. p. 9.
63 Ibidem. p. 9
64 Ibidem. p. 9
65 Corpus Alonso Cano: Documentos y textos. Ed. y coord.. Ángel Aterido Fernández. Madrid 2002. p. 66.
66 SUÁREZ CANTÓN, M. “Proyecto Básico y de ejecución de restauración de la Iglesia Sª Mª de Gracia Espera (Cádiz). 1990.
67 CANDIL RÍOS,J. op. cit. p. 10.
44 Historia de dos monumentos
45. IGLESIA SANTA MARÍA DE GRACIA
II, y muy destacado como retablista. Éste recibió del mayordomo de la iglesia de Espera 2.600 reales por la madera, ensamblaje y
talla de este Sagrario que hizo para el altar mayor de dicha iglesia, y de “hechura, madera y escultura” de San Pedro y San Pablo”.
El Visitador de 1633 había señalado que a la mayor brevedad se remediasen una serie de deficiencias que se apreciaban en el
edificio: La capilla mayor se mojaba con las lluvias, temiéndose incluso su hundimiento en caso de no solucionarse el problema.
Otro problema con las aguas se tenía en el testero del altar de Jesús Nazareno, ya que al estar la calle más alta que el suelo de la
iglesia “el agua que llueve se recala por la dicha pared y sale a la iglesia, y que puede maltratarse la dicha pared y cimientos y
resultar gran daño. Por eso se debía abrir una zanja por la puerta de fuera que tuviera la profundidad necesaria para que las aguas
corriesen sin tocar la pared. Efectivamente, hace unos años, se descubrió durante unas obras en el patio de la iglesia un caño
de considerables dimensiones que partiendo de la pared de la actual calle Corredera, desviaba el agua de la iglesia y atravesaba
el patio de la casa del cura. Durante esa visita el mismo Provisor ordenaba también que a Pablo Legot no se le entregara ni un
maravedí por cuenta del retablo, ni a Marcos Maestre, maestro bordador por “los ornamentos que está haciendo, así por tener
el citado Pablo Legot por sí y como cesionario de Diego López Bueno recibidos cuarenta mil reales, pocos marevedíes más
o menos, y no saberse que está hecho más que el primer cuerpo de él y el citado Marcos Maestre haber recibido cuatrocientos
ducados y solo haber entregado una manga de cruz negra”68
Un terremoto en 1.636 destruyó la fachada principal. Se construyeron entonces unas dependencias tras la Capilla Mayor y la
Sacristía: los aposentos del cura y los graneros en torno a un patio central, a los que se accedía desde la Sacristía. Todas estas
obras se realizaron bajo la dirección del maestro mayor Cristóbal Ortiz69 que realizó el plano de la iglesia. Francisco de Vera, que
cobró 1.654 reales, fue el maestro que ejecutó las obras de la iglesia y la explanada inmediata. En notificación del mayordomo de
1.647 se dice: “Se remato la obra de la muralla y terraplén, fortificación de la dicha iglesia en Francisco de Vera, maestro albañil,
(...) diese más capacidad para la mayor fortaleza de dicha iglesia, y para que en ella y sus puertas principales hubiese extensión
de plaza llana, quitando los barrancos y laderas que había...” Francisco de Vera había paralizado las obras de la muralla debido a
una modificación que se había realizado en el proyecto inicial de la misma. Si en un principio la dimensión de la plaza debía ser
de seis varas separadas de la pared, posteriormente se le reclamó que estuviera a más de seis varas, lo que suponía un aumento
en el trabajo y el material a emplear. Se intentó hacer la explanada de la iglesia más amplia porque se debía comenzar una capilla
nueva en la parte derecha del edificio, contigua a la pared del crucero, por lo que era indispensable dar más extensión a la plaza.
Vera lo reclamó y el Provisor le garantizó ese aumento por parte de la iglesia70.
Después de la obra se colocaron unas bolas de piedra en la cornisa por un valor de 260 reales71.
La reconstrucción duró más de diez años y en 1.647 Diego Gómez y Pedro García Bernardo la visitaron para ver la obra realizada.
