1. LA CONFIRMACIÓN
Mediante el sacramento del bautismo, se nace a la fe y se entra a
formar parte de la Iglesia. Esa fe es como una semilla que se planta en
la tierra: necesita ser regada y abonada con el ejemplo de la familia,
con el testimonio de todos los cristianos, con la catequesis, con la
Palabra de Dios y la Eucaristía.
Llega el momento en el que el bautizado toma conciencia de querer
ser cristiano y seguir a Jesús y pide recibir el sacramento de la
Confirmación. Confirma así, la decisión de sus padres de educarlo en
la fe cristiana que tomaron con su bautismo. La confirmación está
relacionada con la madurez y el crecimiento, y con la dimensión
espiritual de las personas.
Al recibir el sacramento de la Confirmación, se introduce más
estrechamente en la Iglesia y se compromete a ser testigo de Jesús en
todos los ámbitos de su vida: familia, estudios, trabajo, amigos, tiempo
libre, vida social y política...
Por todo esto, decimos que el sacramento de la Confirmación es el
sacramento de la madurez cristiana.
El ministro del sacramento de la Confirmación es el Obispo.
2. EL ESPÍRITU EN LA BIBLIA
En la Biblia, la palabra espíritu procede de una palabra hebrea que
significa aliento, soplo, viento que da la vida.
Para los israelitas el espíritu significa la fuerza vital de la persona.
La expresión Espíritu de Dios significa la fuerza con que Dios da la
vida y se hace presente en la vida de las personas para ayudarlas
a cumplir su voluntad, a hablar en su nombre y a llevar a cabo la
misión que Dios les encomendara.
Los profetas del Antiguo Testamento habían anunciado que el
Espíritu de Dios reposaría sobre el Mesías, que significa ungido
por el espíritu.
Los evangelios nos presentan a Jesús lleno del Espíritu Santo. Toda su
vida fue guiada por el Espíritu, curando y liberando a las personas que se
encontraba en su camino. El Espíritu es quien da fuerza a Jesús para
llevar a cabo su misión de anunciar la Buena Noticia del Evangelio, y la
llegada del Reino de Dios, por todo Israel.
Tras su muerte y Resurrección les dejó el Espíritu Santo a sus discípulos
el día de Pentecostés, que significa 50 días después de la Pascua.
3. LA IGLESIA Y EL ESPÍRITU
SANTO
Jesús dijo a sus discípulos que no iban a estar solos en la misión que les encomendaba y
les prometió el envío del Espíritu Santo cuando él faltase, que les daría el valor y la fuerza
necesarias para dar testimonio de Jesús predicando la Buena Noticia con palabras y
hechos. Esta promesa se cumplió el día de Pentecostés. Para los judíos, Pentecostés era
una fiesta que se celebraba 50 días después de la Pascua en recuerdo de la Alianza en el
Monte Sinaí entre Dios y los Israelitas, en la cual Dios entregó los 10 Mandamientos a
Moisés.
Este es el texto del libro de los Hechos de los Apóstoles en el que San Lucas nos cuenta,
utilizando imágenes tomadas del Antiguo Testamento, cómo recibieron el Espíritu Santo los
Apóstoles y la Virgen María cuando estaban rezando en Jerusalen:
“De repente vino del cielo un ruido, como de viento huracanado, que
llenó toda la casa donde se alojaban. Aparecieron lenguas como de
fuego, repartidas y posadas sobre cada uno de ellos. Se llenaron todos
del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según
el Espíritu les permitía expresarse (...). ¿No son galileos todos los que
hablan? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros les oímos en
nuestra lengua materna? (...). Estaban estupefactos y perplejos, y
comentaban: ¿Qué significa esto?. Otros por el contrario, se burlaban y
decían: Están borrachos. Entonces Pedro, en pie con los once, levantó la
voz y declaró solemnemente: Estos no están borrachos, como vosotros
pensáis, pues son las nueve de la mañana. Lo que ocurre es que se ha
cumplido lo que dijo el profeta Joel: “En los últimos días, dice Dios,
derramaré mi Espíritu sobre todo hombre, y profetizarán vuestros hijos y
vuestras hijas”. (Lc 2,1-17)
4. A partir de ese momento, los apóstoles dieron testimonio de la Buena Noticia y
transmitieron el don del Espíritu Santo a todos los que creyeron mediante el
Bautismo y también con la imposición de manos, como aparece en el libro de
los Hechos de los Apóstoles:
“Los Apóstoles, que estaban en Jerusalen, oyeron que los habitantes de
Samaría habían recibido la Palabra de Dios, y les enviaron a Pedro y a Juan.
Éstos bajaron y oraron con ellos, para que recibieran el Espíritu Santo, pues aún
no había venido sobre ninguno de ellos; sólo habían recibido el Bautismo en el
nombre de Jesús, el Señor. Entonces les impusieron las manos, y recibieron el
Espíritu Santo”. (Hch 8, 14-16)
Pronto se añadió a la imposición de manos la unción
con el crisma, un aceite perfumado. En un primer
momento, estos ritos se celebraban a continuación del
bautismo, pero luego se separaron del Bautismo
dando lugar al sacramento de la Confirmación.
Paralelismo entre Pascua-Bautismo, Pentecostés-
Confirmación:
- Mediante el Bautismo los cristianos se sumergen en
la Pascua de Jesús (su muerte (al pecado) y
resurrección (a una vida nueva).)
- Mediante la confirmación se recibe el don del
Espíritu Santo que Jesús derramó sobre los Apóstoles
en Pentecostés.
5. LITURGIA DEL SACRAMENTO DE LA
CONFIRMACIÓN
Renovación de las
Imposición de las manos
promesas del bautismo
El Obispo les impone las manos
Los que se van a confirmar
pidiendo a Dios que descienda
renuncian al mal y expresan su
sobre ellos el Espíritu Santo con
fe rezando el credo.
sus 7 dones.
Unción con el Crisma Oración de los fieles
El Obispo unta la punta del pulgar Los confirmandos realizan
derecho con crisma (aceite) y hace la una oración pidiendo a
señal de la cruz sobre la frente del Dios por las necesidades
confirmando diciendo: (Nombre) de la Iglesia y del mundo.
“Recibe por esta señal el don del
Espíritu Santo. La Paz sea contigo”
6. LITURGIA DEL SACRAMENTO DE LA
CONFIRMACIÓN
Renovación de las
Imposición de las manos
promesas del bautismo
El Obispo les impone las manos
Los que se van a confirmar
pidiendo a Dios que descienda
renuncian al mal y expresan su
sobre ellos el Espíritu Santo con
fe rezando el credo.
sus 7 dones.
Unción con el Crisma Oración de los fieles
El Obispo unta la punta del pulgar Los confirmandos realizan
derecho con crisma (aceite) y hace la una oración pidiendo a
señal de la cruz sobre la frente del Dios por las necesidades
confirmando diciendo: (Nombre) de la Iglesia y del mundo.
“Recibe por esta señal el don del
Espíritu Santo. La Paz sea contigo”