1. CAPITULOS 7
SOY MIEMBRO DEL CUERPO DE CRISTO 1 Corintios 12.27
No nacemos con un innato sentido de dignidad y valor. El hombre natural no tiene identidad en Cristo, así,
desde que nacemos en este mundo, andamos constantemente en pos de nuestra identidad, del sentido o
propósito de nuestra vida.
En definitiva, los roles, o el quehacer, que desempeñamos en la sociedad no determinan la esencia de
nuestro ser. El quien somos es lo que determina nuestro quehacer y, entonces, lo que hacemos conlleva
esa sensación de satisfacción y realización.-
La búsqueda de la dignidad: ¿Donde se encuentra el legitimo sentido de la dignidad o identidad?, ¿En los
talentos? No, no pude ser. Dios ha dado talentos diversos y cantidades distintas a unos y otros (Mateo
25:14-28), tampoco en la inteligencia (1 Corintios 1:27), menos en el aspecto físico, (Isaías 53.2). Nuestra
identidad reside en saber quien somos en cuanto hijos de Dios; el sentido de nuestra dignidad surge de
nuestra consagración para llegar a ser como El.-
Legitimo sentido de dignidad en Cristo: Cuando entendemos nuestro rol de hijos de Dios y nos
consagramos a Él, caminando en el sendero del espíritu, generando en nosotros los frutos del espíritu (Gal
5:22-23), llegara la certeza de pertenencia y dignidad que buscamos, y eso nos hará consciente de lo
valiosos que somos para el Señor, lo hermoso de todo esto es que esta es una oportunidad para todos, sin
distinción. En definitiva son los frutos del espíritu y no los dones los que hacen digna a una persona.
Vamos en pos del dador y no de la dadiva: Debemos usar de manera eficiente los dones que tengamos,
debemos averiguar que ha dispuesto Dios para nosotros, cuales dones nos ha dado. Usemos esos dones
para edificar el cuerpo de Cristo y estaremos satisfechos, ya que tratar de ser quien no somos nos
conducirá al fracaso y la frustración.
Sepamos algo…¡¡¡ SOMOS HIJOS DE Dios ¡!! : No es menor, a pesar de nuestros problemas y
dificultades, si hacemos el esfuerzo de consagrarnos al Señor, si adoptamos la firmemente la identidad que
Dios nos ha dado, si la seguimos y disfrutamos, indudablemente las cosas cambiaran para bien en nuestra
vida.
SOPA DE LETRAS