2. Cuando la gente piensa que su trabajo es de
gran valor y va a dar buenos resultados, siente
más deseos y decisión en sus labores y pueden
vencer muchas dificultades. Sin embargo,
cuando alguien lo vence el pensamiento de que
su tarea es infructuosa o vana, la ansiedad y la
frustración puede derrotarlo, haciendo que
abandone sus tareas.
3. Para agradar a Dios y hacer feliz a las personas
que amamos, llegaremos a todos los extremos
sin discreción. Confesar que tenemos el deseo
de agradar a una persona sin hacer un esfuerzo
verdadero es una señal de un amor falso.
4. Como prueba de que somos hijos de Dios, el
Espíritu Santo mora en quienes creímos y
nacemos de nuevo.
Nos guía además, para que nuestras vidas se
desarrollen conforme a la voluntad de Dios.
5. Hay quienes enseñan que el Espíritu Santo nos
guíe; tenemos que desechar el intelecto y la
razón. Sin embargo, esa es una teología
indebida que enfatiza la naturaleza misteriosa
del Espíritu Santo.
Esto se debe a que la humanidad se creó a la
imagen de Dios. Aunque somos espirituales,
también somos seres físicos con inteligencia,
emociones y voluntad.