2. INTRODUCCIÓN
El canto es tan antiguo como la creación:
“Cuando alaban todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios”.
‒Job 38:7
A través de la historia el pueblo de Dios ha querido expresarle sus más profundos
sentimientos, y nada mejor que por medio del canto.
Dios lo ordena en el Salmo 100:1:
“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra”.
Están los ejemplos en la Biblia, la palabra de Dios, donde el canto es parte integral de
adoración; Es en sí un acto de adoración. Con él respondemos a la gracia divina, comunicamos a
Dios nuestra alabanza y amor, afirmamos unos a otros nuestra fe y proclamamos ante el mundo
las verdades del evangelio.
Con la recopilación de este coritario deseamos declarar en primer lugar que el Dios que
adoramos y servimos merece toda la gloria y la honra porque el fin principal del hombre es el de
glorificar a Dios y gozar de él para siempre. Es una bendición, poner al alcance de todo el
pueblo de Dios éstos cantos que han sido de edificación y que son un recurso para la alabanza a
nuestro Dios.
Estos cantos pretenden tener una secuencia de tonos, quizá algunos no vayan de acuerdo a
la métrica musical pero si se ha pretendido ir en orden de tonos mayores o menores; en
adoración o alabanza; o por orden de acuerdo a la escala musical aunque pueden variar según
el tono de cada hermano que dirija; pero sobre todo se ha intentado que sea de DO5 a DO6 que
es el rango en el que puede cantar la iglesia (DO-RE- o MI). Se incluyen algunos nuevos con el fin
de tener un repertorio mayor, salvo los que se puedan integrar en ediciones posteriores.
En el amor de nuestro Señor Jesucristo, que ha de venir pronto.