2. Mucho se habla actualmente sobre la alabanza y la adoración y se
practica, tanto en iglesias cristianas como en movimientos dentro de
la Iglesia Católica como, por ejemplo, el movimiento carismático.
Pero hay muchas personas, incluso dentro de los ámbitos
mencionados, que no pueden diferenciar aún entre el significado de
alabanza y el de adoración, e incluso hay quien confunde ambos
términos en uno solo. Por otra parte el sentido que actualmente se
utiliza se ha vuelto ligero y principalmente enfocado hacia el aspecto
musical.
Alabanza y Adoración
3. ALABANZA
En líneas generales la alabanza es el resultado
de enunciar afirmaciones positivas sobre
alguien, ya sea en privado o públicamente. En
el contexto religioso, las alabanzas a Dios
forman parte integral de la liturgia, tanto como
expresión interna como externa, lo cual puede
tomar diversidad de formas, como canto,
enunciado, danza, pensamiento, etc. El libro
bíblico de los Salmos es una colección de
himnos y poemas que en su mayoría alaban a
Dios.
La alabanza es dada a Dios y los
cristianos la expresan con
exaltación y júbilo por todo lo
bueno que Dios provee.
Típicamente la alabanza viene
como forma de gratitud por sus
dones, tanto materiales como
espirituales. Por ello, sólo Dios es
el único digno de alabanza.
4. Los motivos para alabar a Dios
Cada uno de nosotros hemos
experimentado la manifestación de
Dios en nuestra propia vida, por lo
cual hay muchos motivos para
ofrecerle alabanza a Dios. Sin
embargo ya desde la época del
Antiguo Testamento se nos
mencionan algunos de los motivos
que debemos tener presentes para
alabar a Dios. Estos son algunos de
ellos:
En todo
momentos
En la tristeza y la alegria
En los triunfos y fracasos
5. Cuándo y cómo debemos alabar a Dios?
La alabanza a Dios no debe ser algo que hagamos solamente los domingos o
festivos, debe ser nuestro estilo de vida porque un corazón agradecido a
Dios rebosa de alabanza y bendición. Además nuestra actitud de alabanza
redundará en edificación y animará a los demás, con lo cual estaremos
cumpliendo uno de los propósitos por los cuales Dios nos dio la vida. Por
ello la alabanza debe ser:
- En todo tiempo: "Me levanto a medianoche a darte gracias, por la justicia
de tus normas" (Salmo119:62).
- Con nuestras palabras: "Del poder de tus portentos se hablará, y yo tus
grandezas contaré"(Salmo 145:6).
- Con un corazón recto: "Te daré gracias con toda sinceridad cuando
aprenda tus justas normas"
6. - Con cantos: "Cantaré a Yahvé mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista" (Salmo 104:33).
- Con inteligencia: "¡Pueblos todos, tocad palmas, aclamad a Dios con gritos de alegría! Porque
Yahvé, el Altísimo, es terrible, el Gran Rey de toda la tierra" (Salmo 47:2-3).
- Con instrumentos: "¡Dad gracias a Yahvé con la cítara, tocad con el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo, acompañad la música con aclamaciones!" (Salmo 33:2-3).
- Con danzas: "Alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con cuerdas y flautas" (Salmo 150:4).
- Con alegría, gozo y júbilo: "Venid, cantemos gozosos a Yahvé, aclamemos a la Roca que nos salva;
entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con salmos" (Salmo 95:1-2).
- Alzando las manos: "Así quiero bendecirte en mi vida, levantar mis manos en tu nombre" (Salmo
63:5).
- Batiendo las manos: "¡Pueblos todos, tocad palmas, aclamad a Dios con gritos de alegrí
7. San Agustín escribió: “Pues aquel que
canta alabanzas, no solo alaba, sino que
también alaba con alegría; aquel que
canta alabanzas, no solo canta, sino que
también ama a quien le canta.
En la alabanza hay una proclamación
de reconocimiento, en la canción del
amante hay amor...". Con el paso del
tiempo este se redujo hasta lo que
hoy conocemos como "El que canta
ora dos veces"
De por sí, el canto eleva
nuestro ánimo porque es
una forma intensa de
expresión. El genial Richard
Wagner confiesa que para
componer sus óperas
escribía primero el folleto;
luego lo leía reiteradamente,
y de la lectura intensa
brotaban espontáneamente
las melodías y las armonías.
La música es una forma de
expresión de gran voltaje. Y
ese alto voltaje, en la
intimidad de nuestro
corazón, nos comunica con
Dios.
8. San Agustín, espíritu muy abierto a
los sentimientos nobles, vivió con
tal intensidad la emoción que
produce el canto que llegó a verlo
como un ídolo que se interponía
entre él y el Creador. Más adelante,
reconoció gustoso el papel de
mediador que puede ejercer el
canto entre el creyente y el Dios al
que adora:
Con todo, cuando recuerdo las
lágrimas que derramé con los
cánticos de la Iglesia en los
comienzos de mi conversión y
lo que ahora me conmuevo no
con el canto sino con las cosas
que se cantan, cuando se
cantan con voz clara y una
modulación convenientísima,
reconozco de nuevo la gran
utilidad de esta costumbre”(1) .
9. Todo canto religioso, debe ser
siempre un canto motivador que
motive a la comunidad a un
encuentro con Dios, con nuestros
hermanos y con nuestra iglesia.