Ambos realizaron el informe sobre la obra que se acababa de hacer en Espera. Después de haber medido la mampostería y sillería
de la iglesia determinaron que se habían utilizado unas trescientas y cincuenta y siete carretadas, incluyendo también la piedra que
se había gastado en unos remates de una portada de la iglesia y de menuda para mampostería unas tres mil trescientas cuarenta y
cinco carretadas que debieron pagar a Domingo Martín. Otro carretero fue Juan García Hermoso que realizó unas dos mil ciento
sesenta carretadas. El tercer carretero del que hay noticias era Manuel Fernández que acarreó mil quinientas treinta y siete.
El 18 de septiembre del mismo año: “Diego Gómez, Maestro Mayor de Fábricas de esta y su arzobispado y Pedro García
Bernardo, Maestro mayor de la fabrica desta Iglesia de Sevilla, fuimos a la villa de Espera a ver y medir la fábrica que se ha
hecho en la iglesia,... medimos la sillería y mampostería (...) en gualdera y testeros y el osario gradas del altar mayor (...) y un
pedazo de fábrica de vivienda que arrima a la iglesia (…) en seis días del mes de enero midió y tasó todas las obras de albañilería
y cantería que están hechas en el patio tras de la Sacristía, (...) en que hay un granero alto y taller debajo del aposento del cura,
(...) y una escalera de piedra con que se sube al granero, (...) y una portada de piedra que está expresa de asentar y labrada lo más
de ella, (...) vale y monta 7.600 reales”,72
En 1.651 se ordena que “por cuanto la Iglesia Parroquial de esta villa es grande y el concurso de la gente mucho y no tiene más
que una puerta con que hay embarazo de entrar y salir y más cuando vienen las procesiones, (…) mando que se abra la puerta
que está fabricada de cantería en la pared hacia la plaza y se le echen sus puertas de madera y se limpie aquel baldío (…) y por
del Concejo de esta villa se levante y fabrique la pared y muralla afirmada en la calle de arriba para que no se derrumbe la tierra
y barranca por ser obra común”.73
En 1.653 el Visitador ordena de nuevo la apertura de la puerta que da la plaza y que se haga un pozo que recoja las aguas que
entraban dentro del edificio causándole gran daño. Igualmente se manda la realización de 14 gradas para subir a la plaza de la
68 CANDIL RÍOS, , J. op.cit. p. 10
69 FALCÓN MARQUEZ, T. “Iglesias de la Sierra de Cádiz. p. 199.
70 Ibidem. p. 201.
71 CANDIL RIOS, J- op.cit. p. 11. Archivo Histórico Diocesano de Jerez de la Frontera (AHDJ). Iglesia Parroquial de Espera. Libro de Visitas. 1640.
72 Archivo General Arzobispado de Sevilla.(AGAS) Leg. 334.
73 CANDIL RÍOS, op. cit. P. 11
Historia de dos monumentos 45
46. iglesia,74 las mismas que existen actualmente desde el rellano de la
escalinata actual. La calle de Los Toros fue rebajada posteriormente
con lo que hubo que realizar otros escalones hasta abajo.
En 1.664 se le pone el suelo a la capilla del Rosario y se reparan las
bóvedas de la Sacristía.
En 1.669 se da un repaso general a todo el edificio y se ordena abrir
la denominada puerta del lado del Evangelio que llaman del Perdón”
y que adecente la cuesta de forma que se quite tanta inmundicia”75.
El 26 de noviembre de 1.678, en Sevilla, se dan las condiciones
para dorar el retablo mayor a “Juan Salvador, vecino de esta ciudad,
y maestro dorador en ella, (...) dejándolo en 25.600 reales de vellón.”
Un año después se reparan las bóvedas dañadas por el terremoto
de ese mismo año. También se colocan seis pilares para poner las
campanas y el reloj, por no tener torre.
