Monseñor Romero se dedicó a defender los derechos de los más vulnerables y victimizados en El Salvador, desafiando a los poderosos a que reconocieran la injusticia y exclusión que sufría la mayoría de la población. Predicaba en favor de la justicia social y la igualdad, lo que le valió amenazas de muerte. Finalmente fue asesinado mientras celebraba misa en 1980, convirtiéndose en un símbolo en la lucha por los derechos humanos.

1. Valor Monseñor Romero:
1 Valor de Monseñor Romero: La
dignificación de los Demás, especialmente
de las víctimas de los poderosos.
Justificación: Monseñor Romero privilegió
en su labor, a quiénes eran violentados en
su humanidad por personas con gran
poder en el tema Político y económico que
eran injustas y excluyentes.
Este mismo desafió a los poderosos a que
miraran a las víctimas y que desde ellas
juzgaran al país que teníamos ya que El
Salvador estaba edificado sobre la miseria
y la exclusión de la mayor parte de sus
miembros.
Sin duda alguna Monseñor Romero
siempre mantuvo la idea de que se debía
hacer justicia y que la igualdad entre las
personas fuera lo más fundamental en la
época de guerra
Lo normal en la época de Mons. Romero, y
en la nuestra, es que desde los círculos de
poder económico, político y religioso la
realidad se viera desde quienes estaban en
la cima de la pirámide social. Mons.
Romero hizo lo opuesto y desafió a los
poderosos a que miraran a las víctimas y
que desde ellas juzgaran al país que
teníamos. Por supuesto que no lo hicieron;
pero Mons. Romero lo hizo y su juicio fue
severo: El Salvador estaba edificado sobre
la miseria y la exclusión de la mayor parte
de sus miembros. El país construido desde
los intereses de los poderosos era un país
inhumano.
V.J.M.J.CH Jueves 30-04-2015
Liceo Salvadoreño
Romero (Vida Y Obra)
7C-ROMERO-ROSES
Integrantes:
Fabiola Nicole Avilés Lopez #11
Gabriela Alexandra Contreras Iraheta #13
Mariana Rebeca Lagrava Pineda #25
Daniel Alejandro Martínez Rivas #28
Diego Alejandro Rauda Oviedo #32
Alejandro Alfonso Villalta Garay #35
7° “C”

2. Biografía Monseñor Romero
Oscar Arnulfo Romero Galdámez, nació el
15 de agosto en la Ciudad Barrios, San
Miguel, El Salvador. Su padre se llamaba
Santos Romero y su madre Guadalupe de
Jesús Galdámez. Su padre era empleado de
correos y telegrafista y su madre era ama
de casa. En 1943 volviendo a El Salvador
fue nombrado Párroco lugar de Anamorós
(departamento de La Unión), y luego
párroco de la iglesia de Santo Domingo y
encargado de la iglesia de San Francisco,
en ese tiempo dedicó su vida a atender a
pobres y a niños huérfanos. En 1967 fue
nombrado Secretario de la Conferencia
Episcopal de El Salvador (CEDES) y tres
años después el papa Pio XI lo ordenó
obispo auxiliar de El Salvador. Monseñor
Romero no tuvo buenas relaciones con el
arzobispo Chávez y González, ni tampoco
con un segundo obispo auxiliar, Arturo
Rivera y Damas. En la época de las “cortas”
mucha gente pobre llegaba a la ciudad.
Monseñor Romero abría las puertas del
Obispado para que pudieran dormir bajo
techo. Lo que como sacerdote veía en San
Miguel, como Obispo de Santiago de María
los seguía comprobando: pobreza e
injusticia social de muchos, que
contrastaba con la vida ostentosa de
pocos. En sus homilías predicaba en
defensa de los derechos humanos y que
años después fue asesinado en medio de
la celebración de una misa por esa misma
causa. Los militares y la gente
conservadora decían que monseñor
romero era narcista y comunista, fue
galardonado internacionalmente y le
otorgaron el premio nobel de la paz. Sus
misas cada vez llegaban a más corazones
salvadoreños a tal punto que sus misas
duraban 3 horas y eran transmitidas por
todo el país. Monseñor Romero fue
nombrado Arzobispado de san salvador el
23 de febrero de 1977 él tenía 59 años que
para demasiada gente fue sorpresa porque
se esperaba que fuera Monseñor Rivera
que por muchos años fue auxiliar de
Monseñor Chávez y González y conocía
bien la pastoral de arquidiócesis.
Monseñor romero tenía 59 años y cuando
lo nombraron para mucho fue sorpresa
Monseñor Romero tomó posesión de la
Arquidiócesis el 22 de febrero de 1977, en
medio de un torbellino de violencia. La
ceremonia de toma de posesión fue
sencilla y sin la presencia de autoridades
civiles ni militares.
De las calumnias pasaron a las amenazas a
muerte. Monseñor sabía muy bien el
peligro que corría su vida. A pesar de ello
dijo que nunca abandonaría al pueblo. Y lo
cumplió. Su vida terminó igual que la vida
de los profetas y de Jesús. Fue asesinado el
24 de marzo de 1980 mientras celebraba
misa en la Capilla del Hospital La Divina
Providencia, en San Salvador. Sus restos se
encuentran en la Cripta de Catedral
Metropolitana de San Salvador.