En 1.679 hubo otro pequeño terremoto que origina unos viajes a
Sevilla por parte del mayordomo de la iglesia solicitando nuevos
arreglos. Tras otro terremoto en 1.693, viene un maestro albañil de
Arcos a reconocer la iglesia. Y el 11 de abril lo haría Diego Moreno
Meléndez, maestro de obras de Jerez, quien informó de las quiebras
producidas en las paredes. Hubo que macizar una de las ventanas
con piedra labrada, lo mismo que recomponer la pared debajo de esa
misma ventana. También hubo que reparar la fachada principal, pues
sobre la portada había “un pedazo de pared como de seis varas de
largo (unos 5,5 metros) tenía piedras desunidas”.76 Moreno Meléndez
tasó toda la obra en 2.444 reales.
En 1.699 se mandaba renovar las puertas de la entrada principal con
tablas de pino de Flandes” dejando en cada puerta su postigo y sobre
ellos, dos ventanas con su reja de hierro, en que se puedan echar por
la parte de dentro sus vidrieras, para que estando cerradas dichas
Puerta del Perdón
puertas, tenga claridad y luz el coro.”77 Ese año seguía sin terminar de solarse la iglesia y el Provisor volvía a ordenar su
terminación. Por otro lado, Diego Díaz, maestro de obras del arzobispado, realizaba una visita en 1.710 para reconocer el edificio
y en su informe manifestaba que no corría grave peligro porque era buena fortificación de cantería y se mantenía sobre buenos
muros. Sólo había que reformar el techo por el que se calaba el agua, por lo que se cubrió con teja de Lebrija.
Desde 1.702 hasta 1.708 se labró la capilla del Sagrario, obra de F. Alonso de las Rivas.
En 1.710 el Sr. Provisor mandó a Diego Antonio Díaz, maestro mayor de obras del Arzobispado, a visitar la iglesia por problemas
en las bóvedas. Vino dos veces y cobró 198 reales por las dos visitas.
En 1.716 se construye un coro nuevo de pino de Flandes, remates torneados de nogal y
tarjetas de cedro. En 1.731 urgen al mayordomo que termine de echar la solería de la iglesia.
El Visitador del Arzobispado en 1752 volvía a mandar terminar el solado y, visto el mal estado del tejado debido al gran peso
que soportaba, que incluso podría llevarla al derrumbe, para evitarlo y “poner el debido remedio mandó su merced se reconozcan
dichas naves y sus techumbres por dos maestros inteligentes que se dice en la ciudad de Arcos”78 Efectivamente, en septiembre
de 1.753, Juan de Campos y Jerónimo Guerrero, maestros de obras públicas de esa ciudad, dieron su parecer: “Convenía que se
quitase el tejado que tenían dichas bóvedas por estar muy llano y tener poca corriente (…) que se retirara la tierra y se echase
hormigón, solando de nuevo con ladrillo raspado, dándole más corriente”. Supusieron las obras 1.718 reales.
En 1.755 el templo fue completamente arruinado por el terremoto de Lisboa. Juan de Campos y Jerónimo Guerrero vienen de
Arcos, de nuevo, a reconocer el estado ruinoso tras este terremoto.
74 Ibidem. p. 12.
75 Ibidem. p. 12.
76 Ibídem. p. 13.
77 Ibidem. p. 13
78 Ibidem. p. 15.
46 Historia de dos monumentos
47. IGLESIA SANTA MARÍA DE GRACIA
El 10 de noviembre de 1.755, nueve días después del célebre terremoto, visita la iglesia, de nuevo, Juan de Campos, reconociendo
el estado ruinoso en que quedó la misma, ordenando, en primer lugar, buscar madera para apuntalarla y hubo que pedir permiso
al Corregidor de Arcos para cortar los pinos necesarios.
El 1 de febrero de 1756 Tomas José Zambrano, maestro mayor de fábrica del Arzobispado de Sevilla, emite un informe acerca
del estado en quedó San María de Gracia tras el terremoto del año anterior. Zambrano decía que “había que apuntalar y cimbrar
los cuatro arcos torales que forman la capilla mayor y crucero, para asegurar y remediar las piedras que tiene desencajadas y así
mismo la media naranja que cubre la dicha capilla mayor y las bóvedas del crucero y de el cuerpo de la iglesia que son todas de
cantería, las cuales están todas muy maltratadas, con muchas de sus piedras casi cayéndose, sin otras que llegaron a caerse, por lo
que amenazan próxima ruina”79 Para ello tuvieron que deshacer la sillería del coro para que no corriera peligro ni estorbara en las
obras que se hiciesen. Hubo que quitar también el retablo mayor para reparar la pared sobre la que se sustentaba dicho retablo y
volver a construirla con sillares como está actualmente. Se quitaron los demás retablos del crucero y el púlpito ya que fue preciso
derribar las dos paredes gualderas que dan luz a dicho crucero, así como el testero del lado del evangelio, que está sobre la puerta
que da entrada al caracol que sube a la torre. Hubo que reparar también algunos de los escalones del caracol. También se apuntaló
el arco de entrada que está debajo del órgano, se desbarató el propio órgano y su caja. Se destejó la cúpula de media naranja y las
bóvedas para asegurarlo todo. Hubo que derribar la torre y casi toda la fachada principal. Posteriormente se volvieron a fijar todos
los retablos y la sillería del coro y el púlpito, haciéndose un nuevo facistol, ya que lo había hecho pedazos una de las piedras que
cayeron. Zambrano estimaba ante el notario mayor de Sevilla, Nicolás de Arce, la cantidad de 120.000 reales.80 El 2 de diciembre
Pedro San Martín hacía un informe para que se derribara totalmente la iglesia, incluso que se vieran los cimientos por si hubiera
que volver a construirlos.81
En junio de 1.756 sería Juan Martín de la Oliva quien realizara la inspección del templo tras el terremoto, encontrándolo en estado
ruinoso, haciendo las veces de Parroquia la ermita de la Veracruz.82 Para realizar la obra el mayordomo de la iglesia tiene que
recurrir, ante la falta de fondos, a vender distintos materiales, pedir limosnas, hacer rifas, organizar festivales de toros que les
dejaron 2.500 reales. Incluso el duque de Medinaceli hizo un donativo de 3.300 reales. Hubo que utilizar un tercio de los diezmos
para hacer frente a la obra.
Pero, en marzo de 1757 sería Vicente Bengoechea, Maestro mayor de obras de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, quien
realiza el informe para su reconstrucción. Bengoechea declara que “mirando el edificio de primera facie (sic), causa temerosa
ruina, por estar en muchas partes quebrantando con notable daño, pero que examinando las ruinas con esencial inteligencia, en
cortes canteriles, se hallara remedio para evitar el total
derribo”83. Informa también que están apuntalados los
cuatro arcos torales, pues sólo uno de ellos está dañado
en su clave y dos dovelas inmediatas”, para ello había
que apuntalar y cimbrar el arco. La bóveda que cierra
el crucero es una bóveda vaída que rodea una cornisa
formando pechinas al modo de media naranja. Hubo
que descubrir las pechinas por la parte exterior para
volverá a colocar las piedras que se habían movido.
Hubo que reconstruir también los muros colaterales y
el cabecero. El del lado de la Epístola tenía dos quiebras
de poca importancia por los muros se mantenían a
plomo. El cabecero habrá que desbaratarlo hasta por
debajo de las impostas del arco y volver a amarrarlo
con los laterales. Igualmente hubo que restaurar la
puerta hacia la sacristía desde el retablo mayor. El muro
del Evangelio también sufrió desperfectos, debiendo
hacerse un arco escarzano en la puerta del sagrario.
Pero lo más dañado de todo fue la fachada principal
que hubo que reconstruirla entera. La parte de la capilla
Bautismal, la tribuna del órgano y la bóveda que cubre
la primera nave de la iglesia desde la calle y que da paso
Fachada. Iglesia.G. Nandín.2-3-1927.Fototeca USE
79 FALCÓN MÁRQUEZ, T. op.cit. p. 205.
80 Ibidem. P. 206.
81 Ibidem. p. 206.
82 Ibidem. p. 15. A.H.N./3.2.2.1684.
83 Ibidem. p. 208.
Historia de dos monumentos 47